Partes del fuselaje serán trasladadas por vía marítima antes de marzo:
Desarmarán avión brasileño para retirarlo de la Antártica
domingo, 07 de agosto de 2016
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ROLANDO MARTÍNEZ VERGARA
Nacional
El Mercurio
El Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de ese país resultó siniestrado al tocar la pista en noviembre de 2014.
El hielo cubre parte del fuselaje del avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Brasil. No tiene motores ni hélices. Sus piezas principales fueron retiradas y su gran estructura está posada en el estacionamiento del aeródromo Teniente Marsh, en la base antártica Presidente Frei Montalva, isla Rey Jorge, a 5.200 kilómetros al sur de Santiago.
Anclajes de fierro fijos en el suelo sostienen la estructura para que las alas de la aeronave se mantengan alineadas. Así soportan los fuertes vientos que soplan en el continente blanco.
Hace dos años, el avión se accidentó cuando aterrizaba en la base antártica chilena, con 49 personas a bordo. Estas viajaban en el marco del Programa Antártico de Brasil y resultaron ilesas.
Se intentó repararlo para ver si podía volar nuevamente, pero ello fracasó. El próximo verano las autoridades brasileñas proyectan sacarlo por la vía marítima. Para esto será necesario desmantelarlo y luego trasladar las partes del fuselaje desde el aeródromo hasta la playa de bahía Fildes, a poco más de un kilómetro, para ser embarcadas en un buque de la Armada de Brasil que apoya el programa antártico en el período estival.
El comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Brasil, teniente general Nivaldo Luis Rossato, en su paso por Punta Arenas, en marzo pasado, señaló que "nuestro plan es cortarlo y sacarlo por la vía marítima. Eso será en el próximo verano. Hay que hacer un planeamiento muy acotado", afirmó en esa ocasión.
El comandante en jefe de la IV Brigada Aérea de la FACh en Magallanes, general Manuel Sáinz, ratificó que Brasil realiza los estudios y pretende lograr la tarea con el apoyo de barcos. "Existe el Protocolo de Madrid, que obliga a realizar ese trabajo por el medio ambiente en la Antártica. Esperamos que entre octubre y marzo ese avión desaparezca de la zona". Sáinz recordó que los brasileños retiraron motores y lubricantes de la aeronave, para evitar contaminación.
Durante el accidente, en noviembre de 2014, la pista de tierra, de 1.292 metros de largo y 39 metros de ancho, tenía nieve y la aeronave perdió su tren principal al tocar suelo. Producto del impacto, también se dañó la hélice exterior del ala derecha.