Dejamos para todos ustedes, la editorial que el general Roberto Bendini escribió en septiembre de 2002 para el Centro de Estudios Estratégicos “Patagonia Austral”, mientras fue jefe de la Brigada Mecanizada XI del Ejército Argentino:
“La Patagonia, que fuera llamada por Darwin “La Tierra maldita”, encierra en sus entrañas numerosas riquezas, las que se vislumbran como los recursos que van a contribuir al sostenimiento de una parte importante de la población mundial.
La aridez de su superficie y la rigurosidad de su clima, parecieran dar la razón al naturalista inglés, pero nuestra Patagonia atesora riquezas que han despertado el interés de muchos, que ven que ella va a jugar un papel protagónico en un futuro no muy lejano.
Podemos decir que la Patagonia Austral tiene todo: inmensas reservas de petróleo y gas, carbón, yacimientos de oro, plata y otros minerales. Sus caudalosos ríos le otorgan la capacidad de generar una formidable cantidad de energía hidroeléctrica y los fuertes vientos, la posibilidad de obtener energía eólica. Sus campos de hielo y sus cuencas hídricas constituyen un reservorio de agua que será apetecida por las futuras generaciones.
El mar, fuente inagotable de riquezas, baña sus costas a lo largo de ochocientos kilómetros (el litoral marítimo más extenso de nuestra patria). La ganadería, la pesca y la factibilidad de un importante desarrollo agropecuario le otorgan la capacidad de producir incontables cantidades de alimentos.
La pureza de su medio ambiente la señala como uno de los lugares con menor nivel de contaminación del planeta. Su vacío y su virginidad han despertado la atención de muchos que se aprestan a disfrutar de los beneficios que pueden obtenerse de sus formidables recursos.
Hoy, la Patagonia argentina es motivo de interés particular más allá de nuestras fronteras. Influyentes publicaciones europeas y estadounidenses hablan acerca de su posible separación y de su cercenamiento territorial, hay compatriotas que “ingenuamente” o, quizá, como avanzadas de ocultos intereses deslizan esa posibilidad.
Parecería ser que los siempre mencionados planes para la ocupación de la Patagonia se están transformando en una posibilidad concreta. Al respecto debemos convenir que ni Dornbusch, ni el New York Times, ni el Financial Times, ni la RAI, etc., etc., hablan por hablar. Debemos preguntarnos. ¿Qué propósito encerraban las encuestas en las que se requirió opinión al respecto…?
Detrás de todos ellos hay importantes intereses económicos y geopolíticos. Están sembrando… ¿Habrá comenzado el lavado de cerebro?... ¿Estaremos frente a los tanteos previos de una campaña psicológica similar a la de “Achicar el Estado es agrandar la Nación”? Recordemos cómo funcionó esa campaña de lavado de cerebro y cómo terminó el Estado Nacional. ¿Entonces, la Patagonia está amenazada…?
Los conflictos que se encuentran en desarrollo y aquellos que se avizoran nos inducen a pensar que la Patagonia se transformará, en un período no muy lejano, en una región en donde diferentes actores procurarán hacer prevalecer sus intereses. Por eso expresamos que la Patagonia Austral es un “Objetivo Estratégico” y que es un deber de los argentinos de volcar todas sus energías para defenderlo.
Esa posibilidad es una alarma que debe hacernos despertar de nuestro letargo e impulsarnos a encarar el estudio de la problemática de la Patagonia Austral y a comprometernos en la defensa de los intereses del Estado argentino en la región. Esta acción se materializa estudiando profundamente su potencial, generando ideas y aunando voluntades para concretar proyectos que conduzcan hacia un desarrollo de la Patagonia en beneficio de sus habitantes y de toda la Argentina.
Hoy, EE.UU. reaviva su enfrentamiento con Irak, como resultado del recrudecimiento del conflicto asistimos a la suba del precio del petróleo crudo. Esto no afectará sólo a los EE.UU., sino a todos los países no productores de petróleo, con una inexplicable excepción: la Argentina, quien a pesar de ser productor, igual va a sufrir un importante incremento en el precio de los combustibles, porque el petróleo argentino es explotado y administrado por empresas extranjeras. Las que pretenden, y lo están logrando, aplicar en nuestro país tarifas internacionales a valor dólar, con el consecuente impacto sobre nuestra esquelética economía. En resumen, más miseria y sufrimiento para los argentinos.
La Cumbre de la Tierra resaltó la importancia del agua y el impacto que produce la falta de este elemento fundamental para la vida del hombre sobre el 73% de los habitantes del planeta. Estos son los temas que le preocupan hoy al mundo.
En la Patagonia disponemos de abundantes reservas de estos recursos, pero si no nos preparamos para defenderlos y asegurar los beneficios que puede generar su explotación para disfrutarlos en bien de los argentinos, en un futuro no muy lejano sufriremos las penurias que aquejan muchos de los países “periféricos”, los que poseedores de grandes riquezas viven sumidos en la más absoluta miseria.
La solución a esta problemática debe ser encarada por los argentinos. Es un imperativo extraer las enseñanzas que nos dejaron épocas recientes. Debemos recordar cómo actuaron todos aquellos que prometieron ayudarnos a construir un país moderno y desarrollado. Estamos pagando muy caro por esa ingenuidad. No existen los “filántropos”. El mundo y la sociedad se mueven por intereses. “El capital no tiene ni corazón ni bandera”.
Durante largos años la Patagonia Austral estuvo ligada a intereses particulares que no coincidían con el interés general de la Nación, posteriormente y del brazo de las empresas que el Estado Nacional instaló en estas solitarias regiones y del asentamiento de guarniciones de las Fuerzas Armadas y de seguridad, se nacionalizó la Patagonia Austral, concretándose, así, la integración de esta aislada y desconocida región al resto de la República Argentina.
La incorporación real de la Patagonia Austral al resto del país se logró gracias al esfuerzo y al sacrificio de una gran cantidad de argentinos. La desnacionalización de la explotación de sus recursos ha desvanecido los sueños de muchos de esos esforzados pobladores, muchas esperanzas se han truncado, muchos proyectos han quedado en el olvido.
Este proceso que se completa con la creciente enajenación de tierras patagónicas puede hacernos desandar el camino construido con tanto esfuerzo y retrotraernos a los comienzos del siglo pasado, con una sola diferencia: que en la Patagonia Austral seguirá flameando la bandera argentina, pero debemos comprometernos para que nuestra enseña patria no sea sólo un símbolo.
Es nuestro deber como mujeres y hombres de esta tierra defender los intereses argentinos en la Patagonia Austral. Para ello es un imperativo estudiar el potencial que atesora nuestra región, conocer las amenazas que la acechan y diseñar y encarar un proyecto, con sentido e identidad nacional, que tenga como objetivo el desarrollo pleno de la Patagonia, y que su implementación contribuya a la grandeza de nuestra querida Argentina y al bienestar de sus habitantes”.
Publicado por
Agencia Informativa "Ciriaco Cuitiño" en
23:42
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Plan Andinia
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La
Patagonia es la región en que se basa esta
teoría conspirativa.
El
Plan Andinia es una
teoría de la conspiración judía de corte
antisemita1 divulgada en
1971 por el
ultraderechista2 profesor de economía de la
Universidad de Buenos Aires, Walter Beveraggi Allende, en el cual se actualizan y recuperan las acusaciones antisemitas de
Los protocolos de los sabios de Sion.
3
Cuatro años más tarde de la primera aparición del
Plan Andinia, y pocos meses antes del
golpe de estado de
Videla, el mismo Beveraggi publicó
"La inflación argentina", en cuya tapa un mapa de la República Argentina aparecía crucificado con
Estrellas de David por el estereotipo de un judío. El periodista
Jacobo Timerman narró que cuando era interrogado por la
dictadura militar de los años ochenta,
4 se le exigían detalles del Plan Andinia.
5
Contenido
Descripción del plan
Según esta teoría conspirativa, el plan trataría de un supuesto complot para desmembrar la
Patagonia de la
Argentina y de
Chile y crear allí otro Estado judío.
6 Aunque esta teoría es relativamente reciente, tiene como base la mención que
Theodor Herzl (
1882) en su libro
El Estado judío (
Der Judenstaat) hizo de la posibilidad de comprar tierras en
Palestina o en la
Argentina para la creación de un Estado judío. La teoría de la conspiración sostiene que dicho plan vio la luz en el Congreso Sionista Internacional de
Basilea,
Suiza, en
1897. Se supone que la creación de "Andinia" en el territorio patagónico se llevaría adelante gracias a "los mismos métodos" usados para la creación del Estado de
Israel.
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En realidad, la opción de crear un estado judío en la Patagonia fue descartado rápidamente por inviable. El Sexto Congreso Sionista de 1904 se concentró en la discusión sobre si había que seguir demandando Palestina o aceptar la propuesta británica, formalizada el 25 de enero de 1904, de 5 000 millas cuadradas en África Oriental (hoy Uganda). En abril de 1904 la posibilidad de Uganda ya se había evaporado, y en julio de 1904 Theodore Herzl murió.
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Entre las medidas para llevar adelante el supuesto Plan Andinia, se mencionan las siguientes:
No existen pruebas sobre la existencia de este supuesto plan para anexar este territorio a algún otro bajo el control de un poder relacionado con
Israel o la comunidad judía internacional. Pese a ello, hay quienes insisten en aportar supuestas pruebas que, sin embargo, han quedado desacreditadas a la actualidad, quedando en la categoría de las
teorías conspirativas. La existencia de este
Plan Andinia, junto a otro tipo de teorías conspirativas como el
negacionismo del Holocausto,
6 habitualmente forman parte de proclamas antisemitas y
neonazis9
En
2003, el entonces jefe del
Ejército Argentino, el
general Roberto Bendini, se vio envuelto en una polémica tras trascender supuestos dichos suyos a estudiantes de la Escuela de Guerra sobre el
Plan Andinia. Distintas asociaciones judías emitieron protestas, y el gobierno tuvo que publicar un desmentido oficial.
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