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Area Militar General
Malvinas 1982
Vivencias día a día del conflicto por las Islas Malvinas
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<blockquote data-quote="felizalde55" data-source="post: 732586" data-attributes="member: 6115"><p><strong>Duraznos con dulce de leche</strong></p><p></p><p>Domingo 16 de mayo. A bordo, muchos tripulantes de los buques argentinos, sabían que día de la semana era gracias al menú. ELMA heredera de la vieja tradición de los buques de pasaje, mantenía las costumbres administrativas de las viejas Flota Mercante del Estado (FME) siempre conocida como Flota y de la Flota de Navegación de Ultramar, de Alberto Dodero, luego nacionalizada, conocida como FANU. </p><p>ELMA se forma a principios de la década del '60, y en los años 80 quedaban muchos tripulantes, en especial oficiales que provenían de una u otra. Marcaba diferencias, sobre todo en los relatos de sobremesa, que si había alguno con chispa, eran muy reconfortantes y divertidos.</p><p></p><p></p><p>Bueno, el caso es que martes y jueves, pastas; viernes, pizza; sábado en navegación franca lejos de la costa, asado a la noche; domingo al mediodía, pasta pero casera, amasada en el momento. El domingo, como día festivo, los buenos Comisarios procuraban que hubiese algún postre y no la habitual fruta. Santiago Tettamanzi es de esos Comisarios.</p><p></p><p></p><p>Durante la mañana, siento un ruido muy fuerte de aviones, enjaulado en la radio, no sabía que había pasado. Pregunto, dos o tres aviones pasaron encima nuestro, ¿propios o de ellos? Nadie sabía o nadie dijo.</p><p>A las 1200 me releva Raúl, me voy a almorzar, como algo rico, los cocineros eran muy buenos. Postre, duraznos en almibar con dulce de leche. El dulce de leche era un producto que se negociaba en el mercado negro de a bordo. Corta sobremesa, y a dormir un rato. Aclaro que soy famoso por dormirme en cualquier situación y esto significa, un viernes a la noche, sentado a la mesa con 6 matrimonios de origen italiano a los grito;, en un sofá cerca de la mesa, en una reunión de Gerencia, escondiéndome del Gerente principal; en la oficina, sentado metiendo la cabeza entre la ropa del perchero, en el coche de acompañante, en fin, en cualquier momento que así lo justifique. Unos 10-15 min y adelante tiro lo que resta de la noche.</p><p></p><p></p><p>Estoy en la cama, de repente, sin ruido, ni motivo alguno, abro los ojos y me tiro por la escalera, mientras me cruzo con un montón de gente rajando del puente y yendo todos al inicio de la escalera.</p><p>Dos o tres Harriers, supongo que dos, nos atacan. El ruido de los impactos de los proyectiles contra la chapa naval, el ruido de los aviones, las bombas que explotan. Los esfínteres que empiezan a evacuar gases instintivamente, apilados, los 40 tripulantes en ese lugar, el miedo presente en el rostro de cada uno, dándonos cuenta de lo terrible del ataque y, siempre, con esa certeza de que no podés hacer nada para defenderte.</p><p></p><p></p><p>Pasa el ataque, ninguno estaba herido y empezamos a ver los daños, los proyectiles todavía estaban humeantes en el piso, algunos todavía dando vueltas. El olor de la pólvora, la desesperación de ver todo destruído, ver que pasa.</p><p></p><p></p><p>Se relevan los daños, todos los elementos de salvaguardia lease lancha, bote y balsas de la banda del sol, estribor, destruídos. Solo nos queda la mitad de los elementos sobre babor. Es mejor abandonar, ir hasta la costa y ver después como hacemos.</p><p>Mi cama partida al medio, la puerta del baño destrozada, en el placard la ropa colgada, rota. Me lo contaron, no me animé a verlo, miedo, terror, no sé como describirlo. </p><p></p><p></p><p>Voy primero al bote, bajo en él para destrabar las trincas de la pluma mientras lo mantenemos amarrado. Empezamos a acomodar todo lo que se podía. El caso es que nos vamos para tierra, a unas dos millas. Las fotos las sacó el gordo Balín, (están en imágenes los links). Mientras estamos en navegación vuelven dos aviones, los saludamos, distinguí al piloto con su caso y mascarilla, venían bien rasantes. ¿Nos atacarán? Por suerte, no. Cuando recordé las marcas de los aviones, por suerte después, me percaté que habían sido ingleses.</p><p>Llegamos a la costa, medio rocosa, casi como un muelle, con kelpers, los verdaderos, las algas. Desembarcamos, hacemos un pasamanos, nos sacamos los salvavidas, los amontonamos en otro lugar. </p><p>Antes de abandonar, nos comunicamos con Perdiguera, vestido de referee. Estaban enfrente nuestro en isla Swan, habían encontrado náufragos del Isla de los Estados.</p><p>Nos vienen a buscar, les decimos que mejor mañana. "Mañana no sé dónde ni como vamos a estar, me dieron la orden de llevarlos a Fox, Señor.", dijo Molini.</p><p>Vuelta a juntar todo, la lancha y el bote salvavidas a remolque, creo que la balsa, en cubierta. No había lugar para todos adentro. Así que nos turnábamos para estar afuera y un rato adentro. Ya era de noche. Miedo, frío, incertidumbre, maldita incertidumbre.</p><p>Empezaba otra etapa de la guerra.</p><p></p><p></p><p>En un momento, el Flaco Zenobi, el Jefe de Máquinas, lo mira a Santiago y le dice: </p><p>-Che, Santiago.</p><p>_ ¿Si? </p><p>- Suerte que de postre fueron duraznos con dulce de leche, que si servías frutillas con crema nos matan a todos.</p><p></p><p></p><p>Gracias a Dios, siempre hay alguien con buen ánimo.</p></blockquote><p></p>
[QUOTE="felizalde55, post: 732586, member: 6115"] [b]Duraznos con dulce de leche[/b] Domingo 16 de mayo. A bordo, muchos tripulantes de los buques argentinos, sabían que día de la semana era gracias al menú. ELMA heredera de la vieja tradición de los buques de pasaje, mantenía las costumbres administrativas de las viejas Flota Mercante del Estado (FME) siempre conocida como Flota y de la Flota de Navegación de Ultramar, de Alberto Dodero, luego nacionalizada, conocida como FANU. ELMA se forma a principios de la década del '60, y en los años 80 quedaban muchos tripulantes, en especial oficiales que provenían de una u otra. Marcaba diferencias, sobre todo en los relatos de sobremesa, que si había alguno con chispa, eran muy reconfortantes y divertidos. Bueno, el caso es que martes y jueves, pastas; viernes, pizza; sábado en navegación franca lejos de la costa, asado a la noche; domingo al mediodía, pasta pero casera, amasada en el momento. El domingo, como día festivo, los buenos Comisarios procuraban que hubiese algún postre y no la habitual fruta. Santiago Tettamanzi es de esos Comisarios. Durante la mañana, siento un ruido muy fuerte de aviones, enjaulado en la radio, no sabía que había pasado. Pregunto, dos o tres aviones pasaron encima nuestro, ¿propios o de ellos? Nadie sabía o nadie dijo. A las 1200 me releva Raúl, me voy a almorzar, como algo rico, los cocineros eran muy buenos. Postre, duraznos en almibar con dulce de leche. El dulce de leche era un producto que se negociaba en el mercado negro de a bordo. Corta sobremesa, y a dormir un rato. Aclaro que soy famoso por dormirme en cualquier situación y esto significa, un viernes a la noche, sentado a la mesa con 6 matrimonios de origen italiano a los grito;, en un sofá cerca de la mesa, en una reunión de Gerencia, escondiéndome del Gerente principal; en la oficina, sentado metiendo la cabeza entre la ropa del perchero, en el coche de acompañante, en fin, en cualquier momento que así lo justifique. Unos 10-15 min y adelante tiro lo que resta de la noche. Estoy en la cama, de repente, sin ruido, ni motivo alguno, abro los ojos y me tiro por la escalera, mientras me cruzo con un montón de gente rajando del puente y yendo todos al inicio de la escalera. Dos o tres Harriers, supongo que dos, nos atacan. El ruido de los impactos de los proyectiles contra la chapa naval, el ruido de los aviones, las bombas que explotan. Los esfínteres que empiezan a evacuar gases instintivamente, apilados, los 40 tripulantes en ese lugar, el miedo presente en el rostro de cada uno, dándonos cuenta de lo terrible del ataque y, siempre, con esa certeza de que no podés hacer nada para defenderte. Pasa el ataque, ninguno estaba herido y empezamos a ver los daños, los proyectiles todavía estaban humeantes en el piso, algunos todavía dando vueltas. El olor de la pólvora, la desesperación de ver todo destruído, ver que pasa. Se relevan los daños, todos los elementos de salvaguardia lease lancha, bote y balsas de la banda del sol, estribor, destruídos. Solo nos queda la mitad de los elementos sobre babor. Es mejor abandonar, ir hasta la costa y ver después como hacemos. Mi cama partida al medio, la puerta del baño destrozada, en el placard la ropa colgada, rota. Me lo contaron, no me animé a verlo, miedo, terror, no sé como describirlo. Voy primero al bote, bajo en él para destrabar las trincas de la pluma mientras lo mantenemos amarrado. Empezamos a acomodar todo lo que se podía. El caso es que nos vamos para tierra, a unas dos millas. Las fotos las sacó el gordo Balín, (están en imágenes los links). Mientras estamos en navegación vuelven dos aviones, los saludamos, distinguí al piloto con su caso y mascarilla, venían bien rasantes. ¿Nos atacarán? Por suerte, no. Cuando recordé las marcas de los aviones, por suerte después, me percaté que habían sido ingleses. Llegamos a la costa, medio rocosa, casi como un muelle, con kelpers, los verdaderos, las algas. Desembarcamos, hacemos un pasamanos, nos sacamos los salvavidas, los amontonamos en otro lugar. Antes de abandonar, nos comunicamos con Perdiguera, vestido de referee. Estaban enfrente nuestro en isla Swan, habían encontrado náufragos del Isla de los Estados. Nos vienen a buscar, les decimos que mejor mañana. "Mañana no sé dónde ni como vamos a estar, me dieron la orden de llevarlos a Fox, Señor.", dijo Molini. Vuelta a juntar todo, la lancha y el bote salvavidas a remolque, creo que la balsa, en cubierta. No había lugar para todos adentro. Así que nos turnábamos para estar afuera y un rato adentro. Ya era de noche. Miedo, frío, incertidumbre, maldita incertidumbre. Empezaba otra etapa de la guerra. En un momento, el Flaco Zenobi, el Jefe de Máquinas, lo mira a Santiago y le dice: -Che, Santiago. _ ¿Si? - Suerte que de postre fueron duraznos con dulce de leche, que si servías frutillas con crema nos matan a todos. Gracias a Dios, siempre hay alguien con buen ánimo.[COLOR="Silver"][/COLOR] [/QUOTE]
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