En los documentos de planes de contingencia evaluaban que si Argentina realizaba una operación militar a gran escala, no se la podría impedir porque el refuerzo militar implicaría escalar la crisis (además de los tiempos para llegar a Malvinas), y que había que prepararse para recuperarlas.
Con el escalamiento de la crisis en Georgias, y con el NP8901de relevo en Montevideo, no esperaron al Endurance sino que "solicitaron autorización" al BAS para utilizar al Biscoe. Cuando llegaron a Malvinas, el viejo NP8901 se quedó, con lo que "en silencio" duplicaron la dotación.
A través de los medios de comunicación se anunció el despliegue del submarino HMS Superb desde Gibraltar, y el HMS Exeter desde Belice, como maniobra de disuasión (lo que después resultó ser fake news). Si bien este despliegue se alegó desde Argentina haber constituido un acto de agresión, sumado a la anunciada intención de desalojo de los operarios en Leith.