En diversas oportunidades se ha mencionado la necesidad de recomponer las capacidades de la artillería antiaérea del Ejército Argentino, al evaluar el estado actual del arma después de décadas de desinversión. La cruda realidad, con ejemplos actuales y pasados que sirven de comparación, demuestra como un sistema de defensa aérea integrado en diversas capas y anillos puede negar efectivamente el uso del espacio aéreo a un potencial rival. Esto gana relevancia ya que la adquisición reciente de los F-16 para la Fuerza Aérea Argentina es condición necesaria, pero no suficiente, para hacer uso, control y custodia del espacio aéreo nacional. Debiendo ser complementado con una red de estaciones de radar en tierra, la cual Argentina viene realizando grandes esfuerzos con resultados palpables, complementadas por sistemas de artillería, tanto de cañones y misiles, de diverso rango y capacidades a fin de defender unidades militares, centros poblacionales e industriales, e infraestructuras criticas como centrales nucleares y represas, por solo citar unos ejemplos.

Teniendo como marco la conmemoración de un nuevo aniversario de la gesta por la recuperación de las Islas Malvinas, es preciso recordar y destacar, sin entrar en mayores detalles, ya que no es el objeto de este texto, el rol que las unidades de artillería antiaérea, tanto de misiles como de cañones, del Ejército y Fuerza Aérea cumplieron en el conflicto. Ambas fuerzas contaron con diversos sistemas de artillería, en diversos calibres y alcances, complementados por sistemas de radar, que permitieron una exitosa cobertura de Puerto Argentino y sus instalaciones críticas. El resultado quedó demostrado con que nunca la pista del aeropuerto fue puesta fuera de servicio, permitiendo la operación vital de los Hércules C-130 de la FAA en tareas de apoyo logístico. Esto se debió en parte a que la artillería antiaérea brindó un efectivo paraguas defensivo que provocó que los cazabombarderos británicos no pudieran realizar ataques a baje cota, debiendo realizar bombardeos a gran altura, con la reducción de la precisión que esto conllevó.

Sin embargo, el conflicto tuvo su precio, ya que gran parte del material de dotación de las unidades de artillería antiaérea del Ejército Argentino y Fuerza Aérea Argentina se perdieron con la finalización de la guerra de Malvinas. Durante los más de cuarenta años posteriores, a pesar de estudios y planes formulados, ni el Ejército ni la FAA, pudieron recuperar una parte de ese material listándose solamente compras puntuales en este segmento y poseyendo en la actualidad un inventario de sistemas que acumulan décadas de servicio.

Un soplo de aire fresco significó la reciente adquisición a la empresa SAAB de Suecia del sistema de defensa aérea de corto alcance RBS-70 NG, equipados con sus misiles MKII. Estos se encuentran siendo recibidos por ambas fuerzas, como también la Armada que las los poseía en versiones previas, mientras se listan la realización de cursos para instructores y operadores en diversas unidades de ambas fuerzas, los cuales contaron con el apoyo de la Infantería de Marina y personal de la firma sueca.

No obstante, como fuera informado por Zona Militar en pasados artículos, el Ejército Argentino formuló diversos planes para recuperar e incorporar capacidades que le permitan ya, no solamente batir blancos a muy corta/corta distancia, sino que también a distancias corta/medias, tanto con artillería de cañones, como con la incorporación de sistemas de misiles antiaéreos de mayores capacidades.

Como indicáramos en un articulo del pasado mes de septiembre de 2023, “Actualmente, la capacidad del Ejército Argentino para brindar protección a Objetivos de Valor Estratégico (OVE) es mínima, careciendo de material que le permitiría proporcionar la capa inferior del sistema de defensa antiaérea”. Añadiendo, en relación a las opciones evaluados y posibilidades, que: “La primera opción contempló la adquisición en el extranjero de todos los sistemas, nuevos de fábrica. El material incluyó el sistema Skyshield / AHEAD 35, RBS 70 NG, el sistema de corto/medio alcance SPADA 2000 y radares Giraffe AMB”.

Mientas que la segunda: “La segunda alternativa contempló diversas soluciones, entre ellas la modernización de material de dotación, desarrollo local y compra en el extranjero. El informe del proyecto menciona la modernización de los cuatro sistemas de armas Oerlikon GDF 007 Refurbished (3 en stock fuera de servicio y 1 con uso restringido), la adquisición de RBS 70 NG y SPADA 2000, así como la participación de empresas locales para desarrollar un radar de similares capacidades al Saab RBS 70 NG”.

A la presentación de esta somera nota, el Ejército Argentino no ha podido concretar estos planes a la espera de voluntad politica y recursos que permitan incorporar una capacidad que debieron recuperar décadas atrás, ya que, como hemos indicado, los F-16 no son la bala de plata con la cual recuperar el sistema de defensa aeroespacial de la República Argentina en su totalidad. Son solo un elemento más de un conjunto de sistemas de armas combinados que, puestos en marcha y trabajando conjuntamente y coordinadamente, podrán brindar una correcta repuesta a los desafíos aéreos del siglo XXI.

*Fotografías empleadas a modo de ilustración.

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8 COMENTARIOS

  1. “Participación de empresas locales para desarrollar un radar de similares capacidades al Saab RBS 70 NG” Cuál radar porque el RBS 70 no tiene ninguno. Se refiere al giraffe? se estaba proyectando hace mucho hacer algo similar con INVAP pero como casi todo proyecto Argentino quedo en nada.
    Adquirir un sistema de medio alcance es casi tan importante como los cazas, los SPADA aunque no son nada nuevo serían un buen punto de partida sino algo 0km como los spyder.

    • Coincido conceptualmente Chappy. El Ejército debe abocarse a blindar el territorio argentino contra misiles que puedan ser enviados desde un teatro de operaciones que opere con submarinos, en función del único conflicto (e hipótesis futuro) que tenemos.

      La primera etapa de cualquier conflicto militar que nos involucre será exclusivamente misilística y de ello deberemos defendernos. Por ello también me parece inadecuado que la Base de los F16 se radique en Buenos Aires, un blanco muy cercano al mar.

  2. Necesitamos algún misil antiaéreo que se pueda operar desde el territorio, con los cañones Oerlikon no alcanza para cubrir todo.

  3. En ocasiones se habla de desarrollar localmente un submarino o avión caza, naves que integran una centena de sistemas disimiles de altísima complejidad, cuando ni siquiera podemos encarar el desarrollo, fabricación y puesta en marcha de armas portátiles o instalaciones fijas. Hace 20 años que estamos hablando de la radarización del país, y no se termina más. Se le siguen encargando proyectos a INVAP y seguramente por falta de presupuesto, organización y recursos humanos, no terminan de avanzar en tiempo y forma. Antes de empezar a soñar con cualquier proyecto nacional se debe generar el marco que lo haga posible. El de EEUU se ve atractivo, donde el gobierno genera las especificaciones del proyecto, organiza el concurso de empresas privadas, evalúa los prototipos y entrega el contrato al ganador. Si se implementara algo así, probablemente profesionales asociados al proyecto de radarización (y otros) de INVAP podrían lanzar sus propias startups, contratar otros profesionales, conseguir financiamiento privado y participar. Rápidamente se podría generar toda una familia de radares nacionales con la experiencia ya adquirida (hoy día, de alguna forma, presente en casi todas las armas y/o parte de sistemas de armas) a partir de este ecosistema de empresas privadas. De la detección, identificación y seguimiento, a la munición guiada, hay un corto paso. El objetivo es generar un círculo virtuoso a partir de la dirección e incentivos estatales y la iniciativa privada.

  4. El Spada, está quedando obsoleto con el misil Aspid, ya los están retirando, sería mejor el Spyder Israesli, Mica ng Francés o sistemas Turcos o Indues, el iris t Alemán que para mí es el mejor sería muy caro.

  5. Es tanto lo que hay que recuperar y mejorar. Décadas de desinversión adecuada en materia de defensa llevará años y muchos verdes, que hoy no tenemos. ¿Solo tenemos cuatro piezas Oerlikon de 35 mm, de los cuales funciona uno solo? Sí que estamos mal, las M2 calibre .50 ya no dan la talla para las amenazas actuales.

  6. Cuando se selecciona un sistema antiaéreo hay que tener en cuenta cuál es su radio de acción y por cuánto tiempo va a poder ser operable.

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