En un intento por reclamar un nuevo trofeo de guerra, fuerzas terrestres rusas vieron frustrada su intención de capturar un tanque Leopard 2. La acción de drones FPV de ataque ucranianos no solo evitó que el tanque dañado cayera en manos rusas, sino que también dejaron fuera de combate a dos vehículos recuperadores BREM.

La captura de vehículos de combate ucranianos de origen occidental suele recibir un alto perfil por parte de medios rusos, no solo con el propósito de derribar algunos mitos en torno a este material, sino también como parte de su campaña de propaganda. Similares acciones se han visto con vehículos de combate de infantería CV9040 y M2A2 Bradley ODS, solo por mencionar dos ejemplos.

En este caso, el vehículo ucraniano en cuestión es uno de los Strv 122 entregado por Suecia. Se trata de la variante de exportación del Leopard 2A5 modificada bajo algunos requerimientos del Ejército sueco. Estos incluyeron mejoras tales como blindaje adicional en la parte superior de la torreta y en el casco delantero, un nuevo sistema de control de tiro y un sistema de protección GALIX. Las primeras unidades comenzaron a entrar en servicio en 1997, habiendo recibido desde entonces algunas actualizaciones puntuales (comunicación, protección adicional, etc).

La secuencia del ataque de los drones FPV ucranianos permite apreciar que el tanque Leopard 2 ucraniano posiblemente haya sufrido daños por una mina, ya que el vehículo muestra el faltante de una de sus orugas. Conseguida su inmovilización, el blindado seguramente fue atacado por drones FPV o misiles anti-tanque, ya que muestra los efectos de uno o varios impactos en su torre. Los daños que se aprecian son el desprendimiento del blindaje lateral de la torre, así como una probable deflagración de los compartimientos de munición emplazados en la parte posterior de la torre (se distinguen las compuertas abiertas, producto de una explosión).

Esta última característica de los tanques occidentales como el Leopard 2 y M1A1 Abrams evitan el ya clásico “lanzamiento de torre” tan usual en los blindados de combate de origen soviético y ruso. Como resulta sabido, esto es producto de la deflagración de la munición alojada en el carrusel del cargador automático (en el caso de los tanques), lo que tiene como consecuencia una masiva explosión y la pérdida casi asegurada de la totalidad de la tripulación.

Vale recordar que las fuerzas terrestres de Ucrania recibieron al menos 10 tanques Leopard 2 /Strv 122. Esta reducida flota ha sufrido una considerable atrición, ya que análisis de fuentes abiertas registran la pérdida de al menos 7 unidades, entre vehículos destruidos y capturados. Lo mismo se puede decir para la totalidad de los Leopard 2 entregados por los aliados de Kyiv, ya que se llevan contabilizados 36 tanques fuera de combate, más del 50% de las existencias.

El reciente incidente, minúsculo dentro del universo que es el conflicto en Ucrania, vuelve a poner en valor a los drones FPV de ataque, así como la vulnerabilidad de los medios blindados ante esta amenaza, pese a todas las contramedidas improvisadas implementadas hasta el momento.

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