Este fragmento está tomado del site de HISTARMAR.COM.AR
Aunque la junta de investigación aceptó que había sido un error juzgar a partir de la identificación errónea de las palancas del sistema de presión del ARA Santa Fe, también encontró que se cometió un error de juicio adicional al no incluir específicamente en la declaración del guardia de la marina real encargado de la custodia de Artuso, que había expresado que iba a dispararle a Artuso en la cabeza.
En este sentido, la conclusión de la Junta de que la creencia del guardia de la marina real británica que hizo los disparos fatales fue fundada en un error honesto y justificable, y su conclusión de que este guardia creía honesta y razonablemente que:
1. tuvo que evitar que Artuso hundiera el submarino y
2. que dispararle era la única manera de salvaguardar todos a bordo, es cuestionable.
La afirmación del guardia británico encargado de la custodia de Artuso, respecto de que iba a dispararle al suboficial argentino en la cabeza antes de provocar su muerte, debería haber advertido al oficial naval británico (Coward) de la posibilidad de un error debido a su falta de familiaridad con el funcionamiento de los controles del submarino Santa Fe, y al obvio estado nervioso del guardia, cuya conducta en la sala de control inferior denotó un alto estado de ansiedad y estrés de combate.
Significativamente, el guardia de la marina real involucrado en el asesinato de Félix Artuso ya había expresado su intención de recurrir a la fuerza máxima contra él, lo que sugiere que éste soldado británico ya había formado el elemento "mens rea" de un delito penal (elemento mental penal). Podría decirse entonces que el asesinato del Suboficial Primero Artuso por este soldado británico que utiliza un poder de fuego abrumador, en un espacio cerrado, a quemarropa, dirigida a un prisionero argentino de guerra desarmado a bordo del ARA Santa Fe, quien en ese momento estaba actuando de conformidad con sus órdenes, equivale a una ejecución judicial.
Es un procedimiento normal realizar una junta de investigación en este tipo de incidentes pero ésta junta también puede actuar como una investigación preliminar, la cual debería haber impulsado a las autoridades militares británicas a evaluar el asunto en un foro militar más formal, fuera del teatro operaciones, en donde los hechos podrían haber sido probados legalmente con rigor forense, en lugar de llegar a conclusiones apresuradas en circunstancias en las que las mentes militares de los británicos estaban más centradas en la progresión de la guerra que en pronunciarse objetivamente sobre las circunstancias que rodearon la muerte de un prisionero argentino de guerra, desarmado, que se suponía estaba bajo la protección de las fuerzas británicas en el momento de su muerte.