El rompehielos ARA “Almirante Irízar” completó tareas oceanográficas y meteorológicas en el Pasaje Drake
martes, 10 de diciembre de 2024
Lanzó la primera de tres boyas perfiladoras para recolectar información de la Antártida.
En navegación - Personal especializado en oceanografía, meteorología, hidrografía y balizamiento de la Armada Argentina, a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar”, realizó el lanzamiento en el Pasaje de Drake de la primera de tres boyas perfiladoras, enviadas por el Woods Hole Oceanographics Institution, para el programa internacional ARGO.
Durante el cruce y previo a su lanzamiento, se llevó adelante la puesta a punto, activación y enlace satelital de la boya para confirmar su correcta emisión y funcionamiento. Una vez que el “Irízar” alcanzó el punto estratégico establecido para este primer posicionamiento, se procedió a su lanzamiento al mar.
El Suboficial Segundo Ramón Miño, encargado de la Central Meteorológica a bordo, explicó que “una vez lanzada, la boya se va sumergiendo hasta los 2.000 mts al tiempo que va recopilando y registrando datos como temperatura y salinidad del agua a distintas profundidades, que son remitidos por satélite. Luego de diez días, el artefacto emerge y permanece a la deriva sobre las corrientes oceánicas, brindando información periódica”.
El sistema integrado de observación de océanos cuenta con alrededor de 4.000 boyas diseminadas en los distintos mares del planeta, las cuales obtienen datos de vital importancia para inicializar modelos de previsión meteorológica y oceanográfica.
Durante esta campaña, además de la boya lanzada en el Pasaje Drake, se determinaron otros dos puntos estratégicos ubicados en el Mar de Weddell, al sudeste de las islas Orcadas, y en el mar de Bellingshausen, al oeste de la península antártica. A su vez, el equipo de trabajo realizará tareas de muestreo de fondos, batimetrías en bahías como López Bertodano o Esperanza y trabajos de balizamiento.
Una de las principales bondades ambientales de este tipo de boyas es que permanecen trabajando durante un período aproximado de 5 años, tras lo cual se biodegradan, siendo reemplazadas por otras.
Créditos: gaceta Marinera Digital