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Un año en la antartida
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<blockquote data-quote="cawan 5" data-source="post: 786738" data-attributes="member: 7736"><p>Los trabajos a realizar son variados, pero todos son de mantenimiento de la casa, el hangar, la usina, la frigorífica y la limpieza de la isla, si bien el objetivo fundamental es el hecho de que nuestro país tenga presencia con el fin de afirmar nuestra soberanía y como miembros fundamentales que somos del Consejo permanente de la Antártida y pioneros en materia de supervivencia (Orcadas 1902), debido a que fuimos los primeros en instalar una Base en este casi desconocido continente.</p><p></p><p>En mi caso en particular, al ser Meteorólogo, el trabajo lo compartía con el “Flaco” Plaza, por lo que hacíamos por turnos de 12 hs, de 0800 a 2000hs y de 2000 a 0800 hs, así fue durante todo el año a esto le sumábamos la guardia de “Ramona” (es aquel que se encargaba ese día de la limpieza de toda la casa, esta guardia excepto el jefe y los cocineros la cubríamos todos como así también era de todos el tema de hacer el agua), así que nosotros debíamos hora a hora realizar nuestra observación meteorológica y llenar las libretas correspondiente con datos de temperatura, humedad, viento, presión, visibilidad, nubes etc y cada tres horas confeccionar el SYNOP (información meteorológica codificada proveniente de una estación de tierra), esta información era transmitida por radio a la Base Aérea Marambio y estos a su vez la transmitían al Servicio Meteorológico Nacional quien la enviaba a todos los usuarios nacionales e internacionales, en si me sentía orgulloso de ellos debido a que mi trabajo era por lo único que se conocía internacionalmente la existencia del Destacamento Naval Petrel, y también era parte de la investigación científica que el mundo de la ciencia lleva a cabo con respecto a las variaciones climáticas no solo antárticas sino globales, por ende la responsabilidad de hacer las cosas bien era mayor, y era para mi un placer salir hora a hora y caminar los casi 200 metros que separaban el campo meteorológico de la casa principal sin importar si el día estaba excelente o sino se veía a 2 metros, el trabajo debía hacerse y lo hacíamos, mas de una vez en mitad de la noche y al no haber viento y sin luz de luna ¡¡ una oscuridad total!! Es de no creer pero; ¡¡¡Se podía oír el silencio!!! Y de repente, por un problema de dilatación de los metales saltaba la tapa de los tambores de 200 litros ¿saben los que es en semejante silencio que de buenas a primera se escuchara eso? ¡¡¡Parecía como que habían colocada una bomba!!! Ni les cuento la primera vez que lo escuche, ¡¡ se me congelo la sangre!! Me quede quieto, durante un rato y luego continué mi camino, recién al otro día me dijeron de que se trataba, como así también la primera que en vez de un tambor, pise un pingüino ¡¡¡Pahhhh!!! ¡¡¡¡ Casi me muero!!!! . ¿Se imaginan lo que es en semejante oscuridad pisar un bicho de estos, el grito que pega y que te salga de entre las piernas? Pero son hoy estos hermosos recuerdos, como estar parado en el medio de la nada, en esa inmensidad blanca en pleno invierno, en una noche a plena luna y sin nada, absolutamente nada de viento, es increíble poder escuchar el silencio, poder ver el resplandor de la luna, pareciéndose un camino largo que comenzaba en la blancura de la nieve y parecía llegar hasta la misma luna.</p><p></p><p>Pero también tiene su atractivo, en el momento que comienza a soplar y soplar el viento y parece querer desarmar el anemómetro (instrumento con que mide la intensidad del viento) y la aguja de este que comienza a marcar 60- 70 nudos ráfagas de 80 (aclaremos que 1 nudo es igual a 1,8 kms por hora) o sea que cercano a los 150 kms/h la casa se mueve el viento silva ¿se imaginan la sensación térmica? ¿Tienen idea de lo que es un viento así después de haber nevado copiosamente durante toda la noche? La nieve es similar a la tierra, aquí en el continente (o el norte, tal cual como le llamamos los antárticos una vez que estamos allá) donde existe una hendija la nieve se filtra, el día de mas baja sensación térmica fue de 65º grados bajo cero, la temperatura real era mas o menos de 26º bajo cero pero por efecto del viento la sensación térmica siempre es mucho mas baja, cuesta creer, pero teníamos en el entretecho (lo utilizábamos como deposito de bebidas gaseosas, jugos y comestibles, los frascos de alcaparra en vinagra se reventaban como si nada, se imaginan las gaseosas, corríamos de un lugar a otro cuando escuchábamos la explosión y hacíamos apuestas que era lo que se había reventado, (naranja, cola, lima-limón), hubo que evacuar el entretecho ¡¡ Que manera de trabajar ese día!! Si no hacíamos eso nos hubiésemos quedados sin gaseosas, jugos y otros alimentos.</p><p></p><p>Cierto día nevó toda la noche, en absoluta calma, amaneció un día hermoso, nublado, pero mas blanco que nunca, nada de viento, como todos los días a las 8 de la mañana de lunes a viernes, desayunábamos y era ese el momento en que se daban las instrucciones para las tareas del día, fue un desayuno mas, a las 08 30 hs invierno o verano, salvo que la situación fuese demasiado desapacible las tareas se llevaban a cabo lo mismo, a las 08 30 me abrigue y Salí a recorrer los 200 mts que separaban el campo meteorológico de la casa, mientras el Flaco Alamo (el electricista) se encamino hacia el generador distante a unos 500 mts de la casa y el Bicho Moreno y Caburito Santa Cruz (los mecánicos) salieron hacia el hangar que estaba a unos 600 mts de la casa, al salir fuera de esta todos nos saludamos y nos deseamos suerte, no veríamos a la hora del almuerzo, recuerdo no haber recorrido mas allá de la mitad del camino, cuando surgido de la nada o como si alguien de repente hubiese encendido un potente ventilador, comenzó a soplar un potentísimo viento, tuve que agarrarme de unos pasamanos hechos con soga, debido a la impresionante ventisca (ventisca es el fenómeno meteorológico de la nieve levantada por efecto del viento) realice mi observación meteorológica como pude y regrese a la casa, a mi oficina para realizar el SYNOP (información meteorológica codificada), seguí agarrado al pasamanos, pero este en cercanías de la casa se terminaba, por ende comencé a caminar, al lugar donde supuestamente estaba la puerta por donde debía ingresar a la casa, cuando me di cuenta me encontraba debajo de la misma (esta en su parte norte esta construida de manera tal que entre el suelo y el piso de la casa son aproximadamente 3 mts) inclusive había pasado al lado de la casa de emergencia y no la había visto, todo esto parece increíble estar al lado de una casa y no verla en pleno día, pero quienes han estado en la Antártida saben que es así, desde adentro de la casa ya habían comenzado a llamar a quienes habían salido hacia el generador y el hangar, el flaco Alamo había llegado bien, ¿como hizo? Camino mirando hacia arriba los 500 mts guiándose por el tendido de los cables de electricidad, se llamo al hangar, allí nadie contestaba fue una y otra vez, Alamo se traslado hasta el hangar, ya que estaba cerca de el y nos informo que tanto Moreno como Santa Cruz no habían llegado, nuestra preocupación fue grande y aumenta a medida que pasaba el tiempo y de ellos nada, fue que comenzamos a prepararnos y organizar una patrulla, habíamos buscado los elementos necesarios, como ropa de abrigo, brújula, sogas etc. Debíamos ir todos los integrantes de la patrulla atada y también equipos de comunicación, estábamos listos a salir, cuando el Flaco Alamo desde el hangar nos dio la noticia que habían aparecido, gritos de alegría y <img src="https://www.smiley-lol.com/smiley/musique/0applaude.gif" class="smilie" loading="lazy" alt="aplausos" title="Aplausos aplausos" data-shortname="aplausos" /> por la aparición de nuestros compañeros fue lo que siguió ¿Que había pasado?</p><p></p><p>El hangar, no es diferente a cualquier hangar que se utilice para guardar aviones o sea que las dimensiones del mismo son bastante considerables, en otros tiempo albergaba a 2 Pilotus -Porter y como la nevada había sido bastante considerable (cabe acotar que hacia varios días que venia nevando abundantemente) en algunos lugares no se podía caminar debido a que el manto de nieve acumulado era superior a nuestras piernas, por ende había que nadar sobre el manto blanco y hacer como los pingüinos, poner el pecho y desplazarnos con las manos y pies como si realmente estuviésemos en una pileta de natación¡¡ cuesta creer!! ¿Verdad? Pero es así y estos muchachos caminaron y caminaron sin tener un punto de referencia por lo tanto sin saber adonde irían, se dieron cuenta en un momento que se estaban introduciendo en el mar congelado, fue entonces que tuvieron que retroceder, tomaron un rumbo que ellos creían los llevaría de regreso a la casa pero para eso debían recorrer varios kms, desistieron de ello, fue entonces que hicieron lo que nos habían enseñado, lo ideal es hacer un reparo con la nieve y guarecerse en el hasta que el temporal amaine, esto es teórico, por que la practica les dijo a ellos; que si se quedaban mucho tiempo en ese refugio se congelarían, motivo por el cual siguieron caminando con el fin de regresar a la casa ,pero una y otra vez pasaban por el refugio que habían levantado o sea que la desorientación que tenían los hacia caminar en círculos, en un momento dado Santa Cruz le dio la impresión de pisar algo diferente , comenzaron a cavar con las manos y se encontraron con un tambor de 200 litros, que eran los tambores de combustible¿ adonde estaban los tambores? Al lado del hangar, en la parte sur del mismo, lo único que hicieron fue caminar unos metros y entrar por fin al hangar y aunque no lo crean, estos dos individuos, en un primer momento pasaron caminando por sobre el hangar ¡¡¡ si por arriba del techo!!!, debido a que este estaba totalmente tapado de nieve, tanto en su parte norte como la zona sur, no así las puertas que dan al este y al oeste, una vez adentro del mismo fue el Flaco Alamo que nos comunico las llegada de ambos, lo que desencadeno en nosotros gritos de vivas y abrazos, debido a que eran dos compañeros, que habían pasado un mal trance, pero gracias a Dios todo termino bien, hay cientos de historias y recuerdos , anécdotas que es difícil de contar y enumerar, pero es una experiencia totalmente diferente a otras, el hecho de poder caminar sobre el mar, sobre el océano antártico congelado, jugar con las focas, lobos marinos y elefantes, correr detrás de los pingüinos o tirarse en la nieve para que ellos nos rodeen, con el fin de agarrar a uno para saber como es, poder tocarlo acariciarlo para después soltarlo, poder hacer kilómetros desde una isla a otra, caminando tomando todas las precauciones del caso, por arriba del mar, poder llegar hasta algún bandejón o témpanos de considerable tamaño que quedan varados en el Estrecho Active o Antartic , son vivencias únicas e irrepetible.</p><p></p><p>En la casa teníamos un perro antártico de los de raza siberiano (una belleza), que nos había regalado el personal de la Base Esperanza, debido a que no servia para el trineo, no recuerdo por que, pero lo llamamos Navarrito, como meteorólogo debía, una vez por semana (en invierno) y todos los días en verano, informar el estado de las condiciones del hielo marino y esta era transmitida principalmente a los buques de distintos países del mundo que navegan por la Antártida ,fue por ello que debí buscar un lugar elevado donde (ayudado con largavista ) pudiese observar el mar en todas sus direcciones, ese lugar esta distante unos 2 kms de la casa principal pero en cercanías de la usina, era una montañita de una altura considerable, que tenia muy buena vista hacia el sur este y norte, podía ver desde allí los Estrechos Active y Antartic, y hacia el sur, una isla que tiene una forma de Pan Dulce navideño y precisamente es así como es mas conocido, el Pan Dulce.</p><p></p><p>Cuando debía realizar mi observación glaciológica lo hacia acompañado de Navarrito, debido a que este estaba mas que acostumbrado a andar en la nieve, le colocaba el collar una soga y con el partía a hacer mi trabajo, una vez hecha mi observación emprendía el regreso, pero bajaba hacia la usina, lugar por donde había como un sendero para hacer esquí, es entonces cuando yo salía corriendo y por instinto Navarrito también y claro me pasaba, es ahí cuando me sentaba en la nieve y era arrastrado por Navarrito hasta la parte mas baja de la montaña, nunca, por suerte y gracias a Dios en ese CULI-SKY me toco chocar con una piedra o algo así, por que se imaginan, como explicar lo que se me hubiese roto o mi husito dulce se hubiese partido en dos, así como estas cada uno tiene sus pequeñas anécdotas e historias, pero el tiempo paso y entre una cosa y la otra se nos fue el año, gracias a la ayuda de Dios es que tuvimos un gran grupo humano, fuimos buenos compañeros, solidarios unos con otros y por sobre todas las cosas, lo primordial fue la conducción de nuestro jefe el Teniente Carlos Lavarías, quien supo conducirnos, por que supo evitar el peor enemigo que puede tener un Antártico que es la monotonía y el aburrimiento, siempre tuvimos cosas para hacer, acompañara o no el clima, si estaba lindo y se podía trabajar al aire libre o sea fuera de la casa se trabajaba y si estaba malo los trabajos se realizaban dentro de lugares cerrados, pero en todos los casos el era el primero en salir, pero también era muy respetuoso, no solamente de las personas sino de todo lo que rodeaba al individuo , como por ejemplo de nuestros cumpleaños, los cuales se festejaban, el mismo día en que el individuo los cumplía si hoy había uno se hacia el festejo y si mañana había otro se lo hacia, no se juntaba en un día todos los cumple, esa noche se llevaba a cabo una cena especial con torta, sidras y también regalos, que habíamos llevado nosotros cuando fuimos (sabiendo de esto), y al día siguiente era asueto, únicamente se llevaban a cabo los trabajos de Ramona y hacer agua si era necesario, los que debían trabajar siempre eran los cocineros salvo los días viernes a la noche que se hacían pizzas y a estas las hacían quienes supieran hacerlas, con el tiempo fuimos varios quienes aprendimos y el sábado a la noche era tenedor libre, si querías comer ¡¡hacete la comida!!</p><p></p><p>Después de haber transcurrido un tiempo de permanencia y al habernos aclimatado y acostumbrados a los horarios, recuerdo que cuando me tocaba hacer el turno que va desde las 20 00 hs hasta las 08 00 hs, junto al Flaco Plaza que era de especialidad o mejor dicho su profesión era ser Torrero (los que operan los Faros) pero aquí en la Antártida hacíamos meteorología, por lo tanto nos repartíamos el día en turnos de 12 hs, rotábamos los lunes, los días que me tocaba el turno de noche, mas o menos a las 2 de la madrugada, solían aparecer varios integrantes de la casa, sabiendo que en la cocina los esperaba un churrasco en la plancha, presas de pollos o algo para comer, con una humeante taza de café caliente o en todo caso el mate siempre estaba listo, comían algo conversábamos un rato y nuevamente se acostaban hasta esperar el horario de las 07 00hs de la mañana, que era el horario en que diariamente se levantaban, desayunaban y en la misma mesa de desayuno se planificaban las tareas a llevarse a cabo ese día, ¡¡¡ siempre lo mismo!!! Que monótono, pero era así y así se nos transcurrió el tiempo, claro que se extrañaba, se extrañaba a la familia, a la novia, los hijos, amigos, conocidos ciertos hábitos, pero sabiéndolo ocupar (el tiempo) es llevadero y pasa, si tenemos que hacer algún tipo de comparación, digamos que éramos algo así como un Gran Hermano.</p><p></p><p>Los días pasaron, paso el invierno, poco a poco volvió la época en que el sol se volvió a ver mucho mas, recordemos que en pleno invierno lo veíamos apenas 2 o 3 horas por día el resto era penumbra y noche, antes de ir a la Antártida y como para ir aclimatándome había leído el libro ´´El País de las Sombras Largas `` era tal cual , con la salvedad que no teníamos esquimales ni osos, con el transcurrir el tiempo y llegando a diciembre volvió el sol a brillar casi las 24 hs salvo 3 hs que se escondía detrás de una montaña, llegaba la época en que el personal de la Base Marambio nos llamaba y decía que preparásemos el asado que al otro día venían y así lo hacían, a veces traían personal de la Base Esperanza, aparecían con el amigo de los antártico que era el Twin Otter, durante todo el año nos llevo la correspondencia que nos enviaban nuestras familias y amigos como así también los alimentos frescos como ser frutas y verduras, ¡¡saben lo que es comer una planta de lechuga!! ¡¡ Un tomate!! Que no sea enlatado, poder pelar una naranja o una manzana y comerla, quizás la cosa más tonta y común en cualquier lugar, pero no en la Antártida ¡¡No se imaginan el valor que esto tiene!! Era un verdadero placer, digo era, por que aun lo debe seguir siéndolo para todos aquellos que hoy están en cualquier lugar de la Antártida y sin importar la nacionalidad que sea.</p><p></p><p>A medida que llega fin de año y desde el mes de octubre, comienza nuevamente el movimiento en el continente blanco, buques de diferentes nacionalidades, aviones, personal y los días , es como si empezaran a transcurrir mas lentos es como si el reloj tuviese mas horas, eso pasa por las ganas que empezamos a sentir de regresar de vuelta a nuestros hogares el deseo de volver a ver a los nuestros se incrementaba se vuelve traicionero el tiempo, no llegaba nunca el día que queríamos ver anclado en el Estrecho Active al Bahía Aguirre, que era el buque transporte que debía llevarnos de vuelta ´´ al continente ´´ o al ´´ norte ´´, como le llamábamos a la parte continental Argentina, pero como todo en la vida llega, ese día llegó , júbilo y alegría , de vuelta a casa ¡¡ por fin a casa!!. Son momentos difíciles de describir, ¡¡¡hay que vivirlos!!! Hay que estar en la piel de cada uno de los que estuvimos en la Antártida y de los que actualmente están allí, si bien es grande la alegría de volver, del regreso, también esta la congoja, la tristeza, no fue un día, no fueron unas vacaciones las que pasamos, ¡¡fue un año!! Si un año de nuestras vidas en ese inhóspito lugar, un año conviviendo con ella, un año que nos permitió vivir, reír y por que no llorar, un año de alegrías y también de tristezas.</p><p></p><p>La Antártida es como la primera novia, la ves, la conoces y te enamoras de ella, es mas, cuando la dejas queres volver, deseas estar nuevamente con ella, aunque mas no sea un momento, deseas verla, toquetearla, mimarla y sentirla nuevamente, pero con el respeto que ella se merece.</p><p></p><p>La Antártida es hermosa, se la extraña ¡¡Pero ojo!! Se la debe respetar, ella te exige respeto, si con ella te equivocas esa equivocación la podes pagar muy caro, muchas vidas han quedado en ella, muchos sueños se han truncado, pero muy difícilmente sea culpa de ella, sino que normalmente es precisamente por la falta de respeto, la mayoría de los casos es por equivocaciones nuestras , de los seres humanos, ella acepta errores pero pequeños, mínimos, los mas grandes suelen pagarse con la vida, se la debe respetar, esto quiere decir que cualquier cosa o acto que uno deba realizar debe planificarlo hasta el mínimo detalle, el azar no cuenta, por mas que fuese por trabajo, por estudio, investigación, por aventura, en la Antártida deben tomarse todos los recaudos necesarios desde la planificación del lugar a recorrer y el objetivo, el abrigo a llevar, el sistema de comunicación, el estado de los materiales a utilizar hasta saber cual ha de ser el estado del tiempo, el tiempo en si que a de demandar el emprendimiento y claro está los alimentos ,el material sanitario, no hay que olvidarse que el lugar donde estamos es normal que nuestro organismo tenga que soportar temperaturas de 50 o 60 grados bajo cero vientos de 100 o 150 kms por hora, por todo esto es que a la Antártida no hay que desafiarla hay que tenerle respeto, que no es lo mismo que miedo, simplemente respeto.</p><p></p><p>Y nuestro regreso comenzó, ese día llego, era esa rara sensación de querer regresar, pero también nos embargaba esa sensación de abandono de ese lugar tan querido, pero ya estábamos a bordo del Bahía Aguirre, con nuestro regreso en marcha, no interesaba si teníamos que dormir vestidos en la bodega del buque, no importaba si hacia tanto frío adentro como afuera, no interesaba si nos habrían la tapa de la bodega del buque y nuestro dormitorio quedaba a cielo abierto tampoco interesaba si antes de regresar debíamos hacer un viajecito de unos 10 días hasta las Islas Orcadas, total días mas días menos estábamos en camino de regreso a nuestros hogares, en ese viaje veníamos de regreso aquellos que habíamos pasado un año, en las Base Alte Brown, Orcadas y por supuesto casi todos los que habíamos estado en Petrel y digo casi todos debido a que un grupo pequeños de nuestros compañeros junto al Teniente Lavarías debieron quedarse en la Base un par de meses mas por que fue ese el ultimo año en que se hizo una invernada en ese estupendo lugar, una verdadera lastima abandonar esa base, pero así fue, fue el ultimo, en ese viaje nos conocimos personalmente aquellos que durante el año nos habíamos estado comunicando y a su vez conversando por radio, como por ejemplo los meteorólogos.</p><p></p><p>Después de unos 10 días de viaje llegamos a Ushuaia, la ciudad mas austral del mundo y por fin el continente, el norte tan extrañado, otra vez la vida ¿normal?, nuevamente ver autos, negocios, gente otra vez la vida y en Ushuaia ir a comer a un restaurante ir a tomar un wisky o una cerveza al Faro o a lo de la Tía Petters, otra vez la normalidad.</p><p></p><p>Después de 2 o 3 días en Ushuaia, abordamos el Hércules C-130 con rumbo al Aeropuerto de El Palomar, el viaje se hace lento las horas no pasan, claro está que eso era para nosotros que teníamos unas enormes ganas de llegar, pero al fin llegamos, bajamos del avión y con Ditore , aquel que tenia miedo de morir al aterrizar en Marambio, nos vimos envueltos en un abrazo y llorando, volvíamos , nuestro sueño se había cumplido, estábamos orgullosos, contentos de haber logrado nuestro propósito, nuestra misión había sido cumplida, habíamos dejado un año de nuestras vidas , allí en la Antártida.</p><p></p><p>Habíamos soñado y nuestros sueños estaban realizados, hoy sigo soñando han transcurrido casi 30 años, y me gustaría que al despertar alguien me diga que esa porción de tierra helada es parte definitiva de nuestro continente, que es realmente ANTARTIDA ARGENTINA y entonces si mi sueño completo se vera hecho realidad y sabré entonces que sin peleas, sin batallas, sin combates, sin exterminio entre seres humanos, sin guerra yo fui parte integrante, pequeña, pero parte al fin de que nuestra Soberanía Nacional se extiende definitivamente hasta el mismísimo Polo Sur y de no ser así, también me siento orgulloso de haber sido y ser parte de una pequeñísima parte de la humanidad que tiene el privilegio de haber estado como población en el mas inhóspito de los territorios de nuestro planeta y que no en vano derrame lagrimas y parecía un pájaro bobo (pingüino) en aquellas gélidas tierras y también en el momento que ingrese al Aeropuerto El Palomar y sentí el abrazo de mi hermano y detrás de el toda mi familia y amigos (mi abuela, mis tías, primos y amigos) deje caer mis bolsos y como un niño lloré, la emoción que se siente no se la puede describir, no se la puede contar, son momentos únicos que se viven y no se repiten.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="cawan 5, post: 786738, member: 7736"] Los trabajos a realizar son variados, pero todos son de mantenimiento de la casa, el hangar, la usina, la frigorífica y la limpieza de la isla, si bien el objetivo fundamental es el hecho de que nuestro país tenga presencia con el fin de afirmar nuestra soberanía y como miembros fundamentales que somos del Consejo permanente de la Antártida y pioneros en materia de supervivencia (Orcadas 1902), debido a que fuimos los primeros en instalar una Base en este casi desconocido continente. En mi caso en particular, al ser Meteorólogo, el trabajo lo compartía con el “Flaco” Plaza, por lo que hacíamos por turnos de 12 hs, de 0800 a 2000hs y de 2000 a 0800 hs, así fue durante todo el año a esto le sumábamos la guardia de “Ramona” (es aquel que se encargaba ese día de la limpieza de toda la casa, esta guardia excepto el jefe y los cocineros la cubríamos todos como así también era de todos el tema de hacer el agua), así que nosotros debíamos hora a hora realizar nuestra observación meteorológica y llenar las libretas correspondiente con datos de temperatura, humedad, viento, presión, visibilidad, nubes etc y cada tres horas confeccionar el SYNOP (información meteorológica codificada proveniente de una estación de tierra), esta información era transmitida por radio a la Base Aérea Marambio y estos a su vez la transmitían al Servicio Meteorológico Nacional quien la enviaba a todos los usuarios nacionales e internacionales, en si me sentía orgulloso de ellos debido a que mi trabajo era por lo único que se conocía internacionalmente la existencia del Destacamento Naval Petrel, y también era parte de la investigación científica que el mundo de la ciencia lleva a cabo con respecto a las variaciones climáticas no solo antárticas sino globales, por ende la responsabilidad de hacer las cosas bien era mayor, y era para mi un placer salir hora a hora y caminar los casi 200 metros que separaban el campo meteorológico de la casa principal sin importar si el día estaba excelente o sino se veía a 2 metros, el trabajo debía hacerse y lo hacíamos, mas de una vez en mitad de la noche y al no haber viento y sin luz de luna ¡¡ una oscuridad total!! Es de no creer pero; ¡¡¡Se podía oír el silencio!!! Y de repente, por un problema de dilatación de los metales saltaba la tapa de los tambores de 200 litros ¿saben los que es en semejante silencio que de buenas a primera se escuchara eso? ¡¡¡Parecía como que habían colocada una bomba!!! Ni les cuento la primera vez que lo escuche, ¡¡ se me congelo la sangre!! Me quede quieto, durante un rato y luego continué mi camino, recién al otro día me dijeron de que se trataba, como así también la primera que en vez de un tambor, pise un pingüino ¡¡¡Pahhhh!!! ¡¡¡¡ Casi me muero!!!! . ¿Se imaginan lo que es en semejante oscuridad pisar un bicho de estos, el grito que pega y que te salga de entre las piernas? Pero son hoy estos hermosos recuerdos, como estar parado en el medio de la nada, en esa inmensidad blanca en pleno invierno, en una noche a plena luna y sin nada, absolutamente nada de viento, es increíble poder escuchar el silencio, poder ver el resplandor de la luna, pareciéndose un camino largo que comenzaba en la blancura de la nieve y parecía llegar hasta la misma luna. Pero también tiene su atractivo, en el momento que comienza a soplar y soplar el viento y parece querer desarmar el anemómetro (instrumento con que mide la intensidad del viento) y la aguja de este que comienza a marcar 60- 70 nudos ráfagas de 80 (aclaremos que 1 nudo es igual a 1,8 kms por hora) o sea que cercano a los 150 kms/h la casa se mueve el viento silva ¿se imaginan la sensación térmica? ¿Tienen idea de lo que es un viento así después de haber nevado copiosamente durante toda la noche? La nieve es similar a la tierra, aquí en el continente (o el norte, tal cual como le llamamos los antárticos una vez que estamos allá) donde existe una hendija la nieve se filtra, el día de mas baja sensación térmica fue de 65º grados bajo cero, la temperatura real era mas o menos de 26º bajo cero pero por efecto del viento la sensación térmica siempre es mucho mas baja, cuesta creer, pero teníamos en el entretecho (lo utilizábamos como deposito de bebidas gaseosas, jugos y comestibles, los frascos de alcaparra en vinagra se reventaban como si nada, se imaginan las gaseosas, corríamos de un lugar a otro cuando escuchábamos la explosión y hacíamos apuestas que era lo que se había reventado, (naranja, cola, lima-limón), hubo que evacuar el entretecho ¡¡ Que manera de trabajar ese día!! Si no hacíamos eso nos hubiésemos quedados sin gaseosas, jugos y otros alimentos. Cierto día nevó toda la noche, en absoluta calma, amaneció un día hermoso, nublado, pero mas blanco que nunca, nada de viento, como todos los días a las 8 de la mañana de lunes a viernes, desayunábamos y era ese el momento en que se daban las instrucciones para las tareas del día, fue un desayuno mas, a las 08 30 hs invierno o verano, salvo que la situación fuese demasiado desapacible las tareas se llevaban a cabo lo mismo, a las 08 30 me abrigue y Salí a recorrer los 200 mts que separaban el campo meteorológico de la casa, mientras el Flaco Alamo (el electricista) se encamino hacia el generador distante a unos 500 mts de la casa y el Bicho Moreno y Caburito Santa Cruz (los mecánicos) salieron hacia el hangar que estaba a unos 600 mts de la casa, al salir fuera de esta todos nos saludamos y nos deseamos suerte, no veríamos a la hora del almuerzo, recuerdo no haber recorrido mas allá de la mitad del camino, cuando surgido de la nada o como si alguien de repente hubiese encendido un potente ventilador, comenzó a soplar un potentísimo viento, tuve que agarrarme de unos pasamanos hechos con soga, debido a la impresionante ventisca (ventisca es el fenómeno meteorológico de la nieve levantada por efecto del viento) realice mi observación meteorológica como pude y regrese a la casa, a mi oficina para realizar el SYNOP (información meteorológica codificada), seguí agarrado al pasamanos, pero este en cercanías de la casa se terminaba, por ende comencé a caminar, al lugar donde supuestamente estaba la puerta por donde debía ingresar a la casa, cuando me di cuenta me encontraba debajo de la misma (esta en su parte norte esta construida de manera tal que entre el suelo y el piso de la casa son aproximadamente 3 mts) inclusive había pasado al lado de la casa de emergencia y no la había visto, todo esto parece increíble estar al lado de una casa y no verla en pleno día, pero quienes han estado en la Antártida saben que es así, desde adentro de la casa ya habían comenzado a llamar a quienes habían salido hacia el generador y el hangar, el flaco Alamo había llegado bien, ¿como hizo? Camino mirando hacia arriba los 500 mts guiándose por el tendido de los cables de electricidad, se llamo al hangar, allí nadie contestaba fue una y otra vez, Alamo se traslado hasta el hangar, ya que estaba cerca de el y nos informo que tanto Moreno como Santa Cruz no habían llegado, nuestra preocupación fue grande y aumenta a medida que pasaba el tiempo y de ellos nada, fue que comenzamos a prepararnos y organizar una patrulla, habíamos buscado los elementos necesarios, como ropa de abrigo, brújula, sogas etc. Debíamos ir todos los integrantes de la patrulla atada y también equipos de comunicación, estábamos listos a salir, cuando el Flaco Alamo desde el hangar nos dio la noticia que habían aparecido, gritos de alegría y aplausos por la aparición de nuestros compañeros fue lo que siguió ¿Que había pasado? El hangar, no es diferente a cualquier hangar que se utilice para guardar aviones o sea que las dimensiones del mismo son bastante considerables, en otros tiempo albergaba a 2 Pilotus -Porter y como la nevada había sido bastante considerable (cabe acotar que hacia varios días que venia nevando abundantemente) en algunos lugares no se podía caminar debido a que el manto de nieve acumulado era superior a nuestras piernas, por ende había que nadar sobre el manto blanco y hacer como los pingüinos, poner el pecho y desplazarnos con las manos y pies como si realmente estuviésemos en una pileta de natación¡¡ cuesta creer!! ¿Verdad? Pero es así y estos muchachos caminaron y caminaron sin tener un punto de referencia por lo tanto sin saber adonde irían, se dieron cuenta en un momento que se estaban introduciendo en el mar congelado, fue entonces que tuvieron que retroceder, tomaron un rumbo que ellos creían los llevaría de regreso a la casa pero para eso debían recorrer varios kms, desistieron de ello, fue entonces que hicieron lo que nos habían enseñado, lo ideal es hacer un reparo con la nieve y guarecerse en el hasta que el temporal amaine, esto es teórico, por que la practica les dijo a ellos; que si se quedaban mucho tiempo en ese refugio se congelarían, motivo por el cual siguieron caminando con el fin de regresar a la casa ,pero una y otra vez pasaban por el refugio que habían levantado o sea que la desorientación que tenían los hacia caminar en círculos, en un momento dado Santa Cruz le dio la impresión de pisar algo diferente , comenzaron a cavar con las manos y se encontraron con un tambor de 200 litros, que eran los tambores de combustible¿ adonde estaban los tambores? Al lado del hangar, en la parte sur del mismo, lo único que hicieron fue caminar unos metros y entrar por fin al hangar y aunque no lo crean, estos dos individuos, en un primer momento pasaron caminando por sobre el hangar ¡¡¡ si por arriba del techo!!!, debido a que este estaba totalmente tapado de nieve, tanto en su parte norte como la zona sur, no así las puertas que dan al este y al oeste, una vez adentro del mismo fue el Flaco Alamo que nos comunico las llegada de ambos, lo que desencadeno en nosotros gritos de vivas y abrazos, debido a que eran dos compañeros, que habían pasado un mal trance, pero gracias a Dios todo termino bien, hay cientos de historias y recuerdos , anécdotas que es difícil de contar y enumerar, pero es una experiencia totalmente diferente a otras, el hecho de poder caminar sobre el mar, sobre el océano antártico congelado, jugar con las focas, lobos marinos y elefantes, correr detrás de los pingüinos o tirarse en la nieve para que ellos nos rodeen, con el fin de agarrar a uno para saber como es, poder tocarlo acariciarlo para después soltarlo, poder hacer kilómetros desde una isla a otra, caminando tomando todas las precauciones del caso, por arriba del mar, poder llegar hasta algún bandejón o témpanos de considerable tamaño que quedan varados en el Estrecho Active o Antartic , son vivencias únicas e irrepetible. En la casa teníamos un perro antártico de los de raza siberiano (una belleza), que nos había regalado el personal de la Base Esperanza, debido a que no servia para el trineo, no recuerdo por que, pero lo llamamos Navarrito, como meteorólogo debía, una vez por semana (en invierno) y todos los días en verano, informar el estado de las condiciones del hielo marino y esta era transmitida principalmente a los buques de distintos países del mundo que navegan por la Antártida ,fue por ello que debí buscar un lugar elevado donde (ayudado con largavista ) pudiese observar el mar en todas sus direcciones, ese lugar esta distante unos 2 kms de la casa principal pero en cercanías de la usina, era una montañita de una altura considerable, que tenia muy buena vista hacia el sur este y norte, podía ver desde allí los Estrechos Active y Antartic, y hacia el sur, una isla que tiene una forma de Pan Dulce navideño y precisamente es así como es mas conocido, el Pan Dulce. Cuando debía realizar mi observación glaciológica lo hacia acompañado de Navarrito, debido a que este estaba mas que acostumbrado a andar en la nieve, le colocaba el collar una soga y con el partía a hacer mi trabajo, una vez hecha mi observación emprendía el regreso, pero bajaba hacia la usina, lugar por donde había como un sendero para hacer esquí, es entonces cuando yo salía corriendo y por instinto Navarrito también y claro me pasaba, es ahí cuando me sentaba en la nieve y era arrastrado por Navarrito hasta la parte mas baja de la montaña, nunca, por suerte y gracias a Dios en ese CULI-SKY me toco chocar con una piedra o algo así, por que se imaginan, como explicar lo que se me hubiese roto o mi husito dulce se hubiese partido en dos, así como estas cada uno tiene sus pequeñas anécdotas e historias, pero el tiempo paso y entre una cosa y la otra se nos fue el año, gracias a la ayuda de Dios es que tuvimos un gran grupo humano, fuimos buenos compañeros, solidarios unos con otros y por sobre todas las cosas, lo primordial fue la conducción de nuestro jefe el Teniente Carlos Lavarías, quien supo conducirnos, por que supo evitar el peor enemigo que puede tener un Antártico que es la monotonía y el aburrimiento, siempre tuvimos cosas para hacer, acompañara o no el clima, si estaba lindo y se podía trabajar al aire libre o sea fuera de la casa se trabajaba y si estaba malo los trabajos se realizaban dentro de lugares cerrados, pero en todos los casos el era el primero en salir, pero también era muy respetuoso, no solamente de las personas sino de todo lo que rodeaba al individuo , como por ejemplo de nuestros cumpleaños, los cuales se festejaban, el mismo día en que el individuo los cumplía si hoy había uno se hacia el festejo y si mañana había otro se lo hacia, no se juntaba en un día todos los cumple, esa noche se llevaba a cabo una cena especial con torta, sidras y también regalos, que habíamos llevado nosotros cuando fuimos (sabiendo de esto), y al día siguiente era asueto, únicamente se llevaban a cabo los trabajos de Ramona y hacer agua si era necesario, los que debían trabajar siempre eran los cocineros salvo los días viernes a la noche que se hacían pizzas y a estas las hacían quienes supieran hacerlas, con el tiempo fuimos varios quienes aprendimos y el sábado a la noche era tenedor libre, si querías comer ¡¡hacete la comida!! Después de haber transcurrido un tiempo de permanencia y al habernos aclimatado y acostumbrados a los horarios, recuerdo que cuando me tocaba hacer el turno que va desde las 20 00 hs hasta las 08 00 hs, junto al Flaco Plaza que era de especialidad o mejor dicho su profesión era ser Torrero (los que operan los Faros) pero aquí en la Antártida hacíamos meteorología, por lo tanto nos repartíamos el día en turnos de 12 hs, rotábamos los lunes, los días que me tocaba el turno de noche, mas o menos a las 2 de la madrugada, solían aparecer varios integrantes de la casa, sabiendo que en la cocina los esperaba un churrasco en la plancha, presas de pollos o algo para comer, con una humeante taza de café caliente o en todo caso el mate siempre estaba listo, comían algo conversábamos un rato y nuevamente se acostaban hasta esperar el horario de las 07 00hs de la mañana, que era el horario en que diariamente se levantaban, desayunaban y en la misma mesa de desayuno se planificaban las tareas a llevarse a cabo ese día, ¡¡¡ siempre lo mismo!!! Que monótono, pero era así y así se nos transcurrió el tiempo, claro que se extrañaba, se extrañaba a la familia, a la novia, los hijos, amigos, conocidos ciertos hábitos, pero sabiéndolo ocupar (el tiempo) es llevadero y pasa, si tenemos que hacer algún tipo de comparación, digamos que éramos algo así como un Gran Hermano. Los días pasaron, paso el invierno, poco a poco volvió la época en que el sol se volvió a ver mucho mas, recordemos que en pleno invierno lo veíamos apenas 2 o 3 horas por día el resto era penumbra y noche, antes de ir a la Antártida y como para ir aclimatándome había leído el libro ´´El País de las Sombras Largas `` era tal cual , con la salvedad que no teníamos esquimales ni osos, con el transcurrir el tiempo y llegando a diciembre volvió el sol a brillar casi las 24 hs salvo 3 hs que se escondía detrás de una montaña, llegaba la época en que el personal de la Base Marambio nos llamaba y decía que preparásemos el asado que al otro día venían y así lo hacían, a veces traían personal de la Base Esperanza, aparecían con el amigo de los antártico que era el Twin Otter, durante todo el año nos llevo la correspondencia que nos enviaban nuestras familias y amigos como así también los alimentos frescos como ser frutas y verduras, ¡¡saben lo que es comer una planta de lechuga!! ¡¡ Un tomate!! Que no sea enlatado, poder pelar una naranja o una manzana y comerla, quizás la cosa más tonta y común en cualquier lugar, pero no en la Antártida ¡¡No se imaginan el valor que esto tiene!! Era un verdadero placer, digo era, por que aun lo debe seguir siéndolo para todos aquellos que hoy están en cualquier lugar de la Antártida y sin importar la nacionalidad que sea. A medida que llega fin de año y desde el mes de octubre, comienza nuevamente el movimiento en el continente blanco, buques de diferentes nacionalidades, aviones, personal y los días , es como si empezaran a transcurrir mas lentos es como si el reloj tuviese mas horas, eso pasa por las ganas que empezamos a sentir de regresar de vuelta a nuestros hogares el deseo de volver a ver a los nuestros se incrementaba se vuelve traicionero el tiempo, no llegaba nunca el día que queríamos ver anclado en el Estrecho Active al Bahía Aguirre, que era el buque transporte que debía llevarnos de vuelta ´´ al continente ´´ o al ´´ norte ´´, como le llamábamos a la parte continental Argentina, pero como todo en la vida llega, ese día llegó , júbilo y alegría , de vuelta a casa ¡¡ por fin a casa!!. Son momentos difíciles de describir, ¡¡¡hay que vivirlos!!! Hay que estar en la piel de cada uno de los que estuvimos en la Antártida y de los que actualmente están allí, si bien es grande la alegría de volver, del regreso, también esta la congoja, la tristeza, no fue un día, no fueron unas vacaciones las que pasamos, ¡¡fue un año!! Si un año de nuestras vidas en ese inhóspito lugar, un año conviviendo con ella, un año que nos permitió vivir, reír y por que no llorar, un año de alegrías y también de tristezas. La Antártida es como la primera novia, la ves, la conoces y te enamoras de ella, es mas, cuando la dejas queres volver, deseas estar nuevamente con ella, aunque mas no sea un momento, deseas verla, toquetearla, mimarla y sentirla nuevamente, pero con el respeto que ella se merece. La Antártida es hermosa, se la extraña ¡¡Pero ojo!! Se la debe respetar, ella te exige respeto, si con ella te equivocas esa equivocación la podes pagar muy caro, muchas vidas han quedado en ella, muchos sueños se han truncado, pero muy difícilmente sea culpa de ella, sino que normalmente es precisamente por la falta de respeto, la mayoría de los casos es por equivocaciones nuestras , de los seres humanos, ella acepta errores pero pequeños, mínimos, los mas grandes suelen pagarse con la vida, se la debe respetar, esto quiere decir que cualquier cosa o acto que uno deba realizar debe planificarlo hasta el mínimo detalle, el azar no cuenta, por mas que fuese por trabajo, por estudio, investigación, por aventura, en la Antártida deben tomarse todos los recaudos necesarios desde la planificación del lugar a recorrer y el objetivo, el abrigo a llevar, el sistema de comunicación, el estado de los materiales a utilizar hasta saber cual ha de ser el estado del tiempo, el tiempo en si que a de demandar el emprendimiento y claro está los alimentos ,el material sanitario, no hay que olvidarse que el lugar donde estamos es normal que nuestro organismo tenga que soportar temperaturas de 50 o 60 grados bajo cero vientos de 100 o 150 kms por hora, por todo esto es que a la Antártida no hay que desafiarla hay que tenerle respeto, que no es lo mismo que miedo, simplemente respeto. Y nuestro regreso comenzó, ese día llego, era esa rara sensación de querer regresar, pero también nos embargaba esa sensación de abandono de ese lugar tan querido, pero ya estábamos a bordo del Bahía Aguirre, con nuestro regreso en marcha, no interesaba si teníamos que dormir vestidos en la bodega del buque, no importaba si hacia tanto frío adentro como afuera, no interesaba si nos habrían la tapa de la bodega del buque y nuestro dormitorio quedaba a cielo abierto tampoco interesaba si antes de regresar debíamos hacer un viajecito de unos 10 días hasta las Islas Orcadas, total días mas días menos estábamos en camino de regreso a nuestros hogares, en ese viaje veníamos de regreso aquellos que habíamos pasado un año, en las Base Alte Brown, Orcadas y por supuesto casi todos los que habíamos estado en Petrel y digo casi todos debido a que un grupo pequeños de nuestros compañeros junto al Teniente Lavarías debieron quedarse en la Base un par de meses mas por que fue ese el ultimo año en que se hizo una invernada en ese estupendo lugar, una verdadera lastima abandonar esa base, pero así fue, fue el ultimo, en ese viaje nos conocimos personalmente aquellos que durante el año nos habíamos estado comunicando y a su vez conversando por radio, como por ejemplo los meteorólogos. Después de unos 10 días de viaje llegamos a Ushuaia, la ciudad mas austral del mundo y por fin el continente, el norte tan extrañado, otra vez la vida ¿normal?, nuevamente ver autos, negocios, gente otra vez la vida y en Ushuaia ir a comer a un restaurante ir a tomar un wisky o una cerveza al Faro o a lo de la Tía Petters, otra vez la normalidad. Después de 2 o 3 días en Ushuaia, abordamos el Hércules C-130 con rumbo al Aeropuerto de El Palomar, el viaje se hace lento las horas no pasan, claro está que eso era para nosotros que teníamos unas enormes ganas de llegar, pero al fin llegamos, bajamos del avión y con Ditore , aquel que tenia miedo de morir al aterrizar en Marambio, nos vimos envueltos en un abrazo y llorando, volvíamos , nuestro sueño se había cumplido, estábamos orgullosos, contentos de haber logrado nuestro propósito, nuestra misión había sido cumplida, habíamos dejado un año de nuestras vidas , allí en la Antártida. Habíamos soñado y nuestros sueños estaban realizados, hoy sigo soñando han transcurrido casi 30 años, y me gustaría que al despertar alguien me diga que esa porción de tierra helada es parte definitiva de nuestro continente, que es realmente ANTARTIDA ARGENTINA y entonces si mi sueño completo se vera hecho realidad y sabré entonces que sin peleas, sin batallas, sin combates, sin exterminio entre seres humanos, sin guerra yo fui parte integrante, pequeña, pero parte al fin de que nuestra Soberanía Nacional se extiende definitivamente hasta el mismísimo Polo Sur y de no ser así, también me siento orgulloso de haber sido y ser parte de una pequeñísima parte de la humanidad que tiene el privilegio de haber estado como población en el mas inhóspito de los territorios de nuestro planeta y que no en vano derrame lagrimas y parecía un pájaro bobo (pingüino) en aquellas gélidas tierras y también en el momento que ingrese al Aeropuerto El Palomar y sentí el abrazo de mi hermano y detrás de el toda mi familia y amigos (mi abuela, mis tías, primos y amigos) deje caer mis bolsos y como un niño lloré, la emoción que se siente no se la puede describir, no se la puede contar, son momentos únicos que se viven y no se repiten. 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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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Un año en la antartida
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