Todavía recuerdo mi viaje a Chipre en el 2001 en uno de los 707.
Asientos bastante incómodos por la separación de los mismos, en un viaje de unos 20.000/22.000kms.
Recuerdo que a poco de aterrizar en Brasil (creo que fue en Recife porque San Pablo estaba en mantenimiento) se le afloja una de las chapas del soporte del motor interior del lado derecho (no sé el nombre específico).
Avisaron a uno de los auxiliares, que llamó al Cte, vino, miró y dijo que no era nada cuando aterrizáramos en Cabo Verde lo iban a reparar.
Aterrizamos, bajamos, fuimos al hall a la espera de la carga de combustible y la reparación de esta pieza. Volvimos a embarcar, despegó y seguimos viaje sin más contratiempos.
Hasta que unas 2 o 3 hs de vuelo la chapa volvió a aflojarse; se movía mucho, así que llamaron de nuevo a uno de los auxiliares. Todo con la misma novedad hasta que la chapita se soltó.
Varios de los que volaban nunca se habían subido a un avión, ni siquiera a la montaña rusa del Italpark, así que empezaron a ponerse nerviosos.
Lo gracioso hubiera terminado ahí, si no fuera porque el capellán que iba con nosotros se paró, intentando calmar a los mas nerviosos, regalándoles rosarios a todos
.
Al final como dijo el Cte, no era nada. Seguimos con el vuelo normal, aterrizamos en el aeropuerto de Larnaka y, al traspasar la puerta nos golpeó la onda de calor de esa islita. De estar con una temperatura de unos 20/24° en la nave, salimos a unos 37° que hacía a eso de las 7 de la mañana.
En el mismo vuelo iba el encargado del componente de la IMARA, Subof My Groso. Y le hacía honor al apellido, medía más de 1,90mts.
Un capo el tipo.
En una de las idas al baño lo veo sentado en el fondo del avión, donde estaban los asientos de la tripulación, y le pregunté que hacía ahí, me dice "mirá nene, tengo las rodillas hechas mierd@ de esos asientos, no entro. Tengo que estar con las gambas estiradas para el pasillo y no pasa nadie. Encima en el único lugar donde podría sentarme cómodo es en donde están las salidas de emergencia. Pero todas están ocupadas, y la única libre está ese pendej0 de mierd@ desparramado. Si fuera de la fuerza (se refería a su fuerza) lo levanto a sopapos en la nuca!!!. Así que le pedí a los de la FAA si me podía sentar acá, y me dijeron que sí" dicho esto con la sonrisa de un nene de 5 años que le dieron la razón.
El pendej0 a que hacía referencia era un subteniente del ejército de Paraguay, que se había tirado en los 3 asientos de una de las salidas de emergencia, y dormía a pata suelta.
Tanto que durmió casi el 90% del vuelo, solo reaccionó cuando tuvimos que bajar en las escalas y en Larnaka.
En fin, un recuerdo de mi vuelo en un 707.