A 50 años del UH-1H: el emblemático helicóptero del Ejército que es repotenciado en el país
La versátil aeronave es elogiada por sus capacidades y prestaciones tanto en operaciones militares como en apoyos a la comunidad. Desde los talleres donde lo repotencian, el personal militar se refirió a los detalles de esta transformación y a su importancia en el ámbito castrense.
Por Patricia Fernández Mainardi
10 de Octubre de 2020
Desde aviones a helicópteros, todas las aeronaves del Ejército Argentino pasan por las manos del personal del Batallón de Abastecimiento y Mantenimiento de Aeronaves 601. Foto: Fernando Calzada.
“En la Antártida, en el monte, en la montaña o en el fuego, donde esté, el UH-1H vuela. Fue desarrollado para la guerra, pero es práctico para trabajar, fácil de mantener y muy resistente”, dice el suboficial mayor Alejandro Varela, encargado del taller donde se lleva adelante la reconversión del helicóptero UH-1H a Huey II, en las instalaciones que tiene el Batallón de Abastecimiento y Mantenimiento de Aeronaves 601 (dependiente de Aviación de Ejército) en Campo de Mayo.
Los testimonios del personal militar que trabaja en este elemento del Ejército Argentino coinciden con Varela.
Incluso, uno de los mecánicos compara al UH-1H con una Harley Davidson en un encuentro de motos. La mística de esta aeronave se remonta a su llegada al país, 50 años atrás. En aquella época, la Fuerza buscaba reactivar su aviación para recuperar capacidades. Por entonces, los helicópteros se convertían en los reyes de las batallas.
Hoy, los Bell UH-1H son reconvertidos en las instalaciones del batallón.
Los modernos talleres fueron instalados a partir del año 2004 con el asesoramiento de la firma norteamericana que los fabrica. Allí, los mecánicos de aviación se encargan de hacerles los cambios necesarios para transformarlos en los conocidos Huey II. ¿Qué mejoras se les hacen? Básicamente, la instalación de un motor de mayor potencia, el refuerzo de la estructura, cambios en las palas y, también, en la transmisión. Toda la reconversión se lleva adelante en Campo de Mayo, con personal del Ejército y kits enviados por la empresa.
UN HANGAR MUY PARTICULAR
A diferencia de otras unidades, en el Batallón de Abastecimiento y Mantenimiento de Aeronaves 601, uno se cruza con verdaderos apasionados por la mecánica. Trabajan con profesionalismo y seguridad en lo que hacen. Incluso, muchos de ellos se han capacitado en cada una de las líneas de aeronaves que posee la Fuerza.
“Nuestra misión principal es realizar el abastecimiento y mantenimiento de las aeronaves. Tenemos siete líneas de helicópteros y cinco de aviones”, detalla el teniente coronel Luis Fernando Guillot, jefe del Batallón. El oficial, piloto de helicóptero, revela los esfuerzos del personal por hacer funcionar, de forma eficiente y segura, cada una de las piezas. Además, explica que una de las cuestiones fundamentales para hacerlo es administrar, de la mejor manera posible, los recursos humanos y materiales disponibles.
“Lleva mucho tiempo preparar a la gente de esta unidad. No solo realizan cursos acá, sino que también lo hacen en el exterior. Los suboficiales deben manejar al menos dos idiomas. Y deben estar en capacidad, por ejemplo, de bajar la transmisión de un helicóptero, desarmarla, overholearla y ponerla en funcionamiento. Luego, certifican con su firma que está en servicio. Es una responsabilidad importante. De hecho, cada línea tiene un inspector a cargo y, en niveles inferiores, hay supervisores”, resume.
No solo se trata de trabajar en la aeronave, sino de asegurar que el elemento cuente con las herramientas y los repuestos necesarios, así como también con los manuales actualizados por los fabricantes. “Son un montón de aspectos que hacen que uno pueda ponerla en marcha para operar. Todo se realiza con el presupuesto del Ejército y con una planificación de dos años. En la actualidad, por ejemplo, estamos previendo los medios necesarios para volar en 2022. Es complejo, porque contamos con más de 40 helicópteros y 12 aviones en servicio a lo largo y ancho del país”, explica el piloto, quien también comenta que trabajar en medio de la pandemia supuso un esfuerzo mayor por parte del personal. No solo a la hora de extremar cuidados, sino también de mantener el nivel de trabajo de manera tal que la aviación de la Fuerza continúe prestando apoyo en todo el país.
A Guillot, lo acompaña su segundo jefe, el mayor Daniel Acuña, quien no solo es piloto de helicópteros, sino también ingeniero aeronáutico. Como si fuera poco, es el responsable técnico del taller, el que habilita y retorna al servicio una aeronave después de una inspección. “Tengo la mayor responsabilidad legal. Pero, en el medio, cada mecánico firma la parte del trabajo que realiza”, aclara, y comenta que una de las cualidades de la aviación de Ejército es el cariño hacia la organización, la cual aprovecha el perfil de cada persona:
“Hay un oficial de Estado Mayor como jefe, un equipo de profesionales conformado por ingenieros y personal calificado. Al aporte que hace cada uno, se suma el cariño por las máquinas y por volarlas”.
Todos destacan el trabajo en equipo y el valor del recurso humano de la Aviación de Ejército. El estado de las aeronaves habla por sí solo. El sentido de pertenencia del personal destinado en el batallón lleva a que, si es necesario, deban movilizarse a cualquier punto del país, ya sea para reparar una aeronave o cumplir con otra misión.
DE UH-1H A HUEY II
La aeronave insignia de la Fuerza, presente en todo el país, es el Bell UH-1H, reconvertido en Huey II. Estos helicópteros llegan al batallón, donde se los desarma por completo para que puedan volver al aire.
Incluso, por su capacidad, esta flota es la que colabora, por ejemplo, con helibaldes para extinguir el fuego que amenaza a las diferentes localidades nacionales. Los expertos del batallón coinciden en que este tipo de apoyo es muy exigente para las aeronaves, ya que la ceniza desgasta anormalmente las piezas. Por lo tanto, también supone una mayor recarga de mantenimiento.
El Batallón es el responsable de la reconversión del UH-1H. Allí, les instalan un motor de mayor potencia, refuerzan la estructura y realizan cambios en las palas y en la transmisión. Foto: Fernando Calzada.
“El Bell UH-1H es difícil de explicar. Todos los que han volado, si tienen que elegir, optan por él. Es el helicóptero más noble que ha tenido la aviación de Ejército, la aeronave insignia. Sigue volando a un costo de mantenimiento aceptable, en relación con otras líneas. Tenemos los mecánicos calificados y los talleres habilitados. Eso nos da autonomía y nos permite seguir generando horas de vuelo”, detalla Guillot, quien explica también que, de tener que hacer los trabajos en el exterior, deberían invertir mayor tiempo y dinero. Para el oficial, la importancia de todo el proceso de conversión radica en que les ha permitido tener aeronaves en servicio por 10 o 20 años más. “El UH nos ha dado un fenomenal resultado. Gran parte de sus horas de vuelo se emplearon, tanto en misiones operativas como en la formación de pilotos”, comenta. El suboficial mayor Sebastián Jaime, a cargo del mantenimiento de todos los helicópteros de alas rotativas del Ejército, dice: “Mi favorito es el UH-1H. Es el caballo de batalla, de hecho, está probado en combate. Si yo tengo que ir a la guerra, elegiría hacerlo en uno de ellos”.
A pocos metros, en los talleres habilitados por Bell, se realiza el mantenimiento específico y se los transforma en Huey II.
El personal cambia el cono de cola, la transmisión y el motor con el objetivo de mejorar la performance del helicóptero, ya que permite que este tenga mayor capacidad de carga, potencia y prestaciones.
Todo el proceso concluye con un vuelo de prueba. En esta etapa, el piloto a cargo lo pone en marcha y, con una lista de control, chequea los sistemas. Es una parte más del sistema de calidad, avalado por el manual del fabricante, donde figuran las maniobras que se deben hacer. De hecho, detallan, se lo exige un poco más. Finalmente, se realiza un vuelo de recepción en el que participa el piloto que lo utiliza.
Es probable que la industria no logre repetir el diseño que caracteriza al UH-1H. Y, si bien, los años son testigos de su éxito, hoy la tecnología impone nuevos desafíos. Es por ello que, más allá del proceso de reconversion y de los avances concretados, el Ejército Argentino está dando los primeros pasos para reemplazar la punta de lanza de su capacidad de aeromóvilidad. Seguramente, será otro el corcel de batalla que prestará sus servicios por otro medio siglo y con la misma distinción que este venerable helicóptero.
La versátil aeronave es elogiada por sus capacidades y prestaciones tanto en operaciones militares como en apoyos a la comunidad. Desde los talleres donde lo repotencian, el personal militar se refirió a los detalles de esta transformación y a su importancia en el ámbito castrense.
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