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Trastorno por estrés postraumático
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<blockquote data-quote="Piloco" data-source="post: 788269" data-attributes="member: 7948"><p><strong>conclusion</strong></p><p></p><p><strong><u>Conclusión: Una aplicación del PTSD resultado de Matar</u></strong></p><p>Así que, hemos visto que hay una poderosa resistencia a matar en la mayoría de los seres humanos saludables. También hemos visto que organizaciones militares y policiales alrededor del mundo han iniciado un poderoso proceso condicionante, a través del entrenamiento militar, que ha permitido a los combatientes burlar esta resistencia. Un extraordinario porcentaje de tiro resultó de esto proceso en las tropas de Vietnam, tropas británicas en las Malvinas y entre modernos oficiales de policía.</p><p>Pero condicionamiento que deroga tal poderosa resistencia innata tiene un potencial enorme para una reacción psicológica negativa. Se ha notado que toda sociedad guerrera tiene un "ritual de purificación" para ayudar al guerrero que regresa para llevar su "culpa" y asegurarle que lo que hizo en combate estuvo "bien." En tribus primitivas esto generalmente involucra un baño ritual, una separación ritual (que sirve para calmar los ánimos y como "terapia de grupo"), y una ceremonia recibiendo al veterano de vuelta a la tribu. Los rituales modernos occidentales involucran una larga separación mientras se marcha o navega a casa, desfiles, monumentos, y la aceptación incondicional de la sociedad y la familia. Como fue notado anteriormente, después de Vietnam este ritual fue puesto de cabeza, y Norteamérica pago un precio trágico, donde cualquiera entre 0.5 y 1.5 millones de casos de PTSD ocurrió como consecuencia de esa guerra.</p><p>Un vital, aspecto antiguo de este "ritual de purificación", puede y ha sido, reintroducido desde Vietnam y ése es "la sesión informativa," conducida cada noche alrededor de la fogata. La introducción de combate las 24 horas durante 11 meses en la Primera Guerra Mundial creó un ambiente en el cual se volvió imposible para el soldado perpetuar este antiguo ritual nocturno. A través del siglo XX la oportunidad de conducir una sesión de procesamiento de las experiencias de combate desapareció del campo de batalla. La plática de grupo no es una nueva ocurrencia en el campo de batalla. La ausencia de ésta es lo que es nuevo, y ahora lo estamos reintroduciendo, este ritual antiguo, con un grado de experiencia sistemática y científica que no había ocurrido antes.</p><p>Ahora, hay una obligación moral, médica y legal para conducir estas sesiones de grupo. Estas sesiones deben incluir todos los individuos que estuvieron</p><p>involucrados en el incidente crítico, o, si no es posible, individuos que estuvieron involucrados en incidentes similares. Cualquier organización que mande individuos a situaciones riesgosas, y especialmente aquélla que manda a humanos a participar de ese psicológicamente tóxico reino de la agresión interpersonal (que es, tal vez, la "fobia universal humana"), y que no conduce subsecuentemente una sesión está siendo moralmente, médicamente, y legalmente negligente.</p><p>Además, debe haber un ambiente donde no haya "secretos", ya que los perpetradores estarán "sólo tan enfermos como sus secretos." Eso significa, para lo mejor de nuestras habilidades, crear un ambiente de transparencia y rendición de cuentas en la cual no puedan ocurrir atrocidades o actos criminales, desde que estos son, en última instancia, "secretos" que casi siempre no pueden ser confesados y deben ser guardados a toda costa. El coronel Greg Belenke, un psiquiatra y jefe de uno de los equipos de combate al estrés en el Guerra del Golfo, ha definitivamente dicho que los actos criminales y las atrocidades son uno de los caminos más seguros al PTSD. PTSD puede ser visto como "el regalo que continua dando," ya que impacta no sólo a los perpetradores, sino también sus esposas e hijos en las décadas por venir (Belenke, 1996).</p><p>Rachel MacNair, en su investigación, ha encontrado que: "El asunto, 'Hubo ciertas cosas que hice en la milicia que no puedo decir a nadie,' fue un fuerte indicador de grupos que perpetraban en cualquier forma que lo viera. Cuando comparé aquellos que estuvieron directamente involucrados en la matanza de civiles o prisioneros con aquellos que presenciaron eso pero no estaban directamente involucrados, pero mataron en otros contextos (presumiblemente más en línea con combate tradicional), las dos cosas que se diferenciaban eran ellos y las pesadillas" (R.M. MacNair, comunicación personal, junio 15, 2000).</p><p>Esto quiere decir que las atrocidades, la matanza intencional de civiles y prisioneros, deben ser sistemáticamente erradicadas de nuestra forma de guerra, porque el precio de estos actos es muchísimo muy alto como para que sean tolerados en el más pequeño grado. Esto quiere decir que entramos en una era de transparencia y rendición de cuentas en todos los aspectos de quienes aplican la ley, mantienen la paz y quienes realizan operaciones de combate. Esto también dice algo acerca de aquellos a los que la sociedad llama para "estar en el peligro," para usar fuerza letal, y lidiar con agresión humana interpersonal. Estos individuos requieren apoyo psicológico tanto como requieren apoyo logístico, de comunicaciones y médico. De tal forma, así como nuestra sociedad entra en la era post-Guerra Fría, los campos de la psiquiatría y psicología tienen mucho que contribuir para la continua evolución del combate, y para la evolución de nuestra civilización.</p><p></p><p>Bibliografia:</p><p>Grossman, Dave, On killing II: The psychological cost of learning to kill,</p><p><a href="http://www.killology.com/art_onkilling_phobia.htm">http://www.killology.com/art_onkilling_phobia.htm</a> [online, March 2007], Killology</p><p>Research Group, 2000</p><p>CROZIER, Dave, A killing mind: understanding the psychological effects on</p><p>combat, Fort Bliss, April 2006</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Piloco, post: 788269, member: 7948"] [b]conclusion[/b] [B][U]Conclusión: Una aplicación del PTSD resultado de Matar[/U][/B] Así que, hemos visto que hay una poderosa resistencia a matar en la mayoría de los seres humanos saludables. También hemos visto que organizaciones militares y policiales alrededor del mundo han iniciado un poderoso proceso condicionante, a través del entrenamiento militar, que ha permitido a los combatientes burlar esta resistencia. Un extraordinario porcentaje de tiro resultó de esto proceso en las tropas de Vietnam, tropas británicas en las Malvinas y entre modernos oficiales de policía. Pero condicionamiento que deroga tal poderosa resistencia innata tiene un potencial enorme para una reacción psicológica negativa. Se ha notado que toda sociedad guerrera tiene un "ritual de purificación" para ayudar al guerrero que regresa para llevar su "culpa" y asegurarle que lo que hizo en combate estuvo "bien." En tribus primitivas esto generalmente involucra un baño ritual, una separación ritual (que sirve para calmar los ánimos y como "terapia de grupo"), y una ceremonia recibiendo al veterano de vuelta a la tribu. Los rituales modernos occidentales involucran una larga separación mientras se marcha o navega a casa, desfiles, monumentos, y la aceptación incondicional de la sociedad y la familia. Como fue notado anteriormente, después de Vietnam este ritual fue puesto de cabeza, y Norteamérica pago un precio trágico, donde cualquiera entre 0.5 y 1.5 millones de casos de PTSD ocurrió como consecuencia de esa guerra. Un vital, aspecto antiguo de este "ritual de purificación", puede y ha sido, reintroducido desde Vietnam y ése es "la sesión informativa," conducida cada noche alrededor de la fogata. La introducción de combate las 24 horas durante 11 meses en la Primera Guerra Mundial creó un ambiente en el cual se volvió imposible para el soldado perpetuar este antiguo ritual nocturno. A través del siglo XX la oportunidad de conducir una sesión de procesamiento de las experiencias de combate desapareció del campo de batalla. La plática de grupo no es una nueva ocurrencia en el campo de batalla. La ausencia de ésta es lo que es nuevo, y ahora lo estamos reintroduciendo, este ritual antiguo, con un grado de experiencia sistemática y científica que no había ocurrido antes. Ahora, hay una obligación moral, médica y legal para conducir estas sesiones de grupo. Estas sesiones deben incluir todos los individuos que estuvieron involucrados en el incidente crítico, o, si no es posible, individuos que estuvieron involucrados en incidentes similares. Cualquier organización que mande individuos a situaciones riesgosas, y especialmente aquélla que manda a humanos a participar de ese psicológicamente tóxico reino de la agresión interpersonal (que es, tal vez, la "fobia universal humana"), y que no conduce subsecuentemente una sesión está siendo moralmente, médicamente, y legalmente negligente. Además, debe haber un ambiente donde no haya "secretos", ya que los perpetradores estarán "sólo tan enfermos como sus secretos." Eso significa, para lo mejor de nuestras habilidades, crear un ambiente de transparencia y rendición de cuentas en la cual no puedan ocurrir atrocidades o actos criminales, desde que estos son, en última instancia, "secretos" que casi siempre no pueden ser confesados y deben ser guardados a toda costa. El coronel Greg Belenke, un psiquiatra y jefe de uno de los equipos de combate al estrés en el Guerra del Golfo, ha definitivamente dicho que los actos criminales y las atrocidades son uno de los caminos más seguros al PTSD. PTSD puede ser visto como "el regalo que continua dando," ya que impacta no sólo a los perpetradores, sino también sus esposas e hijos en las décadas por venir (Belenke, 1996). Rachel MacNair, en su investigación, ha encontrado que: "El asunto, 'Hubo ciertas cosas que hice en la milicia que no puedo decir a nadie,' fue un fuerte indicador de grupos que perpetraban en cualquier forma que lo viera. Cuando comparé aquellos que estuvieron directamente involucrados en la matanza de civiles o prisioneros con aquellos que presenciaron eso pero no estaban directamente involucrados, pero mataron en otros contextos (presumiblemente más en línea con combate tradicional), las dos cosas que se diferenciaban eran ellos y las pesadillas" (R.M. MacNair, comunicación personal, junio 15, 2000). Esto quiere decir que las atrocidades, la matanza intencional de civiles y prisioneros, deben ser sistemáticamente erradicadas de nuestra forma de guerra, porque el precio de estos actos es muchísimo muy alto como para que sean tolerados en el más pequeño grado. Esto quiere decir que entramos en una era de transparencia y rendición de cuentas en todos los aspectos de quienes aplican la ley, mantienen la paz y quienes realizan operaciones de combate. Esto también dice algo acerca de aquellos a los que la sociedad llama para "estar en el peligro," para usar fuerza letal, y lidiar con agresión humana interpersonal. Estos individuos requieren apoyo psicológico tanto como requieren apoyo logístico, de comunicaciones y médico. De tal forma, así como nuestra sociedad entra en la era post-Guerra Fría, los campos de la psiquiatría y psicología tienen mucho que contribuir para la continua evolución del combate, y para la evolución de nuestra civilización. Bibliografia: Grossman, Dave, On killing II: The psychological cost of learning to kill, [url]http://www.killology.com/art_onkilling_phobia.htm[/url] [online, March 2007], Killology Research Group, 2000 CROZIER, Dave, A killing mind: understanding the psychological effects on combat, Fort Bliss, April 2006 [/QUOTE]
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