Hipólito Bouchard: corsario de la libertad
sábado, 4 de enero de 2025
El marino, de origen francés, integró la primera escuadra patriota. Con su patente de corso y bajo la bandera argentina, circunnavegó el mundo, capturó naves enemigas y acechó puertos imperiales en defensa de los ideales independentistas.
Luego de las victorias políticas de la Revolución de Mayo de 1810, y su consecuente proceso independentista que culminó el 9 de julio de 1816, las Provincias Unidas del Río de la Plata decidieron aprovechar el escenario victorioso para consolidarlo.
En otras palabras, buscaban afianzar la independencia y construir un aparato político estatal que pudiera darles el rótulo de Estado-Nación, que tiene como uno de sus pilares fundamentales al poder naval.
En ese periodo no existía la Armada Argentina de forma institucional, por ello el poder naval residía en distintas expresiones, según la necesidad del momento. En este contexto es que aparecen los corsarios como medio para afianzar dicho poder.
Modelo de patente de corso firmada por Juan Martín de Pueyrredón y Matías de Irigoyen.
El sistema facilitaba el ataque a las rutas de comercio y comunicaciones del adversario, utilizando recursos escasos, algo particularmente beneficioso teniendo en cuenta que no se contaban con fuerzas navales establecidas. Puede decirse que, desde el punto de vista táctico, era una herramienta útil al servicio de la revolución. En este sentido, Hipólito Bouchard fue un símbolo de los corsarios.
Nacido en Francia en 1770, donde se formó como marino, arribó a Buenos Aires en 1809 y no tardó en adherirse a las ideas revolucionarias de 1810, manifestando su predisposición al gobierno revolucionario para colaborar aportando sus conocimientos navales.
En 1811, participó de la Batalla de San Nicolás en condición de Segundo Comandante de la Escuadra organizada por Azopardo. Si bien fue una derrota, allí se dio el bautismo de fuego de la Armada.
Dos años después formó parte de la Batalla de San Lorenzo, teniendo una participación destacada al capturar una bandera realista. El General José San Martín, que estaba al mando, afirmó: “Una bandera que pongo en manos de V.E. y que arrancó con la vida del abanderado el oficial don Hipólito Bouchard”.
En 1815, cuando las campañas corsarias empezaban a tomar más fuerza, estuvo en la corbeta “Halcón” bajo el mando de Guillermo Brown.
Sin embargo, el 1817 sería su año más recordado. Durante el primer aniversario de la proclamación de la Independencia, el 9 de julio de 1817, al mando de la fragata “La Argentina”, Bouchard emprendió una campaña corsaria hacía al Pacífico, que duró dos años. Su fin era atacar las posesiones españolas, debilitar su poder marítimo y propagar los ideales de la independencia. En esa campaña, con un Teatro de Guerra bien delimitado, aportó estratégica y tácticamente con la consolidación de la emancipación.
Fragata "La Argentina"- Acuarela de Emilio Biggeri.
Desde el punto de vista estratégico, un hecho importante fueron los acuerdos con el Rey de Hawái, Kamehameha I, con quien Bouchard se encontró el 17 de agosto de 1818, al arribar a la Bahía de Kealakekua.
Hawái era muy importante desde el punto de vista logístico y geopolítico referido al Pacífico, por eso era importante mantener una relación amistosa con ellos. En este sentido, según el manuscrito del uruguayo José María Píriz, Bouchard firmó un acuerdo con el Rey Kamehameha I y por primera vez en la Historia, un país independiente reconoció la independencia rioplatense. De esta manera, aseguraban recursos del Pacífico y la influencia dentro de una región clave para el comercio.
Itinerario seguido por la fragata "La Argentina" al mando de Hipólito Bouchard (1817-1819). Dibujo de N. Pereyra- Departamento de Estudios Históricos Navales.
Tácticamente, en noviembre de 1818, Bouchard atacó la Costa de California. Si bien era un territorio con una escasa defensa, estratégicamente era importante por su ubicación y los recursos naturales que ofrecía. Quizás, la incursión más importante del ataque corsario a California haya sido la toma de Monterrey. Junto a su tripulación, atacaron al Puerto de Monterrey que estaba bajo dominio español.
Fragata "La Argentina" y fragata "Santa Rosa" en la toma de Monterrey (1818). Óleo de Emilio Biggeri
Además de buscar el derribamiento del enemigo, Bouchard liberó esclavos e indígenas que estaban sometidos bajo el yugo colonial. Esta era una clara muestra de la ejecución de los principios de la libertad promovidos por el gobierno rioplatense, quienes desde un principio se opusieron a la esclavitud.
En su paso por las Islas Filipinas, que fueron de dominio español hasta fines del siglo XIX, se enfrentó a los piratas filipinos. Al erradicar esta amenaza, Bouchard aseguró las rutas comerciales de la región, además de afianzar su poder militar. Esto demostró que el comandante de “La Argentina” se adaptaba a cualquier escenario.
Derrota seguida por la fragata "La Argentina" en Indonesia y Filipinas- Dibujo de N. Pereyra- Departamento de Estudios Históricos Navales.
En abril de 1819, finalizaban las aventuras de Bouchard en Centroamérica. Ese mismo mes, decidió partir hacia Valparaíso, en donde fue apresado por el gobierno chileno, acusándolo de piratería, dado que no contaba con la patente corsaria debido a que había vencido el año anterior. Luego de cinco meses en prisión, se puso a disposición del General San Martín y transportó a sus granaderos en barcos hacía el Puerto del Callao.
En 1829 se retiró de la vida militar y fue a vivir sus últimos años en una hacienda de Nazca, Perú. El 4 de enero de 1837, a los 54 años murió a manos de un esclavo.
Sus restos mortales permanecieron perdidos hasta 1962, cuando fueron encontrados en una cripta en la iglesia de San Javier de Nasca de la ciudad peruana de Nazca. El 6 de julio de ese año su cuerpo fue exhumado y repatriado a Buenos Aires por una comisión formada por la Armada Argentina y la Armada del Perú.
Actualmente descansa en el cementerio de la Chacarita, en el panteón de la Armada Argentina.
Créditos: Gaceta Marinera Digital
A su muy ligero comentario , falto del respeto más básico que le es debido a un héroe de la Independencia, y desacertado,por cierto, le voy a agregar un extracto de la biografía de Don Hipólito Bouchard, ciudadano argentino luego de la Asamblea del Año XIII , Oficial del Regimiento de Granaderos a Caballo, Capitán de Navío de la Armada Argentina, y, por cierto, poseedor de una Patente de Corso otorgada por las autoridades argentinas.Un mercenario mas de todos los que vinieron por LA.
No peleaba por la libertad, sino por guita. De hecho lo asesinaron sus propios esclavos en una revuelta en su hacienda (y no por ser un buen tipo).
Pido disculpas si lo ofendí con mi comentario. Me baso en la bibliografía de Felipe Pigna, con la que estoy de acuerdo.A su muy ligero comentario , falto del respeto más básico que le es debido a un héroe de la Independencia, y desacertado,por cierto, le voy a agregar un extracto de la biografía de Don Hipólito Bouchard, ciudadano argentino luego de la Asamblea del Año XIII , Oficial del Regimiento de Granaderos a Caballo, Capitán de Navío de la Armada Argentina, y, por cierto, poseedor de una Patente de Corso otorgada por las autoridades argentinas.
Su irrespetuoso comentario tildándolo de mercenario, ofende a la Armada Argentina toda, y a mí, en lo particular, también, en mi condición de Oficial de la Reserva de la Armada Argentina.
Capitán de Navío Hipólito Bouchard
Nació el 15 de enero de 1780 en la localidad de Bormes-les-Mimosas, cercana a Saint Tropez (Francia). Hipólito Bouchard llegó a Buenos Aires en 1809, y al producirse la Revolución de Mayo, se inclinó por su causa.
El Gobierno patrio debió encarar el problema que representaba la falta de poder naval para hacer frente a la escuadra española que dominaba las aguas del Río de la Plata y es así que, a costa de grandes sacrificios, logró conformar una pequeña escuadrilla, integrada por tres naves, que fue puesta a las órdenes de Azopardo. El cargo de Segundo Comandante de esa fuerza fue asignado a Hipólito Bouchard y, el 2 de marzo de 1811 en San Nicolás de los Arroyos, tuvo su bautismo de fuego al enfrentar a la escuadrilla realista que mandaba el Capitán de Navío Jacinto de Romarate. A pesar del valor y coraje de los patriotas, éstos sufrieron una derrota a manos de los españoles.
Luego de la acción de San Nicolás, Bouchard tuvo una destacadísima actuación enfrentando a las naves españolas que bloqueaban Buenos Aires y, al mando de la sumaca "Santo Domingo", las combatió frente a la ciudad de Buenos Aires en dos encuentros que tuvieron lugar en julio y agosto de 1811.
El 3 de febrero de 1813, el Regimiento de Granaderos a Caballo al mando del Libertador tuvo su bautismo de fuego y Bouchard fue uno de los oficiales que tomó parte del combate.
En 1815, emprendió la campaña de corso con el Almirante Brown por las costas del Pacífico, con el fin de entorpecer el comercio marítimo español y reducir su poder naval en el Pacífico. En octubre de 1815 zarparon rumbo a las costas chilenas y apresaron fragatas españolas, luego bloquearon y atacaron el puerto de El Callao, que era la plaza más poderosa que España tenía en América. En aguas ecuatorianas atacaron fortificaciones cercanas a Guayaquil. Puede afirmarse que la campaña de corso de 1815/16 preparó el camino de la expedición libertadora realizada por el General San Martín.
El 9 de julio de 1817 --primer aniversario de la Declaración de la Independencia--, la fragata "La Argentina", al mando del Capitán Bouchard, zarpó de la ensenada de Barragán para cumplir un crucero de corso, que duraría 2 años.
Navegando por aguas del Atlántico Sur llegó al Océano Índico, recalando en la isla de Madagascar. Allí, mediante el empleo de la fuerza, Bouchard impidió el tráfico de esclavos que pretendían realizar tres buques ingleses y uno francés, concretando así los ideales contra la esclavitud surgidos en la Soberana Asamblea General Constituyente de 1813.
La lucha contra la esclavitud estaba prevista en las instrucciones que el Gobierno había impartido a Bouchard. Seguidamente navegaron hacia las islas Filipinas con el objeto de atacar el comercio que por esos mares efectuaban buques españoles. Soportaron los estragos del escorbuto, enfermedad que produjo muchas bajas entre los tripulantes, a tal punto que a veces no se contaba con el personal necesario para atender las tareas rutinarias de la navegación. En esa región rechazaron el ataque de cinco buques piratas malayos.
Luego navegaron hacia las islas Hawái, donde Bouchard halló a la corbeta argentina "Santa Rosa", cuya tripulación se había sublevado. Conjuntamente con la corbeta "Santa Rosa" atacaron posteriormente Monterrey, situado en la costa de México, y se apoderaron por unos días del fuerte, en el cual flameó el pabellón celeste y blanco. Una vez que abandonaron ese lugar se dirigieron a Nicaragua donde atacaron El Realejo, apoderándose de dos naves españolas y destruyeron otras dos.
Navegando a lo largo de las costas americanas en el Pacífico, arribaron a Valparaíso (Chile), el 12 de julio de 1819, dando por finalizado el viaje que les permitió dar la vuelta al mundo –fue la primera nave argentina que lo hizo--. A su arribo, fue sometido a un juicio bajo el cargo de piratería propiciado por Lord Cochrane, Jefe Naval de ese puerto.
Dos años duró el crucero de corso de la fragata "La Argentina" y durante su transcurso el Capitán Bouchard y su tripulación sostuvieron 13 acciones navales importantes, capturaron o destruyeron 26 buques y sometieron a registro cuatro barcos negreros, dos naves inglesas y una de los Estados Unidos.
Posteriormente, Bouchard tomó parte de la Expedición Libertadora de San Martín al Perú y cuando el Libertador creó la escuadra peruana dio a Bouchard el mando de la fragata "Puebla", que era el buque más importante de la nueva escuadra.
Retirado del servicio activo se radicó en Perú, fundando un gran ingenio azucarero. En ese establecimiento, llamado La Buena Suerte, murió asesinado por un peón el 4 de enero de 1837.
Dos buques de la Armada Argentina llevaron su nombre: rastreador (1936), destructor (1972) y, actualmente, el patrullero oceánico (2020).
Están aceptadas, desde luego.Pido disculpas si lo ofendí con mi comentario. Me baso en la bibliografía de Felipe Pigna, con la que estoy de acuerdo.
Perdón que meta una cuchara acá, no es con vos el tema.Me baso en la bibliografía de Felipe Pigna, con la que estoy de acuerdo.
Pigna o Pacho Odonnell son divulgadores de historia de la corriente nacionalista-revisionista-rosista- peronista , se puede estar de acuerdo o no pero se trata de una visión parcial y comercial de la historia que les ha traído eso si grandes beneficios económicos.Pido disculpas si lo ofendí con mi comentario. Me baso en la bibliografía de Felipe Pigna, con la que estoy de acuerdo.