Una fuerza terrestre a la altura de los desafíos actuales
25/02/2021
Por el General de Ejército José Luiz Freitas
La dinámica de las relaciones internacionales y las interacciones sociales, en este primer cuartil del siglo XXI, es un gran desafío. Los cambios acelerados, que abarcan todos los aspectos de la vida humana y de las sociedades, también inciden en el fenómeno de la guerra, requiriendo de todas las naciones un gran esfuerzo para mantener su condición militar lista y en condiciones de ser empleada, garantizando la defensa de sus intereses y su soberanía.
La inmediatez que caracteriza a la modernidad ha cambiado la velocidad de las respuestas que se requieren de las instituciones. No hay más tiempo para largas deliberaciones y largos procesos de toma de decisiones. Los planes deben estar preparados para que la acción, ante una nueva demanda, sea inmediata.
Esta es también la realidad de la institución militar. Como resultado, el Ejército de Brasil ha buscado mejorar su capacidad de respuesta oportuna, siempre con un enfoque en el cumplimiento de su misión constitucional y de acuerdo con su concepto operativo, que es actuar en el amplio espectro de conflictos.
Tal capacidad, plasmada en un estado permanente de disponibilidad operativa, ya es una realidad en toda la Fuerza Terrestre, como lo demuestran sucesivas operaciones en las que el Ejército Brasileño ha actuado con oportunidad y efectividad, especialmente en operaciones de Garantía de Ley y Orden (GLO) - algunas de los cuales con uso significativo de la fuerza -, en operaciones fronterizas en el marco de la Ley Complementaria 97 y en apoyo a la Defensa Civil o agencias gubernamentales. Este nivel de operatividad es fundamental y debe ser mantenido por toda la Fuerza Terrestre.
Sin embargo, la situación actual y la que se avecina para el futuro cercano exigen el mejoramiento constante de la capacidad de respuesta pronta de la Fuerza para misiones más complejas, características del entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo que caracteriza el momento histórico actual. Para ello, la Fuerza Terrestre deberá mantener una parte de sus activos en estado permanente de disponibilidad, capaz de cumplir con las diversas misiones que se le puedan imponer al país, de acuerdo con la legislación vigente y con los lineamientos del Ministerio de Defensa y Comandante del Ejército, además de los lineamientos y planes estratégicos del Estado Mayor del Ejército y del Comando de Operaciones Terrestres.
Esta Fuerza debería poder actuar en los múltiples dominios del campo de batalla moderno, simultánea o sucesivamente, en operaciones ofensivas, defensivas y de cooperación y coordinación con agencias, en situaciones bélicas y no bélicas, con un grado considerable de autonomía. En este contexto, la composición de fuerzas debe ser flexible y modular, en estructuras elásticas adaptables a los cambios del entorno.
Atento a esta necesidad, el Ejército Brasileño incluyó en su Plan Estratégico 2020/23 el Objetivo Estratégico del Ejército (OEE) 5 - Modernización del Sistema Operativo Militar, que, en su Acción Estratégica 5.1.3 - Implementar el Sistema de Disponibilidad Operacional de Fuerzas, prevé la ejecución de acciones para incrementar las capacidades de apoyo a las agencias gubernamentales, pronta respuesta estratégica y superioridad en el afrontamiento.
Así, el Comando de Operaciones Terrestres (COTER) estructuró el Sistema de Preparación (SISPRON), que comprenderá las Fuerzas de Preparación (FORPRON). Estas Fuerzas también pueden comprender una Fuerza Expedicionaria y una Fuerza de Operaciones de Paz, esta última destinada a cumplir con el compromiso brasileño bajo el Sistema de Preparación de Capacidades para Operaciones de Paz (UNPCRS) de la Organización de las Naciones Unidas, en apoyo de la política exterior del país.
Como consecuencia, COTER promovió acciones en cuatro áreas: revisión doctrinal, definición de capacidades y fuerzas necesarias, preparación y certificación de las fuerzas y apoyo a la preparación. Para ello, emitió ordenanzas y lineamientos para que, en 2020, se pudiera iniciar un proyecto piloto con las seis brigadas de la Fuerza de Empleo Estratégico del Ejército.
Además de las Brigadas de la Fuerza de Empleo Estratégico, también formarán parte de la FORPRON otras brigadas definidas por el Comando del Ejército y un número variable de unidades que integrarán los módulos especializados.
Dependiendo del análisis de escenarios y necesidades del Ejército, pueden existir cambios en las Fuerzas del SISPRON, como inclusiones, exclusiones o reemplazos de unidades grandes (GU) o módulos especializados. Estos, compuestos por tropas con apoyo y características y capacidades logísticas y especiales, también seguirán los conceptos de preparación operativa.
Esta conformación de Fuerzas de distinta índole (blindadas, mecanizadas, paracaidistas, ligeras, aeromóviles, selváticas y motorizadas), además de los diferentes módulos especializados, que suman capacidades de Inteligencia (Intlg), Aviación (Av), Sistema de Aeronaves Pilotadas Remotas (SARP), Guerra Cibernética (G Ciber), Guerra Electrónica (G Elt), Operaciones de Información (Op Info), Comunicación Social (ComSoc), Operaciones Psicológicas (Psycho Op) y Defensa Química Biológica, Radiológica y Nuclear (DQBRN), de apoyo de Fuego y Artillería Antiaérea (AAAe), Ingeniería y Mando y Control (C2) atiende, en excelentes condiciones, las necesidades previstas para operaciones en el amplio espectro de conflictos, en operaciones bélicas y no bélicas, tanto en defensa de la Patria y en eventuales acciones bajo la égida de organismos internacionales.
El Sistema de preparación operativa prevé el cumplimiento de tres fases de formación y preparación, de modo que el ciclo de preparación dura aproximadamente 12 meses. Cabe señalar que, de esta manera, se acortará el ciclo orgánico de formación de estas GU, dejando de ser trienal para pasar a ser anual.
En la primera fase, el personal militar seleccionado participará de las instrucciones del Entrenamiento Técnico y Táctico del Personal Profesional (CTTEP) y Períodos de Entrenamiento Básico (PAB) a nivel de pelotón (Pel) y subunidad (SU), según lo dispuesto por en el Programa de Instrucción Militar (PIM)/202.
Durante la segunda fase, la validación y certificación de los militares y su facción (pelotón, compañía, batallón y brigada) será realizada por los Comandos Militares de encuadre, con el apoyo de los Centros de Adiestramiento del Ejército, utilizando la Simulación ya vigente en la Fuerza Terrestre. El ejercicio de certificación debe considerar las posibilidades reales de empleo de la Fuerza, siempre considerando que “el empleo guía la preparación”. Los módulos especializados siempre participarán con la tropa, buscando la completa constitución de la Fuerza, a fin de garantizar la integración e interoperabilidad.
Al final de la fase de certificación, comienza la denominada fase de preparación. La tropa permanecerá lista para operar durante ocho meses, disponible para uso inmediato por parte del Comando del Ejército. Las fases se suceden sin interrupción, por lo que siempre hay una tropa lista para reemplazar a la que termina su período de disponibilidad operativa.
Mantener la preparación requiere acciones en el área de personal, logística y educación militar, a fin de garantizar el mantenimiento de las capacidades adquiridas. Así, corresponde al Órgano de Gestión Operativa (ODOp), en colaboración con los Órganos de Gestión Sectoriales (ODS), controlar la situación de los Puestos de Trabajo (QC), el Marco de Asignación de Materiales (QDM) y los niveles de oferta, además de la coordinación, con los Comandantes de Área Militar, de la ejecución de ejercicios de tropas, con el fin de mantener los niveles de entrenamiento adquiridos.
Los Proyectos Estratégicos de EB, en línea con PEEx y doctrina actual, son los encargados de obtener nuevos Sistemas de Material de Empleo Militar (SMEM), además de modernizar los existentes. En principio, las Fuerzas de Preparación deben recibir este equipamiento como una prioridad, siempre con un enfoque en generar las capacidades necesarias.
Así, a finales de este año ya se habrán certificado unos 10.000 hombres y, a finales de 2022, unos 14.000, es decir, una cifra compatible con la de una División del Ejército.
Así, la implementación efectiva del SISPRON proporcionará a la Fuerza Terrestre, a partir de 2023, las condiciones para emplear inmediatamente la fuerza de una Fuerza Terrestre Componente hasta el nivel de División del Ejército, o módulos especialmente compuestos, lo que significará un aumento efectivo de la fuerza en la operatividad de la Fuerza Terrestre, llevándola a un nivel aún más alto y consistente con la estatura político-estratégica de Brasil.
Sobre el autor: El General de Ejército José Luiz Freitas es el actual Comandante de Operaciones Terrestres. Egresó del Curso de Caballería de la Academia Militar de Agulhas Negras en 1979. Entre las funciones que desempeñó a lo largo de sus 45 años de carrera, se destacan las siguientes: Instructor en la Escuela de Perfeccionamiento de Oficiales; Jefe de Estado Mayor de la 15ª Brigada de Infantería Motorizada; Comandante de la Escuela de Material Militar; Oficial de la Oficina del Comandante del Ejército; Agregado Naval y de Ejército de la Embajada de Brasil en Ecuador; Comandante de la 5ª Brigada de Caballería Blindada; Jefe de Estado Mayor del Ejército en el Ejército; 3º Subjefe de Estado Mayor del Ejército y Jefe del Centro de Doctrina del Ejército; Subcomandante de Operaciones Terrestres; Comandante de la 5ª División del Ejército; y Comandante Militar de Occidente. Es doctor en Aplicaciones, Planificación y Estudios Militares y Especialista en Política, Estrategia y Alta Dirección Militar.
25/02/2021
Por el General de Ejército José Luiz Freitas
La dinámica de las relaciones internacionales y las interacciones sociales, en este primer cuartil del siglo XXI, es un gran desafío. Los cambios acelerados, que abarcan todos los aspectos de la vida humana y de las sociedades, también inciden en el fenómeno de la guerra, requiriendo de todas las naciones un gran esfuerzo para mantener su condición militar lista y en condiciones de ser empleada, garantizando la defensa de sus intereses y su soberanía.
La inmediatez que caracteriza a la modernidad ha cambiado la velocidad de las respuestas que se requieren de las instituciones. No hay más tiempo para largas deliberaciones y largos procesos de toma de decisiones. Los planes deben estar preparados para que la acción, ante una nueva demanda, sea inmediata.
Esta es también la realidad de la institución militar. Como resultado, el Ejército de Brasil ha buscado mejorar su capacidad de respuesta oportuna, siempre con un enfoque en el cumplimiento de su misión constitucional y de acuerdo con su concepto operativo, que es actuar en el amplio espectro de conflictos.
Tal capacidad, plasmada en un estado permanente de disponibilidad operativa, ya es una realidad en toda la Fuerza Terrestre, como lo demuestran sucesivas operaciones en las que el Ejército Brasileño ha actuado con oportunidad y efectividad, especialmente en operaciones de Garantía de Ley y Orden (GLO) - algunas de los cuales con uso significativo de la fuerza -, en operaciones fronterizas en el marco de la Ley Complementaria 97 y en apoyo a la Defensa Civil o agencias gubernamentales. Este nivel de operatividad es fundamental y debe ser mantenido por toda la Fuerza Terrestre.
Sin embargo, la situación actual y la que se avecina para el futuro cercano exigen el mejoramiento constante de la capacidad de respuesta pronta de la Fuerza para misiones más complejas, características del entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo que caracteriza el momento histórico actual. Para ello, la Fuerza Terrestre deberá mantener una parte de sus activos en estado permanente de disponibilidad, capaz de cumplir con las diversas misiones que se le puedan imponer al país, de acuerdo con la legislación vigente y con los lineamientos del Ministerio de Defensa y Comandante del Ejército, además de los lineamientos y planes estratégicos del Estado Mayor del Ejército y del Comando de Operaciones Terrestres.
Esta Fuerza debería poder actuar en los múltiples dominios del campo de batalla moderno, simultánea o sucesivamente, en operaciones ofensivas, defensivas y de cooperación y coordinación con agencias, en situaciones bélicas y no bélicas, con un grado considerable de autonomía. En este contexto, la composición de fuerzas debe ser flexible y modular, en estructuras elásticas adaptables a los cambios del entorno.
Atento a esta necesidad, el Ejército Brasileño incluyó en su Plan Estratégico 2020/23 el Objetivo Estratégico del Ejército (OEE) 5 - Modernización del Sistema Operativo Militar, que, en su Acción Estratégica 5.1.3 - Implementar el Sistema de Disponibilidad Operacional de Fuerzas, prevé la ejecución de acciones para incrementar las capacidades de apoyo a las agencias gubernamentales, pronta respuesta estratégica y superioridad en el afrontamiento.
Así, el Comando de Operaciones Terrestres (COTER) estructuró el Sistema de Preparación (SISPRON), que comprenderá las Fuerzas de Preparación (FORPRON). Estas Fuerzas también pueden comprender una Fuerza Expedicionaria y una Fuerza de Operaciones de Paz, esta última destinada a cumplir con el compromiso brasileño bajo el Sistema de Preparación de Capacidades para Operaciones de Paz (UNPCRS) de la Organización de las Naciones Unidas, en apoyo de la política exterior del país.
Como consecuencia, COTER promovió acciones en cuatro áreas: revisión doctrinal, definición de capacidades y fuerzas necesarias, preparación y certificación de las fuerzas y apoyo a la preparación. Para ello, emitió ordenanzas y lineamientos para que, en 2020, se pudiera iniciar un proyecto piloto con las seis brigadas de la Fuerza de Empleo Estratégico del Ejército.
Además de las Brigadas de la Fuerza de Empleo Estratégico, también formarán parte de la FORPRON otras brigadas definidas por el Comando del Ejército y un número variable de unidades que integrarán los módulos especializados.
Dependiendo del análisis de escenarios y necesidades del Ejército, pueden existir cambios en las Fuerzas del SISPRON, como inclusiones, exclusiones o reemplazos de unidades grandes (GU) o módulos especializados. Estos, compuestos por tropas con apoyo y características y capacidades logísticas y especiales, también seguirán los conceptos de preparación operativa.
Esta conformación de Fuerzas de distinta índole (blindadas, mecanizadas, paracaidistas, ligeras, aeromóviles, selváticas y motorizadas), además de los diferentes módulos especializados, que suman capacidades de Inteligencia (Intlg), Aviación (Av), Sistema de Aeronaves Pilotadas Remotas (SARP), Guerra Cibernética (G Ciber), Guerra Electrónica (G Elt), Operaciones de Información (Op Info), Comunicación Social (ComSoc), Operaciones Psicológicas (Psycho Op) y Defensa Química Biológica, Radiológica y Nuclear (DQBRN), de apoyo de Fuego y Artillería Antiaérea (AAAe), Ingeniería y Mando y Control (C2) atiende, en excelentes condiciones, las necesidades previstas para operaciones en el amplio espectro de conflictos, en operaciones bélicas y no bélicas, tanto en defensa de la Patria y en eventuales acciones bajo la égida de organismos internacionales.
El Sistema de preparación operativa prevé el cumplimiento de tres fases de formación y preparación, de modo que el ciclo de preparación dura aproximadamente 12 meses. Cabe señalar que, de esta manera, se acortará el ciclo orgánico de formación de estas GU, dejando de ser trienal para pasar a ser anual.
En la primera fase, el personal militar seleccionado participará de las instrucciones del Entrenamiento Técnico y Táctico del Personal Profesional (CTTEP) y Períodos de Entrenamiento Básico (PAB) a nivel de pelotón (Pel) y subunidad (SU), según lo dispuesto por en el Programa de Instrucción Militar (PIM)/202.
Durante la segunda fase, la validación y certificación de los militares y su facción (pelotón, compañía, batallón y brigada) será realizada por los Comandos Militares de encuadre, con el apoyo de los Centros de Adiestramiento del Ejército, utilizando la Simulación ya vigente en la Fuerza Terrestre. El ejercicio de certificación debe considerar las posibilidades reales de empleo de la Fuerza, siempre considerando que “el empleo guía la preparación”. Los módulos especializados siempre participarán con la tropa, buscando la completa constitución de la Fuerza, a fin de garantizar la integración e interoperabilidad.
Al final de la fase de certificación, comienza la denominada fase de preparación. La tropa permanecerá lista para operar durante ocho meses, disponible para uso inmediato por parte del Comando del Ejército. Las fases se suceden sin interrupción, por lo que siempre hay una tropa lista para reemplazar a la que termina su período de disponibilidad operativa.
Mantener la preparación requiere acciones en el área de personal, logística y educación militar, a fin de garantizar el mantenimiento de las capacidades adquiridas. Así, corresponde al Órgano de Gestión Operativa (ODOp), en colaboración con los Órganos de Gestión Sectoriales (ODS), controlar la situación de los Puestos de Trabajo (QC), el Marco de Asignación de Materiales (QDM) y los niveles de oferta, además de la coordinación, con los Comandantes de Área Militar, de la ejecución de ejercicios de tropas, con el fin de mantener los niveles de entrenamiento adquiridos.
Los Proyectos Estratégicos de EB, en línea con PEEx y doctrina actual, son los encargados de obtener nuevos Sistemas de Material de Empleo Militar (SMEM), además de modernizar los existentes. En principio, las Fuerzas de Preparación deben recibir este equipamiento como una prioridad, siempre con un enfoque en generar las capacidades necesarias.
Así, a finales de este año ya se habrán certificado unos 10.000 hombres y, a finales de 2022, unos 14.000, es decir, una cifra compatible con la de una División del Ejército.
Así, la implementación efectiva del SISPRON proporcionará a la Fuerza Terrestre, a partir de 2023, las condiciones para emplear inmediatamente la fuerza de una Fuerza Terrestre Componente hasta el nivel de División del Ejército, o módulos especialmente compuestos, lo que significará un aumento efectivo de la fuerza en la operatividad de la Fuerza Terrestre, llevándola a un nivel aún más alto y consistente con la estatura político-estratégica de Brasil.
Sobre el autor: El General de Ejército José Luiz Freitas es el actual Comandante de Operaciones Terrestres. Egresó del Curso de Caballería de la Academia Militar de Agulhas Negras en 1979. Entre las funciones que desempeñó a lo largo de sus 45 años de carrera, se destacan las siguientes: Instructor en la Escuela de Perfeccionamiento de Oficiales; Jefe de Estado Mayor de la 15ª Brigada de Infantería Motorizada; Comandante de la Escuela de Material Militar; Oficial de la Oficina del Comandante del Ejército; Agregado Naval y de Ejército de la Embajada de Brasil en Ecuador; Comandante de la 5ª Brigada de Caballería Blindada; Jefe de Estado Mayor del Ejército en el Ejército; 3º Subjefe de Estado Mayor del Ejército y Jefe del Centro de Doctrina del Ejército; Subcomandante de Operaciones Terrestres; Comandante de la 5ª División del Ejército; y Comandante Militar de Occidente. Es doctor en Aplicaciones, Planificación y Estudios Militares y Especialista en Política, Estrategia y Alta Dirección Militar.
Uma Força Terrestre à altura dos desafios atuais
Por General de Exército José Luiz Freitas A dinâmica das relações internacionais e das interações sociais, neste primeiro quartil do
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