La cartera encabezada por Nilda Garré encargó a manos civiles un relevamiento en el ámbito de las Fuerzas Armadas, lo que develaría información sensible que forma parte de lo que se conoce como "Secreto de Estado"
La polémica iniciativa surgió el 28 de junio en un encuentro que se realizó en los cuarteles de Palermo. En este cónclave, que estuvo presidido por Mauro Vega en representación del subsecretario de Defensa Gustavo Sibila, el Ministerio ordenó que se realizara una auditoria sobre el armamento de puño y las armas livianas que están en posesión de las Fuerzas Armadas, que representan un interés para los delincuentes.
Según investigaciones internas, "se han detectado casos donde este tipo de armamento ha sido robado con ayuda de propios integrantes de los cuarteles o las bases militares", explicaron fuentes castrenses.
Participaron también en esa reunión los jefes de las tres fuerzas militares, Pablo Botinelli (Universidad de San Andrés), Diego Fleitas (Asociación para Políticas Públicas) y Adriana Miskulin (Defensa).
Éste relevamiento no sería improcedente si se realizara dentro de la órbita conjunta o del Ministerio de Defensa. "Lo peligroso es la participación de miembros de algunas ONG, universidades y demás instituciones sociales que pasarán a manejar información sensible para la seguridad nacional", aseguran las mismas fuentes.
Por caso, Diego Fleitas es un estudioso del tema pero a lo referido a armamentos en manos de civiles y su relación con el delito. Además, es consultor de FLASCO Chile, cuyo director es Claudio Fuentes.
Sus viajes al país trasandino lo llevan a participar de simposios con militares chilenos y en forma menos continuada con funcionarios del Ministerio de Defensa del vecino Estado, "con cuyas autoridades Fuentes mantiene una relación muy aceitada", aseguraron quienes están en el tema.
"Ése es uno de los tantos ejemplos por lo que el manejo de datos reservados que se pretende poner en conocimiento de personas ajenas a las Fuerzas, no sólo viola la Ley de Seguridad Nacional, sino del más elemental sentido común", denunciaron integrantes de las Fuerzas Armadas a Infobae.com.
La polémica iniciativa surgió el 28 de junio en un encuentro que se realizó en los cuarteles de Palermo. En este cónclave, que estuvo presidido por Mauro Vega en representación del subsecretario de Defensa Gustavo Sibila, el Ministerio ordenó que se realizara una auditoria sobre el armamento de puño y las armas livianas que están en posesión de las Fuerzas Armadas, que representan un interés para los delincuentes.
Según investigaciones internas, "se han detectado casos donde este tipo de armamento ha sido robado con ayuda de propios integrantes de los cuarteles o las bases militares", explicaron fuentes castrenses.
Participaron también en esa reunión los jefes de las tres fuerzas militares, Pablo Botinelli (Universidad de San Andrés), Diego Fleitas (Asociación para Políticas Públicas) y Adriana Miskulin (Defensa).
Éste relevamiento no sería improcedente si se realizara dentro de la órbita conjunta o del Ministerio de Defensa. "Lo peligroso es la participación de miembros de algunas ONG, universidades y demás instituciones sociales que pasarán a manejar información sensible para la seguridad nacional", aseguran las mismas fuentes.
Por caso, Diego Fleitas es un estudioso del tema pero a lo referido a armamentos en manos de civiles y su relación con el delito. Además, es consultor de FLASCO Chile, cuyo director es Claudio Fuentes.
Sus viajes al país trasandino lo llevan a participar de simposios con militares chilenos y en forma menos continuada con funcionarios del Ministerio de Defensa del vecino Estado, "con cuyas autoridades Fuentes mantiene una relación muy aceitada", aseguraron quienes están en el tema.
"Ése es uno de los tantos ejemplos por lo que el manejo de datos reservados que se pretende poner en conocimiento de personas ajenas a las Fuerzas, no sólo viola la Ley de Seguridad Nacional, sino del más elemental sentido común", denunciaron integrantes de las Fuerzas Armadas a Infobae.com.