Los gavieros de la “Libertad”
02/08/2017. Veinticuatro guardiamarinas en comisión se suman como gavieros y viven la experiencia de mirar desde lo más alto cada puerto extranjero que visita el buque escuela.
En navegación – Desde el inicio del XLVI Viaje de Instrucción hasta el puerto de Holanda, los guardiamarinas en comisión realizaron el curso de adiestramiento para cubrir el rol de gaviero en los Palos Trinquete, Mayor y Mesana de la fragata ARA “Libertad”, con el objetivo de rendir honores en todos los puertos y, en días de navegación, tienen la función de arranchar y aferrar las velas cuando se lo requieran.
Su preparación consiste en clases teóricas y prácticas. “Se trata de un adiestramiento de treinta días aproximadamente, en la cual el gaviero toma conocimiento teórico de las maniobras y se los adiestra de forma técnica en tres etapas para subir a los palos: primero suben a la base de la cofa, llegan hasta la cruceta y empiezan a desplegarse en las vergas hasta que llegan a lo más alto del palo”, explicó el Jefe de Cubierta de la fragata, Capitán de Corbeta Gabriel Cáceres.
Previo a iniciar el curso, es requisito aprobar un estudio de altura el cual determina si la persona está apta para subir a los palos.
A la hora de subir a los palos hay normas de seguridad que deben cumplirse para el cuidado de la persona: “No se puede subir con nada suelto, deben usar como calzado zapatillas y la ropa debe estar lo más ajustada posible, acompañado de un arnés o cinto de seguridad. Además, cuando está lloviendo o hay viento mayor a 30 nudos no se permite subir; prima ante todo la seguridad de ellos”, agregó el Capitán Cáceres.
En cuanto al rendimiento de los guardiamarinas en comisión como gavieros, el Capitán Cáceres manifestó que se adaptaron rápido, sumándose así a los cabos que son quienes cumplen ese rol durante toda la navegación.
LOS PROTAGONISTAS
En diálogo con Gaceta Marinera, la Guardiamarina en Comisión Eugenia Ruíz –ubicada en el Palo Trinquete– contó su experiencia al ingresar a su primer puerto como gaviera: “Fue en el puerto de Wilhelmshaven y había viento y frío. Al ser la primera vez me generó un poco de miedo, pero siempre estuve segura y firme en mi puesto”.
Además, manifestó que al estar en la proa del buque disfruta de la llegada de todas las personas que arriban al muelle visitado: “Es re lindo ver las caras emocionadas de todos los que nos reciben; además nos aplauden y nos sacan fotos, es hermoso”.
Por su parte, también comparte su experiencia la Guardiamarina en Comisión Micaela Medrano quien destacó que ser gaviera es una sensación de libertad en las alturas: “Estuve practicando mucho para estar en el Palo Mayor, me gustó muchísimo y realmente esperé este momento. Nunca tuve miedo, siempre fui una persona segura”.
Para la joven, ser gaviera dentro de su formación como futura oficial es muy importante porque es algo característico y propio de la fragata: “En otra unidad no lo voy a hacer, entonces le voy a sacar el máximo provecho al buque. A nivel personal, estoy muy satisfecha de formar parte del equipo”.
A partir de Holanda, estuvo en el Palo Mesana el Guardiamarina en Comisión Walter Sánchez: “En principio subí como un reemplazo y después quedé fijo. El primer día
que ingresé como gaviero al puerto estuvo buenísimo, tuve muy poco miedo porque habíamos practicado varias veces y eso te da seguridad”.
URUGUAY PRESENTE EN EL PALO MAYOR
El Guardiamarina Giordano Renzo de la Armada de Uruguay tiene la oportunidad desde Hamburgo de formar parte del equipo de gavieros. Al principio, como les pasa a la mayoría de los jóvenes, vivió el vértigo: “Después de la primera práctica ya está, uno lo domina, pero al principio tenía un poco de temor. Es importante saber que para ocupar estos puestos hay que tener seguridad y respeto a la altura”.
“Como experiencia es una perspectiva totalmente distinta porque uno no ingresa a puerto formado en cubierta. Sin embargo, como gaviero ves la ciudad, ves más allá del horizonte, disfrutas de la altura”, expresó el Guardiamarina Giordano.
También explicó que ser gaviero era una meta que se había propuesto a partir de conocer todas las actividades que había visto a bordo de la “Libertad”: “Lógicamente no es de un día para otro porque lleva un proceso de treinta días; de a poco voy cumpliendo mis metas y la de gaviero ya la puedo tachar”.
Créditos: Gaceta Marinera Digital