El 23 de diciembre de 1969, a las 6.30 horas, se impulsó exitosamente el cohete sonda Canopus II con el mono Juan como tripulante en un vuelo suborbital (no entró en órbita) de ocho minutos de duración, hasta una altura de unos 90 km, rozando el límite de la atmósfera terrestre con el espacio exterior.
Fue lanzado desde el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados de Chamical, en La Rioja. Luego del viaje, el mono caí misionero vivió durante más de dos años en el zoológico de la ciudad de Córdoba.
La experiencia fue llevada adelante por un equipo de ingenieros, biólogos y médicos argentinos, con tecnologías desarrolladas en el país, en el marco de un proyecto bautizado Experiencia BIO, encabezada por el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial y la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales.
El proyecto BIO, a cargo del ingeniero aeronáutico Aldo Zeoli, considerado uno de los padres de la astronáutica argentina, planteaba como objetivo principal la experimentación de seres vivos en lanzamientos de cohetes y, comprobar si se podía llegar al espacio, hecho que fue comprobado con total éxito.
El ratón Belisario también formó parte del proyecto BIO al ser el animal de su tipo que se adaptó más rápidamente al uso del arnés y del chaleco para salir de la órbita de la Tierra. El lanzamiento se realizó con el cohete Yarará y tuvo como objetivo registrar sus datos de respiración y ritmo cardíaco como así también las temperaturas internas y externas a la que fue sometido.