Cuanto tiempo les queda a los Deltas en la FAA, y cuanto tiempo les llevó a la FACH incorporar los F16.
Les doy una pista, tiempo para incorporar algo ya no tenemos.
Base de Datos SER en el 2000
Titulo: Chile quiere comprar cazas F-16 a EE.UU.
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Autor :
Fuente: La Prensa - Argentina
Fecha : 5/19/95Idioma: castellano
Clasificacion Tematica 1: Diferendos
Clasificacion Tematica 2: Producción de armamentos
Clasificacion Tematica 3: Chile
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El Pentágono quiere armar a los aliados regionales
Un vocero militar admitió que Santiago quiere comprar aparatos de seguda mano de ese modelo y que nuestro país se opuso enérgicamente. La última palabra no está dicha porque aunque el Departamento de Estado y Bill Clinton no quieren armar a los países latinoamericanos, el Pentágono y los fabricantes presionan para arrebatar este mercado a franceses y británicos
Chile quiere comprar cazas F-16 a EE.UU.
Se llama política sobre transferencia de armas convencionales y es el documento que rige todas y cada una de las exportaciones de tecnología bélica no nuclear norteamericanas. La casa Blanca lo adoptó en en febrero de 1995 y estipula claramente que "todas las ventas de armamentos deben ser coherentes con los intereses norteamericanos de estabilidad regional".
Sin embargo, es un secreto a voces que el Ministerio de Defensa y la administración demócrata -los funcionarios civiles del Departamento de estado (cancillería) y los asesores del presidente Clinton- tienen puntos de vista encontrados acerca del espinoso tema de la venta de armas a las democracias iberoamericanas.
Una fuente del Pentágono reveló qlue Chile desea adquirir cazas F-16 de segunda mano. Y agregó:"Esa operación es difícil de realizar porque incitaría a la Argentina, Brasil Colombia y Perú a efectuar pedidos sirnilares". Y concluyó:"Los dirigentes argentinos manifestaron su oposición a cualquier proyecto de venta de cazabombarderos F-16 a la República de Chile".
Discrepancias.
En Estados Unidos las aguas están divididas. De un lado se encolumnan los que quieren mantener la actual política respectiva de ventas de armas a los países latinoamericanos: la Agencia para el Control de las Armas y el Desarme y el Departamento de estado. En la vereda de enfrente, se alinean los que quieren por una razón u otra, que Estados Unidos venda armas sofisticadas a las democracias de Centroamérica y el Cono Sur.
En esta postura sobresale el Pentágono (Ministerio de Defensa) que instó a entregar armas por dos razones: 1-para fortalecer la posición militar de los aliados de Estados Unidos en la región; y 2- para mantener una poderosa industria norteamericana de armamentos. Y atrás de los militares norteamericanos se encuentran los poderosos fabricantes de armas, ávidos por recuperar los mercados perdidos a manos de sus competidores franceses y británicos.
El actual criterio señala que no debe ponerse en manos de los gobiernos latinoamericanos tecnología bélica de punta. Y el sustento político de esa forma de pensar fue establecido hace 15 aos cuando América era un mar de dictaduras militares o cuasi-militares con pequeñas islitas de democracia. Esa política llevó a las fábricas norteamericanas de armamentos a perder el 70 % del mercado latinoamericano.
"Actualmente sólo disponemos del 7 al 12 % del mercado latinoamericano de armamento",dijo Joel Johnson, presidente de la poderosa Asociación de Industrias Aeroespaciales norteamericanas. Y agregó: "El principal error de la actual doctrina consiste en que Estados Unidos no logró impedir que esos países se armen". Y explicó:"En realidad dejamos que los framnceses y británicos ocuparan el mercado".
La legislación vigente establecida a comienzos de la década de 1980, cuando la mayoría de los países latinoamericanos estaban gobernados por regímenes militares, excluye las ventas de ciertos tipos de armas ultramodernas, como las nuevas versiones de cazabombarderos F-16 y varios modelos de helicópteros de ataque.
Reagan y Venezuela.
En esa época, la política decidida por los Estados Unidos perseguía como objetivo evitar que esas dictaduras desataran carreras armamentistas, con mutuas amenazas. La única excepción fue la de Venezuela, país autorizado por Ronald Reagan a comprar los aviones F-16, ante el temor de una expansión del comunismo en el Caribe.
Los funcionarios civiles de la administración Clinton son favorables al mantenimiento de la actual política ya que "Estados Unidos intenta mantener la estabilidad regional, tanto del punto de vista político como militar", declaró un vocero en Washington. Y agregó:"una venta de F-16 a uno de se4sos países latinoamericanos amenazaría esa estabilidad".
Sin embargo William Perry, secretario de Defensa, al término de un viaje por Brasil y la Argentina en noviembre de 1994, se pronunció por reexaminar la política de la venta de armas. El Pentagono elaboró un informe al respecto que circula por distintas oficinas del gobierno demócrata y del Congreso.