GIRA REGIONAL DE URIBE PARA EXPLICAR EL PACTO POR LAS INSTALACIONES MILITARES
Colombia ahora dice que EE.UU. usará siete bases
La inminente firma de un acuerdo militar que le permitirá a EE.UU. operar en al menos 7 bases militares colombianas desató una tormenta regional y forzó ayer al presidente Alvaro Uribe a emprender una gira por varias naciones latinoamericanas para explicar los alcances del polémico pacto, en medio de una andanada de críticas en su contra lideradas por los gobiernos de Hugo Chávez, en Venezuela, y del ecuatoriano Rafael Correa, a quienes Bogotá acusa de tener nexos con la guerrilla de las FARC.
Uribe llegó ayer a Lima en medio de la que su gobierno denominó una ofensiva diplomática "sin declaraciones", en la que planea "abordar los temas del terrorismo en Colombia, sus riesgos y los asuntos relativos a la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur)". Allí se entrevistó con su homólogo Alan García. Luego, viajó a La Paz y hoy se entrevistará con sus pares de Paraguay y de Chile. Mañana planea encontrarse con la mandataria argentina Cristina Kirchner en la Casa Rosada, a las 16.30.
La ofensiva diplomática se lleva a cabo a una semana de la Cumbre de la Unasur, el 10 de agosto en Quito, a la que no acudirá Uribe y que fue propuesta por los mandatarios de Brasil y Chile, Lula da Silva y Michelle Bachelet, como escenario para tratar el controvertido acuerdo.
Gobiernos como el de Brasil, España y Chile han expresado su recelo frente al pacto militar de la nación andina con el gobierno de Barack Obama. Ante el sigilo con que se ha tratado el pacto y la presión de los críticos de Uribe para que se haga claridad sobre lo acordado ayer, el ministro de defensa encargado, general Freddy Padilla aclaró que en medio de éste EE.UU. podría utilizar siete bases militares colombianas.
"Serían tres bases aéreas a las que tendrían acceso, dos bases militares de Ejército y dos bases navales", señaló Padilla a periodistas tras instalar en el caribeño balneario de Cartagena la conferencia de Seguridad de Suramérica. Hasta entonces, Uribe había dicho que tropas estadounidenses sólo podrían usar tres bases aéreas.
Las bases están localizadas a lo largo de la nación andina: Malambo, en la provincia de Atlántico (norte); Palanquero, en Cundinamarca (centro) y Apiay en Meta (centro); en tanto que las del Ejército son las de Tolemaida, en Cundinamarca, y la de Larandia, en Caquetá (sur); y las navales en Cartagena, Bolívar (norte), y Bahía Málaga, en Valle del Cauca (centro-oeste, sobre la costa Pacífica).
Desde Brasilia, el consejero de Seguridad Nacional de Barack Obama, Jim Jones, dijo ayer que su gobierno dará una "buena explicación" sobre la utilización de bases militares colombianas, tras una reunión con el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim. La semana pasada, el presidente Lula Da Silva expresó su disconformidad por la inminente suscripción del acuerdo militar. "A mí no me agrada una base estadounidense más en Colombia", afirmó el jueves. Lula y su colega chilena Michelle Bachelet habían propuesto públicamente la semana pasada que Uribe ofreciera esas explicaciones en el Consejo de Defensa Sudamericano en el marco de la Cumbre de la Unasur, pero Bogotá rechazó esa sugerencia.
El pasado 17 de julio, EE.UU. realizó el último vuelo antinarcóticos desde la base ecuatoriana de Manta, al suroeste de Ecuador, luego de una década de operar allí en un acuerdo que el presidente Correa decidió dar por terminado en 2008. Desde entonces, EE.UU. venía analizando en qué país operar y se decidió por Colombia, cuyo gobierno es considerado como su principal aliado en la región. En Manta, EE.UU. podía mantener un máximo de 450 uniformados y estacionar hasta ocho aviones para el rastreo de naves y submarinos del narcotráfico, los cuales cubrían un área de 6.400 km sobre el Pacífico, desde Perú hasta Centroamérica. Datos sobre el pacto con Colombia para operar en sus bases no se han hecho públicos aún.
"Es un pacto que no sólo es anacrónico para la nueva realidad latinoamericana, también es una agresión a los vecinos al suscribirlo de manera subrepticia y sin tener en cuenta la sensibilidad que genera el tema de la presencia de tropa estadounidense en cualquier nación latinoamericana", dijo a Clarín el senador opositor Gustavo Petro.