Los invasores ocuparon la ciudad de Buenos Aires en 1806 y fueron vencidos 45 días después por un ejército proveniente de Montevideo comandado por Santiago de Liniers. En 1807 una segunda expedición tomó la plaza fuerte de Montevideo y permaneció en este enclave por varios meses. Un segundo intento de ocupación de la capital del Virreinato del Río de la Plata, en ese mismo año, fue exitosamente combatido por las fuerzas defensoras, que se componían no sólo de las tropas oficiales al servicio del rey, sino también de numerosas milicias urbanas, grupos de criollos a quienes se había armado y organizado militarmente.
La resistencia del pueblo y su participación activa en la defensa y la reconquista aumentó el poder y la popularidad de los líderes criollos e incrementó la influencia y el fervor de los grupos independentistas. Paralelamente, quedó en evidencia la incapacidad de la metrópoli de defender a sus colonias en el contexto de los conflictos internacionales de la época. Estos motivos convierten a las invasiones inglesas en uno de los catalizadores de la causa emancipadora en la Argentina y gran parte de Hispanoamérica.
Ante la inmovilidad de las autoridades virreinales, los vecinos de la ciudad, criollos y españoles por igual, comenzaron a armarse para defenderse por sus propias manos. Se organizaron varios grupos clandestinos que planeaban atacar el fuerte, residencia temporal de Beresford, con explosivos caseros
Tras la capitulación de Beresford y ante la posibilidad de una nueva invasión, Liniers emitió el 6 de setiembre de 1806 un documento instando al pueblo a organizarse en cuerpos separados según su origen. Este documento contenía una proclama acerca de la creación de diversos cuerpos urbanos y una segunda orden de convocatoria fue emitida el 9 de septiembre. La mayor parte de los hombres adultos se enlistó como miliciano de alguno de los diferentes cuerpos y regimientos que se organizaron. El Comandante General de Armas logró agrupar una fuerza popular a la que se le sumaban las tropas virreinales, de menor tamaño, formando un ejército de infantería, caballería y artilleros.
Infórmese usted mi amigo. Por otro lado no dije de llevar guerrillas a Malvinas, pero no es tan mala idea tampoco. Y si muchos hombres de carrera en el ejercito se fueron CORRIENDO del campo de batalla en el ¨82, no lo digo yo lo dicen muchos que estuvieron allá.