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<blockquote data-quote="Willypicapiedra" data-source="post: 361712" data-attributes="member: 162"><p><span style="font-size: 26px"><strong>Batalla de Hue (Vietnam 1968)</strong></span></p><p></p><p>En las ruinas de Hué, los Marines de EE UU pelearon a la desesperada para reconquistar la Ciudad Vieja</p><p>Era el 31 de enero de 1968 y Hué, la ciudad más importante de las provincias septentrionales del Vietnam del Sur, dormía profundamente, sumida en esas horas que separan los juegos nocturnos del trabajo cotidiano. La ex capital de Annam descansaba. El movimiento se veía restringido al ciclista ocasional que recorría su solitario camino junto a la orilla del río Perfume, bajo los muros que encerraban la Ciudad Antigua, albergando a la mayor parte de sus 100.000 habitantes y a una cantidad interminable de refugiados. De pronto el silencio fue roto brutalmente cuando los disparos de los morteros rasgaron la delicada tela de la noche y los proyectiles comenzaron a abrir enormes agujeros en las fachadas de las antiguas y bellas casas coloniales francesas. La muerte al por mayor iniciaba su visita a la Ciudad Imperial</p><p>Hué no estaba preparada para lo que iba a pasar. Todo el mundo suponía que una ofensiva era inminente. Pero nadie había esperado que fuese a esa escala e intensidad. Hasta el momento, la ciudad no había sufrido los efectos de la batalla a gran escala, a pesar de estar situada a menos de 50 Km al sur de la ZDM. La presencia militar norteamericana era mínima y se limitaba a un puñado de asesores.</p><p></p><p>Sin embargo la pequeña fuerza del Ejercito Sudvietnamita que se encontraba en Hué aquella fatidica mañana era la compañía de élite "Panteras Negras", asignada a la 1ª División del general Ngo Luang Trong. Lucharon como demonios, tratando de detener el avance de los dos batallones de infantería del ejercito nordvietnamita, pero fueron superados en número y no pasó mucho tiempo antes de que las fuerzas enemigas controlaran casi toda la ciudad. La bandera del VC, estrella dorada sobre un campo rojo y azul, flameaba victoriosamente sobre el antiguo palacio imperial.</p><p></p><p></p><p>Una tarde de combates callejeros</p><p>La base de los infantes de marina de los EEUU más próxima a Hué estaba en Phu Bai, aproximadamente a 12 km hacia el sur. Allí, el general Foster Lahue, un veterano de la SGM y Corea, estaba al mando de los Marines pertenecientes a seriamente debilitada Fuerza Operativa Rayos X, integrada en poco más de tres batallones, cuando debía incluir al menos dos regimientos completos. Sólo 400 hombres para defender Phu Bai, la carretera1 (la ruta clave de las comunicaciones terrestres desde Hué hasta Da Nang) y todos los accesos de Hué por el oeste.</p><p></p><p>El Vietcong llegaba a la ciudad como si fuese una plaga de piojos, la Fuerza Operativa Rayos X se encontraba bajo el fuego directo de los morteros y pronto los proyectiles comenzaron a caer sobre la ciudad. Pero había que hacer algo. De modo que Lahue envió a la compañía A del primer batallón de Marine en dirección a Hué para controlar la situación en la carretera 1 y tratar de establecer contacto con las fuerzas sitiadas dentro de la Ciudad Nueva. Pero la compañía A tuvo problemas casi inmediatamente.</p><p></p><p>Cuando apenas había cubierto la mitad de la distancia que les separaba de Hué, fue inmovilizada por una emboscadade efectivos del Ejercito nordvietnamita. Así que Lahue envió al teniente coronel Marcus Gravel con su grupo de mando del 1er Batallón junto con la Compañía G del 5º del 2º Batallón de Marine, una sección de carros de combate y algunos ingenieros. Cuando salian de la base Gravel detuvo el jeep y llamó al teniente Richard Lyons:"-¿Quiere ir a la ciudad de Hué a pasar una tarde de combates callejeros?", le preguntó. Lyons, el capellán del Batallón y un hombre que no dudadba en ***** su M16 para cubrir a sus compañeros en el campo de batalla, subió al jeep. Gravel no tenía tiempo para organizar un plan de acción, de modo que se limitó a gritarles a sus hombres "-Todos a los camiones" y a gran velocidad por la carretera 1.</p><p></p><p>La pequeña fuerza de Gravel se las ingenió para superar la cortina de fuego del ejercito nordvietnamita, sacar a la compañía A del atolladero y, a pesar del intenso fuego enemigo dentro de Hué, cruzar el puentes sobre el canal de Phu Cam y entrar en la zona norteamericana antes de las 15.00 horas.</p><p>Habiendo llegado a este punto, a Gravel se le ordenó que tratase de establecer contacto con las fuerzas del Ejercito sudvietmanitas mandadas por Truong, que se sostenian en el sector norte por la Ciudad Antigua. Sus hombres avanzaron por el puente Nguyen Hoang pero, careciendo de apoyo acorazado, se encontraron muy pronto con una potencia de fuego enemiga muy superior a la que podian hacer frente. Gravel retrocedió con sus heridos.</p><p></p><p>Punto de apoyo precario</p><p>Al día siguiente Gravel intentó abrirse paso a través de la ciudad hacia el cuartel general de Truong, pero volvió a encontrarse con la tenaz resistencia de los soldados nordvietnamitas parapetados dentro de los muros de la Ciudad Antigua.</p><p></p><p>Pero todo el tiempo llegaban cada vez más fuerzas de Marine a la ciudad, bajo el mando de famosos militares como el coronel Stanley Hughes, comandante del 1er Regimiento de Marine y el teniente coronel Ernest Cheatman, a quien muchos describian como el mejor oficial de Marine para el que habían servido nunca. Lenta pero seguramente, los Marine comenzaron a asegurar su precaria posición, y luego se hicieron fuertes en las laberinticas calles de la Ciudad Antigua.</p><p>Pero las cosas no iban bien. La mayoría de los Marine en Hué, eran soldados que se habían alistado hacía poco tiempo y que se suponía que iban a combatir al VC en el campo, donde podian confiar en sus enormes recursos de potencia de fuego y donde disponian de la gran ventaja de contar con una mayor movilidad. Ahora, sin embargo, deberían hacer frente a una clase diferente de guerra: combates a corta distancia, casi cuerpo a cuerpo, corriendo de un lugar a otro, cubriendose todo el tiempo, con francotiradores enemigos capaces de abatir a cualquiera que cometiera la imprudencia de quedar al descubierto. Los acosados soldados, inmovilizados entre los escombros, maldecian la falta de fuego pesado de apoyo. Se rumoreaba que tenía que ver con la protección de civiles o con evitar la destrucción de los edificios historicos. Parecia una broma: tus compañeros volando en pedazos porque algún jodido templo podía resultar dañado. ¿Divertido verdad?</p><p></p><p>Pero estos muchachos eran fundamentalmente infantes de marina, y Gravel estaba orgulloso al comprobar que su miedo natural era superado por las tradiciones del regimiento. Algunas escenas permanecerán para siempre en su memoria, como aquella del joven Jim Soukup (del 1er Batallón) quien había dibujado una gran diana en la parte trasera de su chaqueta con esta inscripción desafiante "Prueba tu suerte, Charlie!". O el teniente Allen W. Courtney, un tejano genial que, ignorando sus terribles heridas, disparó con una mano cubriendo la evacuación de sus compañeros heridos. Courtney se negaba a bandonar el puesto de modo que Gravel le ordenó que fuese al hospital de sangre en un lenguaje que suponía que el tejano entendería: "Quiero que salgas de la ciudad antes del anochecer".</p><p>El avance era muy lento, pero los hombres de Gravel no se detuvieron. El 6 de febrero, fueron reconquistados el Hospital, la prisión y el cuartel general provincial, y el 9 los Marine controlaban la Ciudad Nueva. Tres días más tarde se desplegaron por la Ciudad Antigua. Allí prosiguieron los amargos y sangrientos combates.</p><p></p><p>Desalojar al enemigo</p><p>El enemigo tenía focos de resistencia en todas partes, Los francotiradores, agazapados en los pisos superiores de los edificios o en pequeños agujeros, solo esperaban a que algún pobre bastardo desafortunado (o estúpido) asomara la cabeza, mientras los nidos de ametraladoras disparaban a nivel de suelo. Los morteros, semienterrados para evitar que fuesen detectados, cubrian las rutas de acceso. Como si todos esto fuera poco, era la temporada de los monzones. El cielo furioso y la atmosfera lobrega y fétida hacían virtualemente imposible cualquier tipo de apoyo aéreo. Para los Marine, los días que pasaron en Hué luchando bajo ese cielo gris plomizo se convirtieron en una especia de rutina.</p><p>Durante el día se abrian camino luchando por desalojar al enemigo de sus ocultas posiciones defensivas, llevando las armas de apoyo que podían y luego esperando conseguir una comida caliente por la noche. Y todo el tiempo, el VC y el EVN lanzaban contraataques locales y se arrastraban furtivamente durante la noche y colocaban trampas explosivas . Pero los Marine resistieron estoicamente, ingeniándoselas incluso para desarrolar cierto humor negro, como esos muchachos a las que se les oia cantar: "Salgamos de este lugar, salgamos aunque sea lo ultimo que hagamos". Y sufrieron muchas bajas. Gravel jamás podrá olvidar a ese soldado que aguardaba ser evacuado por los enfermeros y a quien un periodista le preguntó "¿Cuántas veces te han herido?". El chico impasible le contestó: "¿Hoy?"</p><p></p><p>Agazapados detrás de los muros, disparando con todo lo que tenían, los Marine avanzaron centímetro a centímetro, consumidos por la fatiga. El 21 de febrero reconquistaron el palacio imperial y, finalmente, en la noche del 25, la batalla de Hué concluyó oficialmente. Había durado 26 días.</p><p></p><p></p><p>Willy</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="Willypicapiedra, post: 361712, member: 162"] [SIZE=7][B]Batalla de Hue (Vietnam 1968)[/B][/SIZE] En las ruinas de Hué, los Marines de EE UU pelearon a la desesperada para reconquistar la Ciudad Vieja Era el 31 de enero de 1968 y Hué, la ciudad más importante de las provincias septentrionales del Vietnam del Sur, dormía profundamente, sumida en esas horas que separan los juegos nocturnos del trabajo cotidiano. La ex capital de Annam descansaba. El movimiento se veía restringido al ciclista ocasional que recorría su solitario camino junto a la orilla del río Perfume, bajo los muros que encerraban la Ciudad Antigua, albergando a la mayor parte de sus 100.000 habitantes y a una cantidad interminable de refugiados. De pronto el silencio fue roto brutalmente cuando los disparos de los morteros rasgaron la delicada tela de la noche y los proyectiles comenzaron a abrir enormes agujeros en las fachadas de las antiguas y bellas casas coloniales francesas. La muerte al por mayor iniciaba su visita a la Ciudad Imperial Hué no estaba preparada para lo que iba a pasar. Todo el mundo suponía que una ofensiva era inminente. Pero nadie había esperado que fuese a esa escala e intensidad. Hasta el momento, la ciudad no había sufrido los efectos de la batalla a gran escala, a pesar de estar situada a menos de 50 Km al sur de la ZDM. La presencia militar norteamericana era mínima y se limitaba a un puñado de asesores. Sin embargo la pequeña fuerza del Ejercito Sudvietnamita que se encontraba en Hué aquella fatidica mañana era la compañía de élite "Panteras Negras", asignada a la 1ª División del general Ngo Luang Trong. Lucharon como demonios, tratando de detener el avance de los dos batallones de infantería del ejercito nordvietnamita, pero fueron superados en número y no pasó mucho tiempo antes de que las fuerzas enemigas controlaran casi toda la ciudad. La bandera del VC, estrella dorada sobre un campo rojo y azul, flameaba victoriosamente sobre el antiguo palacio imperial. Una tarde de combates callejeros La base de los infantes de marina de los EEUU más próxima a Hué estaba en Phu Bai, aproximadamente a 12 km hacia el sur. Allí, el general Foster Lahue, un veterano de la SGM y Corea, estaba al mando de los Marines pertenecientes a seriamente debilitada Fuerza Operativa Rayos X, integrada en poco más de tres batallones, cuando debía incluir al menos dos regimientos completos. Sólo 400 hombres para defender Phu Bai, la carretera1 (la ruta clave de las comunicaciones terrestres desde Hué hasta Da Nang) y todos los accesos de Hué por el oeste. El Vietcong llegaba a la ciudad como si fuese una plaga de piojos, la Fuerza Operativa Rayos X se encontraba bajo el fuego directo de los morteros y pronto los proyectiles comenzaron a caer sobre la ciudad. Pero había que hacer algo. De modo que Lahue envió a la compañía A del primer batallón de Marine en dirección a Hué para controlar la situación en la carretera 1 y tratar de establecer contacto con las fuerzas sitiadas dentro de la Ciudad Nueva. Pero la compañía A tuvo problemas casi inmediatamente. Cuando apenas había cubierto la mitad de la distancia que les separaba de Hué, fue inmovilizada por una emboscadade efectivos del Ejercito nordvietnamita. Así que Lahue envió al teniente coronel Marcus Gravel con su grupo de mando del 1er Batallón junto con la Compañía G del 5º del 2º Batallón de Marine, una sección de carros de combate y algunos ingenieros. Cuando salian de la base Gravel detuvo el jeep y llamó al teniente Richard Lyons:"-¿Quiere ir a la ciudad de Hué a pasar una tarde de combates callejeros?", le preguntó. Lyons, el capellán del Batallón y un hombre que no dudadba en ***** su M16 para cubrir a sus compañeros en el campo de batalla, subió al jeep. Gravel no tenía tiempo para organizar un plan de acción, de modo que se limitó a gritarles a sus hombres "-Todos a los camiones" y a gran velocidad por la carretera 1. La pequeña fuerza de Gravel se las ingenió para superar la cortina de fuego del ejercito nordvietnamita, sacar a la compañía A del atolladero y, a pesar del intenso fuego enemigo dentro de Hué, cruzar el puentes sobre el canal de Phu Cam y entrar en la zona norteamericana antes de las 15.00 horas. Habiendo llegado a este punto, a Gravel se le ordenó que tratase de establecer contacto con las fuerzas del Ejercito sudvietmanitas mandadas por Truong, que se sostenian en el sector norte por la Ciudad Antigua. Sus hombres avanzaron por el puente Nguyen Hoang pero, careciendo de apoyo acorazado, se encontraron muy pronto con una potencia de fuego enemiga muy superior a la que podian hacer frente. Gravel retrocedió con sus heridos. Punto de apoyo precario Al día siguiente Gravel intentó abrirse paso a través de la ciudad hacia el cuartel general de Truong, pero volvió a encontrarse con la tenaz resistencia de los soldados nordvietnamitas parapetados dentro de los muros de la Ciudad Antigua. Pero todo el tiempo llegaban cada vez más fuerzas de Marine a la ciudad, bajo el mando de famosos militares como el coronel Stanley Hughes, comandante del 1er Regimiento de Marine y el teniente coronel Ernest Cheatman, a quien muchos describian como el mejor oficial de Marine para el que habían servido nunca. Lenta pero seguramente, los Marine comenzaron a asegurar su precaria posición, y luego se hicieron fuertes en las laberinticas calles de la Ciudad Antigua. Pero las cosas no iban bien. La mayoría de los Marine en Hué, eran soldados que se habían alistado hacía poco tiempo y que se suponía que iban a combatir al VC en el campo, donde podian confiar en sus enormes recursos de potencia de fuego y donde disponian de la gran ventaja de contar con una mayor movilidad. Ahora, sin embargo, deberían hacer frente a una clase diferente de guerra: combates a corta distancia, casi cuerpo a cuerpo, corriendo de un lugar a otro, cubriendose todo el tiempo, con francotiradores enemigos capaces de abatir a cualquiera que cometiera la imprudencia de quedar al descubierto. Los acosados soldados, inmovilizados entre los escombros, maldecian la falta de fuego pesado de apoyo. Se rumoreaba que tenía que ver con la protección de civiles o con evitar la destrucción de los edificios historicos. Parecia una broma: tus compañeros volando en pedazos porque algún jodido templo podía resultar dañado. ¿Divertido verdad? Pero estos muchachos eran fundamentalmente infantes de marina, y Gravel estaba orgulloso al comprobar que su miedo natural era superado por las tradiciones del regimiento. Algunas escenas permanecerán para siempre en su memoria, como aquella del joven Jim Soukup (del 1er Batallón) quien había dibujado una gran diana en la parte trasera de su chaqueta con esta inscripción desafiante "Prueba tu suerte, Charlie!". O el teniente Allen W. Courtney, un tejano genial que, ignorando sus terribles heridas, disparó con una mano cubriendo la evacuación de sus compañeros heridos. Courtney se negaba a bandonar el puesto de modo que Gravel le ordenó que fuese al hospital de sangre en un lenguaje que suponía que el tejano entendería: "Quiero que salgas de la ciudad antes del anochecer". El avance era muy lento, pero los hombres de Gravel no se detuvieron. El 6 de febrero, fueron reconquistados el Hospital, la prisión y el cuartel general provincial, y el 9 los Marine controlaban la Ciudad Nueva. Tres días más tarde se desplegaron por la Ciudad Antigua. Allí prosiguieron los amargos y sangrientos combates. Desalojar al enemigo El enemigo tenía focos de resistencia en todas partes, Los francotiradores, agazapados en los pisos superiores de los edificios o en pequeños agujeros, solo esperaban a que algún pobre bastardo desafortunado (o estúpido) asomara la cabeza, mientras los nidos de ametraladoras disparaban a nivel de suelo. Los morteros, semienterrados para evitar que fuesen detectados, cubrian las rutas de acceso. Como si todos esto fuera poco, era la temporada de los monzones. El cielo furioso y la atmosfera lobrega y fétida hacían virtualemente imposible cualquier tipo de apoyo aéreo. Para los Marine, los días que pasaron en Hué luchando bajo ese cielo gris plomizo se convirtieron en una especia de rutina. Durante el día se abrian camino luchando por desalojar al enemigo de sus ocultas posiciones defensivas, llevando las armas de apoyo que podían y luego esperando conseguir una comida caliente por la noche. Y todo el tiempo, el VC y el EVN lanzaban contraataques locales y se arrastraban furtivamente durante la noche y colocaban trampas explosivas . Pero los Marine resistieron estoicamente, ingeniándoselas incluso para desarrolar cierto humor negro, como esos muchachos a las que se les oia cantar: "Salgamos de este lugar, salgamos aunque sea lo ultimo que hagamos". Y sufrieron muchas bajas. Gravel jamás podrá olvidar a ese soldado que aguardaba ser evacuado por los enfermeros y a quien un periodista le preguntó "¿Cuántas veces te han herido?". El chico impasible le contestó: "¿Hoy?" Agazapados detrás de los muros, disparando con todo lo que tenían, los Marine avanzaron centímetro a centímetro, consumidos por la fatiga. El 21 de febrero reconquistaron el palacio imperial y, finalmente, en la noche del 25, la batalla de Hué concluyó oficialmente. Había durado 26 días. Willy [/QUOTE]
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