Dentro del coro lastimero de los países ex-soviéticos destacaban ya en esa época por su pataleo, elitismo y nacionalismo cutre, Polonia y los bálticos.
Años después, ya liberados del yugo soviético, felices por su incorporacion al bloque de los grandes, buenos y exitosos amigos de USA, siguen exactamente igual que antes. Los polacos eran lo más nefasto. Un híbrido entre la virgen de Czestokowa y Walesa. Insoportables (y lo lamento por Stanislaw Lem, una de mis pasiones literarias)
Los bálticos y su racismo nacionalista son caso aparte.
Sé que es una pregunta retórica y fuera de tiesto. ¿No existe ningún lugar donde se les pueda enviar y que allí construyan su mundo paralelo, derrotando a soviéticos día tras días, como si de Sísifo se tratase?
Suerte, estoy convencido, que los USA, los jefes, piensan exactamente igual que yo. Y jugarán con malabares con ellos, haciéndoles danzar y corear al ritmo de New Orleans.