100 años de historia de la Fuerza de Submarinos Española.
El próximo 17 de febrero de este año 2015 se celebra el centenario de la creación del arma submarina en España. Previamente Isaac Peral había realizado con éxito las primeras pruebas que se hicieron en el mundo para lanzar un torpedo desde un sumergible. Sin embargo, inexplicablemente, se abandonó el nuevo invento. Otros países, que estaban muy atentos a este nuevo tipo de arma, si comenzaron a desarrollarla.
27 años después del submarino de Peral, un ministro español apostó por incorporar a la Armada unidades submarinas, que tuvieron que ser adquiridas fuera del país, aprobando por ley un plan de actuación en 1915.
Fue durante el año 1916 cuando se empezaron a construir en España los primeros submarinos, en la que hoy es Navantia, eligiendo como base Cartagena. Dos años después se decide crear la Base y la Escuela de Submarinos, para dotar de infraestructuras y personal especializado al arma submarina, en dependencias del Arsenal de Cartagena.
La ley Miranda
El 17 de febrero de 1915, Alfonso XIII firmaba la conocida como “Ley Miranda”, cuyo artículo primero dictaba:
“Con el fin de dotar a la Nación en breve plazo de los elementos de defensa marítima absolutamente indispensables para el mantenimiento de su autonomía y de la integridad de su territorio, se procederá por el Gobierno a contratar la ejecución de las obras siguientes,…28 sumergibles de los tipos y características que fijará el Ministerio de Marina, teniendo en cuenta los servicios a que se destine cada una de las unidades o grupos, incluyendo el material necesario para salvamentos, reparaciones y aprovisionamientos…”.
Augusto Miranda. Fuente Museo Naval de Madrid
Este ambicioso proyecto pudo haber peligrado en su totalidad, pero, afortunadamente, el Almirante Miranda introdujo un artículo adicional en la disposición:
“Se autoriza al Ministro de Marina para adquirir por gestión directa con cargo a los créditos concedidos por esta ley, hasta cuatro sumergibles y el material necesario para las enseñanzas y prácticas del personal que ha de dotarlos y un buque especial de salvamento. Se le autoriza asimismo para organizar el servicio en los submarinos con oficiales del Cuerpo General de la Armada, y para reorganizar el Cuerpo de Maquinistas y los de Contramaestres, Condestables y demás subalternos, ajustando sus servicios y sus plantillas a las necesidades del nuevo material, dentro de los créditos consignados para personal en el actual presupuesto”.
Con esa autorización se compró a los Estados Unidos un sumergible tipo Holland, que recibió el nombre de Isaac Peral, y que fue la primera unidad española propulsada por motores Diesel.
Submarino Isaac Peral (1888). Acuarela G. Aledo
Posteriormente se adquieren en Italia tres unidades tipo Laurenti, numeradas A-1 “Narciso Monturiol”, A-2 “Cosme Garcia” y A-3 que no tuvo nombre. Las dotaciones de estos tres sumergibles consiguieron en La Specia la aptitud de submarinistas. En Holanda se adquirió el “Kanguro”, buque de salvamento y taller de reparaciones.
Clase A Laurenti, 1917-1934. Acuarela G. Aledo
La construcción de submarinos en España
Aunque las primeras unidades se adquirieron fuera del país, fue en el año 1916 cuando se empiezan a construir en la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN) de Cartagena (la actual factoría de Navantia), una serie de seis submarinos del tipo 105-F Holland.
Flotillla de submarinos clase b. Fuente ABC.
La serie, numerada de B-1 a B-6, se acabó en 1926 y fueron los primeros sumergibles españoles en contar con equipos hidrofónicos.
Clase B, 1922-1937. Acuarela G. Aledo
La Base de Submarinos y la Escuela de Submarinistas
También fue necesario dotar de infraestructura y de personal especializado a estas nuevas máquinas. Se crea entonces una Escuela para la instrucción y el adiestramiento de las futuras dotaciones de los submarinos (Real Decreto 27 de febrero de 1918), y el 19 de abril de 1918 se publica una Real Orden por la que se fija la dotación de la base en El Arsenal de Cartagena.
Todos los servicios, así como el cuartel y los alojamientos de marinería se instalaron en el antiguo edificio del Tinglado para Maestranza y Sala de gálibos del Arsenal, sólido inmueble que se había terminado de construir en 1755. Como lugares de atraque se acondicionaron los antiguos diques labrados en el muelle Norte de la dársena del Arsenal, obra proyectada por Jorge Juan, y que fueron construidos entre 1753 y 1760.
Una antigua imagen de la base de submarinos. Funete.
Una antigua imagen de la base de submarinos. Fuente.
Las clases C y D
En 1922 se ordena la construcción de seis nuevos sumergibles de mayor tonelaje a la SECN, la Serie C. Ninguno tuvo nombre, a excepción del C-1, que al darse de baja el antiguo denominado Isaac Peral, recibió este nombre.
Clase C, 1928-1949. Acuarela G. Aledo
En 1932 comienza en Cartagena la construcción de la nueva serie D de sumergibles, el último de los cuales, el D-3, se acabaría en 1952.
Clase D modificado, 1947-1970. Acuarela G. Aledo
En 1937 Italia cede al general Franco dos submarinos de 1000 Tm. Se les llamaron “General Mola” y “General Sanjurjo”, y se les puso las numerales C-3 y C-5, para que pasasen por los dos perdidos por la República en la guerra y supuestamente recuperados por el bando Nacional.
Clase D, 1947-1970. Acuarela G. Aledo
Los S
En 1942 entra en Cartagena el submarino alemán U-573, averiado por una bomba de aviación. Internado, fue adquirido por España al año siguiente y numerado G-7, aunque, posteriormente, se denominó S-01.
Después de la II Guerra Mundial, la EN Bazán, con apoyo de ingenieros alemanes, construyó dos modelos de submarinos de asalto o de “bolsillo”: los Foca, SA-41 y SA-42 y los Tiburón, SA-51 y SA-52.
Foca, 1954-1967. Acuarela G. Aledo
Firmados en 1953 los acuerdos con los Estados Unidos, éstos ceden, en 1959, un submarino de la II Guerra Mundial modernizado, que inicialmente tuvo la numeral S-1, cambiada posteriormente por S-31 y nombrado “Almirante García de los Reyes”. Dotado de snorkel para poder recargar las baterías con los motores diésel en inmersión, fue el primer submarino, que no sumergible, de la Armada Española.
Balao, 1959-1982. Acuarela G. Aledo
A comienzo de los años sesenta se modernizan dos de los viejos D, el D-2 y el D-3, posteriormente numerados S-21 y S-22. El D-1, que no se modificó, pasó a ser el S-11.
Tiburón, 1963-1968. Acuarela G. Aledo
En 1968 se empiezan a construir en Cartagena los submarinos de tipo Daphné francés. Serían el “Delfín” S-61, el “Tonina” S-62, el “Marsopa” S-63 y el “Narval” S-64. Estas unidades supusieron un gran avance en la capacidad de la Flotilla de Submarinos, especialmente como cazasubmarinos.
A partir de 1971 la Marina de los Estados Unidos va a vender, por un precio simbólico, cuatro unidades del Tipo Guppy-2ª, modernización de los últimos submarinos construidos de la clase “Balao”. Tenían capacidad oceánica, con buenos equipos de detección y de control de ruidos. De 1971 a 1974 se incorporaron el “Isaac Peral” S-32, el “Narciso Monturiol” S-33, el “Cosme García” S-34 y el S-35 (sin nombre). Por una importante avería en los motores, se da de baja el S-33 en 1977.
Guppy-IIA, 1971-1984. Acuarela G. Aledo
En la década de los ochenta se empiezan a entregar los submarinos de la serie 70 basada en el Agosta francés, modelo con mayor autonomía, habitabilidad y velocidad que la serie 60. Así, en 1983 se entregan el “Galerna” S-71 y el “Siroco” S-72; en 1985 el “Mistral” S-73 y, en 1986, el “Tramontana” S-74. En este período se dan de baja todos los de la serie 30.
Daphne Delfín S-61, 1973-2003. Acuarela G. Aledo. Hoy es un Barco-museo en Torrevieja
A comienzos del siglo XXI se dan de baja los cuatro submarinos de la Serie 60 y en 2012 al “Siroco” S-72.
Clase Agosta S-71, 1983. Acuarela G. Aledo
Al cumplirse el Centenario del Arma Submarina, la Flotilla de Submarinos con tres unidades solamente, espera que se incorporen los de la serie 80, actualmente en construcción, buques de avanzada tecnología y con propulsión anaeróbica, es decir, independiente del aire, que les permitirán operar con una bajísima tasa de indiscreción.
Una imagen de la Base en la actualidad
Titulo Original:Centenario de la creación del arma submarina española
Autor: Por el Dr. Juan José Sánchez Baena, Director de la Cátedra de Historia Naval y C.N. Pedro Fondevila Silva, Magister en Historia y Patrimonio Naval.
Fuente: Blog Cátedra de Historia Naval
Agradecemos a La Cátedra de Historia Naval
(Armada Española - Universidad de Murcia)
por compartir este excelente material.
http://www.elsnorkel.com/2015/02/100-anos-de-historia-de-la-fuerza-de.html
El próximo 17 de febrero de este año 2015 se celebra el centenario de la creación del arma submarina en España. Previamente Isaac Peral había realizado con éxito las primeras pruebas que se hicieron en el mundo para lanzar un torpedo desde un sumergible. Sin embargo, inexplicablemente, se abandonó el nuevo invento. Otros países, que estaban muy atentos a este nuevo tipo de arma, si comenzaron a desarrollarla.
27 años después del submarino de Peral, un ministro español apostó por incorporar a la Armada unidades submarinas, que tuvieron que ser adquiridas fuera del país, aprobando por ley un plan de actuación en 1915.
Fue durante el año 1916 cuando se empezaron a construir en España los primeros submarinos, en la que hoy es Navantia, eligiendo como base Cartagena. Dos años después se decide crear la Base y la Escuela de Submarinos, para dotar de infraestructuras y personal especializado al arma submarina, en dependencias del Arsenal de Cartagena.
La ley Miranda
El 17 de febrero de 1915, Alfonso XIII firmaba la conocida como “Ley Miranda”, cuyo artículo primero dictaba:
“Con el fin de dotar a la Nación en breve plazo de los elementos de defensa marítima absolutamente indispensables para el mantenimiento de su autonomía y de la integridad de su territorio, se procederá por el Gobierno a contratar la ejecución de las obras siguientes,…28 sumergibles de los tipos y características que fijará el Ministerio de Marina, teniendo en cuenta los servicios a que se destine cada una de las unidades o grupos, incluyendo el material necesario para salvamentos, reparaciones y aprovisionamientos…”.
Augusto Miranda. Fuente Museo Naval de Madrid
Este ambicioso proyecto pudo haber peligrado en su totalidad, pero, afortunadamente, el Almirante Miranda introdujo un artículo adicional en la disposición:
“Se autoriza al Ministro de Marina para adquirir por gestión directa con cargo a los créditos concedidos por esta ley, hasta cuatro sumergibles y el material necesario para las enseñanzas y prácticas del personal que ha de dotarlos y un buque especial de salvamento. Se le autoriza asimismo para organizar el servicio en los submarinos con oficiales del Cuerpo General de la Armada, y para reorganizar el Cuerpo de Maquinistas y los de Contramaestres, Condestables y demás subalternos, ajustando sus servicios y sus plantillas a las necesidades del nuevo material, dentro de los créditos consignados para personal en el actual presupuesto”.
Con esa autorización se compró a los Estados Unidos un sumergible tipo Holland, que recibió el nombre de Isaac Peral, y que fue la primera unidad española propulsada por motores Diesel.
Submarino Isaac Peral (1888). Acuarela G. Aledo
Posteriormente se adquieren en Italia tres unidades tipo Laurenti, numeradas A-1 “Narciso Monturiol”, A-2 “Cosme Garcia” y A-3 que no tuvo nombre. Las dotaciones de estos tres sumergibles consiguieron en La Specia la aptitud de submarinistas. En Holanda se adquirió el “Kanguro”, buque de salvamento y taller de reparaciones.
Clase A Laurenti, 1917-1934. Acuarela G. Aledo
La construcción de submarinos en España
Aunque las primeras unidades se adquirieron fuera del país, fue en el año 1916 cuando se empiezan a construir en la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN) de Cartagena (la actual factoría de Navantia), una serie de seis submarinos del tipo 105-F Holland.
Flotillla de submarinos clase b. Fuente ABC.
La serie, numerada de B-1 a B-6, se acabó en 1926 y fueron los primeros sumergibles españoles en contar con equipos hidrofónicos.
Clase B, 1922-1937. Acuarela G. Aledo
La Base de Submarinos y la Escuela de Submarinistas
También fue necesario dotar de infraestructura y de personal especializado a estas nuevas máquinas. Se crea entonces una Escuela para la instrucción y el adiestramiento de las futuras dotaciones de los submarinos (Real Decreto 27 de febrero de 1918), y el 19 de abril de 1918 se publica una Real Orden por la que se fija la dotación de la base en El Arsenal de Cartagena.
Todos los servicios, así como el cuartel y los alojamientos de marinería se instalaron en el antiguo edificio del Tinglado para Maestranza y Sala de gálibos del Arsenal, sólido inmueble que se había terminado de construir en 1755. Como lugares de atraque se acondicionaron los antiguos diques labrados en el muelle Norte de la dársena del Arsenal, obra proyectada por Jorge Juan, y que fueron construidos entre 1753 y 1760.
Una antigua imagen de la base de submarinos. Funete.
Una antigua imagen de la base de submarinos. Fuente.
Las clases C y D
En 1922 se ordena la construcción de seis nuevos sumergibles de mayor tonelaje a la SECN, la Serie C. Ninguno tuvo nombre, a excepción del C-1, que al darse de baja el antiguo denominado Isaac Peral, recibió este nombre.
Clase C, 1928-1949. Acuarela G. Aledo
En 1932 comienza en Cartagena la construcción de la nueva serie D de sumergibles, el último de los cuales, el D-3, se acabaría en 1952.
Clase D modificado, 1947-1970. Acuarela G. Aledo
En 1937 Italia cede al general Franco dos submarinos de 1000 Tm. Se les llamaron “General Mola” y “General Sanjurjo”, y se les puso las numerales C-3 y C-5, para que pasasen por los dos perdidos por la República en la guerra y supuestamente recuperados por el bando Nacional.
Clase D, 1947-1970. Acuarela G. Aledo
Los S
En 1942 entra en Cartagena el submarino alemán U-573, averiado por una bomba de aviación. Internado, fue adquirido por España al año siguiente y numerado G-7, aunque, posteriormente, se denominó S-01.
Después de la II Guerra Mundial, la EN Bazán, con apoyo de ingenieros alemanes, construyó dos modelos de submarinos de asalto o de “bolsillo”: los Foca, SA-41 y SA-42 y los Tiburón, SA-51 y SA-52.
Foca, 1954-1967. Acuarela G. Aledo
Firmados en 1953 los acuerdos con los Estados Unidos, éstos ceden, en 1959, un submarino de la II Guerra Mundial modernizado, que inicialmente tuvo la numeral S-1, cambiada posteriormente por S-31 y nombrado “Almirante García de los Reyes”. Dotado de snorkel para poder recargar las baterías con los motores diésel en inmersión, fue el primer submarino, que no sumergible, de la Armada Española.
Balao, 1959-1982. Acuarela G. Aledo
A comienzo de los años sesenta se modernizan dos de los viejos D, el D-2 y el D-3, posteriormente numerados S-21 y S-22. El D-1, que no se modificó, pasó a ser el S-11.
Tiburón, 1963-1968. Acuarela G. Aledo
En 1968 se empiezan a construir en Cartagena los submarinos de tipo Daphné francés. Serían el “Delfín” S-61, el “Tonina” S-62, el “Marsopa” S-63 y el “Narval” S-64. Estas unidades supusieron un gran avance en la capacidad de la Flotilla de Submarinos, especialmente como cazasubmarinos.
A partir de 1971 la Marina de los Estados Unidos va a vender, por un precio simbólico, cuatro unidades del Tipo Guppy-2ª, modernización de los últimos submarinos construidos de la clase “Balao”. Tenían capacidad oceánica, con buenos equipos de detección y de control de ruidos. De 1971 a 1974 se incorporaron el “Isaac Peral” S-32, el “Narciso Monturiol” S-33, el “Cosme García” S-34 y el S-35 (sin nombre). Por una importante avería en los motores, se da de baja el S-33 en 1977.
Guppy-IIA, 1971-1984. Acuarela G. Aledo
En la década de los ochenta se empiezan a entregar los submarinos de la serie 70 basada en el Agosta francés, modelo con mayor autonomía, habitabilidad y velocidad que la serie 60. Así, en 1983 se entregan el “Galerna” S-71 y el “Siroco” S-72; en 1985 el “Mistral” S-73 y, en 1986, el “Tramontana” S-74. En este período se dan de baja todos los de la serie 30.
Daphne Delfín S-61, 1973-2003. Acuarela G. Aledo. Hoy es un Barco-museo en Torrevieja
A comienzos del siglo XXI se dan de baja los cuatro submarinos de la Serie 60 y en 2012 al “Siroco” S-72.
Clase Agosta S-71, 1983. Acuarela G. Aledo
Al cumplirse el Centenario del Arma Submarina, la Flotilla de Submarinos con tres unidades solamente, espera que se incorporen los de la serie 80, actualmente en construcción, buques de avanzada tecnología y con propulsión anaeróbica, es decir, independiente del aire, que les permitirán operar con una bajísima tasa de indiscreción.
Una imagen de la Base en la actualidad
Titulo Original:Centenario de la creación del arma submarina española
Autor: Por el Dr. Juan José Sánchez Baena, Director de la Cátedra de Historia Naval y C.N. Pedro Fondevila Silva, Magister en Historia y Patrimonio Naval.
Fuente: Blog Cátedra de Historia Naval
Agradecemos a La Cátedra de Historia Naval
(Armada Española - Universidad de Murcia)
por compartir este excelente material.
http://www.elsnorkel.com/2015/02/100-anos-de-historia-de-la-fuerza-de.html