Confesiones del espía: El error de los agentes chilenos que captaron a Ariza
Ariza les dijo que había sido descubierto por un capitán FAP y los chilenos le respondieron que le ofreciera dinero. Ese fue el dato que generó su debacle
Por Alfredo Alí (Unidad de investigación)
Un error imperdonable cometido por uno de los operadores chilenos que habían captado al técnico inspector FAP Víctor Ariza Mendoza permitió que los servicios de contrainteligencia de esa institución acumularan mayor información contra el topo peruano, lo que a la postre permitiría descubrir parte de la red de espionaje contra el Perú.
Así ha quedado corroborado por las propias declaraciones textuales de Ariza, a las que El Comercio ha tenido acceso en exclusiva, y por algunos de sus correos electrónicos encontrados en sus computadoras.
Ariza, según su propia confesión, fue calificado de sospechoso de brindar información secreta a Chile en el 2007, por lo que el Departamento de Contrainteligencia de la FAP designó a dos comandantes y a un capitán para que lo siguieran y acumularan pruebas contra él. El capitán, al que se le puso el seudónimo de “Damián”, fue quien más progresó en su trabajo y hasta se reunió con Ariza para “transar” utilizando como cubierta una supuesta necesidad económica.
El Comercio conoce la identidad de este oficial (y de los dos comandantes), pero prefiere no revelarla, no obstante que varios medios de información lo han hecho sindicándolo, de manera errónea, como la persona que extorsionaba al espía.
METIDA DE PATA
En su manifestación policial, Ariza dejó en claro, sin quererlo tal vez, el tremendo desliz de su contacto sureño quien, lejos de aleccionarlo para que cortara allí toda relación con el capitán que lo había descubierto y desapareciera cualquier evidencia (computadora, CPU, laptop, vouchers, USB, etc.) que los comprometiera a ambos (a Ariza y a él), le aconsejó que captara al capitán como informante.
Ariza describió así el encuentro con el capitán FAP: “Recibí la llamada del capitán [] para citarme a un parque cuyo nombre no recuerdo (la Pera del Amor), pero que se ubica en la avenida Del Ejército, lugar donde acudí llegando a los pocos minutos. El capitán me llevó al malecón para conversar. Allí me dice que una señora ha escuchado que una esposa de un suboficial de la FAP me había presentado una denuncia en la Dirección de Inteligencia porque yo tenía documentación clasificada que ella había visto cuando ingresó a mi casa. El oficial sacó una hoja del Reniec con la fotografía y los datos de la señora y me la entregó, pero no la reconocí. Allí me dijo [el capitán] que el Departamento de Contrainteligencia me había abierto una investigación, y que este hecho lo conocían el general Angulo, el subdirector, el jefe de Contrainteligencia y él. Me dijo que se habían reunido en varias oportunidades para estudiar la información y que él sabía que yo había viajado al extranjero y tenía otros ingresos que provenían del intercambio de información que yo estaba realizando. Yo traté de justificarme, pero me dijo que no le importaba, que también él deseaba participar en esto y quería darme información para venderla [] Yo le manifesté que podíamos reunirnos al día siguiente para darle la respuesta, retirándome del lugar”.
LA RESPUESTA
Ariza se dirigió a su casa de la urbanización Palao, donde tenía su computadora, y le escribió un mensaje desesperado a su operador chileno, el supuesto sargento Daniel Márquez Torrealba. Le contó que había sido detectado por un capitán de contrainteligencia, pero que este le había sugerido trabajar juntos en vista de que manejaba documentos clasificados sobre la FAP. A cambio, le pedía dinero.
Ariza narró de la siguiente manera este episodio y el fatal consejo que le dio su enlace chileno: “Al día siguiente abrí mi correo y Daniel Márquez me manifestaba que, en las condiciones en las que yo estaba, era un riesgo trabajar con el capitán, que no podíamos trabajar juntos porque eso constituía un riesgo mayor. En todo caso, me dijo que me tranquilizara, pues, de acuerdo con su actuar, el capitán evidenciaba que quería dinero y que, si era así, pues que se lo diera”.
Márquez había caído en el juego, pues pensó que el interés del capitán FAP era meramente económico. Grave error del agente de inteligencia chileno. Lo que pretendía “Damián” era infiltrarse en la organización a la que pertenecía Ariza, y a partir de allí corroborar las sospechas de que el suboficial vendía información clasificada. Y, de hecho, lo consiguió.
Un día después “Damián” volvió a reunirse con el topo peruano en el mismo apacible parque.
SEGUNDO ENCUENTRO
Sobre este segundo encuentro clave, Ariza contó textualmente: “Al día siguiente nos volvimos a reunir con el capitán en el mismo parque, pero en horas de la tarde. Allí me reiteró lo de la investigación de contrainteligencia y que necesitaba una respuesta rápida porque él tenía problemas económicos y requería dinero. Yo le contesté que no se preocupara y que, de mi parte, contara con mil soles. Se los entregué [] Ese año [2007], hasta donde recuerdo, le di dinero en tres oportunidades. La primera fue de mil soles y las otras fueron entre 400 y 500 soles, algunos bajo el pretexto de préstamo. En el 2008 el capitán viajó al extranjero, pero el 2009 me fue a pedir dinero que nunca me devolvió. Yo tampoco se lo cobré, puesto que él conocía de mis actividades ilícitas…”.
Los interrogadores de Ariza estaban sorprendidos por la actitud del operador chileno. Uno de ellos le preguntó: ¿Si usted ya había sido identificado por la FAP como la persona que daba información, por qué Márquez Torrealba [el enlace chileno] lo mantenía como informante si la doctrina de inteligencia indica que, al ser detectada la fuente, ya se prescinde de ella?
La respuesta de Ariza fue: “Él [Márquez] me indicó que el oficial de la FAP lo que quería era dinero y que se lo proporcionara cuando me lo pidiese, toda vez que el hecho de trabajar en el Departamento de Contrainteligencia iba a permitir proteger mi actividad [de espía]”.
FALTA UNA EXPLICACIÓN
Todo lo narrado por Ariza ocurrió en el 2007, por eso hasta ahora todos los peruanos nos preguntamos: ¿Si esto se sabía desde ese año, por qué las altas autoridades de la FAP no le echaron el guante a Ariza en ese momento?
El Comercio ha podido conocer que a fines de ese año el agente operativo “Damián” y los dos comandantes que estaban designados para seguirle los pasos al espía fueron enviados por sus superiores para tomar cursos de capacitación, dos en el extranjero y uno en la Escuela Superior de Guerra Aérea de la FAP, por lo que el seguimiento al suboficial peruano sufrió en ese momento un grave tropiezo.
El seguimiento fue retomado en el 2009, cuando el agente “Damián” retornó a su puesto. En este caso, sin embargo, aún hay hechos que se mantienen en el misterio.
SEPA MÁS
El espía se quiere inmolar solo
“Deslindo participación alguna de mi familia, a quien siempre he mantenido al margen de mis asuntos laborales y de este tipo de actividades [de espionaje]”.
“Igualmente, deslindo toda responsabilidad de mis compañeros de labores de la Dirección de Inteligencia de la FAP”.
“Quiero dejar establecido mi arrepentimiento de todo esto que he realizado con pleno conocimiento y responsabilidad”.
“Ofrezco mi participación en todo lo que sea necesario y que esté a mi alcance para revertir estos hechos”.
Otras propiedades
La investigación realizada por el agente “Damián” lo llevó a concluir que Ariza tendría inmuebles a nombre de terceras personas, en Surco y Puente Piedra, así como tres puestos de negocios.
El detonante
La Dirección de Inteligencia de la FAP decidió denunciar finalmente a Ariza, ante la fiscalía, tras obtener los movimientos bancarios gracias al levantamiento autorizado por un vocal superior ad hoc que conoció el caso.
1,69
metros de estatura mide aproximadamente Daniel Márquez, el chileno que captó a Ariza, según reveló este último a los policías que lo interrogaron. Además, dijo, es de contextura gruesa, de unos 55 años, pelo lacio, ojos pardos y tez clara.
Sigue el misterio
Hasta el momento no se ha podido establecer quién delató a Víctor Ariza. Inicialmente se dijo que fue un suboficial que se negó a ser captado. Luego que fue su mujer y, por último, se afirmó que fue una vecina.
CASERITO DE AZÁNGARO
Ariza utilizó identidad falsa para retirar dinero 2 veces
Los primeros envíos de dinero que Víctor Ariza Mendoza recibió desde Chile en el 2004, como pago por la información que le enviaba a Daniel Márquez Torrealba, fueron a nombre de una persona que no existía. Tenía un DNI falso.
Ariza cuenta así este pasaje: “Mi familia era totalmente ajena a esto. En un principio me giraron [los chilenos] dinero a un nombre ficticio que yo inventé, para lo cual me agencié de un DNI falso, pero no recuerdo el nombre que allí figuraba. Con esa identidad retiré dinero en dos oportunidades, pero lo dejé de hacer porque en una oportunidad casi me detectan en Western Union”.
SIETE DIRECCIONES
Contó que mayormente se comunicaba con sus operadores chilenos a través de siete direcciones de correos electrónicos, que iba cambiando periódicamente y de acuerdo con las circunstancias.
“Con ellos [los chilenos] mayormente me comunicaba por correo electrónico, pero en dos oportunidades lo hice con Daniel Márquez por teléfono celular cuyo número no recuerdo. La información clasificada la enviaba a través de 7 correos electrónicos que los iba cambiando frecuentemente. Recuerdo que a inicios del 2008 me identifiqué como Óscar Díaz Novoa y la cuenta era
[email protected]. No recuerdo los correos de ellos, pero sí los tengo registrados en los míos”, indicó.
Los investigadores que buscaron en cada rincón de las casas donde el espía vivía o concurría encontraron en una de ellas una tarjeta de presentación de la empresa FAS Computer S.A.C. en la que aparece una anotación a mano en que se lee: “Víctor Vergara Rojas, 4101898317, Santiago de Chile”.
La explicación que dio Ariza al respecto fue la siguiente: “La tarjeta de presentación que fue encontrada en mi vivienda y que está manuscrita al reverso fue escrita por mi persona y contiene la identidad del sujeto [Víctor Vergara] que me presentó Daniel Márquez [en Montevideo], a quien en el presente año le remití, por correo electrónico, la información por la cual se me pregunta [el plan Quiñones], y me parece que el número que aparece en esa tarjeta es el cobro de un envío que me hizo”.
CLAVES
Varias diligencias en curso
1 Sobre este caso del espía, el juez penal de turno permanente Luis Alberto Garzón Castillo ordenó una serie de diligencias.
2 Solicitó que se reciban las testimoniales de los suboficiales Víctor Buendía Gutiérrez y Omar Flores Arrazabal.
3 También de las parejas extramatrimoniales de Ariza, Luz Tarrillo Gutiérrez y Dora Ruiz Paredes.
4 El juez ordenó, además, abrir instrucción a los chilenos Daniel Márquez Torrealba y Víctor Vergara Rojas, previa verificación de sus identidades.
FUENTE: Diario El Comercio de Lima (
ver nota aquí)
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