El sueño de Castro Madero
Hace apenas unos dìas, el diario Ambito Financiero titulaba en su portada "El mismo sueño masserista" en una injusta adjudicaciòn del sueño del subamrino nuclear, olvidando a quien fuera el padre del proyecto y al que algunos legisladores han calificado como el padre de la energìa nuclear argentina. Se trata del Vicealmirante Carlos Castro Madero.
Luego de la guerra de Malvinas en 1982, Castro Madero, anunciò que la Argentina se sentìa moralmente justificado de desarrollar "ciertos usos no restringidos de la energìa nuclear". Se referìa concretamente al inicio de los estudios para construir un submarino nuclear.
Tambièn aumentaron las presiones sobre èl. El almirante Ernesto Fitte, conocido del ex titular de la CNEA, recordó al diario Clarín que "Castro Madero ni siquiera aceptaba discutir sobre la bomba. Durante la guerra le preguntaron otra vez y contestó: "ni lo piensen. Si construimos una, los británicos nos van a tirar con diez. Es un disparate".
Contrariamente a lo que agùn sector cree, Castro Madero era un fèrreo opositor a la construcción de una bomba atòmica, a pesar de que la Argentina estaba en condiciones tecnológicas de fabricarla.
Ambito Financiero no pudo ser màs injusto al tildar de proyecto masserista a la inciativa del subamrino nuclear entre Argentina y Brasil. Una vez el almirante Emilio Massera tuvo una conversación acalorada con él y terminó diciéndole: "Cuando llegue a ser presidente, usted va a ser el portero de la CNEA".
El sueño del submarino Nuclear entre Argentina y Brasil
Casi en forma premonitoria o con gran visiòn de futuro, Castro Madero, sostenìa que el submarino nuclear era posible solo si se encaraba como un proyecto binacional Argentino-Brasileño, en su libro "Argentina y el Submarino Nuclear - Posibilidades y Dificultades - escrito en 1989 y publicado por el Departamento de Artes Gràficas del Servicio de Hidrografìa Naval de la ARA.
En la ùtlima pàgina del libro, pag 97, el Vicealmirante escribe: "Distintas y màs favorables, pero todavìa costosas, serìan las posibilidades si pudiera concebirse un proyecto integrado argentino - brasileño, en el que ambos paìses combinaràn sus capacidades actuales y a desarrollar complementariamente. Utòpica hace algunos años, esta eventualidad ya no lo es tanto hoy, a partir de los recientes acuerdos de integraciòn vigentes y de los posibles de concretar en el futuro, aùn reconociendo las sensibles dificultades que existen para extender y profundizar dichos acuerdos en el àmbito militar.
Pero aùn en el peor de los casos, reducidos sòlo a nuestras propias capacidades, la meta de llegar a tener submarinos nucleares de ataque (o por lo menos submarinos "hìbridos" si el proyecto resultara exitoso), no es de los que puedan descartarse sin màs. Por el contrario, el proyecto debe mantenerse vivo y actualizado para que -llegado el momento oportuno- el paìs estè en condiciones tècnicas de materializarlo en el menor plazo posible. No se trata entonces de trasladar el problema a un futuro indeterminado, tanto màs còmodo cuanto màs indeterminado sea. Se trata de no escatimar toda la materia gris de que se disponga para crear cuanto antes las condiciones necesarias para concretar esta aspiraciòn que, de algo que hoy es sòlo conveniente podrìa llegar a convertirse, màs tarde o màs temprano, en una necesidad imperiosa para la seguridad del paìs."
Parece mentira, pero lo escribiò hace casi 20 años. Visionario, Carlos Castro Madero falleciò en 1990. Hoy su sueño continùa.
Hace apenas unos dìas, el diario Ambito Financiero titulaba en su portada "El mismo sueño masserista" en una injusta adjudicaciòn del sueño del subamrino nuclear, olvidando a quien fuera el padre del proyecto y al que algunos legisladores han calificado como el padre de la energìa nuclear argentina. Se trata del Vicealmirante Carlos Castro Madero.
Luego de la guerra de Malvinas en 1982, Castro Madero, anunciò que la Argentina se sentìa moralmente justificado de desarrollar "ciertos usos no restringidos de la energìa nuclear". Se referìa concretamente al inicio de los estudios para construir un submarino nuclear.
Tambièn aumentaron las presiones sobre èl. El almirante Ernesto Fitte, conocido del ex titular de la CNEA, recordó al diario Clarín que "Castro Madero ni siquiera aceptaba discutir sobre la bomba. Durante la guerra le preguntaron otra vez y contestó: "ni lo piensen. Si construimos una, los británicos nos van a tirar con diez. Es un disparate".
Contrariamente a lo que agùn sector cree, Castro Madero era un fèrreo opositor a la construcción de una bomba atòmica, a pesar de que la Argentina estaba en condiciones tecnológicas de fabricarla.
Ambito Financiero no pudo ser màs injusto al tildar de proyecto masserista a la inciativa del subamrino nuclear entre Argentina y Brasil. Una vez el almirante Emilio Massera tuvo una conversación acalorada con él y terminó diciéndole: "Cuando llegue a ser presidente, usted va a ser el portero de la CNEA".
El sueño del submarino Nuclear entre Argentina y Brasil
Casi en forma premonitoria o con gran visiòn de futuro, Castro Madero, sostenìa que el submarino nuclear era posible solo si se encaraba como un proyecto binacional Argentino-Brasileño, en su libro "Argentina y el Submarino Nuclear - Posibilidades y Dificultades - escrito en 1989 y publicado por el Departamento de Artes Gràficas del Servicio de Hidrografìa Naval de la ARA.
En la ùtlima pàgina del libro, pag 97, el Vicealmirante escribe: "Distintas y màs favorables, pero todavìa costosas, serìan las posibilidades si pudiera concebirse un proyecto integrado argentino - brasileño, en el que ambos paìses combinaràn sus capacidades actuales y a desarrollar complementariamente. Utòpica hace algunos años, esta eventualidad ya no lo es tanto hoy, a partir de los recientes acuerdos de integraciòn vigentes y de los posibles de concretar en el futuro, aùn reconociendo las sensibles dificultades que existen para extender y profundizar dichos acuerdos en el àmbito militar.
Pero aùn en el peor de los casos, reducidos sòlo a nuestras propias capacidades, la meta de llegar a tener submarinos nucleares de ataque (o por lo menos submarinos "hìbridos" si el proyecto resultara exitoso), no es de los que puedan descartarse sin màs. Por el contrario, el proyecto debe mantenerse vivo y actualizado para que -llegado el momento oportuno- el paìs estè en condiciones tècnicas de materializarlo en el menor plazo posible. No se trata entonces de trasladar el problema a un futuro indeterminado, tanto màs còmodo cuanto màs indeterminado sea. Se trata de no escatimar toda la materia gris de que se disponga para crear cuanto antes las condiciones necesarias para concretar esta aspiraciòn que, de algo que hoy es sòlo conveniente podrìa llegar a convertirse, màs tarde o màs temprano, en una necesidad imperiosa para la seguridad del paìs."
Parece mentira, pero lo escribiò hace casi 20 años. Visionario, Carlos Castro Madero falleciò en 1990. Hoy su sueño continùa.