Me cuesta escribir al ver los rostros de estos héroes y en especial el de uno de ellos, del cual no puedo dejar de sentir una profunda tristeza y culpa, porque su deceso se produjo por el fuego de la propia tropa el día 1 de mayo de 1982.
Ese día ingresó una aeronave Mirage en un corredor no autorizado, este avión venia averiado o falto de combustible después de combatir, e intentaba aterrizar en el aeródromo de Puerto Argentino, las antiaéreas abrieron fuego inmediatamente al verlo y se sumaron las ametralladoras de torre de los Panhard, yo estaba dentro de mi tanque, pude ver al avión con el visor pero no pude disparar porque me fue imposible mantenerlo en la mira, pero pude ver que más adelante se desplomo y escuche la alegría de los soldados la cual compartí a pesar de que el cabo conductor de mi Panhard estaba enojado porque no pude disparar.
Esa fue la primera y última vez que expresamos un sentimiento al ver caer un avión, porque cinco minutos después nos informan que se trataba de un Mirage y que venía haciendo un movimiento con sus alas para advertirnos de que era un avión amigo, pero nadie se percató de eso y yo como muchos otros aprendimos de esa triste y desgraciada manera el significado de ese movimiento.
No sé cómo explicar lo que sentí en ese momento, pero si sé porque estoy ahora escribiendo sobre algo que Uds. deben saber de memoria.
Después de muchos años supe el nombre del piloto, era el Mayor Gustavo Argentino García Cuerva.
Por eso alguna vez expresé la necesidad de que todos los ex combatientes tendríamos que contar nuestras vivencias, porque seguramente muchas de esas vivencias involucran a los verdaderos héroes, nuestros caídos en combate.
Contarles estos no me saca ningún peso de encima porque sé que no fue justo que este camarada después de combatir y jugarse por completo terminara cayendo a manos de la propia tropa, eso es algo que nunca debió suceder.
Sé que las acciones del Mayor García Cuervas son motivo de orgullo para todos y así lo siento lo siento yo también.
Algún día estaré frente a este héroe, estrecharé su mano y le pediré perdón, por ahora solo puedo sumarme al merecido homenaje que le hacen en este espacio y en esta nueva y excelente página del Sr. Santiago.
Gerardo.