Mas sobre el canon Cristiano
La honra por un cañón
ISABEL FLECK ENVIADA ESPECIAL La ASUNCIÓN
La Guerra de Paraguay aún no acabó en el imaginario de los paraguayos.
La última batalla entre las tropas locales y la Tríplice Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay) ocurrió en 1870, pero los rencores provocados por la derrota, que llevó el país vecino a una ruina cuyos efectos aún están presentes, continúan vivos para la mayoría de la población.
El gobierno paraguayo exige que lo Brasil devuelva un combalido superviviente: el cañón “El Cristiano” (“El Cristiano”), considerado héroe paraguayo, pero que tal vez nunca haya hecho un disparo.
El “Cristiano”, que ganó ese nombre por haber sido construido a partir de metal fundido de campanas de iglesias de Asunción, reaparece en la política paraguaya toda vez que las relaciones con lo Brasil no andan bien –como ahora.
Tras Paraguay haber sido suspenso del Mercosur a causa del impeachment-relámpago de Fernando Lugo el año pasado, el presidente Federico Franco volvió al tema en 1º de marzo, fecha en que el país homenajea los soldados caídos en la mayor guerra de la historia de América del Sur (1864-70).
Se estima que 300 mil paraguayos y 50 mil brasileños hayan muerto.
“No habrá paz ni entre los soldados ni entre la sociedad paraguaya mientras no sea recuperado el cañón Cristiano’”, dijo Franco en la ocasión.
El próximo domingo, Paraguay elige su nuevo presidente y debe normalizar los lazos con el Mercosur. Pero el cañón debe continuar siendo una mancha en la relación con los vecinos.
Traído a Brasil inmediatamente después del fin del conflicto, el armamento fue instalado en el entonces arsenal del Ejército, en Río de Janeiro, de donde nunca salió.
El local fue transformado en el Museo Histórico Nacional, y el trofeo de guerra sigue expuesto en el patio abierto.
Franco ya había exigido la devolución del “Cristiano” en 2010, aún como vice de Lugo. En respuesta, el entonces presidente Luiz Inácio Lula de Silva llegó a pedir al Ministerio de la Cultura (MinC) que providenciasse lo retorno del cañón a su patria.
Pero la idea despertó la ira de historiadores y militares brasileños. “Trofeos de guerra son emblemáticos no sólo para un país, pero para todos que participaron de ella. El cañón forma parte de la historia de Brasil también”, dice el investigador Francisco Doratioto, autor del libro “Maldita Guerra”, sobre el enfrentamiento con Paraguay. El asunto acabó engavetado por Dilma.
Buscado por la Folha, el MinC sugirió que la devolución está siendo reconsiderada, para que el cañón forme parte de “acciones de cooperación de interés para los dos países”, como la creación de un museo.
Como el bien forma parte del patrimonio histórico brasileño, tendría que pasar por un proceso de “destombamento” –una decisión que, en último ejemplar, cabe a la presidente de la República.
Para Doratioto, el gobierno paraguayo sólo puede reivindicar el “Cristiano” entregarse a Brasil embarcaciones como la Anhambay –capturada en la invasión de Mato Grueso.
“En un proceso de integración de América del Sur, es preciso comenzar a revivir el pasado y pedir de vuelta todos los trofeos?”, indaga.
El mismo cuestionamiento es hecho por el general Aureliano de Moura, presidente del Instituto de Geografía e Historia Militar de Brasil. “Tanto el cañón como navíos costaron sangre de nuestros soldados y de los de ellos también. No es lógico devolverlo.”
TIRÓ O NO?
El “Cristiano” es emblemático en Paraguay por haber sido llevado para la Batalla de Curupaiti, de 22 de septiembre de 1866, mayor victoria del país contra la Tríplice Alianza.
Según los relatos paraguayos, el cañón, colocado en el Fuerte de Curupaiti, fue decisivo para contener el avance de las tropas brasileñas y argentinas rumbo al Fuerte de Humaitá, que controlaba el acceso la Asunción.
En Brasil, hay quién diga que el “Cristiano” sólo asistió al triunfo paraguayo aquel día. “Él nunca disparó una bala, porque los paraguayos hicieron una estructura interna tan moderna para la época que ellos propios no tuvieron condiciones de usar”, afirma Hube Visto Tostes, directora del Museo Histórico Nacional. Si fuera devuelto, el cañón no va a cambiar en nada el escenario de crisis diplomática con lo Brasil a causa de Lugo y del Mercosur. Pero la guerra estaría más cerca del fin del otro lado del río.
FUENTE: Folha de S. Paulo veía Resenha del Ejército