García Quiroga

Julian5000

Colaborador
Una corrección: el párrafo que transcribí corresponde al mail que me mandó el Sr. García Quiroga, no al mensaje para la reunión.
Un error por escribir rápido y atolondrado.

Piloco: desde ya, cuente Ud. con eso.
Saludos.
 
Una corrección: el párrafo que transcribí corresponde al mail que me mandó el Sr. García Quiroga, no al mensaje para la reunión.
Un error por escribir rápido y atolondrado.

Piloco: desde ya, cuente Ud. con eso.
Saludos.

Julian, lo prometido es deuda... ¿A donde esta el texto? ;)
Vamos que quiero leer la respuesta...

Un abrazo y gracias de antemano

César
 

Julian5000

Colaborador
Usted lo pide, Usted lo tiene.
Este es el mensaje que mandó el Capitán García Quiroga para leer en la reunión de BB.

El amigo Julián Mocoroa me ha hecho saber de este Encuentro a través de un mensaje en el que me colma de agradecimientos y felicitaciones por haber hecho lo que debí hacer. Sin ánimo de mostrarme desagradecido y mucho menos de protestar con falsa modestia, no puedo sin embargo ocultar que sus elogiosos conceptos superan ampliamente mis merecimientos.
Tuve el honor y el privilegio de luchar el 2 de abril junto a un grupo de valientes. Mis acciones no excedieron lo que mi educación como persona, mi formación como oficial de la Armada y mi entrenamiento como buzo táctico hacían esperar. Es más: pude haber sido mejor, más atento, más rápido, más esforzado. Hice lo que creí era lo mejor y mis órdenes eran claras, pero no fui más allá. Otros, en la guerra que siguió, sí lo hicieron. Ellos son mis héroes y debieran serlo de todos los argentinos.
Serví en la Armada durante 27 años y si tuviese otra vida después de ésta volvería a hacerlo. Tuve la suerte de conducir hombres en situaciones arriesgadas y de probarme a mí mismo como líder, pero esa suerte no es común. Sigo convencido de que una tarea mucho más difícil es la del soldado sin guerra, la del militar de la paz. Para él, como para sus compatriotas civiles, la misión es contribuir a construir y engrandecer un país con las armas de la decencia, tiñendo de grandeza los hechos cotidianos. Esta tarea no tiene fin y exige una fe y una vocación sin las cuales la historia de un país se detiene. Lo que se ha construido hasta entonces desaparece y la cultura y el orgullo que son la esencia de los pueblos se desvanecen.
Mi Argentina está llena de hombres y mujeres con el calibre suficiente para acometer con éxito esa tarea. Algunos se atreven y otros no, algunos sienten la misión como un deber y otros como una imposición incómoda. Pero todos son argentinos y juntos ofrecen al mundo la imagen de lo que llamamos Patria. Modestamente sugiero que activemos el reconocimiento a los que diariamente se atreven, a los que en su puesto de trabajo, sea cual fuere, luchan en silencio por ser mejores y sienten nuestra nacionalidad como un orgullo que debe ganarse cada día. Seamos los inspiradores de una Argentina que aún no hemos alcanzado, en lugar de ocupar nuestros días en volver las miradas hacia atrás para admirar con nostalgia a los que en su momento miraron solamente al frente y sacrificaron con coraje la grandeza de sus almas.

Diego García Quiroga.


Cumpli con mi promesa.
Saludos.
 
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