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Area Militar General
Malvinas 1982
Tumbledown, Tte Vazquez y sus protagonistas (testimonios, documentos y hechos)
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<blockquote data-quote="PagoPorà" data-source="post: 2658846" data-attributes="member: 15840"><p>Pero,,,todo el mundo tiene las bajas Britanicas Declaradas, no se cual es la duda, incluso en ARRSE hasta con la foto que hacia, que le gustaba etc</p><p></p><p>Hay un mapa de bajas creo que del Libro de Mike Seaars que estan demasiado mal puestas</p><p></p><p></p><p>A veces uno busccando encuentra cosas, pero vamos a partir de DOS PRINCIPALES</p><p></p><p>La primera que segun el Jefe de seccion estaba con su cara pegada al piso porque la artilleria enemiga no te daba respiro</p><p>La segunda que en la Infanteria de Marina SIEMPRE se comio bien, desde el dulce de batata y las mermeladas la Campagnola hasta los Mantecol, si un Jefe no tenía bien comidos a los muchachos era por propia cuestion SUYA y no porque falte </p><p></p><p>Hay una declaracion donde se diga como y cuando fue herido Khin ?? mmmm</p><p>Vamos a un Fragmento de una publicación sobre Malvinas y la 4º N que nunca habia visto, recordando SIEMPRE lo que decian Tejada y la gente de Servicios, sobre que los ingleses tiraban largo</p><p></p><p></p><p><span style="font-size: 22px"><em>Domingo, 2 de abril de 2017</em></span></p><p><em>Me lo contó el veterano capitán Vázquez, una noche de guardia en Puerto Belgrano.</em></p><p><em>Hasta ese momento habían tenido suerte: las granadas de la artillería inglesa <u>pasaban altas o picaban cortas</u>, roncando sobre los pozos, con una especie de “rrraaakk” parecido al rasgarse de una tela, antes de reventar con un ruido sordo, primero, y algo parecido a un montón de fierros cayéndose después.</em></p><p><em>Cling-clang. Las esquirlas hacían cling clang y eso era lo malo, porque en realidad el ruido lo levantaba la metralla saltando por el aire de aquí para allá: algo muy desagradable. Y aunque aún no habían recibido impactos directos sobre las posiciones, de vez en cuando alguno de los hombres que recorrían las líneas de comunicaciones lanzaba un grito, llamaba a su madre o insultaba, mientras rodaba por el suelo con una esquirla clavada en el cuerpo. Poca cosa, de todos modos; apenas cuatro o cinco heridos que, en su mayor parte regresaban cojeando a las trincheras excavadas en la turba. Es curioso. En otras ocasiones, al primer rasguño que justificara el asunto, cualquiera de nosotros se quedaría allí tumbado, dispuesto a quitarse del medio. Pero aquella noche, en las islas Malvinas, en la ladera oeste de un monte llamando Tumbledown, nadie que pudiera mantenerse en pie se quedaba atrás. Y escribir esto me parece una locura: todavía hoy hay quienes los llaman nenes. Hay que ver las cosas que hicieron estos tipos.</em></p><p><em>La noche de aquel combate, 13 de junio de 1982, había un humo de mil demonios suspendido en el aire mezclado con niebla en el cielo negro, casi cerrado y sin luna, mientras los infantes de marina del Batallón 5, el bravo BIM 5, se estrechaban cada uno contra el hombro del compañero para paliar el frío, apretando los dientes y las manos crispadas sobre el fusil con la bayoneta calada. Esperaban un asalto inminente, bien atrincherados en sus posiciones defensivas.</em></p><p><em>Ra-ta-ta-bum-cling-clang una y otra vez: la jodida artillería naval británica que seguía haciendo fuego de ablandamiento desde los barcos fondeados en la bahía, y ellos procurando mantener la cordura y no volverse locos dentro de los pozos, a pesar de lo que les estaba cayendo.</em></p><p><em>La cuarta sección de la Compañía "Nácar" estaba desplegada en el extremo oeste de aquella altura llamada Tumbledown, y su frente apuntaba hacia el Sur. Tenían la misión de batir con fuegos preparados un flanco del valle que les quedaba enfrente, donde se localizaban también la primera y la segunda sección: alrededor de 1000 a 1500 metros hacia atrás, a retaguardia.</em></p><p><em>Desde los pozos de zorro excavados en la media pendiente, los infantes de marina veían los cascos del suboficial segundo Castillo (buen tipo, un provinciano valiente, bajito y duro como la madre que lo parió), y del dragoneante Galarza (aquel joven campesino de 20 años, apuesto, de sonrisa amplia y fanático de su guitarra).</em></p><p><em>A las 2300 horas sigue cayendo el cling-clang y el bum de la artillería inglesa. La primera granada de obús acierta de lleno en una posición de la sección, hace un agujero en el flanco izquierdo de la formación y convierte en un colador de cuero al soldado Khin, el apuntador de ametralladora de su grupo...</em></p><p></p><p> ?¿?¿?¿?¿¿</p><p><strong>Del Reporteje a Khin</strong></p><p></p><p><strong>– Siempre se dice que los soldados pasaron hambre y mucho frío…</strong></p><p>– Lo de la comida <strong>fue pésimo</strong>. Teníamos un plato de aluminio y nos ponían un poco para cada uno, solo para mantenernos. De mañana, únicamente mate cocido. Muchos argentinos mandaban cosas desde todas las provincias, pero por lo menos en mi sector, no llegaron esos alimentos. Nos enteramos de eso cuando regresamos. Los soldados la pasamos mal, aparte de lo que fue la guerra…</p><p></p><p><strong>– ¿Cuándo y cómo cae herido?</strong></p><p>– Fue en el último día de la guerra. En un ataque nocturno, aproximadamente a las 22.30. Tiraron una granada y una esquirla se me introdujo en el cuerpo, al lado del hígado. Yo sentí una explosión y un golpe en mi cuerpo. <strong>Les dije a mis compañeros</strong> que no sé lo que me había pasado, porque estaba totalmente oscuro. No sabía si estaba herido, pero que algo tenía.<strong> Le preguntaron al oficial a cargo, qué hacían conmigo</strong> y como no me podían llevar, <strong>me metí en el pozo de combate</strong>, me tapé con una frazada y esperé. Al otro día, a eso de las 16.00, me encontraron los ingleses. Por la herida que tuve y por el tiempo que pasó, fue un milagro que haya seguido con vida…</p><p></p><p>Por lo que relata Khin no estaban en una situación muy apremiada, habló con sus compañeros.....le preguntaron al Oficial a cargo y despues dice ME METÍ en el pozo de combate</p><p>Hay otro reportaje que lo voy a buscar donde dice que estaba fuera</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="PagoPorà, post: 2658846, member: 15840"] Pero,,,todo el mundo tiene las bajas Britanicas Declaradas, no se cual es la duda, incluso en ARRSE hasta con la foto que hacia, que le gustaba etc Hay un mapa de bajas creo que del Libro de Mike Seaars que estan demasiado mal puestas A veces uno busccando encuentra cosas, pero vamos a partir de DOS PRINCIPALES La primera que segun el Jefe de seccion estaba con su cara pegada al piso porque la artilleria enemiga no te daba respiro La segunda que en la Infanteria de Marina SIEMPRE se comio bien, desde el dulce de batata y las mermeladas la Campagnola hasta los Mantecol, si un Jefe no tenía bien comidos a los muchachos era por propia cuestion SUYA y no porque falte Hay una declaracion donde se diga como y cuando fue herido Khin ?? mmmm Vamos a un Fragmento de una publicación sobre Malvinas y la 4º N que nunca habia visto, recordando SIEMPRE lo que decian Tejada y la gente de Servicios, sobre que los ingleses tiraban largo [SIZE=6][I]Domingo, 2 de abril de 2017[/I][/SIZE] [I]Me lo contó el veterano capitán Vázquez, una noche de guardia en Puerto Belgrano. Hasta ese momento habían tenido suerte: las granadas de la artillería inglesa [U]pasaban altas o picaban cortas[/U], roncando sobre los pozos, con una especie de “rrraaakk” parecido al rasgarse de una tela, antes de reventar con un ruido sordo, primero, y algo parecido a un montón de fierros cayéndose después. Cling-clang. Las esquirlas hacían cling clang y eso era lo malo, porque en realidad el ruido lo levantaba la metralla saltando por el aire de aquí para allá: algo muy desagradable. Y aunque aún no habían recibido impactos directos sobre las posiciones, de vez en cuando alguno de los hombres que recorrían las líneas de comunicaciones lanzaba un grito, llamaba a su madre o insultaba, mientras rodaba por el suelo con una esquirla clavada en el cuerpo. Poca cosa, de todos modos; apenas cuatro o cinco heridos que, en su mayor parte regresaban cojeando a las trincheras excavadas en la turba. Es curioso. En otras ocasiones, al primer rasguño que justificara el asunto, cualquiera de nosotros se quedaría allí tumbado, dispuesto a quitarse del medio. Pero aquella noche, en las islas Malvinas, en la ladera oeste de un monte llamando Tumbledown, nadie que pudiera mantenerse en pie se quedaba atrás. Y escribir esto me parece una locura: todavía hoy hay quienes los llaman nenes. Hay que ver las cosas que hicieron estos tipos. La noche de aquel combate, 13 de junio de 1982, había un humo de mil demonios suspendido en el aire mezclado con niebla en el cielo negro, casi cerrado y sin luna, mientras los infantes de marina del Batallón 5, el bravo BIM 5, se estrechaban cada uno contra el hombro del compañero para paliar el frío, apretando los dientes y las manos crispadas sobre el fusil con la bayoneta calada. Esperaban un asalto inminente, bien atrincherados en sus posiciones defensivas. Ra-ta-ta-bum-cling-clang una y otra vez: la jodida artillería naval británica que seguía haciendo fuego de ablandamiento desde los barcos fondeados en la bahía, y ellos procurando mantener la cordura y no volverse locos dentro de los pozos, a pesar de lo que les estaba cayendo. La cuarta sección de la Compañía "Nácar" estaba desplegada en el extremo oeste de aquella altura llamada Tumbledown, y su frente apuntaba hacia el Sur. Tenían la misión de batir con fuegos preparados un flanco del valle que les quedaba enfrente, donde se localizaban también la primera y la segunda sección: alrededor de 1000 a 1500 metros hacia atrás, a retaguardia. Desde los pozos de zorro excavados en la media pendiente, los infantes de marina veían los cascos del suboficial segundo Castillo (buen tipo, un provinciano valiente, bajito y duro como la madre que lo parió), y del dragoneante Galarza (aquel joven campesino de 20 años, apuesto, de sonrisa amplia y fanático de su guitarra). A las 2300 horas sigue cayendo el cling-clang y el bum de la artillería inglesa. La primera granada de obús acierta de lleno en una posición de la sección, hace un agujero en el flanco izquierdo de la formación y convierte en un colador de cuero al soldado Khin, el apuntador de ametralladora de su grupo...[/I] ?¿?¿?¿?¿¿ [B]Del Reporteje a Khin[/B] [B]– Siempre se dice que los soldados pasaron hambre y mucho frío…[/B] – Lo de la comida [B]fue pésimo[/B]. Teníamos un plato de aluminio y nos ponían un poco para cada uno, solo para mantenernos. De mañana, únicamente mate cocido. Muchos argentinos mandaban cosas desde todas las provincias, pero por lo menos en mi sector, no llegaron esos alimentos. Nos enteramos de eso cuando regresamos. Los soldados la pasamos mal, aparte de lo que fue la guerra… [B]– ¿Cuándo y cómo cae herido?[/B] – Fue en el último día de la guerra. En un ataque nocturno, aproximadamente a las 22.30. Tiraron una granada y una esquirla se me introdujo en el cuerpo, al lado del hígado. Yo sentí una explosión y un golpe en mi cuerpo. [B]Les dije a mis compañeros[/B] que no sé lo que me había pasado, porque estaba totalmente oscuro. No sabía si estaba herido, pero que algo tenía.[B] Le preguntaron al oficial a cargo, qué hacían conmigo[/B] y como no me podían llevar, [B]me metí en el pozo de combate[/B], me tapé con una frazada y esperé. Al otro día, a eso de las 16.00, me encontraron los ingleses. Por la herida que tuve y por el tiempo que pasó, fue un milagro que haya seguido con vida… Por lo que relata Khin no estaban en una situación muy apremiada, habló con sus compañeros.....le preguntaron al Oficial a cargo y despues dice ME METÍ en el pozo de combate Hay otro reportaje que lo voy a buscar donde dice que estaba fuera [/QUOTE]
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Verificación
Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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