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Area Militar General
Malvinas 1982
Una acción de combate para aclarar...
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<blockquote data-quote="El Tordillo" data-source="post: 553523" data-attributes="member: 3331"><p>Me baso en los relatos del comandante Carlos Hugo Robacio del BIM 5 cuando dice que tenía a su mando 700 hombres del Batallón y 200 de ejército con los que luchamos hasta el último momento más critico y más feroz del ataque británico. </p><p>Aparte comenta que sus refugios estaban construídos entre las piedras y que tenía tres puntos fuertes inamovíbles.</p><p></p><p></p><p><strong><span style="font-size: 15px">El BIM 5 en Malvinas</span></strong></p><p></p><p>Cuando arribamos a Malvinas el 08 de Abril de 1982, ya se encontraban en la Isla, conformadas bajo el mando del Gobernador, el General de Brigada Mario B. Menéndez, tres agrupaciones: la del Ejército Argentino, de la Fuerza Aérea y de la Armada, y cada Fuerza debía solucionar el Sostén Logístico de sus efectivos. </p><p></p><p>De inmediato pasamos a depender del apoyo logístico que nos proveería la Armada, en lo que hace al empleo operativo de la Unidad, su dependencia era del Comandante de las Fuerzas Terrestres (Ver </p><p></p><p>El BIM 5 inicialmente estaba conformado por las siguientes fracciones: Comando de Batallón, Compañía de Apoyo Logístico, tres Compañías de Tiradores, una Sección de Morteros de 106,6 mm, otra de 81 mm y una Batería de Artillería Otto Melara de 105 mm.; aunque en realidad sus efectivos totales, armamento y equipos pesados irían arribando y se completarían el 11 de abril, salvo algunos polizones "fugados de Río Grande”, que se fueron agregando.</p><p></p><p>Posteriormente por cambios en el dispositivo en el terreno y para lograr un mejor aprovechamiento del mismo, se agregaría la Compañía C (-), del RI 3 bajo el mando del Capitán Varela, de la cual conservamos un inmejorable recuerdo junto con la Compañía B (-) del RI 6 del Mayor Jaimet que se agregaría en las instancias finales de la batalla. Ambas Subunidades combatieron con mi Batallón </p><p>En los momentos iniciales del despliegue, como unidades palpables y concretas estaban el RI 25, el RI 8 y el BIM 5.</p><p></p><p>También tomamos entonces conocimiento que las fuerzas terrestres enemigas serían de una magnitud de alrededor de tres brigadas y que las mismas tenían la capacidad necesaria para ejecutar un desembarco anfibio, combinado con un asalto vertical y además que ya se encontraban operando elementos de reconocimiento en las islas.</p><p></p><p>Al enterarnos que el RI 8 sería desplazado a Puerto Fox, sentimos una gran inquietud y hubo que introducir cambios en las responsabilidades. EL RI 25, se hizo cargo de la defensa hacia el Este de Puerto Argentino y el BIM 5 hacia el Oeste, tanto es así que el Monte Longdon fue ocupado inicialmente por la Compañía Obra (-) de nuestro Batallón.</p><p></p><p>Posteriormente llegarían refuerzos (Ver Figura N° 3. Para la defensa de Puerto Argentino, todos esos refuerzos se irían integrando bajo la dependencia del nuevo Comandante de la Fuerzas Terrestres, el General de Brigada Oscar Jofré, con Unidades de la X Brigada de Infantería, mientras que los de la Brigada III se estacionarían a la vera del estrecho de San Carlos.</p><p></p><p>En la defensa de Puerto Argentino, bajo el aspecto estrictamente terrestre, para no alargar innecesariamente este relato, se desplegarían las siguientes Unidades: En el istmo del Aeropuerto, el RI 25, luego el RI 6 al Sudeste de la localidad. Al Sur de Puerto Argentino, el Grupo de Artillería 3 y el RI 3, hasta el camino al sudeste de Sapper Hill.</p><p></p><p>El BIM5 en el centro del dispositivo, en Sapper Hill, Monte William y Monte Tumbledown . Hacia el oeste, en Montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) el RI 4. Como nexo entre esta Unidad y el RI 7, la Compañía B del RI 6, el mencionado R I7 en Monte Longdon y las alturas de Wireless Ridge. Es bueno recordar que las zonas asignadas a todas esas Unidades excedían dos y tres veces el área que normalmente se le debía asignar a Unidades del tipo de las descriptas.</p><p></p><p><strong>Las acciones de combate</strong></p><p></p><p>Es bien sabido que a partir del 1 ° de Mayo se inician las acciones de combate, con el bombardeo a la Zona del Aeropuerto y casi inmediatamente se inicia el asedio de fuego naval, al que se le irían agregando con posterioridad, los fuegos de la artillería terrestre enemiga. Resumiendo, la Guarnición que defendía la localidad de Puerto Argentino antes de llegar a la batalla final, soportaría un asedio de casi 44 días y, lamentablemente, sin la posibilidad de devolver tantas atenciones, salvo esporádicamente.</p><p></p><p>Haré ahora en el relato un salto muy grande sobre las diferentes situaciones que se fueron atravesando en San Carlos, Pradera del Ganso (Goose Green), las luchas de los Comandos por el terreno intermedio y por último las correspondientes a los Montes Harriet, Dos Hermanas (Two Sisters) y Longdon, pues imagino que las mismas están reflejadas o se mostrarán por los actores directamente involucrados.</p><p></p><p>Trataré de hacer un relato muy comprimido por razones de espacio y de tiempo, circunscribiendo el mismo fundamentalmente a las vivencias que involucran al Batallón que comandara en ese tiempo en Malvinas.</p><p></p><p>La Batalla por Puerto Argentino comienza con el ataque por parte de la Brigada de los Royal Marines al RI 4 que ocupaba los Montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) y por parte del Batallón de Paracaidistas N° 3 a la Compañía B del RI 7 que se encontraba reforzada con una Sección de Ametralladoras 12,7 mm perteneciente a una Compañía de IM de Ametralladoras que se había organizado especialmente para el conflicto y que fuera destinada originalmente como refuerzo de mi Batallón, al arribar a Malvinas la Subunidad fue agregada por secciones a varias Unidades, otra se agregaría al RI 25.</p><p></p><p>El ceder estas secciones, así como el apoyo indiscriminado de la Artillería del Ejército en Malvinas hacia el BIM 5, la integración de Elementos de Comandos de las tres Fuerzas, el apoyo de Ingenieros, etc., fueron definitivamente el inicio de la acción conjunta que antes básicamente no practicábamos.</p><p></p><p>A partir del día 12 de Junio, aproximadamente a las 1000 horas de la mañana, el dispositivo defensivo mantenía aún en primera línea al BIM 5 reforzado, y al RI 7 (-). Este Regimiento, que había perdido su Compañía B, persistía en aferrarse a las alturas Wireless Ridge, con su puesto de Comando y la Compañía C en posición.</p><p></p><p>En las alturas del oeste, ahora en manos inglesas, la Brigada de Royal Marines (RM),compuesta por los Batallones RM 40, 42 y 45 se había apoderado de los montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) y se aprestaba a ser sobrepasada por la V Brigada del Ejercito Británico , a tres Regimientos: uno Galés, otro Escocés y otro Nepalés (Ghurka), para lanzar la segunda fase de la batalla, sobre el BIM 5.</p><p></p><p>En tanto, en Monte Longdon, se encontraba el Batallón de Paracaidistas Ingleses Nº 3 (Para 3) listo para apoyar el ataque del Para Nº 2, sobre el RI 7 (-).</p><p>Es interesante aprender las lecciones del enemigo, en el sentido de tener bien en claro, como iba disponiendo de sus efectivos en ambas fases de su asalto sobre las posiciones del sistema defensivo, siempre asegurando una clara superioridad numérica, de no menos de 3 a 1, tomando como una totalidad la magnitud de las unidades que se enfrentarían.</p><p></p><p>La realidad es que en los puntos de contacto, en donde concentraban su ataque, esta superioridad fue muchísimo más elevada.</p><p></p><p>Obviando su determinación para atacar casi exclusivamente en la noche, otros aspectos interesantes a destacar, es que quienes ya habían atacado, eran sobrepasados y se continuaba el ataque con tropas de refresco (algo que nunca tuvo oportunidad nuestro sistema, totalmente estático), como así también el empleo de sus abundantes y profusas comunicaciones radioeléctricas y el uso de señales pirotécnicas, en un claro contraste con nuestras fuerzas terrestres.</p><p></p><p>Sin mencionar el preciso y persistente bombardeo naval, y reduciendo el campo al apoyo artillero puesto en escena, ellos emplearon un Grupo de Artillería. Real, y los Grupos de Artillería 29 y 49, contra nuestros Grupos de Artillería N° 3 (GA 3) y Aerotransportado N° 4 (GA 4). El alcance del enemigo era de 17 Kms., contra los 10,5 Kms. Propios.</p><p></p><p>Los Británicos movieron permanentemente su artillería a pesar de su superioridad en alcance, cosa que no ocurrió lamentablemente del lado propio, a excepción de una Batería de 105 mm., que se adelantó por el Moody Valley, unos cuatrocientos metros hacia el Oeste del ex cuartel de los Royal Marines.</p><p></p><p>Nuestros Grupos de Artillería alcanzaban escasamente la primera línea (la que habían combatido con anterioridad los RI 4 y RI 7 en la primera fase de la batalla). Esta falencia evidentemente se acentuó en el caso del RI 4, ya que el GA 3 solamente alcanzaba la cima de Monte Harriet. Esto no ocurrió en nuestro caso ya que dispusimos de un apoyo artillero total y a discreción.</p><p></p><p>Quiero recalcar que en el combate moderno y con la profusión de apoyo artillero , "No levanta la cabeza para observar, el que quiere, sino el que puede".</p><p></p><p>En ese aspecto, el BIM5 también estaba preparado ya que, si bien disponíamos de los Observadores Adelantados de Artillería reglamentarios, todos los cuadros (incluidos los motoristas y cocineros...todos!), estaban adiestrados para controlar los fuegos de apoyo, de las propias armas del batallón, como de la artillería terrestre en apoyo y/o los fuegos propios navales y aéreos.</p><p></p><p>Todo estaba integrado en el Batallón en la Central de Coordinación de los Fuegos de Apoyo (CCFA) Esa era nuestra organización para determinar, cómo eran y de donde provenían los fuegos del enemigo y los propios. Casi me animo a afirmar que nuestra CCFA, por la excelentes comunicaciones que disponíamos, las coordinaciones y enlaces con todos los Grupos de Artillería, hicieron de nuestra Unidad un algo muy duro de roer, con alta moral y altamente eficaz. No teníamos dudas, no se logró romper la cohesión de la Unidad y aún en el momento de la rendición, varias horas después que el grueso, mis hombres estaban en condiciones de proseguir la lucha, a pesar de los duros combates (incluso con lucha cuerpo a cuerpo), en que habían intervenido. Aunque, pasado el mediodía del 14 de Junio, ya no teníamos munición.</p><p></p><p>El enemigo ponía detrás de cada tubo de Artillería (aproximadamente 54 bocas en total) varios cientos de proyectiles, contra los 368 diarios, por Batería, que habíamos previsto, (según diarios de la época, sobre la primera línea de cada unidad argentina que atacaban, disponían de una cantidad inusitada de proyectiles, aproximadamente unos 1000 por hora).</p><p></p><p>No obstante, durante la Batalla, nuestra Artillería llegó a consumir prácticamente unos 15000 proyectiles sobre las fuerzas atacantes.</p><p></p><p>Dejo de lado a nuestros queridos Bertas , que si bien infundieron temor por su calibre y alcance, no pudieron sostener ninguna misión importante, dada la escasez de munición de 155 mm. disponible.</p><p></p><p><strong>El ataque final</strong></p><p></p><p>Durante todo el día 13 de junio, el enemigo efectuó tanto sobre el RI 7 Y el BIM 5 un demoledor bombardeo de artillería, al que se sumaba el fuego naval. Además efectuaban fuegos de interdicción sobre las Unidades que estaban ubicadas más hacia el este a los efectos de mantenerlas aferradas a sus posiciones evitando prácticamente todo movimiento hacia el frente.</p><p></p><p>Nuestra CCFA funcionaba a pleno y fuimos adquiriendo un gran entendimiento con la Artillería propia, la que muy difícilmente erraba alguna concentración desempeñándose con alta eficacia.</p><p></p><p>La reducida y pequeña Central no sólo indicaba los blancos, sino que muchas veces dábamos directamente a las Baterías los datos a introducir, para hacer los fuegos más eficaces. Mientras el duelo de artillería era incesante, el enemigo se aprestaba para su asalto final.</p><p></p><p>Increíblemente, en la tarde del 13 de Junio las fuerzas atacantes iniciaron, con las últimas luces un ataque de diversión desplazándose desde Monte Harriet y siguiendo la dirección del camino hacia Puerto Argentino, con intención de atacar el Monte William, con efectivos aproximados a una Compañía reforzada.</p><p></p><p>El fin era velar la real ubicación de cual sería su centro de gravedad (obviamente Tumbledown) tal como pensábamos que lo habían previsto para esa noche, en la fase final de la batalla.</p><p></p><p>Este absurdo movimiento que buscaba sorprendemos e inducirnos a que el eje del futuro ataque sería desde el sudoeste, fue oportunamente detectado por el adelantamiento de nuestra reserva, la Compañía O (-), desplazamiento que aún no comprendo cómo el enemigo, no había detectado.</p><p></p><p>La fracción enemiga fue frenada con una barrera de fuegos muy precisa, ella los desconcertó y antes que pudieran pensar, le colocamos otra a sus espaldas. No podían moverse y allí pasamos a fuego de eficacia, el resultado fue muy cruento pues la concentraciones de artillería y de morteros, eran muy precisas y contundentes. Prácticamente dos horas después del inicio de la acción, el Jefe de la Compañía Obra me pedía, "Señor, detenga el fuego, no queda nadie en pie y los gritos de los heridos empiezan a atemorizar a nuestra propia tropa".</p><p></p><p>Cesa el fuego y en menos de cinco minutos, aparecieron aproximadamente cuatro helicópteros que comenzaron a retirar sus bajas, prácticamente sin visibilidad alguna. Pudimos derribarlos, pero no lo hicimos puesto que no trajeron refuerzos ni armas de relevo. Ello valió para que, con posterioridad en el asalto a Tumbledown, el enemigo atendiera una vez dominado el monte mencionado, con más premura a mis heridos que los suyos.</p><p></p><p>Estas acciones y otras, me hacen apreciar que la Batalla de Malvinas fue el último combate, en que se respetó totalmente lo estipulado en las convenciones de la guerra. Sin embargo el enemigo no detuvo la acción demoledora de su artillería sobre toda la zona de acción del Batallón y sobre la del RI 7 que era para nosotros un espejo de lo que nos pasaba, espeluznante.</p><p></p><p>Aproximadamente a 2215 horas, después un rolo de fuegos impresionante, se reiniciaría el ataque, sobre todo el frente de la línea defensiva que manteníamos, casi en forma simultánea.</p><p></p><p>Desde el Sudoeste de Tumbledown, el enemigo se había desplazado hábilmente aprovechando la oscuridad, con el apoyo y protección de la Brigada de Royals Marines. Esta acción estaba en nuestro caso, a cargo de la Brigada del Ejercito Británico, tal como lo muestra la Figura N° 6. Al Sur, desde el Oeste y sobre el camino que conducía a la localidad, un Regimiento Galés. Sobre el Monte Tumbledown el Regimiento Escocés y sobre el mismo objetivo pero algo más retrasados por lo escarpado en ese lugar del Monte, el Regimiento Nepalés.</p><p></p><p>En el Norte, al otro lado del Moody Valley, se encontraba consolidado el PARA 3, mientras el PARA 2, se había desplazado e iniciaba el asalto sobre el RI 7 (-), en Wireless Ridge.</p><p></p><p>Las acciones tomaron una violencia inusitada, en especial el asalto escocés se había centrado en la Compañía N del Batallón, en particular sobre su 4 ta. Sección y sobre la Sección de Ingenieros de IM, transformados en una Sección de Tiradores, que tuve que desplazar a la parte más escarpada del Monte, ya que la Compañía B del RI 6 no había podido ocupar esas posiciones como lo habíamos coordinado y previsto, por la acción del enemigo y creo una orden que le ordenaba defender el Moody Valley. No obstante, esta Compañía se agrega al Batallón acorde con la orden que recibiera del Comando Superior hacia el Este de la 3era Sección de la Compañía N del BIM5.</p><p>En ese lugar el combate fue más que virulento, se rechazaron varios asaltos, los defensores pudieron observar la espalda del enemigo, hasta llegaron a cantar en medio del combate. Pero ..., es una buena lección, los atacantes no se quebraban, regresaban por otro lado aprovechando el terreno. La defensa de la 4ta Sección y de todas las fracciones que intervienen en el combate de Tumbledown, fue realmente épica.</p><p></p><p>Se armó y realizó un contrachoque con efectivos del Batallón y de la Comañía B (-) del RI 7, con un éxito relativo, puesto que el enemigo no cedió lo que ya había conquistado.</p><p></p><p>Se efectúan fuegos de nuestra Batería de Artillería y Morteros de 106 y 81 mm, sobre la propia tropa, a requerimiento de su Jefe el Teniente Vázquez.</p><p></p><p>Recuerdo que cuando hablaba con Vázquez y me hacía el pedido, habré dudado algún segundo, tanto que él mismo lo reiteró con vehemencia. La razón era que nuestros hombres estaban en sus posiciones y estaban prácticamente al descubierto y mezclados con las fracciones enemigas, en una total oscuridad iluminada constante y fugazmente por las explosiones.</p><p></p><p>En esa lucha épica mueren casi de la misma forma, dos valientes, el Subteniente del Ejercito Argentino Silva con sus cinco conscriptos, que se habían agregado, y el Polizón del Grupo Araña del Batallón (los díscolos) el Suboficial Castillo. Ambos, al ver sus muertos y heridos y al sentirse sobrepasados, los dos heridos, saltan de sus posiciones sobre los atacantes vivando a la Patria y matando, y mueren heroicamente.</p><p></p><p>Mientras los Ghurkas avanzan lentamente, su participación en el éxito enemigo es muy relativa, solo alcanzan a intervenir en la mañana persiguiendo por el fuego a los integrantes de los Morteros de 81 mm, cuando ya el Batallón ante la reiterada orden superior debe replegarse. Su Jefe de Operaciones Mike Sear (Inglés), que ha escrito un libro sobre el conflicto me ha comentado posteriormente, "poco hicimos en Tumbledown, nuestro objetivo era el Monte William, los que realmente lucharon muy duramente fueron los Escoceses. Pero ni yo ni mis hombres olvidaremos, que a pesar de nuestra veteranía íbamos atemorizados en durante el combate, y ocurrió, pues los hombres de su Batallón tiraban como demonios"</p><p></p><p>Mientras en el Pony' Pass, el Regimiento Galés se iba topar de frente e inesperadamente con la Compañía Obra (-) del BIM 5, en la ejecución de su combate retardante que le habíamos impuesto. La misión de los Galeses, era asaltar y ocupar Sapper Hill.</p><p></p><p>Decía un joven Capitán de esa Unidad, mientras embolsábamos mis muertos de Tumbledown, refiriéndose a ese encuentro inopinado, "que ellos habían combatido con dos Regimientos nuestros, que no pudieron avanzar en toda la noche pues los fuegos de la artillería y morteros argentinos los mantuvieron aplastados y que cuando amaneció y vieron que ya no estaban nuestros hombres, fueron los más felices de la tierra, aunque no habían cumplido su misión".</p><p></p><p>Aproximadamente a las 0300 horas del 14 de Junio, preparamos y ordenamos efectuar un contraataque con la Compañía M, la O (-) que había recuperado, puesto que a la misma la retiré de sus posiciones a las 0130 horas.</p><p></p><p>Aprovechando que la moral era muy alta y por estar convencido que la batalla se decidía en Tumbledown, preví esta acción que pensaba dirigir personalmente, en un esfuerzo final, para quebrar el ataque adversario. Tenía perfectamente claro que el Para 3 y el Para 2, nos flanqueaban, pero los fuegos efectivos de la Zona de Apoyo Logístico propia, y el fuego de las pocas piezas que sobrevivían del GA N° 4, con tiro directo, impidieron cualquier intento enemigo.</p><p></p><p>Informé y pedí la autorización pertinente, pensaba en esos momentos que frenado el ímpetu enemigo esto era factible. Pero en realidad ello no fue posible puesto que si hasta esa hora era más que optimista por el desarrollo del combate, intervendrían otros factores, la munición comenzaba a escasear y en el único intento desde retaguardia de proveernos algo de proyectiles de Morteros de 81 mm. , la camioneta que se desplazaba hacia el frente, fue volada por una certera ráfaga de artillería del enemigo.</p><p></p><p>Por otra parte se me dio la orden de replegarme hacia la localidad, logrando luego de discutir bastante, que se me autorizara a replegarme y reforzarme con el Batallón en Sapper Hill.</p><p></p><p>Esta acción de repliegue de la Compañía Nácar , lamentablemente no ha sido filmada y permanecerá para siempre en mis recuerdos, por la entereza, el orden y disciplina de mis hombres para realizarla. La misma se efectuó con el apoyo de dos puntos en el terreno, uno que estaba a cargo de la Compañía C (-) y efectivos reunidos en proximidades de mi Puesto de Comando.</p><p></p><p>Como de costumbre, mi Segundo Comandante el Capitán Ponce, se adelantó para establecer el nuevo Puesto de Comando en Sapper Hill y cuando estuvo prácticamente concluido y concretado el repliegue, ordené a la Compañía C ( - ) que se reintegrara a su Unidad de origen (me costó bastante convencer al Capitán Varela que lo hiciera.</p><p>Llegué a mi nuevo Puesto de Comando, aproximadamente a 1100/1130 horas, todo estaba en orden, la Unidad lista a defender esta última altura y pensaba en esos momentos que la lucha continuaría, no obstante ya se observaba el arribo de helicópteros enemigos a la zona del hipódromo de la localidad y se veía el despliegue de efectivos enemigos descendiendo de las altura William y Tumbledown.</p><p></p><p>A las doce recibí por parte del Jefe de Operaciones del Comando Superior la orden de replegarme "pues ya la Guarnición se había rendido". Posteriormente tuve otra intimación y finalmente le ordené nuevamente a mi Segundo Comandante que se replegara a la localidad y entrara desfilando a frente de los efectivos.</p><p></p><p>Quedaba una pequeña retaguardia a cargo del Guardiamarina Koch, (14 hombres) y el Suboficial Vaca con una Ametralladora de 12,7 mm, que no quería replegarse.</p><p></p><p>Todos los fuegos habían cesado, el silencio era tan terrible como la incertidumbre y el dolor de tener que rendirse.</p><p></p><p>Cuando el Jefe de Compañía que había quedado a cargo, el Tte. Binotti, que permanecía aguardando a su retaguardia de combate me decía: " Señor podemos irnos" y nos paramos para hacerlo, aparecen unos cuatro o seis helicópteros enemigos que se aproximan raudamente sobre Sapper Hill. El Suboficial Vaca y su 12,7 mm., casi al unísono con todo el equipo de retaguardia, abren el fuego. Un helicóptero aterriza en llamas, los demás hacen lo mismo, desembarcan sus efectivos y se generaliza el enfrentamiento. Pienso que los helicópteros pensaban que Sapper Hill estaba desocupada, por lo que fueron totalmente sorprendidos.</p><p></p><p>Sé que en esta última escaramuza de la pequeña retaguardia murieron varios de sus hombres y el enemigo perdió un helicóptero y otro resulto averiado </p><p></p><p>Nos protegimos detrás de la altura y emprendimos caminando la marcha hacia la localidad a la que llegamos alrededor de 1500 horas.</p><p></p><p>Este fue el fin de los combates.</p><p></p><p>Pienso y estoy más que orgulloso del comportamiento de todos los hombres del Batallón, como también de todos los efectivos de las Fuerzas Armadas y de los civiles que intentaron retener en uno u otro lugar, en diferentes puestos y en distintas contingencias las Islas que habíamos reconquistado. En realidad siempre sostengo que cada uno hizo lo que pudo, lo que más pudo.</p><p></p><p></p><p></p><p>www.aveguema.org.ar/Gacetas Malvinenses Digitales/LGM 12/El BIM 5.doc </p><p></p><p>Saludos!</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="El Tordillo, post: 553523, member: 3331"] Me baso en los relatos del comandante Carlos Hugo Robacio del BIM 5 cuando dice que tenía a su mando 700 hombres del Batallón y 200 de ejército con los que luchamos hasta el último momento más critico y más feroz del ataque británico. Aparte comenta que sus refugios estaban construídos entre las piedras y que tenía tres puntos fuertes inamovíbles. [B][SIZE="4"]El BIM 5 en Malvinas[/SIZE][/B] Cuando arribamos a Malvinas el 08 de Abril de 1982, ya se encontraban en la Isla, conformadas bajo el mando del Gobernador, el General de Brigada Mario B. Menéndez, tres agrupaciones: la del Ejército Argentino, de la Fuerza Aérea y de la Armada, y cada Fuerza debía solucionar el Sostén Logístico de sus efectivos. De inmediato pasamos a depender del apoyo logístico que nos proveería la Armada, en lo que hace al empleo operativo de la Unidad, su dependencia era del Comandante de las Fuerzas Terrestres (Ver El BIM 5 inicialmente estaba conformado por las siguientes fracciones: Comando de Batallón, Compañía de Apoyo Logístico, tres Compañías de Tiradores, una Sección de Morteros de 106,6 mm, otra de 81 mm y una Batería de Artillería Otto Melara de 105 mm.; aunque en realidad sus efectivos totales, armamento y equipos pesados irían arribando y se completarían el 11 de abril, salvo algunos polizones "fugados de Río Grande”, que se fueron agregando. Posteriormente por cambios en el dispositivo en el terreno y para lograr un mejor aprovechamiento del mismo, se agregaría la Compañía C (-), del RI 3 bajo el mando del Capitán Varela, de la cual conservamos un inmejorable recuerdo junto con la Compañía B (-) del RI 6 del Mayor Jaimet que se agregaría en las instancias finales de la batalla. Ambas Subunidades combatieron con mi Batallón En los momentos iniciales del despliegue, como unidades palpables y concretas estaban el RI 25, el RI 8 y el BIM 5. También tomamos entonces conocimiento que las fuerzas terrestres enemigas serían de una magnitud de alrededor de tres brigadas y que las mismas tenían la capacidad necesaria para ejecutar un desembarco anfibio, combinado con un asalto vertical y además que ya se encontraban operando elementos de reconocimiento en las islas. Al enterarnos que el RI 8 sería desplazado a Puerto Fox, sentimos una gran inquietud y hubo que introducir cambios en las responsabilidades. EL RI 25, se hizo cargo de la defensa hacia el Este de Puerto Argentino y el BIM 5 hacia el Oeste, tanto es así que el Monte Longdon fue ocupado inicialmente por la Compañía Obra (-) de nuestro Batallón. Posteriormente llegarían refuerzos (Ver Figura N° 3. Para la defensa de Puerto Argentino, todos esos refuerzos se irían integrando bajo la dependencia del nuevo Comandante de la Fuerzas Terrestres, el General de Brigada Oscar Jofré, con Unidades de la X Brigada de Infantería, mientras que los de la Brigada III se estacionarían a la vera del estrecho de San Carlos. En la defensa de Puerto Argentino, bajo el aspecto estrictamente terrestre, para no alargar innecesariamente este relato, se desplegarían las siguientes Unidades: En el istmo del Aeropuerto, el RI 25, luego el RI 6 al Sudeste de la localidad. Al Sur de Puerto Argentino, el Grupo de Artillería 3 y el RI 3, hasta el camino al sudeste de Sapper Hill. El BIM5 en el centro del dispositivo, en Sapper Hill, Monte William y Monte Tumbledown . Hacia el oeste, en Montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) el RI 4. Como nexo entre esta Unidad y el RI 7, la Compañía B del RI 6, el mencionado R I7 en Monte Longdon y las alturas de Wireless Ridge. Es bueno recordar que las zonas asignadas a todas esas Unidades excedían dos y tres veces el área que normalmente se le debía asignar a Unidades del tipo de las descriptas. [B]Las acciones de combate[/B] Es bien sabido que a partir del 1 ° de Mayo se inician las acciones de combate, con el bombardeo a la Zona del Aeropuerto y casi inmediatamente se inicia el asedio de fuego naval, al que se le irían agregando con posterioridad, los fuegos de la artillería terrestre enemiga. Resumiendo, la Guarnición que defendía la localidad de Puerto Argentino antes de llegar a la batalla final, soportaría un asedio de casi 44 días y, lamentablemente, sin la posibilidad de devolver tantas atenciones, salvo esporádicamente. Haré ahora en el relato un salto muy grande sobre las diferentes situaciones que se fueron atravesando en San Carlos, Pradera del Ganso (Goose Green), las luchas de los Comandos por el terreno intermedio y por último las correspondientes a los Montes Harriet, Dos Hermanas (Two Sisters) y Longdon, pues imagino que las mismas están reflejadas o se mostrarán por los actores directamente involucrados. Trataré de hacer un relato muy comprimido por razones de espacio y de tiempo, circunscribiendo el mismo fundamentalmente a las vivencias que involucran al Batallón que comandara en ese tiempo en Malvinas. La Batalla por Puerto Argentino comienza con el ataque por parte de la Brigada de los Royal Marines al RI 4 que ocupaba los Montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) y por parte del Batallón de Paracaidistas N° 3 a la Compañía B del RI 7 que se encontraba reforzada con una Sección de Ametralladoras 12,7 mm perteneciente a una Compañía de IM de Ametralladoras que se había organizado especialmente para el conflicto y que fuera destinada originalmente como refuerzo de mi Batallón, al arribar a Malvinas la Subunidad fue agregada por secciones a varias Unidades, otra se agregaría al RI 25. El ceder estas secciones, así como el apoyo indiscriminado de la Artillería del Ejército en Malvinas hacia el BIM 5, la integración de Elementos de Comandos de las tres Fuerzas, el apoyo de Ingenieros, etc., fueron definitivamente el inicio de la acción conjunta que antes básicamente no practicábamos. A partir del día 12 de Junio, aproximadamente a las 1000 horas de la mañana, el dispositivo defensivo mantenía aún en primera línea al BIM 5 reforzado, y al RI 7 (-). Este Regimiento, que había perdido su Compañía B, persistía en aferrarse a las alturas Wireless Ridge, con su puesto de Comando y la Compañía C en posición. En las alturas del oeste, ahora en manos inglesas, la Brigada de Royal Marines (RM),compuesta por los Batallones RM 40, 42 y 45 se había apoderado de los montes Harriet y Dos Hermanas (Two Sisters) y se aprestaba a ser sobrepasada por la V Brigada del Ejercito Británico , a tres Regimientos: uno Galés, otro Escocés y otro Nepalés (Ghurka), para lanzar la segunda fase de la batalla, sobre el BIM 5. En tanto, en Monte Longdon, se encontraba el Batallón de Paracaidistas Ingleses Nº 3 (Para 3) listo para apoyar el ataque del Para Nº 2, sobre el RI 7 (-). Es interesante aprender las lecciones del enemigo, en el sentido de tener bien en claro, como iba disponiendo de sus efectivos en ambas fases de su asalto sobre las posiciones del sistema defensivo, siempre asegurando una clara superioridad numérica, de no menos de 3 a 1, tomando como una totalidad la magnitud de las unidades que se enfrentarían. La realidad es que en los puntos de contacto, en donde concentraban su ataque, esta superioridad fue muchísimo más elevada. Obviando su determinación para atacar casi exclusivamente en la noche, otros aspectos interesantes a destacar, es que quienes ya habían atacado, eran sobrepasados y se continuaba el ataque con tropas de refresco (algo que nunca tuvo oportunidad nuestro sistema, totalmente estático), como así también el empleo de sus abundantes y profusas comunicaciones radioeléctricas y el uso de señales pirotécnicas, en un claro contraste con nuestras fuerzas terrestres. Sin mencionar el preciso y persistente bombardeo naval, y reduciendo el campo al apoyo artillero puesto en escena, ellos emplearon un Grupo de Artillería. Real, y los Grupos de Artillería 29 y 49, contra nuestros Grupos de Artillería N° 3 (GA 3) y Aerotransportado N° 4 (GA 4). El alcance del enemigo era de 17 Kms., contra los 10,5 Kms. Propios. Los Británicos movieron permanentemente su artillería a pesar de su superioridad en alcance, cosa que no ocurrió lamentablemente del lado propio, a excepción de una Batería de 105 mm., que se adelantó por el Moody Valley, unos cuatrocientos metros hacia el Oeste del ex cuartel de los Royal Marines. Nuestros Grupos de Artillería alcanzaban escasamente la primera línea (la que habían combatido con anterioridad los RI 4 y RI 7 en la primera fase de la batalla). Esta falencia evidentemente se acentuó en el caso del RI 4, ya que el GA 3 solamente alcanzaba la cima de Monte Harriet. Esto no ocurrió en nuestro caso ya que dispusimos de un apoyo artillero total y a discreción. Quiero recalcar que en el combate moderno y con la profusión de apoyo artillero , "No levanta la cabeza para observar, el que quiere, sino el que puede". En ese aspecto, el BIM5 también estaba preparado ya que, si bien disponíamos de los Observadores Adelantados de Artillería reglamentarios, todos los cuadros (incluidos los motoristas y cocineros...todos!), estaban adiestrados para controlar los fuegos de apoyo, de las propias armas del batallón, como de la artillería terrestre en apoyo y/o los fuegos propios navales y aéreos. Todo estaba integrado en el Batallón en la Central de Coordinación de los Fuegos de Apoyo (CCFA) Esa era nuestra organización para determinar, cómo eran y de donde provenían los fuegos del enemigo y los propios. Casi me animo a afirmar que nuestra CCFA, por la excelentes comunicaciones que disponíamos, las coordinaciones y enlaces con todos los Grupos de Artillería, hicieron de nuestra Unidad un algo muy duro de roer, con alta moral y altamente eficaz. No teníamos dudas, no se logró romper la cohesión de la Unidad y aún en el momento de la rendición, varias horas después que el grueso, mis hombres estaban en condiciones de proseguir la lucha, a pesar de los duros combates (incluso con lucha cuerpo a cuerpo), en que habían intervenido. Aunque, pasado el mediodía del 14 de Junio, ya no teníamos munición. El enemigo ponía detrás de cada tubo de Artillería (aproximadamente 54 bocas en total) varios cientos de proyectiles, contra los 368 diarios, por Batería, que habíamos previsto, (según diarios de la época, sobre la primera línea de cada unidad argentina que atacaban, disponían de una cantidad inusitada de proyectiles, aproximadamente unos 1000 por hora). No obstante, durante la Batalla, nuestra Artillería llegó a consumir prácticamente unos 15000 proyectiles sobre las fuerzas atacantes. Dejo de lado a nuestros queridos Bertas , que si bien infundieron temor por su calibre y alcance, no pudieron sostener ninguna misión importante, dada la escasez de munición de 155 mm. disponible. [B]El ataque final[/B] Durante todo el día 13 de junio, el enemigo efectuó tanto sobre el RI 7 Y el BIM 5 un demoledor bombardeo de artillería, al que se sumaba el fuego naval. Además efectuaban fuegos de interdicción sobre las Unidades que estaban ubicadas más hacia el este a los efectos de mantenerlas aferradas a sus posiciones evitando prácticamente todo movimiento hacia el frente. Nuestra CCFA funcionaba a pleno y fuimos adquiriendo un gran entendimiento con la Artillería propia, la que muy difícilmente erraba alguna concentración desempeñándose con alta eficacia. La reducida y pequeña Central no sólo indicaba los blancos, sino que muchas veces dábamos directamente a las Baterías los datos a introducir, para hacer los fuegos más eficaces. Mientras el duelo de artillería era incesante, el enemigo se aprestaba para su asalto final. Increíblemente, en la tarde del 13 de Junio las fuerzas atacantes iniciaron, con las últimas luces un ataque de diversión desplazándose desde Monte Harriet y siguiendo la dirección del camino hacia Puerto Argentino, con intención de atacar el Monte William, con efectivos aproximados a una Compañía reforzada. El fin era velar la real ubicación de cual sería su centro de gravedad (obviamente Tumbledown) tal como pensábamos que lo habían previsto para esa noche, en la fase final de la batalla. Este absurdo movimiento que buscaba sorprendemos e inducirnos a que el eje del futuro ataque sería desde el sudoeste, fue oportunamente detectado por el adelantamiento de nuestra reserva, la Compañía O (-), desplazamiento que aún no comprendo cómo el enemigo, no había detectado. La fracción enemiga fue frenada con una barrera de fuegos muy precisa, ella los desconcertó y antes que pudieran pensar, le colocamos otra a sus espaldas. No podían moverse y allí pasamos a fuego de eficacia, el resultado fue muy cruento pues la concentraciones de artillería y de morteros, eran muy precisas y contundentes. Prácticamente dos horas después del inicio de la acción, el Jefe de la Compañía Obra me pedía, "Señor, detenga el fuego, no queda nadie en pie y los gritos de los heridos empiezan a atemorizar a nuestra propia tropa". Cesa el fuego y en menos de cinco minutos, aparecieron aproximadamente cuatro helicópteros que comenzaron a retirar sus bajas, prácticamente sin visibilidad alguna. Pudimos derribarlos, pero no lo hicimos puesto que no trajeron refuerzos ni armas de relevo. Ello valió para que, con posterioridad en el asalto a Tumbledown, el enemigo atendiera una vez dominado el monte mencionado, con más premura a mis heridos que los suyos. Estas acciones y otras, me hacen apreciar que la Batalla de Malvinas fue el último combate, en que se respetó totalmente lo estipulado en las convenciones de la guerra. Sin embargo el enemigo no detuvo la acción demoledora de su artillería sobre toda la zona de acción del Batallón y sobre la del RI 7 que era para nosotros un espejo de lo que nos pasaba, espeluznante. Aproximadamente a 2215 horas, después un rolo de fuegos impresionante, se reiniciaría el ataque, sobre todo el frente de la línea defensiva que manteníamos, casi en forma simultánea. Desde el Sudoeste de Tumbledown, el enemigo se había desplazado hábilmente aprovechando la oscuridad, con el apoyo y protección de la Brigada de Royals Marines. Esta acción estaba en nuestro caso, a cargo de la Brigada del Ejercito Británico, tal como lo muestra la Figura N° 6. Al Sur, desde el Oeste y sobre el camino que conducía a la localidad, un Regimiento Galés. Sobre el Monte Tumbledown el Regimiento Escocés y sobre el mismo objetivo pero algo más retrasados por lo escarpado en ese lugar del Monte, el Regimiento Nepalés. En el Norte, al otro lado del Moody Valley, se encontraba consolidado el PARA 3, mientras el PARA 2, se había desplazado e iniciaba el asalto sobre el RI 7 (-), en Wireless Ridge. Las acciones tomaron una violencia inusitada, en especial el asalto escocés se había centrado en la Compañía N del Batallón, en particular sobre su 4 ta. Sección y sobre la Sección de Ingenieros de IM, transformados en una Sección de Tiradores, que tuve que desplazar a la parte más escarpada del Monte, ya que la Compañía B del RI 6 no había podido ocupar esas posiciones como lo habíamos coordinado y previsto, por la acción del enemigo y creo una orden que le ordenaba defender el Moody Valley. No obstante, esta Compañía se agrega al Batallón acorde con la orden que recibiera del Comando Superior hacia el Este de la 3era Sección de la Compañía N del BIM5. En ese lugar el combate fue más que virulento, se rechazaron varios asaltos, los defensores pudieron observar la espalda del enemigo, hasta llegaron a cantar en medio del combate. Pero ..., es una buena lección, los atacantes no se quebraban, regresaban por otro lado aprovechando el terreno. La defensa de la 4ta Sección y de todas las fracciones que intervienen en el combate de Tumbledown, fue realmente épica. Se armó y realizó un contrachoque con efectivos del Batallón y de la Comañía B (-) del RI 7, con un éxito relativo, puesto que el enemigo no cedió lo que ya había conquistado. Se efectúan fuegos de nuestra Batería de Artillería y Morteros de 106 y 81 mm, sobre la propia tropa, a requerimiento de su Jefe el Teniente Vázquez. Recuerdo que cuando hablaba con Vázquez y me hacía el pedido, habré dudado algún segundo, tanto que él mismo lo reiteró con vehemencia. La razón era que nuestros hombres estaban en sus posiciones y estaban prácticamente al descubierto y mezclados con las fracciones enemigas, en una total oscuridad iluminada constante y fugazmente por las explosiones. En esa lucha épica mueren casi de la misma forma, dos valientes, el Subteniente del Ejercito Argentino Silva con sus cinco conscriptos, que se habían agregado, y el Polizón del Grupo Araña del Batallón (los díscolos) el Suboficial Castillo. Ambos, al ver sus muertos y heridos y al sentirse sobrepasados, los dos heridos, saltan de sus posiciones sobre los atacantes vivando a la Patria y matando, y mueren heroicamente. Mientras los Ghurkas avanzan lentamente, su participación en el éxito enemigo es muy relativa, solo alcanzan a intervenir en la mañana persiguiendo por el fuego a los integrantes de los Morteros de 81 mm, cuando ya el Batallón ante la reiterada orden superior debe replegarse. Su Jefe de Operaciones Mike Sear (Inglés), que ha escrito un libro sobre el conflicto me ha comentado posteriormente, "poco hicimos en Tumbledown, nuestro objetivo era el Monte William, los que realmente lucharon muy duramente fueron los Escoceses. Pero ni yo ni mis hombres olvidaremos, que a pesar de nuestra veteranía íbamos atemorizados en durante el combate, y ocurrió, pues los hombres de su Batallón tiraban como demonios" Mientras en el Pony' Pass, el Regimiento Galés se iba topar de frente e inesperadamente con la Compañía Obra (-) del BIM 5, en la ejecución de su combate retardante que le habíamos impuesto. La misión de los Galeses, era asaltar y ocupar Sapper Hill. Decía un joven Capitán de esa Unidad, mientras embolsábamos mis muertos de Tumbledown, refiriéndose a ese encuentro inopinado, "que ellos habían combatido con dos Regimientos nuestros, que no pudieron avanzar en toda la noche pues los fuegos de la artillería y morteros argentinos los mantuvieron aplastados y que cuando amaneció y vieron que ya no estaban nuestros hombres, fueron los más felices de la tierra, aunque no habían cumplido su misión". Aproximadamente a las 0300 horas del 14 de Junio, preparamos y ordenamos efectuar un contraataque con la Compañía M, la O (-) que había recuperado, puesto que a la misma la retiré de sus posiciones a las 0130 horas. Aprovechando que la moral era muy alta y por estar convencido que la batalla se decidía en Tumbledown, preví esta acción que pensaba dirigir personalmente, en un esfuerzo final, para quebrar el ataque adversario. Tenía perfectamente claro que el Para 3 y el Para 2, nos flanqueaban, pero los fuegos efectivos de la Zona de Apoyo Logístico propia, y el fuego de las pocas piezas que sobrevivían del GA N° 4, con tiro directo, impidieron cualquier intento enemigo. Informé y pedí la autorización pertinente, pensaba en esos momentos que frenado el ímpetu enemigo esto era factible. Pero en realidad ello no fue posible puesto que si hasta esa hora era más que optimista por el desarrollo del combate, intervendrían otros factores, la munición comenzaba a escasear y en el único intento desde retaguardia de proveernos algo de proyectiles de Morteros de 81 mm. , la camioneta que se desplazaba hacia el frente, fue volada por una certera ráfaga de artillería del enemigo. Por otra parte se me dio la orden de replegarme hacia la localidad, logrando luego de discutir bastante, que se me autorizara a replegarme y reforzarme con el Batallón en Sapper Hill. Esta acción de repliegue de la Compañía Nácar , lamentablemente no ha sido filmada y permanecerá para siempre en mis recuerdos, por la entereza, el orden y disciplina de mis hombres para realizarla. La misma se efectuó con el apoyo de dos puntos en el terreno, uno que estaba a cargo de la Compañía C (-) y efectivos reunidos en proximidades de mi Puesto de Comando. Como de costumbre, mi Segundo Comandante el Capitán Ponce, se adelantó para establecer el nuevo Puesto de Comando en Sapper Hill y cuando estuvo prácticamente concluido y concretado el repliegue, ordené a la Compañía C ( - ) que se reintegrara a su Unidad de origen (me costó bastante convencer al Capitán Varela que lo hiciera. Llegué a mi nuevo Puesto de Comando, aproximadamente a 1100/1130 horas, todo estaba en orden, la Unidad lista a defender esta última altura y pensaba en esos momentos que la lucha continuaría, no obstante ya se observaba el arribo de helicópteros enemigos a la zona del hipódromo de la localidad y se veía el despliegue de efectivos enemigos descendiendo de las altura William y Tumbledown. A las doce recibí por parte del Jefe de Operaciones del Comando Superior la orden de replegarme "pues ya la Guarnición se había rendido". Posteriormente tuve otra intimación y finalmente le ordené nuevamente a mi Segundo Comandante que se replegara a la localidad y entrara desfilando a frente de los efectivos. Quedaba una pequeña retaguardia a cargo del Guardiamarina Koch, (14 hombres) y el Suboficial Vaca con una Ametralladora de 12,7 mm, que no quería replegarse. Todos los fuegos habían cesado, el silencio era tan terrible como la incertidumbre y el dolor de tener que rendirse. Cuando el Jefe de Compañía que había quedado a cargo, el Tte. Binotti, que permanecía aguardando a su retaguardia de combate me decía: " Señor podemos irnos" y nos paramos para hacerlo, aparecen unos cuatro o seis helicópteros enemigos que se aproximan raudamente sobre Sapper Hill. El Suboficial Vaca y su 12,7 mm., casi al unísono con todo el equipo de retaguardia, abren el fuego. Un helicóptero aterriza en llamas, los demás hacen lo mismo, desembarcan sus efectivos y se generaliza el enfrentamiento. Pienso que los helicópteros pensaban que Sapper Hill estaba desocupada, por lo que fueron totalmente sorprendidos. Sé que en esta última escaramuza de la pequeña retaguardia murieron varios de sus hombres y el enemigo perdió un helicóptero y otro resulto averiado Nos protegimos detrás de la altura y emprendimos caminando la marcha hacia la localidad a la que llegamos alrededor de 1500 horas. Este fue el fin de los combates. Pienso y estoy más que orgulloso del comportamiento de todos los hombres del Batallón, como también de todos los efectivos de las Fuerzas Armadas y de los civiles que intentaron retener en uno u otro lugar, en diferentes puestos y en distintas contingencias las Islas que habíamos reconquistado. En realidad siempre sostengo que cada uno hizo lo que pudo, lo que más pudo. [url]www.aveguema.org.ar/Gacetas%20Malvinenses%20Digitales/LGM%2012/El%20BIM%205.doc[/url] Saludos! [/QUOTE]
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