En la Crisis de los Misiles, Washington no tenía donde esconderse

En la Crisis de los Misiles, Washington no tenía donde esconderse
William Márquez
BBC Mundo, Washington

Muchos avisos todavía cuelgan en los edificios designados como refugios antinucleares en Washington.

El 22 de octubre de 1962, el presidente John F. Kennedy se dirigió a la nación. El mensaje era aterrador:
"Este Gobierno, como había prometido, ha mantenido el más cercano de vigilancia de la acumulación militar soviética en la isla de Cuba. Durante la semana pasada, la evidencia inconfundible ha establecido el hecho de que una serie de emplazamientos de misiles ofensivos está ahora en preparación en esa isla prisionera. El objeto de estas bases no puede ser otro que proporcionar una capacidad de ataque nuclear contra el hemisferio occidental".
Una semana antes, un avión espía de Estados Unidos había sobrevolado el espacio aéreo cubano y tomó fotografías de bases secretas.
Lo que se había temido durante más de una década de Guerra Fría estaba a puertas: la posibilidad de un devastador conflicto nuclear entre las dos superpotencias.
Pero no porque se hubiera anticipado, estaba todo preparado: eran pocas las precauciones que Washington había tomado para proteger a la ciudadanía y para que al menos parte de ella pudiera sobrevivir el residuo radioactivo que dejaría un ataque.
Hasta los planes mismos para garantizar la continuidad del gobierno en el evento de una catástrofe eran cuestionables.
No obstante, cuando el entonces presidente Kennedy impuso un bloqueo naval alrededor de la isla comunista y luego se dirigió a la nación para hablar sobre la gravedad del mano a mano con los soviéticos, fue firme pero mantuvo el control y la calma tanto en sus acciones como en sus palabras.
Por diseño o por accidente, fue lo mejor que pudo suceder pues no hubo un pánico desbordado y la ciudadanía continuó en sus quehaceres diarios sin enterarse lo cerca que se estuvo de la aniquilación total.
Poca preparación


Kennedy se dirigió a la nación para informar del descubrimiento de los misiles y el bloqueo a Cuba.

A comienzos de los años 60, Washington DC -y la nación entera- estaba muy mal preparada para una catástrofe nuclear. No se habían adecuado estructuras para la protección civil en caso de un ataque atómico.
Hasta apenas 1960 se había emitido el primer y único permiso para construir un refugio antinuclear, 15 años después del lanzamiento de bombas atómicas sobre Japón.
La verdadera preocupación sobre la necesidad de estar mejor preparados vino a comprenderse después de la crisis desatada por la construcción del Muro de Berlín, el ejemplo más patente de la tensión entre EE.UU. y la URSS, cuando el presidente Kennedy se refirió a la posibilidad de "un ataque irracional, un cálculo accidental que no puede ser previsto o evitado".
"Un ataque irracional, un cálculo accidental que no puede ser previsto o evitado" John Kennedy hablando sobre la posibilidad de un ataque nuclear​

Ese discurso alarmó a la ciudadanía, se elevó el interés en preparar espacios que pudieran servir de refugio para la ciudadanía y en reforzar la defensa civil. El Congreso designó US$200 millones para designar lugares en todo EE.UU. que pudieran servir no tanto para proteger contra la explosión termonuclear inicial sino para sobrevivir la eventual radiactividad.
Según David Krugler, profesor de historia de la Universidad de Wisconsin, Plattsville, y autor del libro "Ésta es solo una prueba: Cómo Washington DC se preparó para una guerra nuclear", el gobierno había identificado unos mil edificios en la capital como adecuados para proteger de la radiactividad pero solo unos 100 se habían licenciado para este efecto.
"La licencia no quería decir que servían para algo, apenas que los dueños de los predios habían dado permiso legal para ese uso. Eran espacios vacíos, ninguno tenía provisiones de ningún tipo", le contó el autor a BBC Mundo.
Futilidad


El refugio bajo el Capitolio era uno de los únicos que estaba aprovisionado con barriles de agua.

Ésa era la situación cuando estalló la crisis de misiles en Cuba en octubre de 1962, cuando Kennedy exigió el desmantelamiento de las ojivas mientras que los soviéticos enviaron su flota al Caribe para una confrontación con el potencial de desatar un Armagedón.
Para el 25 de octubre, el momento álgido de la crisis, había apenas cinco refugios en Washington que habían sido demarcados y que estaban aprovisionados de agua y latas de alimentos de alto contenido calórico.
Uno de ellos estaba en el auditorio departamental en el centro de la ciudad, otro en un túnel que conecta el Capitolio con los demás edificios del Congreso y otro era la estación central ferroviaria que tenía un techo de vidrio. "Su efectividad para ofrecer protección era prácticamente nula", asevera Krugler.
"Cualquier espacio designado como refugio -no sólo en Washington sino en el resto del país- que recibiera un ataque quedaría completamente destruido" Paul Krugler, historiador y autor, Universidad de Wisconsin​

Los misiles SS-4 soviéticos podían alcanzar a Washington DC desde Cuba en 15 minutos, lo que no daría tiempo alguno para evacuar, le explicó el académico a BBC Mundo. Las ojivas de cada misil tenían una potencia de un megatón (un millón de toneladas de TNT) y una amplitud de destrucción total en un radio de dos y medio kilómetros. Eso sin contar el calor mortal que irradiaría la explosión, los incendios y otros daños. Ni hablar de la radiactividad.
"La estación de tren estaría acabada, el Capitolio acabado, cualquier espacio designado como refugio -no sólo en Washington sino en el resto del país- que recibiera un ataque quedaría completamente destruido", explica Krugler.
Mucha gente reconoció la futilidad de las medidas de protección tomadas por el gobierno. Sin embargo, tomaron algunas precauciones y se aprovisionaron de agua y comida, pero no hubo pánico generalizado.
Plan de evacuación


Mount Weather, aun en operación, tiene un sofisticado refugio subterráneo para el presidente.

El profesor de la Universidad de Wisconsin propone que la apatía venía de las mismas instituciones oficiales creadas para proteger a los ciudadanos. Una de estas era la Defensa Civil, una organización de voluntarios que sufría de bajos recursos crónicos y falta de personal.
Después del mensaje de Kennedy del 22 de octubre, la gente empezó a llamar a la oficina de la Defensa Civil para ofrecer sus servicios pero no obtuvieron respuestas muy alentadoras.
Según Krugler, el director de esa oficina era un antiguo compañero de armas del general George Patton -héroe de la Segunda Guerra Mundial- y familiarizado con todos los aspectos de una guerra. Éste se limitó a decir que los refugios antiradioactivos en Washington eran prácticamente inexistentes.
Por otra parte, cuando algunos padres consultaron con la superintendencia de escuelas públicas sobre si recoger a sus hijos en caso de que la crisis empeorara, ésta anunció que no deberían hacerlo pues crearía caos y confusión. Las escuelas mismas los protegerían.
Entre bambalinas, el gobierno había discutido varias veces estrategias para preparar al gobierno federal, sobre todo la rama ejecutiva y el ejército, para conducir evacuaciones hacia sitios protegidos donde un grupo limitado podría continuar con un mínimo de funciones.
Se conocía como el Plan Conjunto para Evacuación de Emergencia. La meta básica era designar sitios en los que se podría recoger al presidente en helicóptero y llevarlo a una base subterránea lo más rápidamente posible.
Uno de estos sitios todavía existe en Mount Weather, Viriginia, a unos 80 kilómetros de Washington. El Departamento de Defensa también construyó uno cerca de Fort Ritchie, en Maryland, y el Congreso tenía uno designado en el Hotel Greenbrier, en Viriginia Occidental.
Evitando el pánico


Las rutas de evacuación todavía existen en Washington.

Pero los planes de evacuación eran largos y complicados. El que comprendía la Casa Blanca tenía más de 200 páginas y, en algunos casos, se les había prestado poca atención.
El Congreso, por ejemplo, no estaba en sesión durante la crisis de octubre, lo legisladores estaban en sus respectivos distritos haciendo campaña para las elecciones que se avecinaban. Uno de los sitios designados como refugio dejabo del Capitolio estaba siendo pintado y los pintores continuaron con su labor como si nada. Lo giras para turistas que visitaban el incónico edificio continuaron también.
Si el plan de evacuación hubiese sido implementado tan pronto los misiles hubiesen sido disparados desde Cuba, según David Krugler, no habría habido tiempo suficiente para escapar de la explosión inicial.
"Todo el mundo siguió en su vida sin mucho tiempo para pensar en nociones abstractas de aniquilación nuclear" Paul Krugler, historiador y autor, Universidad de Wisconsin​

Así que Kennedy y otros funcionarios enfrentaban el dilema de que, si evacuaban con anticipación, sin duda se generaría un pánico descontrolado.
Las acciones y las palabras que adoptó Kennedy estuvieron diseñadas para asegurarle a la ciudadanía que el conflicto se resolvería pacíficamente y según los términos que impondría Estados Unidos.
La estrategia funcionó. Los soviéticos desmantelaron las bases de lanzamiento y se llevaron sus misiles. Los ciudadanos estadounidenses siguieron con sus vidas sin mayor sobresalto y el mundo respiró.
--- merged: 22 Oct 2012 a las 14:39 ---
Cronologia de la Crisis de los Misiles....

http://www.bbc.co.uk/spanish/specials/1628_crisis_misiles/
 
Cuando el Che Guevara quiso aniquilar Nueva York

22 de octubre de 2012
Conocido es el casi letal episodio de la crisis de los misiles de 1962 entre Estados Unidos, Cuba y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, que ya hemos recordado en AlterGeo. Pero recién ahora, con el hallazgo y publicación de documentos desclasificados, se sabe que si los misiles hubiesen caído en manos de los cubanos, el resultado hubiera sido un desastre nuclear de proporciones catastróficas.
Según el último número publicado de “Cold War International History Project Bulletin” del Woodrow Wilson International Center de Washington, Estados Unidos, el Che habría tenido la voluntad de disparar los misiles con cabezas nucleares en dirección a la ciudad de Nueva York, si la Unión Soviética hubiese dejado algunos misiles hasta entonces no detectados por los satélites estadounidenses.
¿Cómo se supo esto? Dos días después del anuncio del retiro de los misiles nucleares de la isla por parte de los soviéticos, el líder soviético Nikita Khrushchev mantuvo una entrevista con el titular del Partido Comunista y Presidente de la entonces Checoslovaquia, Antonín Novotný, a quien iba a comenzar a explicarle porqué cedió ante los Estados Unidos. “Esta vez, estuvimos realmente a dos dedos de una guerra nuclear”, le dijo en una charla cuyos diálogos son publicados por primera vez.
Khrushchev continuó: “Hace días, recibimos una carta de Castro en la que nos dice que los estadounidenses nos iban a atacar en menos de 24 horas. Él nos propuso de lanzar nosotros primero la guerra atómica. Nos quedamos totalmente estupefactos. Claramente, Castro no tenía la más mínima idea de qué se trataba una guerra termonuclear. Además, si el conflicto se llegaba a producir, Cuba iba a ser la primera en desaparecer. Después de todo, ¿qué podríamos haber ganado? Millones de personas habrían muerto en nuestro paíso. ¿Podíamos poner en peligro el mundo socialista y la clase trabajadora por esto?”.
Fue luego de ceder ante Kennedy, que Khrushchev tenía sólo una obsesión: evitar que los misiles caigan en manos de los cubanos. Según los documentos, Fidel le había pedido de conservar los misiles nucleares que los Estados Unidos no habían detectado. Un emisario de Moscú le respondió que era imposible tal transferencia “por cuestiones legales”.
Esto era una mentira. El Kremlin no confiaba en Cuba, y con razón. Unos días antes, el Che le dijo en secreto al embajador de Yugoslavia en La Habana: “Si nosotros, los cubanos, tenemos el control de las armas nucleares, las instalaríamos sobre cada centrímetro de Cuba y no dudaríamos, en caso de ser necesario, de lanzarlas contra el corazón del adversario, Nueva York”.
Fuente: The Woodrow Wilson International Center
 

Argos

Colaborador
Colaborador
“Si nosotros, los cubanos, tenemos el control de las armas nucleares, las instalaríamos sobre cada centrímetro de Cuba y no dudaríamos, en caso de ser necesario, de lanzarlas contra el corazón del adversario, Nueva York”.


Ni mas ni menos que el discurso de cualquier incipiente potencia nuclear. "No nos jodan mas, no dudaremos en usar...".

Mas alla de las simpatias o antipatias hacia Guevara, el titulo de la nota no respeta el contexto de lo dicho por el.
 

tsune

Forista indignado pero optimista
sí, lo haría
los malvados comunistas no fueron tan tontos ni tan malvados, al fin y al cabo nunca usaron la bomba más que para pruebas... si me querés someter a una prueba diabólica sobre si los terroristas rojos cubanos hubieran sido tan suicidas como para empezar una guerra nuclear con Estados Unidos hacé fácil, buscá una prueba clara y documentada sobre lo que decís, una sola y te acepto que tenés razón.
 
sí, lo haría
los malvados comunistas no fueron tan tontos ni tan malvados, al fin y al cabo nunca usaron la bomba más que para pruebas... si me querés someter a una prueba diabólica sobre si los terroristas rojos cubanos hubieran sido tan suicidas como para empezar una guerra nuclear con Estados Unidos hacé fácil, buscá una prueba clara y documentada sobre lo que decís, una sola y te acepto que tenés razón.

Querés pruebas de algo que difícilmente esté escrito. Sin embargo los soviéticos hicieron algunos comentarios sobre la racionalidad de los actos cubanos. Fijate si esto te interesa.

How Castro held the world hostage

No sé otros, pero ni tontos ni malvados....humanos, con fallas, y que pueden ser presa de la irracionalidad. Decir que unos estaban equivocados o fueron un peligro para la humanidad no es absolver a "los otros". Sino fijate lo que dije de Le May...
No busqué más en particular, pero te extrañaría muchísimo que Guevara siendo mucho más fanático, inflexible (narcisista también?) y , me parece, menos inteligente que Castro (que de ****** no tiene un pelo), haya querido vaporizar al demonio imperialista?
 
Para alguien que dijo..."crear dos, tres...muchos Vietnam, es la consigna", no cabe la menor duda que de haber estado en poder de armamento nuclear lo hubiera usado, como lo hubiese usado MacArthur si Truman se lo hubiese permitido
 

Argos

Colaborador
Colaborador
Para alguien que dijo..."crear dos, tres...muchos Vietnam, es la consigna", no cabe la menor duda que de haber estado en poder de armamento nuclear lo hubiera usado, como lo hubiese usado MacArthur si Truman se lo hubiese permitido

Es una posibilidad. Como lo seria para Irak, Libia, Afganistan, y el propio Iran de tener dicho arsenal, en caso de invasion a su territorio.
Invasion que aun no se materializo contra ninguna potencia nuclear, lo que da por resultado que nadie utilizara aun su arsenal para repeler... en fin.
La idea de tener el martillo grande, es que por el simple hecho de poseerlo desaparezca la necesidad de utilizarlo.

O no era para eso que nosotros "lo queriamos"? uhhhh


P.D: Si tenes que buscar una solucion de compromiso para salir de una situacion como la de la crisis de los misiles, presentar al que resultara ser el damnificado de la desicion como un desequilibrado tira-petardos viene como anillo al dedo. Que van a decir? "Nos apuraron mal, no les podemos dejar estos juguetes porque me van a esperar a la salida" :D

Tampoco los defiendo, pero si me das a elegir en quien confiar, la version cubana, la rusa o la yoni... diria que en ninguna en mas del 33%.
 

Sebastian

Colaborador
Podriamos decir que la crisis fue un empate entre EE.UU y la URSS.
Aunque para ambos presidentes fue su perdición..Nikita destituido y Kennedy asesinado y tildado de débil.
 
J

JT8D

Podriamos decir que la crisis fue un empate entre EE.UU y la URSS.
Aunque para ambos presidentes fue su perdición..Nikita destituido y Kennedy asesinado y tildado de débil.

Mataron a Kennedy justamente por que no era debil. No cedia a los halcones como Le May. Si fuera debil no habria logrado evitar la destruicion del planeta.

Saludos,

JT
 
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