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Mensaje: <blockquote data-quote="DSV" data-source="post: 1228239" data-attributes="member: 10911">Pan para el batallón 13-8-2012 | En 1982, el entonces cabo segundo Desalín Ramón Salazar pasó de la cotidianidad de preparar pan a granel para el glorioso Batallón de Infantería de Marina N° 5, a servir de logístico de esta primera línea de combate en las Islas Malvinas.<img src="http://www.gacetamarinera.com.ar/archivos/notas_imgs/4483_malv_1.jpg" alt="" class="fr-fic fr-dii fr-draggable " style="" />El cabo segundo Desalín Ramón Salazar era el panadero del Batallón de Infantería de Marina N° 5 (BIM5) en Río Grande (Tierra del Fuego), e integraba en 1982 el grupo de Logística. Como tal, participaba de las ejercitaciones habituales en el terreno.A las Malvinas llegó como parte de la compañía Comando de Apoyo Logístico y terminó como jefe de pelotón de Abastecimientos, con la función de suministrar a la primera línea municiones, combustible y víveres; con él había un oficial, cabos y conscriptos. Así fue que el cabo Salazar recorrió las islas —de Sapper Hill a Tumbledown y de Monte Kent a Monte William— asistiendo en cada lugar donde estaba apostado el batallón. A su paso, como parte de su función, estuvo en contacto con personal del Ejército Argentino y de la Fuerza Aérea Argentina. Con todo este trajín en pleno combate, sus recuerdos van y vienen “a veces, para poder sobrellevar la situación, después de la guerra se forma un mecanismo de defensa y olvidé muchas cosas; a veces olvido los nombres de gente que estuvo cerca y a veces, sólo a veces, vuelven a mi memoria”.Entre los recuerdos de esa primera línea, el panadero relató que “era una constante de todas las tardes y a veces por la noche el bombardeo naval… de 100 a 150 bombas a la zona donde estaba el BIM5 en el valle Moody Brook, era parte de un hostigamiento que hacían los ingleses para debilitarnos y uno sentía la impotencia de que no podía repeler ese ataque”.Durante el conflicto, los combatientes del BIM5 advirtieron que el terreno en Malvinas era similar al de Tierra del Fuego, lo cual les facilitó parte de las estrategias y acciones. “Por ejemplo, conocían el impacto que causa una bomba en el lecho, lo que les permitió hacer refugios de un metro, más o menos, al cual introducían laja, tepe y laja intercalados lo que les permitía que, en el caso de caer una bomba, quedaran aplastados pero no destruidos”, explicó Salazar.Para camuflarse utilizaban hierbas y pastos que buscaban a un kilómetro de distancia. Respecto del poder de fuego, Salazar comentó que realizaban entre tres o cuatros tiros, cortaban y tiraba otro y otro, intercalados, para no dar tiempo a que detectaran su posición, “todo ese cuidado dio resultado y esto es así ya que ellos no nos pudieron centrar para bombardearnos”.El avance finalDesde las 23 del 13 de junio estuvieron en cercanías de la posición de los ingleses y durante toda esa noche combatieron desde el valle ubicado entre el cerro Dos Hermanas. “Uno no puede permanecer con miedo porque lo paraliza, entonces había que seguir caminando teniendo el apoyo del resto de nuestros compañeros que estaban en la misma condición y eso nos daba fuerza para poder llegar a Sapper Hill y seguir haciéndonos fuertes combatiendo”, relató Salazar. Durante toda esa noche hasta las 6 de la mañana se vivió el combate más exigido. A las 10, Salazar y su grupo se replegaron a Sapper Hill donde estaba la compañía Mar y continuaron resistiendo el ataque; comenzó la tarde y seguían recibiendo un fuego insostenible de los ingleses al que fuera el último bastión de combatientes argentinos. Finalmente se realizó el repliegue a Puerto Argentino, con todos los de su grupo con vida. “No se imagina lo que siento por <a href="http://www.gacetamarinera.com.ar/nota.asp?idNota=4141&idSec=20">el capitán Carlos Robacio —comandante del BIM5 en ese entonces—, ya no lo tenemos entre nosotros </a>pero fue una excelente persona y es muy profundo el sentimiento por nuestro comandante porque fue una persona intachable y estuvimos gracias a Dios bajo las órdenes de él”, reflexionó. Desde que volvieron de la guerra el veterano vivenció diferentes etapas que en palabras de Salazar son en principio “la reivindicación del caído en combate y de los compañeros que estaban mal; no se puede dejar de lado a aquellos que murieron con justa causa; eso es lo que toda la vida nos movilizó como veteranos de guerra”.En esta etapa, cree que las Malvinas “las vamos a recuperar con diplomacia continuando con la concientización en las escuelas, porque la causa Malvinas hoy no es sólo del veterano sino de todos”, concluyó. De aquel cabo segundo panadero que regresó y se radicó en Salta, que no continuó con la profesión naval ni con la panadería, está vivo un enorme sentido de pertenecía al afirmar que se siente “más infante que gaviota” y que lleva a sus camaradas en el alma porque con ellos vivió las mejores experiencias. <a href="http://www.gacetamarinera.com.ar/nota.asp?idNota=4483&idSec=20">http://www.gacetamarinera.com.ar/nota.asp?idNota=4483&idSec=20</a> </blockquote>

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