“El diablo de Rabaul”
Un A6M3 Zero 22s se apresta a despegar desde Rabaul, No es un piloto cualquiera, es Hirokoshi Nishisawa en su IU 105, uno de los mayores ases japoneses de la segunda guerra mundial y muchos dicen, con acierto, que fue de entre ellos el mejor piloto, dejo en las palabras de su amigo Saburo Sakai quien lo conoció mejor que nadie, como era éste maravilloso piloto que fue apodado el “demonio de Rabaul”.
…“De solo verlo uno se inclinaba a sentir pena por él, no parecía un as, con 1,85 mts. de altura pesaba solo 70 kilos, lucía un semblante pálido la mayor parte del tiempo y a pesar de la adoración que sentían por él sus pilotos rara vez correspondía las ofertas de sincera amistad. Se aislaba en sí mismo bajo una fría y poco amistosa reserva, casi imposible de franquear.
Era solitario, a veces pasaba días enteros sin hablar con sus compañeros con los que volaba y combatía, luciendo como un marginado cuando en realidad era objeto de verdadera veneración.
Era enteramente “un piloto”, vivía y respiraba solo para volar, y volaba por dos razones: La dicha de sentirse dueño de aquel extraño y maravilloso mundo que es el cielo … y para luchar.
Una vez que levantaba vuelo, éste hombre apático e indescifrable sufría una increíble transformación: Su reserva, su silencio y su menosprecio hacia sus compañeros se desvanecía completamente, como la oscuridad desaparece antes del amanecer, Para todos aquellos que volaron con él se convirtió en “el Diablo”. Era un genio en el aire cuyas maniobras no se podían anticipar, un poeta que hacía que su caza respondiera obedientemente a su toque suave y seguro de los controles. Jamás he visto a un hombre en un caza ejecutar lo que Nishisawa hacía con su Cero, sus acrobacias eran al mismo tiempo asombrosas y brillantes, totalmente impredecibles e imposibles, que dejaban con el corazón acelerado a quien las presenciaba. Era un ave; o más aún, ya que podía volar de una forma que las aves no conseguirían imitar.
Su visión era inusual, donde nosotros nada veíamos Nishisawa con una percepción casi sobrenatural aviones enemigos invisibles para los demás. Jamás en su carrera como piloto fue tomado por sorpresa por el enemigo y no desmerecía su apodo, Gozaba de un don tan excepcional que hacía que todos nosotros, incluyendo a mí mismo, envidiáramos su genio en el aire”...
Hacia el final de la guerra, participo del primer ataque kamikaze del conflicto como escolta, y mientras los aviones atacaban sus objetivos, tuvo una premonición nefasta, La visión de que pronto moriría para lo cual se ofreció de voluntario para la siguiente misión de voluntario, que obviamente fue denegada, nadie podía darse el gusto de perder tan brillante piloto.
El no fue, pero si su Zero, en el ataque suicida de la escuadrilla Yamato el día siguiente, el Zero de Nishizawa, pilotado por Tomisaku Katsumata, se lanzó contra el portaaviones Suwanee. El caza se estrelló contra los aparatos que se encontraban en la cubierta de vuelo del portaaviones, provocando un gran incendio que tardó varias horas en controlarse, causando graves daños al buque y 143 muertos o desaparecidos entre su tripulación.
Esa mañana fue enviado a buscar más aparatos tras perderse varios en un ataque enemigo y junto con otros pilotos abordó un Nakajima Ki-49 Donryu para volar a Clark Field, nunca llegó. Fue un misterio que había ocurrido con el Donryu hasta 1982 cuando se descubrió que dos hellcats del USS Wasp lo habían derribado cayendo en llamas sobre la punta Norte de la Isla Mindoro. Al momento de su muerte, Nishisawa solo tenía 24 años.
Aviation art & military art Pablo Albornoz Argentina
"Los hijos del sol naciente".