Su alcance llega a la Argentina; los casos de Colombia y Ecuador
Brasil tiene el mejor sistema de radarización en América del Sur. En Brasilia se encuentra el sistema de vigilancia que recibe la señal de radares, con una cobertura total del enorme territorio brasileño.
Los radares colocados cerca de la frontera con la Argentina visualizan también el tráfico en el litoral de nuestro país. Por un acuerdo entre las carteras militares de ambas naciones, esa información también es observada al mismo tiempo en el sistema de vigilancia de la Fuerza Aérea Argentina, por lo que una parte de nuestro país está controlado gracias a los radares brasileños.
El presidente Lula da Silva firmó en 2004 la ley que permite el derribo de aeronaves que vuelen sin permiso sobre territorio brasileño. Consta de pasos de averiguación, intimidación y destrucción. Y cinco años después de promulgar su ley de derribo, Brasil abrió fuego.
Ocurrió, por primera vez, en junio pasado, cuando un avión de combate brasileño disparó ráfagas de cañón como advertencia sobre una avioneta que se negaba a acatar la orden de aterrizaje. Ese fue el séptimo paso de una escala de ocho puntos que regulan el uso de las armas sobre aeronaves en infracción. El último peldaño en esa estrategia es el tiro de destrucción del blanco. No se llegó a eso porque la avioneta aterrizó de inmediato en una ruta en el estado amazónico de Rondonia.
El Ministerio de Defensa de Brasil divulgó el video en el que se observa el operativo, el aviso visual, la puesta del avión ilegal en la mira del avión de combate, los disparos y el aterrizaje. No fue un error esa captura. Al ser revisada la aeronave en tierra se descubrieron 196 kilogramos de cocaína que habían sido enviados desde Bolivia.
Según el sistema desarrollado y aplicado por Brasil, en primer lugar se intercepta la aeronave intrusa -Brasil tiene presupuesto y aviones para sostener patrullas aéreas de combate- con un reconocimiento visual a distancia para verificar la matrícula.
Procedimiento
Si el chequeo de datos en el centro de control indica que se trata de un vuelo no autorizado, el caza brasileño buscará contactarse por radio con la aeronave perseguida; si no obtiene respuesta, el piloto de combate formará su avión cerca de la avioneta desconocida para hacer señales visuales tendientes a obligarlo a aterrizar.
Si las sucesivas maniobras de acercamiento visual fracasan, queda habilitado el disparo de balas trazadoras [munición que deja estelas visibles de intenso color naranja] en forma paralela al vuelo irregular. Si la avioneta advertida intenta escapar, se ordena la destrucción. Brasil aún no ejecutó ese paso.
Las polémicas alrededor de las leyes de derribo remiten a lo ocurrido en los años 90 en Perú, donde una confusión entre el piloto de combate y la tripulación de una avioneta terminó en la muerte de miembros de una congregación religiosa que fueron derribados por error.
Esa fue la falla que frenó otros proyectos para contener a los vuelos ilegales. Las reglas de empeñamiento [la normativa para hacer fuego] aprobadas por Brasil establecieron los pasos previos de control y advertencia para evitar muertes de personas inocentes. Esa certeza de que el derribo de un avión provocará inevitablemente el deceso de aquellos que fueran a bordo también es uno de los fuertes obstáculos a este tipo de leyes. Uno de los miedos de los gobiernos es encontrar entre los restos de una avioneta del narcotráfico el cuerpo de un menor de edad que pudiera estar en la aeronave.
Colombia es el otro país que tiene una ley de derribos, pero su situación es muy especial por la combinación de las grandes zonas de producción de cocaína y la acción de la guerrilla.
En tanto, este mes anunció que estudia poner en práctica una norma similar el presidente venezolano, Hugo Chávez, cuyas compras militares desataron una carrera armamentista en la región.
La Nacion
Brasil tiene el mejor sistema de radarización en América del Sur. En Brasilia se encuentra el sistema de vigilancia que recibe la señal de radares, con una cobertura total del enorme territorio brasileño.
Los radares colocados cerca de la frontera con la Argentina visualizan también el tráfico en el litoral de nuestro país. Por un acuerdo entre las carteras militares de ambas naciones, esa información también es observada al mismo tiempo en el sistema de vigilancia de la Fuerza Aérea Argentina, por lo que una parte de nuestro país está controlado gracias a los radares brasileños.
El presidente Lula da Silva firmó en 2004 la ley que permite el derribo de aeronaves que vuelen sin permiso sobre territorio brasileño. Consta de pasos de averiguación, intimidación y destrucción. Y cinco años después de promulgar su ley de derribo, Brasil abrió fuego.
Ocurrió, por primera vez, en junio pasado, cuando un avión de combate brasileño disparó ráfagas de cañón como advertencia sobre una avioneta que se negaba a acatar la orden de aterrizaje. Ese fue el séptimo paso de una escala de ocho puntos que regulan el uso de las armas sobre aeronaves en infracción. El último peldaño en esa estrategia es el tiro de destrucción del blanco. No se llegó a eso porque la avioneta aterrizó de inmediato en una ruta en el estado amazónico de Rondonia.
El Ministerio de Defensa de Brasil divulgó el video en el que se observa el operativo, el aviso visual, la puesta del avión ilegal en la mira del avión de combate, los disparos y el aterrizaje. No fue un error esa captura. Al ser revisada la aeronave en tierra se descubrieron 196 kilogramos de cocaína que habían sido enviados desde Bolivia.
Según el sistema desarrollado y aplicado por Brasil, en primer lugar se intercepta la aeronave intrusa -Brasil tiene presupuesto y aviones para sostener patrullas aéreas de combate- con un reconocimiento visual a distancia para verificar la matrícula.
Procedimiento
Si el chequeo de datos en el centro de control indica que se trata de un vuelo no autorizado, el caza brasileño buscará contactarse por radio con la aeronave perseguida; si no obtiene respuesta, el piloto de combate formará su avión cerca de la avioneta desconocida para hacer señales visuales tendientes a obligarlo a aterrizar.
Si las sucesivas maniobras de acercamiento visual fracasan, queda habilitado el disparo de balas trazadoras [munición que deja estelas visibles de intenso color naranja] en forma paralela al vuelo irregular. Si la avioneta advertida intenta escapar, se ordena la destrucción. Brasil aún no ejecutó ese paso.
Las polémicas alrededor de las leyes de derribo remiten a lo ocurrido en los años 90 en Perú, donde una confusión entre el piloto de combate y la tripulación de una avioneta terminó en la muerte de miembros de una congregación religiosa que fueron derribados por error.
Esa fue la falla que frenó otros proyectos para contener a los vuelos ilegales. Las reglas de empeñamiento [la normativa para hacer fuego] aprobadas por Brasil establecieron los pasos previos de control y advertencia para evitar muertes de personas inocentes. Esa certeza de que el derribo de un avión provocará inevitablemente el deceso de aquellos que fueran a bordo también es uno de los fuertes obstáculos a este tipo de leyes. Uno de los miedos de los gobiernos es encontrar entre los restos de una avioneta del narcotráfico el cuerpo de un menor de edad que pudiera estar en la aeronave.
Colombia es el otro país que tiene una ley de derribos, pero su situación es muy especial por la combinación de las grandes zonas de producción de cocaína y la acción de la guerrilla.
En tanto, este mes anunció que estudia poner en práctica una norma similar el presidente venezolano, Hugo Chávez, cuyas compras militares desataron una carrera armamentista en la región.
La Nacion