Brunner
Forista Sancionado o Expulsado
Vice-Comodoro Rogelio M. Balado Un respetado piloto de pruebas de la Fuerza Aérea Argentina (FAA)
Comodoro (R) José C. D’Odorico, FAA
Es la breve historia de un conspicuo oficial de la Fuerza Aérea Argentina que durante su vida militar dejó una huella imperecedera que ya ha cumplido su 42º aniversario. El Vcom. (R) Rogelio Manuel Balado fue promotor y primer director del Centro de Ensayos en Vuelo que continúa funcionando en las instalaciones de la ex Fábrica Militar de Aviones (Córdoba, Argentina) y hoy también alberga a Lockheed Martin Aircraft Argentina S.A.
En 1955 Balado fue destinado a la División de Ensayos de Aviones en Vuelo. La experiencia acumulada en los siguientes tres años enseñó al entonces Capitán Balado la importancia de esas actividades para el mantenimiento y operación de aviones, al tiempo que aprendió a identificar las deficiencias que había que corregir. Por diferentes razones, esas tareas técnicas se cumplían parcialmente y Balado percibió las discrepancias que existían respecto a otras aptitudes científicas y técnicas, lo cual era un escollo para el avance de la industria aeronáutica. Las investigaciones del Capitán Balado lo llevaron a afirmar que la mayoría de los proyectos nacionales fracasaba por esa causa.
Balado observó que el ensayo en vuelo proporcionaba sus mejores beneficios en la etapa “alta en vuelo o recepción”, al efectuarse la verificación de las cualidades de un avión nuevo o reparado. Balado descubrió las fisuras más notorias puesto que las normas que regían el proceso no respondían a una pauta industrial moderna. Las sugerencias del Capitán Balado fueron analizadas en la FAA y entre 1958–60 fue enviado a realizar cursos de “recepcionista de aeronaves” y “piloto de pruebas” en el Centro de Ensayos en Vuelo (Bretigny, Francia.)
A su regreso, el Mayor Balado publicó Ensayos en Vuelo (Revista Nacional de Aeronáutica) donde detalló su pensamiento y cómo se trabajaba en Francia. En ese artículo subrayó las ventajas de aplicar las técnicas de ensayo en las tres primeras etapas de un diseño (Investigación y Desarrollo, Recepción e Investigación Operativa) y describió las necesidades de infraestructura, personal, actividad de vuelo, instrumental, maquinaria y documentación.
Bajo la dirección del Mayor Balado, entre 1959– 60 se reunieron todos los recursos afines y a partir del 09 Nov. 1961 cobró vuelo propio el Centro de Ensayos en Vuelo (CEV.) Naturalmente, Balado fue su Director inaugural y permaneció en el cargo hasta Jul.63 aunque sin despegarse de las actividades del CEV.
El luego Vicecomodoro Balado lideró una hazaña que merece ser recordada. En Mayo 1965 voló entre Buenos Aires y París en un IA-50 Guaraní II, biturbopropulsor para 12 pasajeros de diseño argentino y motores franceses a fin de exponerlo en Le Bourget y luego someterlo a ensayos de aeronavegabilidad. Siendo un avión de corto alcance, hizo escalas en R. de Janeiro, Recife, Dakar y Madrid. Balado y su equipo volaron 25.000 km en 63 horas a una velocidad promedio de 400 km/h y una altura media de 3.000 metros. El Guaraní II fue la primera aeronave de diseño latino-americano en cruzar el Atlántico; fue el primero de este origen en ser expuesto en Le Bourget donde fue calificado como uno de los tres mejores aviones presentados ese año. Luego el IA-50 fue sometido a intensos ensayos en tierra y vuelo para lograr la certificación AIR-251 (Francia) y CAR-4b (USA.)
Comodoro (R) José C. D’Odorico, FAA
Es la breve historia de un conspicuo oficial de la Fuerza Aérea Argentina que durante su vida militar dejó una huella imperecedera que ya ha cumplido su 42º aniversario. El Vcom. (R) Rogelio Manuel Balado fue promotor y primer director del Centro de Ensayos en Vuelo que continúa funcionando en las instalaciones de la ex Fábrica Militar de Aviones (Córdoba, Argentina) y hoy también alberga a Lockheed Martin Aircraft Argentina S.A.
En 1955 Balado fue destinado a la División de Ensayos de Aviones en Vuelo. La experiencia acumulada en los siguientes tres años enseñó al entonces Capitán Balado la importancia de esas actividades para el mantenimiento y operación de aviones, al tiempo que aprendió a identificar las deficiencias que había que corregir. Por diferentes razones, esas tareas técnicas se cumplían parcialmente y Balado percibió las discrepancias que existían respecto a otras aptitudes científicas y técnicas, lo cual era un escollo para el avance de la industria aeronáutica. Las investigaciones del Capitán Balado lo llevaron a afirmar que la mayoría de los proyectos nacionales fracasaba por esa causa.
Balado observó que el ensayo en vuelo proporcionaba sus mejores beneficios en la etapa “alta en vuelo o recepción”, al efectuarse la verificación de las cualidades de un avión nuevo o reparado. Balado descubrió las fisuras más notorias puesto que las normas que regían el proceso no respondían a una pauta industrial moderna. Las sugerencias del Capitán Balado fueron analizadas en la FAA y entre 1958–60 fue enviado a realizar cursos de “recepcionista de aeronaves” y “piloto de pruebas” en el Centro de Ensayos en Vuelo (Bretigny, Francia.)
A su regreso, el Mayor Balado publicó Ensayos en Vuelo (Revista Nacional de Aeronáutica) donde detalló su pensamiento y cómo se trabajaba en Francia. En ese artículo subrayó las ventajas de aplicar las técnicas de ensayo en las tres primeras etapas de un diseño (Investigación y Desarrollo, Recepción e Investigación Operativa) y describió las necesidades de infraestructura, personal, actividad de vuelo, instrumental, maquinaria y documentación.
Bajo la dirección del Mayor Balado, entre 1959– 60 se reunieron todos los recursos afines y a partir del 09 Nov. 1961 cobró vuelo propio el Centro de Ensayos en Vuelo (CEV.) Naturalmente, Balado fue su Director inaugural y permaneció en el cargo hasta Jul.63 aunque sin despegarse de las actividades del CEV.
El luego Vicecomodoro Balado lideró una hazaña que merece ser recordada. En Mayo 1965 voló entre Buenos Aires y París en un IA-50 Guaraní II, biturbopropulsor para 12 pasajeros de diseño argentino y motores franceses a fin de exponerlo en Le Bourget y luego someterlo a ensayos de aeronavegabilidad. Siendo un avión de corto alcance, hizo escalas en R. de Janeiro, Recife, Dakar y Madrid. Balado y su equipo volaron 25.000 km en 63 horas a una velocidad promedio de 400 km/h y una altura media de 3.000 metros. El Guaraní II fue la primera aeronave de diseño latino-americano en cruzar el Atlántico; fue el primero de este origen en ser expuesto en Le Bourget donde fue calificado como uno de los tres mejores aviones presentados ese año. Luego el IA-50 fue sometido a intensos ensayos en tierra y vuelo para lograr la certificación AIR-251 (Francia) y CAR-4b (USA.)