Ayer en Página12
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-265342-2015-02-03.html
El Ministerio de Defensa también tiene en Beijing una comitiva de funcionarios para tratar diversos acuerdos con China, que involucran una cifra del orden de los mil millones de pesos. Algunas iniciativas como la construcción de un buque polar y otras embarcaciones o los vehículos blindados que son utilizados en las misiones de paz de Naciones Unidas en las que participan las fuerzas armadas argentinas están más avanzadas. Otras están en una etapa de consideración preliminar. Entre ésas, sobresale la posibilidad de que la Argentina compre 14 aviones de combate chinos, necesarios para modernizar la flota de la Fuerza Aérea. Otro tanto ocurre con las iniciativas que tiene en carpeta el ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela.
“El eje rector de las conversaciones es que todo acuerdo al que se llegue debe contemplar transferencia de tecnología o participación del sector productivo argentino”, explicó el secretario de Ciencia, Tecnología y Producción para la Defensa, Santiago Rodríguez, el funcionario a cargo del equipo que la cartera que conduce Agustín Rossi envió a Beijing.
A la construcción del buque polar, que por cuestiones vinculadas con el desarrollo del casco es casi seguro que quedará básicamente en manos de China, hay que sumar las conversaciones por cuatro o seis remolcadores y cuatro patrulleros oceánicos. La discusión pasa justamente acerca de qué papel jugarán chinos y argentinos en esos casos.
La Argentina también quiere una dotación de más de 100 camiones 8x8, los característicos blindados en los que se movilizan los Cascos Azules, y aspira a fortalecer el Polo Químico Río Tercero, donde se trabaja no sólo con fines militares, sino también civiles. Ambos temas están más avanzados y en el marco de la visita de Cristina Kirchner a Beijing se firmarán acuerdos en ese sentido.
Un tema de mayor envergadura y que requiere aún más trabajo es la adquisición de aviones de combate. Las opciones posibles son los modernos J10 o los FC1. Para plantearse la posibilidad de seguir adelante con el tema, la Argentina debe analizar antes que nada dos asuntos: una es la viabilidad de la readecuación tecnológica de los aviones, porque su instrumental utiliza unidades y tiene nomenclaturas diferentes a las que los pilotos argentinos están acostumbrados; otra, la cuestión logística para garantizar que en caso de que sean adquiridos habrá mantenimiento y repuestos para mantenerlos en vuelo.
En Agricultura también hay acuerdos cerrados y otros de los que recién se empieza a charlar. Lo central para la cartera que conduce Casamiquela es que China decidió abrir las importaciones de peras y manzanas argentinas. De por sí atractivo, el mercado chino podría servir para reactivar la economía del Alto Valle del Río Negro que no está en su mejor momento. Los chinos también demandan cada vez más lácteos; en particular, las leches maternizadas. La venta de sorgo –China es el mayor comprador mundial– y de alfalfa son otros dos objetivos. Y también está el desafío de agregar algún tipo de valor a la carne que se exporta a este país.