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Area Militar General
Malvinas 1982
Vivencias día a día del conflicto por las Islas Malvinas
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<blockquote data-quote="drupi" data-source="post: 1805029" data-attributes="member: 11711"><p>Para todos aquellos, que querían conocer los momentos vividos en aquellos días de mayo de 1982, por la patrulla del GOE en su mision de exploración en las cercanías de Darwin, esta reseña fue realizada por quien fuera el jefe de patrulla en ese momento el actual Com (r) Salvador Ozan.</p><p></p><p><strong><u>EL GRUPO DE OPERACIONES ESPECIALES (G. O. E.)</u></strong></p><p></p><p><strong><u>DE LA FUERZA AÉREA ARGENTINA, EN EL CONFLICTO</u></strong></p><p></p><p><strong><u>DEL ATLÁNTICO SUR</u></strong></p><p></p><p></p><p> A más de 32 años de distancia del Conflicto del Atlántico sur, mucho se ha escrito sobre la actuación de la FUERZA AÉREA ARGENTINA en el mismo. Las hazañas de pilotos y tripulantes de aeronaves que se batieron infatigable y heroicamente en condiciones de inferioridad técnica y en un teatro de operaciones que doctrinariamente no les correspondía, con un resultado brillante, reconocido como tal hasta por sus enemigos de entonces, son ampliamente conocidas, y honradas con justa razón.</p><p></p><p></p><p> Pero hubo otros integrantes de la FUERZA AÉREA ARGENTINA que actuaron y combatieron con abnegación, eficacia, constancia y valor, de los que se conoce poco, toda una constelación silenciosa de soldados fieles y consecuentes que sostuvieron con su esfuerzo la actuación de la FUERZA AÉREA ARGENTINA, oscurecida por el brillo de los combates aeronavales y de las operaciones de apoyo táctico y logístico.</p><p></p><p></p><p> A ese conjunto de actores perteneció el GRUPO DE OPERACIONES ESPECIALES (G. O. E.) de la FUERZA AÉREA ARGENTINA. Creado como una Unidad de Fuerzas Especiales y mediante la Directiva “S” Nº 158/79 del 3 de Septiembre de 1979 con asiento en la entonces VII Brigada Aérea de Morón con el proceso de Adiestramiento Básico de Personal de Oficiales y Suboficiales realizando diversos cursos de Capacitación y Adiestramiento en todas las configuraciones de terreno<em>.</em></p><p></p><p>El G. O. E. fue tempranamente convocado para sumar su esfuerzo en la Batalla por las Islas Malvinas. La recuperación del Aeropuerto, la seguridad integral de la recién creada Base Aérea Militar Malvinas, los trabajos de minado y fortificación, la insólita colaboración con personal naval para liberar un buque mercante enredado en una cadena de ancla, la intervención en el balizamiento de la pista, Instrucción de tropa en la posible Defensa del archipiélago, fueron algunas de las muchas tareas que el G. O. E. desempeño con eficiencia en el conflicto.</p><p></p><p></p><p> Pero hay una particularmente interesante, que muestra claramente la capacidad y el arrojo de sus integrantes, y que merece ser reseñada más en detalle, y es la Misión que debió cumplir como…</p><p></p><p></p><p><u>”PATRULLA DE EXPLORACIÓN Y RECONOCIMIENTO DE LARGO ALCANCE”.</u></p><p></p><p></p><p></p><p> El día 23 de mayo de 1982, el entonces Mayor Luis CORREA, en su carácter de <em>(Jefe del Grupo de Operaciones Especiales), </em>y a fin de cumplir una orden recibida en el Puesto de Comando Principal, designo personal a fin de llevar a cabo una Patrulla de Exploración y Reconocimiento de Largo Alcance detrás de las líneas enemigas.</p><p></p><p></p><p> El Estado Mayor Conjunto de las Islas Malvinas había dispuesto una misión que se resumía sintética mente como una <em>“Exploración y reconocimiento hasta la cabeza de playa del enemigo en el estrecho de San Carlos, para observar e informar a diario los movimientos de soldados británicos, y </em>cumplir con un <em>posible golpe de mano en el Monte Alberdi (Mt. Osborne) sobre una batería misilistica antiaérea, visualizada por un piloto de Pucará abatido en esa zona”</em>. Se debía tener en cuenta la doctrina sobre Exploración y reconocimiento que enseña entre otras cosas “. . .ver e informar, sin ser vistos. . .”</p><p></p><p></p><p> Dicha misión se encontraba repartida en tres Zonas de Exploración y Reconocimiento: Una Patrulla de Comandos Anfibios de la ARMADA ARGENTINA, que iría por el Norte (costa); una Patrulla de Comandos del EJÉRCITO ARGENTINO, que iría por el Sur (llanura), y la Patrulla del </p><p>G. O. E. de la FUERZA AÉREA ARGENTINA, que iría por el centro (sierras), siendo esta última la patrulla para constituir la cual el Mayor CORREA había designado. </p><p></p><p></p><p></p><p> Quienes finalmente la conformaron, fueron:</p><p></p><p></p><p>1. 1er. Teniente SALVADOR OZÁN, Jefe de Patrulla (Pampero)</p><p></p><p>2. 1er.Teniente EDUARDO SPADANO, 2do. Jefe de Patrulla (Gallo)</p><p></p><p><em>3. </em>Teniente ALFREDO SIDDERS, Oficial de Comunicaciones (Gringo)</p><p></p><p>4. Teniente MIGUEL BRUZZO (Negro)</p><p></p><p>5. Teniente OSVALDO PARIS (Turco)</p><p></p><p>6. S. A. MARTIN YULLMAN (Viejo)</p><p></p><p>7. C. P. RODOLFO VILLAVERDE, Encargado Logístico (Villa)</p><p></p><p>8. C. P. MARIO RODRIGUEZ (Perro)</p><p></p><p>9. C. P GUILLERMO KORMAN, Enfermero (Gato)</p><p></p><p>10. C. 1º ALFREDO VANZETTI, Navegador (Tano)</p><p></p><p>11. C. 1º MARIO OREQUI (Pepe)</p><p></p><p>12. C. 1º ALFREDO AGUAYO (Negro Amancay)</p><p></p><p>13. C.1º OMAR GODOY (Loco)</p><p></p><p>14. C.1º JORGE SANTUCHO (Sugus)</p><p></p><p></p><p> Ese primer día estuvieron totalmente dedicados a reunir el material necesario para cumplir con la misión, pertrechos de guerra, armamento, munición, abastecimiento en general y los oficiales junto a los Comandos del Ejército y Marina, a planificar el cumplimiento de la misión.</p><p></p><p></p><p> Mientras el enemigo avanzaba por las alturas del terreno, la Patrulla del G. O. E. efectuó su primera aproximación (o infiltración) el día 24 de mayo, en dos helicópteros UH-1H del EJÉRCITO ARGENTINO, el AE 412, y el AE 424. Las aeronaves debían alcanzar su destino a unos ochenta kilómetros de distancia de Puerto Argentino (calculada por tiempo de vuelo), y volaban a tan baja altura que una de ellas se llevó por delante, con los patines, unos cables (presuntamente telefónicos). El piloto debió aterrizar para verificar si la aeronave se había dañado, y si podía seguir volando; quienes estaban siendo transportados percibieron un ruido tan fuerte al hacer impacto con los cables, que los hizo pensar que estaban siendo atacados y que habían recibido un disparo.</p><p></p><p></p><p> Una vez que se comprobó que el helicóptero no había sido dañado, el vuelo prosiguió, llevando a la Patrulla hasta un punto al noreste del Lago Colorado Pond, sitio en el que se instaló un Puesto de Aprovisionamiento Logístico (PALO), en el que se dejaron parte del racionamiento, municiones y armamento que llevaba la Patrulla. Dos horas después, una vez que enterraron esos elementos, la Patrulla prosiguió con la misión, dejando a Villa y Gato en custodia del PALO desde un puesto ubicado en una elevación, en un cerro vecino. Como la Patrulla debía regresar sólo de noche y en una fecha aún indeterminada, quienes quedaron custodiando ese lugar debían descender a él sólo después de ponerse el sol para verificar si había llegado el resto de la Patrulla.</p><p></p><p></p><p> La Patrulla comenzó entonces la infiltración desplazándose durante la noche y mediante Navegación Terrestre; adoptaron ese curso de acción para ocultarse del enemigo y para combatir el frío, que alcanzaba en ese entonces los diez grados centígrados bajo cero. El desplazamiento comenzó con el Tano como Navegador, lo seguían el Negro Amancay, el Loco y el Perro como seguridad anterior, luego Pampero, y la seguridad posterior a cargo de Gallo. Inicialmente, se desplazaban arrastrándose, ya que suponían que el enemigo podía observarlos desde la parte posterior de las elevaciones próximas. A medida que fueron adquiriendo confianza, se incorporaron, y comenzaron a caminar.</p><p></p><p></p><p> Luego de haber caminado durante todo el primer día, a la segunda jornada, dos de los integrantes de la Patrulla, el Negro y Pepe, afectados de dolores agudos intensos en las extremidades inferiores, producidos por haber caminado y haberse resbalado sobre algunos cantos rodados muy grandes, con turba en la planta de los borceguíes, tuvieron que detenerse a analizar la situación, así fue que se les ordenó replegarse al Puesto de Aprovisionamiento, cuando se hubiesen repuesto; entonces la Patrulla, reducida a diez miembros, prosiguió con la misión.</p><p></p><p></p><p> Al cabo de unas horas de caminata intensa y ya sobre la segunda noche,se toparon con observadores británicos, que al avistarlos lanzaron bengalas, iniciándose así una búsqueda por parte del enemigo que se intensificaba durante la noche, que era cuando la Patrulla se desplazaba. Decidieron entonces permanecer inmóviles durante los momentos en que estaban iluminados, y seguir avanzando sólo al volver la oscuridad.</p><p></p><p></p><p> De esa forma, casi a la madrugada de la segunda noche la patrulla alcanzó la base de la altura prevista como objetivo, y decidió esperar allí y atacar el objetivo durante el día. Pero en esas circunstancias, y siendo aún de noche, llegó un helicóptero británico y extrajo a la patrulla enemiga que lanzaba las bengalas; en consecuencia esperaron que amaneciese y revisaron el lugar. Encontraron allí restos de racionamiento (Latas vacías de comida) y otros elementos que el enemigo había abandonado al retirarse, y luego se desplazaron a otro sector, donde se camuflaron por el resto de la jornada para hacer observación diurna del lugar.</p><p></p><p></p><p> Fue en esas circunstancias que el Perro le manifestó al Loco y al Tano que había caído en la cuenta de que hacía dos días que no comían. Tales habían sido las situaciones de estrés y combate, que ni siquiera habían tenido hambre, y sólo habían tomado agua. Comieron en consecuencia algunas galletitas con picadillo de carne, y al llegar la noche se aprestaron a seguir adelante.</p><p></p><p></p><p> Caminaron durante toda la noche, hasta llegar a un punto muy cercano al objetivo, Monte Alberdi (Mt. Osborne); en ese lugar decidieron dividir la Patrulla en dos partes; la primera, compuesta por el Gallo, Gringo, Perro, Negro Amancay y Tano que intentarían completar el golpe de mano sobre la presunta batería misilistica en el Mt. Osborne y la segunda patrulla compuesta por Pampero, el Turco, Loco, Viejo y Sugus, que continuarían con la misión de exploración y reconocimiento; </p><p></p><p>La primera patrulla se desplazó en una niebla muy intensa, tanto así que a pesar de escuchar ruidos producidos por helicópteros al girar sus hélices y palas y por movimiento de equipos y pertrechos militares enemigos, no podían verlos. Ya sobre el Monte Alberdi, se quedan el Gallo y el Negro Amancay y deciden seguir hasta la cumbre el Gringo, Perro y el Tano, a fin de hacer los menores ruidos posibles y al llegar a la cumbre, alcanzando el objetivo, este se hallaba desierto y mostraba restos que indicaban que, efectivamente, en el lugar había estado emplazada una batería y que había sido removida (Supuestamente era portátil, tipo Blow Pipe), ante esa situación decidieron regresar al lugar en que se habían dividido, al Gallo y al Negro Amancay y así ubicar a los integrantes de la segunda patrulla, reubicándolos nuevamente a las siete horas de haber partido. Cabe destacar que Gringo (Oficial de Comunicaciones), en horarios preestablecidos con anterioridad, armaba su equipo de comunicaciones en lugares elevados e informaba al Puesto Comando de todas las novedades encriptadas en claves también preestablecidas de antemano.</p><p></p><p> A partir del encuentro, la totalidad de la patrulla emprendió el regreso. Se desplazaron casi siempre de noche, por terrenos muy escarpados, con pantanos, bajo la lluvia, y con temperaturas extremadamente bajas. Durante ese trayecto, y al alcanzar puntos elevados podían observar los destellos del cañoneo y los proyectiles trazantes del combate que se estaba librando por la defensa de Darwin. Debieron extremar las precauciones, ya que habían sobrepasado las líneas de avance del enemigo, lo que aumentaba el peligro. Arribaron al punto en el que habían quedado los dos lesionados, y que no habían regresado al PALO; al acercarse, el Negro Y Pepe estuvieron a punto de confundirlos con tropa enemiga, los salvo de que el Loco hablaba en voz alta y que luego se identificó a viva voz, logrando así que se reunieran nuevamente.</p><p></p><p></p><p> Siempre rodeados por espesa niebla, caminaron tanto con luz diurna como de noche; habían concretado la dificultosa y arriesgada misión de penetrar e infiltrar las líneas enemigas. El agotamiento físico los afectaba seriamente, y encaraban ahora la igualmente difícil y riesgosa tarea de reinfiltrarse. Para empeorar las cosas, el Navegador manifestó que no estaba seguro de cuál era la posición en la que se encontraban, de modo que tirados en el piso y cubiertos con una capa poncho Gringo, el Perro, y el Tano, sirviéndose de una carta geográfica trataron de rehacer la navegación y así proseguir la marcha, luego continuaron durante un trecho, pero ante el cansancio y las condiciones ambientales adversas el Jefe de Patrulla decide establecer una Base de Patrullapara descansar hasta el día siguiente.</p><p></p><p>La situación era tan extrema con el frío, que algunos al no tener bolsas de dormir, tuvieron que romperlas en la parte de los pies, y compartirlas.</p><p></p><p></p><p> Al amanecer retomaron la marcha, observando nubes pegadas al piso; al elevarse el sol éstas se levantaron levemente, y les permitieron ver el Lago Colorado Pond, y el lugar en el que habían establecido el PALO y del que habían partido. Como era de día, Villa y el Gato, que habían quedado custodiando el Puesto, se encontraban en el puesto elevado, tal como se había establecido.</p><p></p><p></p><p> En esas circunstancias, el Gringo armó la radio y se comunicó con el Ejército, para coordinar la recuperación de la Patrulla. Cuando se estableció la comunicación, se recibió la noticia de que los helicópteros que debían llevar a cabo la operación estaban empeñados en otra tarea, y que por lo tanto la Patrulla debía regresar por sus propios medios los ochenta kilómetros que los separaban de Puerto Argentino.</p><p></p><p></p><p> Afortunadamente, Gringo pudo ponerse en contacto con el Jefe del G. O. E., el Mayor CORREA, quien pudo coordinar que la recuperación se hiciese con helicópteros de la FUERZA AÉREA ARGENTINA. El agotamiento y la tensión eran tales que los integrantes de la Patrulla habían perdido la noción de los días que habían transcurrido; era el 28 de mayo, y la emoción los embargó cuando ese mismo día escucharon el sonido característico de las palas de un helicóptero. Era elBell 212 Matricula H85 piloteado por el Ten. LUDUEÑA y el Ten PINTOS, acompañado por el </p><p>C.P CARMONA como mecánico, que hacía su aparición para replegarlos.</p><p></p><p></p><p> Once de los miembros de la Patrulla partieron en esa circunstancia; quedó en el lugar Gringo, que permaneció para esperar el descenso de Villa y el Gato de su puesto de observación elevado. </p><p></p><p></p><p> Al día siguiente, el 29 de mayo, el Jefe de Patrulla, Pampero, regresó al lugar acompañado del Negro Amancay en el Bell 212 matricula H-85, y piloteado por los Ten. LONGAR y BREA, con el C.1º QUIÑONES como mecánico, con el objeto de completar el repliegue. Ese vuelo tenía también una misión adicional: replegar a dos personas de un Puesto de Observación Avanzado (POA); en consecuencia Pampero y el Negro Amancay desembarcaron en las inmediaciones del Lago Colorado Pond, mientras el helicóptero fue en busca de los dos observadores.</p><p></p><p></p><p> Mientras esperaban el regreso del helicóptero con los dos observadores, Villa y el Gato comentaron que mientras permanecieron en el PALO, habían avistado aviones ingleses tipo Harrier, volando rasante por el pasillo aéreo que pasaba justamente por ese mismo lugar (en momentos que hacían la custodia en las elevaciones), con dirección hacia Puerto Argentino y Darwin y que en varias oportunidades Gato les quiso “tirar con todo lo que tenía”, pero Villa apaciguaba los ánimos ya que no estarían cumpliendo con la misión que se les había encomendado.</p><p></p><p></p><p> Fue en circunstancias de esa parte del vuelo que el H-85 se encontró de frente con un helicóptero Sea King enemigo, que le disparó inmediatamente un misil. Afortunadamente el proyectil pasó muy cerca y explotó en el aire, sin dañarlos, mientras la aeronave británica se retiró del lugar. Con los dos observadores ya a bordo, el helicóptero voló al lugar previamente concertado con Pampero y los recuperó, junto a los tres miembros remanentes de la Patrulla junto a todo el material y pertrechos de guerra, dejando la zona “limpia” de todo indicio que los pudiese delatar como ocupada anteriormente.</p><p></p><p></p><p> Posteriormente, en un escrito acerca de la actuación de los helicópteros en Malvinas, el 1er. Ten BREA comentó: <em>“Cuando vi subir a nuestro helicóptero al Ten. SIDDERS, me di cuenta de que no era algo fácil ir a observar al enemigo. El estado de ellos era algo pésimo</em> <em>después de vivir cinco días en los cerros.”</em></p><p></p><p></p><p> Al respecto, cabe reproducir las palabras de uno de los miembros de la Patrulla: <em>“Cuando llegamos, nos dieron un día de descanso; me acuerdo de que nos mirábamos en el espejo y parecía que tuviésemos diez años más, las caras demacradas…”</em></p><p></p><p></p><p><em> </em>Pero eso no fue todo; faltaba aún algo más en la historia del G. O. E. en Malvinas y fue la</p><p></p><p></p><p></p><p></p><p><u>MISIÓN DE DEFENSA EN CADENA DEL GRUPO DE COMANDOS</u></p><p></p><p><u>DE LAS TRES FF.AA. PARA RESISTIR EL AVANCE DE</u></p><p></p><p><u>LA PATRULLAS ADELANTADAS BRITÁNICAS</u>.</p><p></p><p></p><p> Después del mencionado día de descanso, recibieron la orden de cumplir con otra misión, también ordenada por el Estado Mayor Conjunto de las Islas Malvinas. Dicha misión, denominada “Misión de Defensa en Cadena”, consistía en retrasar el avance de las tropas adelantadas británicas y para llevarla a cabo fueron llevados en vehículos terrestres hasta Moody Brook, donde se encontraba el Destacamento o Cuartel de los Royal Marines antes de la recuperación de las islas. Una vez allí, fueron embarcados en un helicóptero Puma del EJÉRCITO ARGENTINO, para ser conducidos al lugar donde entrarían en acción.</p><p></p><p></p><p> Fue en esas circunstancias, y cuando ya estaban acomodados para el traslado, que se presentó un capitán del EJÉRCITO ARGENTINO que los hizo desembarcar, aduciendo que serían trasladados por dos helicópteros Bell 212 de la FAA. Cumpliendo la orden de muy mala gana, por haber estado listos con todo el material embarcado para operar en el terreno.</p><p></p><p></p><p><em> </em>El helicóptero Puma fue ocupado por Comandos del Grupo Alacrán, de la GENDARMERÍA NACIONAL, que serían ser trasladados en él para hacer su parte en esa misma misión. La aeronave levantó vuelo y se alejó, pero cerca de veinte minutos después los miembros del G. O. E. vieron, asombrados, regresar con trote rápido al piloto, con su buzo de vuelo desgarrado y chamuscado. A viva voz expresó que su helicóptero había sido alcanzado por un misil enemigo, y que entre cuatro y cinco gendarmes habían resultado muertos, y varios más heridos, como consecuencia de ese evento. Posteriormente, y ante la precipitación del final del conflicto, esa misión nunca se llevó a cabo, fue abortada.</p><p></p><p></p><p> Así el G. O. E., fortuitamente (o quizás por un designio divino) tuvo el privilegio de que ninguno de los integrantes de ésta Patrulla permaneciese reposando para siempre en tierras Malvineras.</p><p></p><p></p><p><strong> </strong>Como dijimos al comienzo, pasaron más de treinta y dos años de estos hechos, y no hubo ni siquiera una mención a esta verdadera Patrulla Heroica, que al iniciar su misión sólo tenía boleto de ida... indudablemente quienes volaron en el conflicto fueron héroes, pero esta historia muestra claramente que también los hubo, y muchos, entre los miembros de la FUERZA AÉREA ARGENTINA que llevaron a cabo operaciones terrestres. Para esos hombres, la inevitable carga emocional y la tensión del combate inminente, así como el clima inclemente y la geografía hostil no fueron obstáculos para hacer lo que se esperaba de ellos: simplemente que cumplieran su misión, a cualquier costo.</p><p></p><p></p><p></p><p> Porque como dijo el Perro en su momento, en combate: <em>“En la boca seca sentía un sabor amargo cada vez que movía los labios; el corazón latía más fuerte, hasta que casi se lo podía escuchar…”</em></p><p></p><p></p><p> Cabe destacar que durante el Conflicto quedó en terreno Malvinero el extinto Cap (P.M.) D. Luis Darío Castagnari, fallecido al hacer un cambio de posición al mando de un grupo de suboficiales y dentro del transcurso de éstos 32 años que ya pasaron, no recibieron mención alguna ni están entre nosotros el Mayor Esteban Luis Correa, Jefe de nuestro Grupo, el Tano Alfredo Vanzetti y el Gallego Juan José Benaiges, que si bien no estaba en la Patrulla de Combate, también perteneció al GOE que se quedó en Puerto Argentino junto al resto de los Comandos; todos excelentes profesionales que dieron lo máximo para cumplir con las misiones asignadas y “Defender la Patria hasta perder la vida” como reza nuestro juramento a la Bandera Nacional. A ellos nuestro Homenaje y Reconocimiento.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="drupi, post: 1805029, member: 11711"] Para todos aquellos, que querían conocer los momentos vividos en aquellos días de mayo de 1982, por la patrulla del GOE en su mision de exploración en las cercanías de Darwin, esta reseña fue realizada por quien fuera el jefe de patrulla en ese momento el actual Com (r) Salvador Ozan. [B][U]EL GRUPO DE OPERACIONES ESPECIALES (G. O. E.)[/U][/B] [B][U]DE LA FUERZA AÉREA ARGENTINA, EN EL CONFLICTO[/U][/B] [B][U]DEL ATLÁNTICO SUR[/U][/B] A más de 32 años de distancia del Conflicto del Atlántico sur, mucho se ha escrito sobre la actuación de la FUERZA AÉREA ARGENTINA en el mismo. Las hazañas de pilotos y tripulantes de aeronaves que se batieron infatigable y heroicamente en condiciones de inferioridad técnica y en un teatro de operaciones que doctrinariamente no les correspondía, con un resultado brillante, reconocido como tal hasta por sus enemigos de entonces, son ampliamente conocidas, y honradas con justa razón. Pero hubo otros integrantes de la FUERZA AÉREA ARGENTINA que actuaron y combatieron con abnegación, eficacia, constancia y valor, de los que se conoce poco, toda una constelación silenciosa de soldados fieles y consecuentes que sostuvieron con su esfuerzo la actuación de la FUERZA AÉREA ARGENTINA, oscurecida por el brillo de los combates aeronavales y de las operaciones de apoyo táctico y logístico. A ese conjunto de actores perteneció el GRUPO DE OPERACIONES ESPECIALES (G. O. E.) de la FUERZA AÉREA ARGENTINA. Creado como una Unidad de Fuerzas Especiales y mediante la Directiva “S” Nº 158/79 del 3 de Septiembre de 1979 con asiento en la entonces VII Brigada Aérea de Morón con el proceso de Adiestramiento Básico de Personal de Oficiales y Suboficiales realizando diversos cursos de Capacitación y Adiestramiento en todas las configuraciones de terreno[I].[/I] El G. O. E. fue tempranamente convocado para sumar su esfuerzo en la Batalla por las Islas Malvinas. La recuperación del Aeropuerto, la seguridad integral de la recién creada Base Aérea Militar Malvinas, los trabajos de minado y fortificación, la insólita colaboración con personal naval para liberar un buque mercante enredado en una cadena de ancla, la intervención en el balizamiento de la pista, Instrucción de tropa en la posible Defensa del archipiélago, fueron algunas de las muchas tareas que el G. O. E. desempeño con eficiencia en el conflicto. Pero hay una particularmente interesante, que muestra claramente la capacidad y el arrojo de sus integrantes, y que merece ser reseñada más en detalle, y es la Misión que debió cumplir como… [U]”PATRULLA DE EXPLORACIÓN Y RECONOCIMIENTO DE LARGO ALCANCE”.[/U] El día 23 de mayo de 1982, el entonces Mayor Luis CORREA, en su carácter de [I](Jefe del Grupo de Operaciones Especiales), [/I]y a fin de cumplir una orden recibida en el Puesto de Comando Principal, designo personal a fin de llevar a cabo una Patrulla de Exploración y Reconocimiento de Largo Alcance detrás de las líneas enemigas. El Estado Mayor Conjunto de las Islas Malvinas había dispuesto una misión que se resumía sintética mente como una [I]“Exploración y reconocimiento hasta la cabeza de playa del enemigo en el estrecho de San Carlos, para observar e informar a diario los movimientos de soldados británicos, y [/I]cumplir con un [I]posible golpe de mano en el Monte Alberdi (Mt. Osborne) sobre una batería misilistica antiaérea, visualizada por un piloto de Pucará abatido en esa zona”[/I]. Se debía tener en cuenta la doctrina sobre Exploración y reconocimiento que enseña entre otras cosas “. . .ver e informar, sin ser vistos. . .” Dicha misión se encontraba repartida en tres Zonas de Exploración y Reconocimiento: Una Patrulla de Comandos Anfibios de la ARMADA ARGENTINA, que iría por el Norte (costa); una Patrulla de Comandos del EJÉRCITO ARGENTINO, que iría por el Sur (llanura), y la Patrulla del G. O. E. de la FUERZA AÉREA ARGENTINA, que iría por el centro (sierras), siendo esta última la patrulla para constituir la cual el Mayor CORREA había designado. Quienes finalmente la conformaron, fueron: 1. 1er. Teniente SALVADOR OZÁN, Jefe de Patrulla (Pampero) 2. 1er.Teniente EDUARDO SPADANO, 2do. Jefe de Patrulla (Gallo) [I]3. [/I]Teniente ALFREDO SIDDERS, Oficial de Comunicaciones (Gringo) 4. Teniente MIGUEL BRUZZO (Negro) 5. Teniente OSVALDO PARIS (Turco) 6. S. A. MARTIN YULLMAN (Viejo) 7. C. P. RODOLFO VILLAVERDE, Encargado Logístico (Villa) 8. C. P. MARIO RODRIGUEZ (Perro) 9. C. P GUILLERMO KORMAN, Enfermero (Gato) 10. C. 1º ALFREDO VANZETTI, Navegador (Tano) 11. C. 1º MARIO OREQUI (Pepe) 12. C. 1º ALFREDO AGUAYO (Negro Amancay) 13. C.1º OMAR GODOY (Loco) 14. C.1º JORGE SANTUCHO (Sugus) Ese primer día estuvieron totalmente dedicados a reunir el material necesario para cumplir con la misión, pertrechos de guerra, armamento, munición, abastecimiento en general y los oficiales junto a los Comandos del Ejército y Marina, a planificar el cumplimiento de la misión. Mientras el enemigo avanzaba por las alturas del terreno, la Patrulla del G. O. E. efectuó su primera aproximación (o infiltración) el día 24 de mayo, en dos helicópteros UH-1H del EJÉRCITO ARGENTINO, el AE 412, y el AE 424. Las aeronaves debían alcanzar su destino a unos ochenta kilómetros de distancia de Puerto Argentino (calculada por tiempo de vuelo), y volaban a tan baja altura que una de ellas se llevó por delante, con los patines, unos cables (presuntamente telefónicos). El piloto debió aterrizar para verificar si la aeronave se había dañado, y si podía seguir volando; quienes estaban siendo transportados percibieron un ruido tan fuerte al hacer impacto con los cables, que los hizo pensar que estaban siendo atacados y que habían recibido un disparo. Una vez que se comprobó que el helicóptero no había sido dañado, el vuelo prosiguió, llevando a la Patrulla hasta un punto al noreste del Lago Colorado Pond, sitio en el que se instaló un Puesto de Aprovisionamiento Logístico (PALO), en el que se dejaron parte del racionamiento, municiones y armamento que llevaba la Patrulla. Dos horas después, una vez que enterraron esos elementos, la Patrulla prosiguió con la misión, dejando a Villa y Gato en custodia del PALO desde un puesto ubicado en una elevación, en un cerro vecino. Como la Patrulla debía regresar sólo de noche y en una fecha aún indeterminada, quienes quedaron custodiando ese lugar debían descender a él sólo después de ponerse el sol para verificar si había llegado el resto de la Patrulla. La Patrulla comenzó entonces la infiltración desplazándose durante la noche y mediante Navegación Terrestre; adoptaron ese curso de acción para ocultarse del enemigo y para combatir el frío, que alcanzaba en ese entonces los diez grados centígrados bajo cero. El desplazamiento comenzó con el Tano como Navegador, lo seguían el Negro Amancay, el Loco y el Perro como seguridad anterior, luego Pampero, y la seguridad posterior a cargo de Gallo. Inicialmente, se desplazaban arrastrándose, ya que suponían que el enemigo podía observarlos desde la parte posterior de las elevaciones próximas. A medida que fueron adquiriendo confianza, se incorporaron, y comenzaron a caminar. Luego de haber caminado durante todo el primer día, a la segunda jornada, dos de los integrantes de la Patrulla, el Negro y Pepe, afectados de dolores agudos intensos en las extremidades inferiores, producidos por haber caminado y haberse resbalado sobre algunos cantos rodados muy grandes, con turba en la planta de los borceguíes, tuvieron que detenerse a analizar la situación, así fue que se les ordenó replegarse al Puesto de Aprovisionamiento, cuando se hubiesen repuesto; entonces la Patrulla, reducida a diez miembros, prosiguió con la misión. Al cabo de unas horas de caminata intensa y ya sobre la segunda noche,se toparon con observadores británicos, que al avistarlos lanzaron bengalas, iniciándose así una búsqueda por parte del enemigo que se intensificaba durante la noche, que era cuando la Patrulla se desplazaba. Decidieron entonces permanecer inmóviles durante los momentos en que estaban iluminados, y seguir avanzando sólo al volver la oscuridad. De esa forma, casi a la madrugada de la segunda noche la patrulla alcanzó la base de la altura prevista como objetivo, y decidió esperar allí y atacar el objetivo durante el día. Pero en esas circunstancias, y siendo aún de noche, llegó un helicóptero británico y extrajo a la patrulla enemiga que lanzaba las bengalas; en consecuencia esperaron que amaneciese y revisaron el lugar. Encontraron allí restos de racionamiento (Latas vacías de comida) y otros elementos que el enemigo había abandonado al retirarse, y luego se desplazaron a otro sector, donde se camuflaron por el resto de la jornada para hacer observación diurna del lugar. Fue en esas circunstancias que el Perro le manifestó al Loco y al Tano que había caído en la cuenta de que hacía dos días que no comían. Tales habían sido las situaciones de estrés y combate, que ni siquiera habían tenido hambre, y sólo habían tomado agua. Comieron en consecuencia algunas galletitas con picadillo de carne, y al llegar la noche se aprestaron a seguir adelante. Caminaron durante toda la noche, hasta llegar a un punto muy cercano al objetivo, Monte Alberdi (Mt. Osborne); en ese lugar decidieron dividir la Patrulla en dos partes; la primera, compuesta por el Gallo, Gringo, Perro, Negro Amancay y Tano que intentarían completar el golpe de mano sobre la presunta batería misilistica en el Mt. Osborne y la segunda patrulla compuesta por Pampero, el Turco, Loco, Viejo y Sugus, que continuarían con la misión de exploración y reconocimiento; La primera patrulla se desplazó en una niebla muy intensa, tanto así que a pesar de escuchar ruidos producidos por helicópteros al girar sus hélices y palas y por movimiento de equipos y pertrechos militares enemigos, no podían verlos. Ya sobre el Monte Alberdi, se quedan el Gallo y el Negro Amancay y deciden seguir hasta la cumbre el Gringo, Perro y el Tano, a fin de hacer los menores ruidos posibles y al llegar a la cumbre, alcanzando el objetivo, este se hallaba desierto y mostraba restos que indicaban que, efectivamente, en el lugar había estado emplazada una batería y que había sido removida (Supuestamente era portátil, tipo Blow Pipe), ante esa situación decidieron regresar al lugar en que se habían dividido, al Gallo y al Negro Amancay y así ubicar a los integrantes de la segunda patrulla, reubicándolos nuevamente a las siete horas de haber partido. Cabe destacar que Gringo (Oficial de Comunicaciones), en horarios preestablecidos con anterioridad, armaba su equipo de comunicaciones en lugares elevados e informaba al Puesto Comando de todas las novedades encriptadas en claves también preestablecidas de antemano. A partir del encuentro, la totalidad de la patrulla emprendió el regreso. Se desplazaron casi siempre de noche, por terrenos muy escarpados, con pantanos, bajo la lluvia, y con temperaturas extremadamente bajas. Durante ese trayecto, y al alcanzar puntos elevados podían observar los destellos del cañoneo y los proyectiles trazantes del combate que se estaba librando por la defensa de Darwin. Debieron extremar las precauciones, ya que habían sobrepasado las líneas de avance del enemigo, lo que aumentaba el peligro. Arribaron al punto en el que habían quedado los dos lesionados, y que no habían regresado al PALO; al acercarse, el Negro Y Pepe estuvieron a punto de confundirlos con tropa enemiga, los salvo de que el Loco hablaba en voz alta y que luego se identificó a viva voz, logrando así que se reunieran nuevamente. Siempre rodeados por espesa niebla, caminaron tanto con luz diurna como de noche; habían concretado la dificultosa y arriesgada misión de penetrar e infiltrar las líneas enemigas. El agotamiento físico los afectaba seriamente, y encaraban ahora la igualmente difícil y riesgosa tarea de reinfiltrarse. Para empeorar las cosas, el Navegador manifestó que no estaba seguro de cuál era la posición en la que se encontraban, de modo que tirados en el piso y cubiertos con una capa poncho Gringo, el Perro, y el Tano, sirviéndose de una carta geográfica trataron de rehacer la navegación y así proseguir la marcha, luego continuaron durante un trecho, pero ante el cansancio y las condiciones ambientales adversas el Jefe de Patrulla decide establecer una Base de Patrullapara descansar hasta el día siguiente. La situación era tan extrema con el frío, que algunos al no tener bolsas de dormir, tuvieron que romperlas en la parte de los pies, y compartirlas. Al amanecer retomaron la marcha, observando nubes pegadas al piso; al elevarse el sol éstas se levantaron levemente, y les permitieron ver el Lago Colorado Pond, y el lugar en el que habían establecido el PALO y del que habían partido. Como era de día, Villa y el Gato, que habían quedado custodiando el Puesto, se encontraban en el puesto elevado, tal como se había establecido. En esas circunstancias, el Gringo armó la radio y se comunicó con el Ejército, para coordinar la recuperación de la Patrulla. Cuando se estableció la comunicación, se recibió la noticia de que los helicópteros que debían llevar a cabo la operación estaban empeñados en otra tarea, y que por lo tanto la Patrulla debía regresar por sus propios medios los ochenta kilómetros que los separaban de Puerto Argentino. Afortunadamente, Gringo pudo ponerse en contacto con el Jefe del G. O. E., el Mayor CORREA, quien pudo coordinar que la recuperación se hiciese con helicópteros de la FUERZA AÉREA ARGENTINA. El agotamiento y la tensión eran tales que los integrantes de la Patrulla habían perdido la noción de los días que habían transcurrido; era el 28 de mayo, y la emoción los embargó cuando ese mismo día escucharon el sonido característico de las palas de un helicóptero. Era elBell 212 Matricula H85 piloteado por el Ten. LUDUEÑA y el Ten PINTOS, acompañado por el C.P CARMONA como mecánico, que hacía su aparición para replegarlos. Once de los miembros de la Patrulla partieron en esa circunstancia; quedó en el lugar Gringo, que permaneció para esperar el descenso de Villa y el Gato de su puesto de observación elevado. Al día siguiente, el 29 de mayo, el Jefe de Patrulla, Pampero, regresó al lugar acompañado del Negro Amancay en el Bell 212 matricula H-85, y piloteado por los Ten. LONGAR y BREA, con el C.1º QUIÑONES como mecánico, con el objeto de completar el repliegue. Ese vuelo tenía también una misión adicional: replegar a dos personas de un Puesto de Observación Avanzado (POA); en consecuencia Pampero y el Negro Amancay desembarcaron en las inmediaciones del Lago Colorado Pond, mientras el helicóptero fue en busca de los dos observadores. Mientras esperaban el regreso del helicóptero con los dos observadores, Villa y el Gato comentaron que mientras permanecieron en el PALO, habían avistado aviones ingleses tipo Harrier, volando rasante por el pasillo aéreo que pasaba justamente por ese mismo lugar (en momentos que hacían la custodia en las elevaciones), con dirección hacia Puerto Argentino y Darwin y que en varias oportunidades Gato les quiso “tirar con todo lo que tenía”, pero Villa apaciguaba los ánimos ya que no estarían cumpliendo con la misión que se les había encomendado. Fue en circunstancias de esa parte del vuelo que el H-85 se encontró de frente con un helicóptero Sea King enemigo, que le disparó inmediatamente un misil. Afortunadamente el proyectil pasó muy cerca y explotó en el aire, sin dañarlos, mientras la aeronave británica se retiró del lugar. Con los dos observadores ya a bordo, el helicóptero voló al lugar previamente concertado con Pampero y los recuperó, junto a los tres miembros remanentes de la Patrulla junto a todo el material y pertrechos de guerra, dejando la zona “limpia” de todo indicio que los pudiese delatar como ocupada anteriormente. Posteriormente, en un escrito acerca de la actuación de los helicópteros en Malvinas, el 1er. Ten BREA comentó: [I]“Cuando vi subir a nuestro helicóptero al Ten. SIDDERS, me di cuenta de que no era algo fácil ir a observar al enemigo. El estado de ellos era algo pésimo[/I] [I]después de vivir cinco días en los cerros.”[/I] Al respecto, cabe reproducir las palabras de uno de los miembros de la Patrulla: [I]“Cuando llegamos, nos dieron un día de descanso; me acuerdo de que nos mirábamos en el espejo y parecía que tuviésemos diez años más, las caras demacradas…”[/I] [I] [/I]Pero eso no fue todo; faltaba aún algo más en la historia del G. O. E. en Malvinas y fue la [U]MISIÓN DE DEFENSA EN CADENA DEL GRUPO DE COMANDOS[/U] [U]DE LAS TRES FF.AA. PARA RESISTIR EL AVANCE DE[/U] [U]LA PATRULLAS ADELANTADAS BRITÁNICAS[/U]. Después del mencionado día de descanso, recibieron la orden de cumplir con otra misión, también ordenada por el Estado Mayor Conjunto de las Islas Malvinas. Dicha misión, denominada “Misión de Defensa en Cadena”, consistía en retrasar el avance de las tropas adelantadas británicas y para llevarla a cabo fueron llevados en vehículos terrestres hasta Moody Brook, donde se encontraba el Destacamento o Cuartel de los Royal Marines antes de la recuperación de las islas. Una vez allí, fueron embarcados en un helicóptero Puma del EJÉRCITO ARGENTINO, para ser conducidos al lugar donde entrarían en acción. Fue en esas circunstancias, y cuando ya estaban acomodados para el traslado, que se presentó un capitán del EJÉRCITO ARGENTINO que los hizo desembarcar, aduciendo que serían trasladados por dos helicópteros Bell 212 de la FAA. Cumpliendo la orden de muy mala gana, por haber estado listos con todo el material embarcado para operar en el terreno. [I] [/I]El helicóptero Puma fue ocupado por Comandos del Grupo Alacrán, de la GENDARMERÍA NACIONAL, que serían ser trasladados en él para hacer su parte en esa misma misión. La aeronave levantó vuelo y se alejó, pero cerca de veinte minutos después los miembros del G. O. E. vieron, asombrados, regresar con trote rápido al piloto, con su buzo de vuelo desgarrado y chamuscado. A viva voz expresó que su helicóptero había sido alcanzado por un misil enemigo, y que entre cuatro y cinco gendarmes habían resultado muertos, y varios más heridos, como consecuencia de ese evento. Posteriormente, y ante la precipitación del final del conflicto, esa misión nunca se llevó a cabo, fue abortada. Así el G. O. E., fortuitamente (o quizás por un designio divino) tuvo el privilegio de que ninguno de los integrantes de ésta Patrulla permaneciese reposando para siempre en tierras Malvineras. [B] [/B]Como dijimos al comienzo, pasaron más de treinta y dos años de estos hechos, y no hubo ni siquiera una mención a esta verdadera Patrulla Heroica, que al iniciar su misión sólo tenía boleto de ida... indudablemente quienes volaron en el conflicto fueron héroes, pero esta historia muestra claramente que también los hubo, y muchos, entre los miembros de la FUERZA AÉREA ARGENTINA que llevaron a cabo operaciones terrestres. Para esos hombres, la inevitable carga emocional y la tensión del combate inminente, así como el clima inclemente y la geografía hostil no fueron obstáculos para hacer lo que se esperaba de ellos: simplemente que cumplieran su misión, a cualquier costo. Porque como dijo el Perro en su momento, en combate: [I]“En la boca seca sentía un sabor amargo cada vez que movía los labios; el corazón latía más fuerte, hasta que casi se lo podía escuchar…”[/I] Cabe destacar que durante el Conflicto quedó en terreno Malvinero el extinto Cap (P.M.) D. Luis Darío Castagnari, fallecido al hacer un cambio de posición al mando de un grupo de suboficiales y dentro del transcurso de éstos 32 años que ya pasaron, no recibieron mención alguna ni están entre nosotros el Mayor Esteban Luis Correa, Jefe de nuestro Grupo, el Tano Alfredo Vanzetti y el Gallego Juan José Benaiges, que si bien no estaba en la Patrulla de Combate, también perteneció al GOE que se quedó en Puerto Argentino junto al resto de los Comandos; todos excelentes profesionales que dieron lo máximo para cumplir con las misiones asignadas y “Defender la Patria hasta perder la vida” como reza nuestro juramento a la Bandera Nacional. A ellos nuestro Homenaje y Reconocimiento. [/QUOTE]
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Guerra desarrollada entre Argentina y el Reino Unido en 1982
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