Sobre "EL TORDILLO"
“EL TORDILLO” - UN AVIÓN FAMOSO
En marzo de 1967, el Douglas Skyhawk A-4B C-222 (ex USN A-4B BuAer 142752) fue recibido en la V Brigada Aérea de Villa Reynolds -San Luis-. En abril 1982, al tiempo de ordenarse el despliegue urgente de las aeronaves de combate a las bases de la Patagonia, este avión salía de una inspección mayor. Dada la premura, no hubo tiempo de pintarlo con el esquema tradicional de camuflaje, convirtiéndose así en el único Skyhawk que conservó a lo largo del conflicto el color gris de la base antióxido con que se los preparaba en el Taller Regional.
El capitán Antonio Zelaya trasladó el C-222 a Río Gallegos el 27 de abril. Al verlo llegar uno de los pilotos, aficionado a los caballos, exclamó “¡ahí llega el Tordillo!” apodo que conservaría a partir de ese momento. La falta de mimetizado demoró su entrada en combate y, al comienzo, fue utilizado sólo en vuelos de adiestramiento. El 21 de mayo realizó la primera misión. Ese día, al ser evidente que la maniobra inglesa en el estrecho de San Carlos era el desembarco principal y no una acción de diversión, la Fuerza Aérea Sur envió a todos los aviones en servicio.
A las 12:30, formando parte de la tercera oleada de ataque, el C-222 partió de Río Gallegos pilotado por el teniente Fernando Robledo. La escuadrilla se dirigió directamente al estrecho sin hacer reabastecimiento en vuelo. Al llegar, divisaron una fragata tipo 21 (la HMS Argonaut) que trataba de refugiarse detrás de un acantilado. La atacaron con cañones y bombas. Si bien no explotaron, una abrió un hueco encima de la línea de flotación que dejó fuera de servicio los motores y el sistema de timón, mientras que otra impactó debajo, provocó el estallido de una caldera y golpeó el almacén de misiles Sea Cat. Dos de éstos explotaron ocasionando bajas en el personal. Luego de este ataque del Tordillo, la Argonaut cumpliría funciones de Centro de Información y Control y Artillería Antiaérea por unos días más y, posteriormente, sería retirada del Teatro de Operaciones y enviada a Gran Bretaña.
El 8 de junio, conocido como el “Día más negro de la flota”, el primer teniente Carlos Cachón partió de Río Gallegos a bordo del C-222. Con su escuadrilla llegó a Bahía Agradable en vuelo rasante. Al iniciar un viraje a la derecha avistó los buques de asalto el RFA Sir Tristram y RFA Sir Galahad. Un misil lanzado desde tierra pasó cerca del Tordillo de Cachón, que sin espantarse continuó la corrida y lanzó las bombas. Los impactos dieron en el centro de la estructura del Sir Tristam, otras pasaron de largo por la gran velocidad, rebotaron en el agua y llegaron a la costa donde explotaron afectando a gran cantidad de personal y material
Poco después, y por razones operativas, algunos de los aviones se trasladaron a la Base Aérea Militar San Julián, desde donde continuaron las operaciones. Entre ellos el C-222. El 13 de junio, último día de ataques aéreos, se ordenó bombardear los emplazamientos de la artillería de campaña británica que cañoneaba a los defensores de Puerto Argentinos. En esta ocasión el capitán Carlos Varela despegó de San Julián con el C-222 para atacar la zona del Monte Dos Hermanas. Después de navegar y efectuar un reabastecimiento normal, la escuadrilla encabezada por el Tordillo se lanzó sobre un campamento ubicado al norte del Cordón Rivadavia. En uno de los módulos se encontraba reunido el Estado Mayor de los generales Jeremy Moore y Julián Thompson. En el escape, la escuadrilla de Varela atacó dos helicópteros Sea King, mientras dos misiles, nuevamente por escasa distancia, le erraban al C-222. El regreso del Tordillo fue dificultoso pues el motor había levantado temperatura y funcionaba a un 85 % de su potencia. Pese al inconveniente, esta misión pudo ser, tal vez, la de mayor trascendencia del conflicto pues casi se alza con la vida del alto mando británico. El general Moore, al firmarse la rendición, le preguntó al general Menéndez cómo había logrado ubicar su puesto de comando.
Las operaciones eficaces de los pilotos que tripularon el C-222, un avión sin pintar, fácil de identificar desde tierra, y las escapadas “milagrosas” entre las defensas antiaéreas, enseguida dieron lugar a que pilotos y mecánicos, un poco en broma y otro poco en serio, tejieran a su alrededor gran cantidad de suposiciones acerca de sus cualidades casi mágicas. Sin lugar a dudas, fue el A-4B Skyhawk más popular del Grupo Aéreo de los Halcones de Villa Reynolds. El pintor de temas aeronáuticos, Ezequiel Martínez, recreó en un cuadro a los A-4B, volando rasante, instantes después de atacar los módulos del general Moore. En primer plano, con su gris inconfundible, pintó al “Tordillo”. El capitán Varela relató el episodio en un capítulo del libro “Dios y los Halcones. Otro cuadro del mismo autor, muestra al C-222 en solitario vuelo rasante sobre el mar. Maquetistas y aficionados, atraídos por el color tan particular lo han hecho objeto de especial atención para sus reproducciones. Hoy, el C-222 descansa con su historia a bordo en el Área de Material Río Cuarto, esperando la oportunidad de poder exhibirse orgullosamente al público argentino.
PD: no había reparado en que el C-222 al mando de Cachón, fue el "culpable" de "hacerle tragar agua y fuego" al SIR TRISTAM...
“EL TORDILLO” - UN AVIÓN FAMOSO
* Autor: Dirección de Estudios Históricos de la Fuerza Aérea Argentina
En marzo de 1967, el Douglas Skyhawk A-4B C-222 (ex USN A-4B BuAer 142752) fue recibido en la V Brigada Aérea de Villa Reynolds -San Luis-. En abril 1982, al tiempo de ordenarse el despliegue urgente de las aeronaves de combate a las bases de la Patagonia, este avión salía de una inspección mayor. Dada la premura, no hubo tiempo de pintarlo con el esquema tradicional de camuflaje, convirtiéndose así en el único Skyhawk que conservó a lo largo del conflicto el color gris de la base antióxido con que se los preparaba en el Taller Regional.
El capitán Antonio Zelaya trasladó el C-222 a Río Gallegos el 27 de abril. Al verlo llegar uno de los pilotos, aficionado a los caballos, exclamó “¡ahí llega el Tordillo!” apodo que conservaría a partir de ese momento. La falta de mimetizado demoró su entrada en combate y, al comienzo, fue utilizado sólo en vuelos de adiestramiento. El 21 de mayo realizó la primera misión. Ese día, al ser evidente que la maniobra inglesa en el estrecho de San Carlos era el desembarco principal y no una acción de diversión, la Fuerza Aérea Sur envió a todos los aviones en servicio.
A las 12:30, formando parte de la tercera oleada de ataque, el C-222 partió de Río Gallegos pilotado por el teniente Fernando Robledo. La escuadrilla se dirigió directamente al estrecho sin hacer reabastecimiento en vuelo. Al llegar, divisaron una fragata tipo 21 (la HMS Argonaut) que trataba de refugiarse detrás de un acantilado. La atacaron con cañones y bombas. Si bien no explotaron, una abrió un hueco encima de la línea de flotación que dejó fuera de servicio los motores y el sistema de timón, mientras que otra impactó debajo, provocó el estallido de una caldera y golpeó el almacén de misiles Sea Cat. Dos de éstos explotaron ocasionando bajas en el personal. Luego de este ataque del Tordillo, la Argonaut cumpliría funciones de Centro de Información y Control y Artillería Antiaérea por unos días más y, posteriormente, sería retirada del Teatro de Operaciones y enviada a Gran Bretaña.
El 8 de junio, conocido como el “Día más negro de la flota”, el primer teniente Carlos Cachón partió de Río Gallegos a bordo del C-222. Con su escuadrilla llegó a Bahía Agradable en vuelo rasante. Al iniciar un viraje a la derecha avistó los buques de asalto el RFA Sir Tristram y RFA Sir Galahad. Un misil lanzado desde tierra pasó cerca del Tordillo de Cachón, que sin espantarse continuó la corrida y lanzó las bombas. Los impactos dieron en el centro de la estructura del Sir Tristam, otras pasaron de largo por la gran velocidad, rebotaron en el agua y llegaron a la costa donde explotaron afectando a gran cantidad de personal y material
Poco después, y por razones operativas, algunos de los aviones se trasladaron a la Base Aérea Militar San Julián, desde donde continuaron las operaciones. Entre ellos el C-222. El 13 de junio, último día de ataques aéreos, se ordenó bombardear los emplazamientos de la artillería de campaña británica que cañoneaba a los defensores de Puerto Argentinos. En esta ocasión el capitán Carlos Varela despegó de San Julián con el C-222 para atacar la zona del Monte Dos Hermanas. Después de navegar y efectuar un reabastecimiento normal, la escuadrilla encabezada por el Tordillo se lanzó sobre un campamento ubicado al norte del Cordón Rivadavia. En uno de los módulos se encontraba reunido el Estado Mayor de los generales Jeremy Moore y Julián Thompson. En el escape, la escuadrilla de Varela atacó dos helicópteros Sea King, mientras dos misiles, nuevamente por escasa distancia, le erraban al C-222. El regreso del Tordillo fue dificultoso pues el motor había levantado temperatura y funcionaba a un 85 % de su potencia. Pese al inconveniente, esta misión pudo ser, tal vez, la de mayor trascendencia del conflicto pues casi se alza con la vida del alto mando británico. El general Moore, al firmarse la rendición, le preguntó al general Menéndez cómo había logrado ubicar su puesto de comando.
Las operaciones eficaces de los pilotos que tripularon el C-222, un avión sin pintar, fácil de identificar desde tierra, y las escapadas “milagrosas” entre las defensas antiaéreas, enseguida dieron lugar a que pilotos y mecánicos, un poco en broma y otro poco en serio, tejieran a su alrededor gran cantidad de suposiciones acerca de sus cualidades casi mágicas. Sin lugar a dudas, fue el A-4B Skyhawk más popular del Grupo Aéreo de los Halcones de Villa Reynolds. El pintor de temas aeronáuticos, Ezequiel Martínez, recreó en un cuadro a los A-4B, volando rasante, instantes después de atacar los módulos del general Moore. En primer plano, con su gris inconfundible, pintó al “Tordillo”. El capitán Varela relató el episodio en un capítulo del libro “Dios y los Halcones. Otro cuadro del mismo autor, muestra al C-222 en solitario vuelo rasante sobre el mar. Maquetistas y aficionados, atraídos por el color tan particular lo han hecho objeto de especial atención para sus reproducciones. Hoy, el C-222 descansa con su historia a bordo en el Área de Material Río Cuarto, esperando la oportunidad de poder exhibirse orgullosamente al público argentino.
PD: no había reparado en que el C-222 al mando de Cachón, fue el "culpable" de "hacerle tragar agua y fuego" al SIR TRISTAM...