un VGM esta en Primera

Herr Professor

forista tempera-mental
Colaborador
una noticia excelente , que muestra el esfuerzo y la lucha que tienen nuestros queridos veteranos...


BAHIA BLANCA.- Olimpo volvió a Primera de la mano de Omar De Felippe, el mismo que fue soldado en la guerra de Malvinas. El entrenador de 48 años, nacido en Bahía Blanca y ex ayudante de campo de Julio César Falcioni, hacía la conscripción en 1982 y le tocó viajar a las islas. Su carrera en el fútbol se inició en Bella Vista y luego recaló en Huracán de Parque de los Patricios. De Felippe fue más tarde a Arsenal y a fines de los 80 llegó a Peñarol de Mar del Plata.


fuente: http://www.lagaceta.com.ar/nota/377029/Deportes/De_Felippe_paso_guerra_gloria.html
 
Para recuperar la memoria

http://www.newsmatic.e-pol.com.ar/i...eSeccion=Historias de vida&Accion=VerArticulo


“En diciembre del ’81 había salido de baja y estaba tratando de pelear un contrato en Huracán, estaba en reserva, y el 2 de abril se toman las Malvinas, el 3 es mi cumpleaños y el 9 de abril me llega la citación”.
“El primer contacto con los ingleses fue el 1 de mayo a las 4.40 de la madrugada, ahí escuchamos la primera bomba y podría decir que ese fue mi primer contacto con ellos”.
“Yo no podía llegar a ver a los ingleses cara a cara por la posición que ocupé. Yo era cuerpo de apoyo de los tiradores, teóricamente le barría la zona a los tiradores para que avanzaran, o sea que iba 500 metros atrás aproximadamente”.
“Estuve 67 días en la isla, caímos prisioneros en el frente, a la compañía nuestra la mandan hacer un ataque en un monte y ellos atacan por otro, cruzamos ahí combatimos con ellos, ante la superioridad de ellos, volvimos hacia Puerto Argentino y la rendición fue ahí”.
“Lo primero que hacen cuando nos ven, hablan entre ellos y nos miraban con cara de asombro. Y uno de los pibes traducía que ellos decían que no podían entender cómo les habíamos matado tanta gente con el armamento y la ropa que teníamos, les dábamos lástima. Ahí, uno levantó una ametralladora, de la segunda guerra mundial, y decían: ‘¡miren con qué estaban peleando!’”.
“Los ingleses físicamente eran muy grandotes y venían a conocer contra quien peleaban y los que trajeron para cuidarnos eran pibes como nosotros, de 18 años de edad. Nosotros decíamos que si hubiéramos peleado contra ellos, los pasábamos por arriba. Pero no peleamos contra ellos. Los que combatían eran profesionales.
Después, en el diálogo con los pibes ingleses, ellos querían algo, intercambiar algo para tener un recuerdo; era extraño, chocante... ¡Nos querían matar y después nos pedían intercambiar algo!”.
“Para mí fue durísimo dejar el arma, a muchos se nos cayó más de una lágrima. Cuando terminó la guerra, nos juntan y nos llevan a Puerto Argentino; comimos y al otro día nos llevaron al aeropuerto, son 12 kilómetros, en la mitad del camino nos iban desarmando. Te sacaban todo: las armas, los cordones... y te mandaban al aeropuerto finalmente. La ametralladora no se la queríamos dar así que la desarmábamos. Yo no se la entregué, la tiré”.
“Volví en el Camberra que era un barco de lujo, tenía 8 pisos, alfombras, camarote, sala de juegos. Nos hicieron bañar comimos muy bien y ahí me enteré que estábamos jugando el Mundial”.
“Nosotros nos enteramos de todo acá cuando llegamos, de que enviaron cosas y no llegaba nada. Y, por ejemplo, se hacían juicios a los mismos soldados de la isla porque habían matado a una oveja, hacían juicios militares ahí. También nos enteramos de que, los superiores, en el frente estaqueaban a nuestros compañeros como castigo. Nosotros respetábamos a la autoridad pero hasta ahí nomás”.
“A mí me llegó una sola encomienda, había pedido una botella de whisky que me la enviaron porque nos moríamos de frío, tomábamos una tapita por día...”
“El fútbol me dio contención pero uno se desubicó. Me acuerdo que estaba mi mamá presente, ella me lo contó y después no fue nunca más a la cancha. Nosotros jugamos mal y un tipo gritó o dijo: ‘¡De Felippe... te hubieran matado en las Malvinas!’ Justo estaba mi mamá al lado y le dio una piña, lo insultó y el tipo finalmente le pidió disculpas y se retiró del estadio; pero después otra cosa no me pasó”.



Vivir para contarla

“Quien alguna vez haya escuchado el relato vivo de la experiencia de la guerra no podrá olvidar el vértigo y la emoción del que habla, tratando de traducir la inmediatez escurridiza del recuerdo en palabras”, asegura la escritora Graciela Speranza en “Partes de Guerra, Malvinas 1982”.

Dicen que las joyas no pueden ser pulidas sin fricción ni el hombre perfeccionarse sin dificultades, ésas que el destino siempre se encarga de distribuir en cada uno de nosotros abusándose de cierta omnipotencia mezclada con anonimato que lo libra de descargos físicos pero que no lo salva de ser quien recibe las mayores culpas cuando los verdaderos actores, de carne y hueso, vestidos de dirigentes del destino, se ocultan bajo la armadura invisible que les brinda el “Poder”,

Por eso no se pueden encontrar palabras más exactas que las de Speranza para describir lo que transmite Omar De Felippe con cada una de sus expresiones, con cada pausa, con cada mirada y con cada gesto firme que emplea para relatar en primera persona la historia... su historia; tan libre de conceptos políticos o ideológicos que, como siempre, se desvanecen en discusiones absurdas como llena de ausencias hostiles, rencorosas o resentidas.

“La vida no es la que uno vivió sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”, es la frase que eligió Gabriel García Márquez para dar el puntapié inicial en una de sus últimas obras. No tan lejos de esa afirmación, De Felippe cuenta: “después de seis años empecé a dar notas acerca de Malvinas, antes no. Me costaba mucho hablar quizá porque no lo tenía muy acomodado. Recién cuando fui limpiando entre todas las cosas que viví y que vi, lo pude hacer. Quería tener bien en cuenta lo que iba a decir”. Dos expresiones que se encuentran, que se cruzan y se fusionan para entregar una historia de vida de alguien que simboliza la vida imponiéndose ante todo, de alguien que simboliza la vida renaciendo a cada instante, de alguien que hoy la cuenta... porque vive.

"Avisále a mi vieja que nos fuimos..."
-¿Cómo recordás los días previos cuando ni te imaginabas que podías llegar a formar parte de una guerra?

-En esa época yo estaba entrenando nuevamente con Huracán. Había salido del servicio militar y me había reincorporado a los entrenamientos de Cuarta y Tercera División. El 2 de abril toman las Malvinas, algo impensado para mí porque cuando estuve haciendo el servicio militar jamás había escuchado ni que se iban a tomar las Malvinas ni tampoco que pudiera suceder otra cosa rara. Entonces cuando se tomaron las Islas uno ahí empezó a pensar “pucha, ¿se armará una guerra?”. Se decía que los ingleses venían, que no, que esto, que lo otro... Había una gran incertidumbre y acá yo estaba en el aire hasta que la realidad me tomó por sorpresa cuando un soldado apareció en mi casa a las cinco de la mañana trayendo una carta de citación para las seis y media de la mañana. Esto siempre lo recuerdo, mi vieja llorando me despierta y me dice: “mirá, tenés que presentarte en el regimiento” y yo que le contesto: “Dejá, después voy”, en realidad seguí durmiendo, ese día no entrenaba. Aparecí en el Regimiento como a las diez de la mañana más que nada para ver a los compañeros que todavía estaban cumpliendo el servicio militar y me quedé adentro. Después todo sucedió muy rápido y terminé en Malvinas. Al cabo de 24 o 48 horas, estábamos allá.

-¿Cómo reaccionas cuando de repente te sacan de lo habitual, te meten en un regimiento y de la nada te enterás que te vas a Malvinas?.

-Y, en ese momento tendría que haber estado entrenando o jugando un partido. Creo que me citaron un jueves. Fui y me quedé; me cortaron el pelo, me dieron la ropa. Estuvimos todo un viernes... Era un fin de semana porque recuerdo que vino a visitarme mi vieja, nos juntábamos ahí entre muchos familiares y soldados y quedamos en que al otro día nos iban a traer comida. Mi vieja traía pollo, otros traían el postre. Se fueron alrededor de las 6 de la tarde y esa misma noche, alrededor de la media tarde, nos empezaron a dar más ropa, armamentos, municiones y a las doce de la noche salimos para El Palomar y de ahí, a Malvinas. Así que, de casualidad, me encontré a la salida del Regimiento con un amigo, había un montón de gente, y solo alcancé a decirle:... “avisále a mi vieja que nos fuimos”, fue lo único.

-¿Tenías conciencia hacia dónde estabas yendo?

-No. En realidad se vivieron momentos de incertidumbre cuando nos dieron los armamentos y vos solamente vas para donde van todos.

Recuerdo que un amigo, Juan Fernández, compañero de la colimba... son esas cosas que te marcan ¿no? ... Los dos éramos apuntadores de ametralladoras, o sea, los que tiran. Y apenas llegué me dijo: “Mirá, si nos toca ir a algún lado, al frente, o a una guerra, vamos juntos. Vos como apuntador de ametralladora y yo te llevo las municiones”. Llevar las municiones es lo más feo que hay porque tenés que andar cargando con un montón de kilos encima. Esas son cosas que uno nunca olvida.

Y bueno, cuando me dan el arma me dijo: “vamos a revisarla”. Fuimos a la ducha, la desarmamos completa y le faltaba una uña extractora, o sea que esa ametralladora estaba fuera de servicio. Si no hubiese sido por él me habría llevado a la guerra una ametralladora que no servía. La cambiamos y salimos.

Esa noche se vivió una euforia total, había una cantidad de gente impresionante fuera del regimiento victoreándonos, alentándonos, cantando canciones como si fueran de fútbol, viste: “A los ingleses los vamos a matar” , y todas esas cosas. Era esa euforia típica que vivimos los argentinos siempre que hay algún evento deportivo o lo que sea.

-Como una competencia.

-Claro, calculá que una situación de guerra yo, por lo menos, no lo había vivido nunca en mi vida excepto ésta. Pero fue una pasión muy grande; y nos acompañaron desde La Tablada hasta El Palomar, no sé que cantidad de kilómetros habrá, en autos, con banderas. En todo el trayecto la gente estaba; eran como las once de la noche y en todas las calles y en las casas había banderas argentinas. Era algo muy emocionante, pero muy emocionante. Y estábamos todos cantando, todo bárbaro hasta que nos subieron al avión. Después, lo que duró el viaje de acá a las Malvinas, no hablamos nada... nada. Yo creo que ahí empezamos a vivir un poquito la realidad de las cosas, ahí caímos todos y vimos cuál era la realidad, ahí tomamos conciencia hacia donde íbamos.

"Acá si ganás, sos un fenómeno y si empatás o perdés no servís para nada"

-¿Con qué se encontraron cuando llegaron?

-Llegamos allá con más preguntas que respuestas. En realidad, en estos casos y en estas situaciones las respuestas no son muchas pero uno sí que se hace demasiadas preguntas.

Llegamos, bajamos y vimos un clima muy hostil y mucho frío, mucho frío. Caminamos unos diez kilómetros desde el aeropuerto hasta Puerto Argentino haciendo campamento una noche a la intemperie con las carpas y con un frío impresionante tratando de comer las raciones que te daban. Y al otro día ya fuimos a buscar las posiciones donde íbamos a pasar lo que nos tocara. Así transcurrió desde el 9 u 11 de abril, que llegamos, hasta el 10 de junio que terminó. Dando vueltas por ahí.

A 1 kilómetro de Puerto Argentino estábamos acostados, vivíamos en pozos y nos tocó ir al frente los últimos días cuando la situación ya prácticamente estaba jugada por lo poco que nos íbamos enterando. Nos tocó hacer un contra ataque. Una cosa medio rara, un combate nocturno que era muy jugado.

-Si bien toda la situación es muy cruda y delicada ¿qué es lo más difícil de sobrellevar?

-Lo más difícil es todo porque psicológicamente es algo que te abate; imagináte que ellos están constantemente bombardeándote, que estás metido en un pozo rogando que no te caiga una bomba porque escuchas el silbido de las que pasan, las explosiones de las que caen cerca. Dentro de todo tuvimos la “suerte” de estar en un sector que no fue muy bombardeado, tan castigado. Porque hubo otros sectores en donde los muchachos la pasaron realmente muy mal como las zonas de desembarco de los ingleses en donde los combates eran constantes y las bajas... Las situaciones que se vivían eran muy distintas a las que les tocó vivir a cada uno de los soldados que estuvo en Malvinas. Esto no significa que uno la haya pasado mejor que otro. La situación era mala para todos pero con menos sufrimientos unos que otros.

-¿Realmente estaban preparados en cuanto a los armamentos?

-Las armas no eran lo ideal y el estado de las armas tampoco era muy bueno. Ya te contaba lo de la ametralladora que cuando me la dieron no servía así que con eso ya tenés una idea de cómo estaban. Decí que en ese momento a Juan se le ocurrió decir “vamos a revisarla” por las dudas porque si no me la llevaba, eh. Y esa ametralladora se la habrá llevado otro, quedáte tranquilo.

El armamento no era el ideal, la ropa tampoco era la ideal para el clima o el terreno en el cual se desarrollaba el combate pero, bueno, era lo que había y con eso había que sobrevivir . Para nosotros era importante el estado de rendimiento que teníamos, o sea, en nuestro pequeño grupo, que lo formábamos entre 5 u 8, nuestra meta era no caernos psicológicamente ni físicamente. Era un trabajo constante, día a día, no caerte, no caerte, dale que tenés que lavarte la ropa, cambiarte las medias, secarte las medias porque se te congelaban los pies y tenías problemas porque había enfermedades complicadas. Así que anímicamente no te quedes, no te caigas, bañáte como sea, laváte, comé. Es muy difícil; esa es la guerra que te desgasta psicológicamente y te termina matando, a la larga te termina matando porque si no es en la guerra, es después.

Así fue como se formó un sub-grupo que estaba constantemente alentándonos. Había que hacer lo que hubiera que hacer para sobrevivir. Se hizo y tuvimos la suerte de poder sobrevivir y de poder estar bien en lo físico y lo mental para hoy poder hablar de Malvinas. Hay que ser claros con lo que se dice y con lo que se piensa. Yo no quiero hablar de Malvinas como si fuese un héroe porque nunca lo sentí así. Nunca volví como un héroe. Solo me tocó estar en una situación en la cual traté de cumplir de la mejor manera posible junto con la gente que estuvo al lado y de lo que doy fe de que así fue.

Se hizo lo que se pudo pero... no sé. Quizá la sociedad misma te lleva a no sentirte héroe porque, acá si ganas sos un fenómeno y si empatas o perdés no servís para nada. Entonces, bajo ese contexto, uno piensa “no sé si soy héroe”.


"El fútbol me salvó la vida"
-¿Cómo se logra la reinserción en la sociedad, cómo se va superando todo?

-Yo siempre dije que el fútbol me salvó la vida. Después de seis años empecé a dar notas acerca de Malvinas, antes no. Me costaba mucho hablar quizá porque no lo tenía muy acomodado y quería tener bien en cuenta lo que iba a decir. No me interesa hablar de situaciones tipo Rambo ni esas cosas raras. Me interesa darle un contexto de información a la gente, que tenga conciencia de lo que pasó, nada más. No quiero armar una película, nada de eso.

En lo personal el fútbol me salvó la vida porque fue el lugar de contención. Yo creo que eso era lo que necesitábamos todos los ex combatientes. Necesitábamos eso más que cualquier otra cosa, es decir, la contención que nadie sabía darnos porque este país hacía muchos años que no estaba en guerra. Nadie sabe cómo recibir a los ex combatientes .

De entrada uno se la agarraba con todo el mundo porque parecías un bicho raro... llegabas a una reunión de tus amigos de toda la vida y “-hola, ¿cómo andás? -Bien” y se terminaban los temas. Nadie preguntaba nada, parecía que eras un marciano. Iba con la familia y mi vieja quería que esté bien. Me vio bien y no le importaba nada más, no quería hablar de nada. Era una negación del tema inconscientemente por parte de mucha gente. Y de otras personas vinculadas con el Poder, gobiernos, militares, que no hablaban de lo que se había perdido, en realidad, de lo que no fue bueno para nosotros o para el gobierno o para la gente.

Guardo una anécdota del plantel de fútbol. Me acuerdo que apenas llegué, inmediatamente me fui a entrenar con Huracán y hasta me concentraron como jugador profesional número 17 o 18. Sabía que no iba a jugar pero ése fue un gesto muy importante para mí. Concentré en un hotel céntrico; me parecía raro haber estado viviendo en un pozo y de repente pasar a un hotel cinco estrellas, fue un cambio tremendo. Y en la cena de la noche anterior al partido, cuando fuimos a comer al restaurante, dos compañeros, el Mono Guibaudo (Rubén Ángel) y Candedo (Néstor Jorge), me dijeron “vení, vení, sentate y contá qué pasó allá”. Eso fue un alivio para mí. Era lo que estaba esperando y así como yo estaban los demás pibes, esperando que alguien sea normal y que nos dijeran “a ver, qué pasó allá, contáme porque acá no nos enteramos de nada, cómo fue”. Entonces ahí recién empezás a descargar toda esa cosa..., esa bolsa que llevás adentro. A partir de ahí comenzó otro proceso pero solo fueron ellos dos, después nadie más trataba de preguntarte cosas. Cuando decías que eras un ex combatiente te miraban como diciendo “uhh, éste está loco”. Pero así fue el proceso y yo me tomé seis años para poder hablar.

-¿Y cuando sentiste que ya era hora de contar lo que pasó? ¿Por qué?

-Cuando tuve claro qué quería contar. Cuando fui limpiando entre todas las cosas que viví y que vi. Al año de que volví me pasó una cosa muy difícil. Se cumplía una nueva fecha de la toma de Malvinas y me preguntaron si recordaba al primer soldado que había muerto y, obviamente ¿cómo no me voy a acordar? Hoy pasaron veintipico de años y me acuerdo como si hubiera sido ayer; en qué situación, en qué momento, todo. Y yo conté, lo nombré al pibe, todo. Acá en Buenos Aires, cama de por medio, él dormía al lado mío y era del grupo nuestro en el Regimiento. Entonces me hicieron una nota de una revista y conté que sí, recuerdo al soldado tal que murió tal día, que murió por una esquirla... y tenía todos los detalles, claro, si había sido a diez metros de donde yo estaba. La revista salió a la semana y al otro día de la publicación viene el hermano de este chico, ex compañero muerto, que era igual, un calco del hermano.

Me acuerdo que bajé para entrenar, estaba entrando a la cancha y el Loco Candedo, que me decía Gurka, me avisa: “Che Gurka, ahí hay uno que te está esperando, el hermano de un ex combatiente”. Cuando estoy llegando lo veo y le digo vos sos tal y tal porque era igual. Y el pibe me dice: ... “mirá, necesito que me expliques cómo murió mi hermano porque mi vieja todavía lo está esperando”, y eso a mi me mató. Le pedí permiso al técnico y me senté con él para explicarle cómo había visto que lo hirieron y todo lo que pasó después.

Desde esa vez no quise nombrar a nadie más ni explicar ninguna situación de las que había vivido. Nada, hasta que me pude acomodar.

Mirá que cuando debuté en Primera, viste cómo es el periodismo, y me llamaban para hacer una nota yo iba pero solamente para hablar de fútbol, todavía no estaba preparado.

Pero me ayudaron mucho unos pibes jóvenes, periodistas, que vinieron para hacerme una nota y fue una de las primeras que di con respecto al tema Malvinas relacionado con el fútbol. Primero tuve bien claro que no quería colgarme del tema Malvinas para conseguir un laburo o para conseguir cosas. No sé si eso está bien o mal pero me cayó la ficha por ahí. Es decir, hablemos de fútbol y después lo de Malvinas fue algo que me pasó a mi, nada más, no mezclemos las cosas porque... Un día uno me preguntó “¿el fútbol es como la guerra?” y yo lo miré como diciendo “no tenés ni la menor idea de lo que estás hablando, así que cambiame la pregunta porque es algo que no te voy a contestar”.

Y cuando estuve con estos pibes jóvenes, uno de ellos me dijo: ...“ yo no sé que te pasa a vos, pero nosotros que somos jóvenes necesitamos saber qué pasó y lo queremos escuchar de la gente que estuvo. Porque si me lo explica un militar o una persona que estuvo relacionada con el Poder en esa época, me va a explicar lo que quiere”. Eso me ayudó para decir, bueno, cada vez que requieran de mi palabra para que cuenten lo que viví, porque no todos vivimos las mismas cosas a pesar de que estuvimos en el mismo lugar, siempre voy a estar a disposición.



-¿Qué crees que pensaban las personas de ustedes y que por esa razón no se animaban a preguntarles cosas?

-El pensamiento generalizado de esa época era que si te preguntaban algo, vos te acordabas y entonces te ponías mal. Así preferían obviar el tema y hablar de otra cosa pero eso no era lo que necesitábamos. Con el tiempo uno no culpa a nadie porque la sociedad, como te decía, no estaba capacitada para contenernos. Y hasta el día de hoy, por ejemplo, mi vieja no me preguntó nunca nada y ya pasaron más de veinte años, pero qué ¿la voy a culpar por lo que no sabe?, No. Entonces uno también se fue poniendo en ese lugar y por eso siempre traté de darle a la gente lo que le interesa con respecto a este tema.

Cuando me preguntan, hablo si da la situación y si da el lugar sino es muy raro que me ponga a hablar siendo el centro de atención con un tema, para mí, muy delicado. Tengo mucho cuidado en ese aspecto. Hace un tiempo me invitaron a la televisión, justo fue mi cumpleaños, el 3 de abril y... yo hablo, no tengo ningún problema; pero tiene que haber mucho respeto, siempre se lo dije a todos. Por suerte nunca tuve ningún desubicado ni alguno que quiso hacer una joda con ese tema.



-Es un tema delicado porque también se le puede dar varios enfoques ideológicos.

-Sí, se le puede dar un contexto político, militar o contra los militares pero nunca me interesó meterme en esas cosas.



"Como San Martín, Belgrano o Sarmiento, nosotros también somos parte de la historia"



-¿Notás cierta negación del tema en la sociedad?

-Sí, totalmente. Ahora quizás un poco menos. Con el tempo se fue tomando conciencia de lo que a un ex combatiente le tocó vivir. En cambio la llegada nuestra fue muy traumática, la gente era como que no te reconocían ni en los medios de información. Nos metieron escondidos y nos tuvieron tres días en Campo de Mayo alimentándonos. Nos daban de comer asado a la mañana, al mediodía, a la tarde y a la noche con la mano, sin cubiertos. Trataron de asearnos y engordarnos un poco para después sí entregarnos a nuestros viejos. Imagináte si ellos nos hubiesen visto con 10 kilos menos y cagados de hambre, iban a matar a todos.





-¿Cada vez que se aproximan las fechas cómo lo vivís?

-Siempre hay un recuerdo. A mi me costó seis años hablar del tema y a los ex combatientes de mi compañía nos costó 16 años juntarnos, que cosa ¿no?. Un día uno levantó el teléfono y dijo “Che, nos juntamos” y así fue. En la primera reunión hubo cuarenta y en la segunda fueron setenta. Nos juntamos a comer en algún lugar y ahí estamos hablando y contando cada uno su situación, su familia, quién está bien, quién está mal. Hay algunos muchachos que militan en el Centro de Ex Combatientes tratando de tener información y tratando de ayudar a los compañeros que lo necesiten.



-¿Y cómo está la situación?

-En realidad no estoy tan al tanto de lo que pasa pero, hoy en día, los ex combatientes estamos haciendo un reclamo muy importante por muchas cosas que se necesitan: obra social, pensiones, hay un montón de cosas que se necesitan y que el gobierno aparentemente hace oídos sordos.



-¿Cómo creés que los ve hoy la sociedad?

-Creo que la situación cambió y, quizá, hoy se reconoce un poco lo que el ex combatiente trató de hacer o cómo intervino en lo que fue la gesta de Malvinas. De todas maneras se ablandó un poco el sentimiento de la gente, nos reconocen más pero hasta ahí nomás. Ha pasado mucho tiempo y no noto un interés demasiado grande hacia lo que pasó. Es muy importante que los ex combatientes sean invitados a las escuelas para dar charlas y para que los chicos sepan que hubo una guerra, que ellos son los ex combatientes y para que se les cuente nada más que la verdad de lo que sucedió. Hoy somos parte de la historia como lo fue San Martín, Belgrano, Sarmiento, etc., el tema es darles ese lugar y ese respeto nada más. Yo creo que otra cosa no se puede pedir para los ex combatientes, el respeto y, obviamente, las necesidades que tienen algunos de los muchachos que estuvimos en ese lugar.



-Alguna vez dijiste que “como pueblo nos merecemos mucho de lo que tenemos”.

¿Todavía lo mantenés? ¿por qué?

-Sí, las cosas que nos pasan las merecemos. En esta vida nadie te regala nada y en un contexto general es igual. Por eso todavía no puedo entender cómo hay gente que se disfrace de ex combatiente para pedir en un micro o en la calle. En ese sentido, los argentinos no somos fáciles. O cuando vas a otro país y te dicen: “Sí, argentino: Maradona”, y después cuidado porque te miran medio raro, como peligroso. No puede ser que en este país siempre tengamos los mismos problemas, que nos pasen siempre las mismas cosas y que no aprendamos; entonces nos merecemos siempre lo mismo. Somos exitistas, queremos ser los mejores, el segundo no sirve para nada y bueno, así estamos.



-¿Y si en Malvinas el resultado hubiese sido el otro?

- Si el resultado hubiese sido otro... no sé, posiblemente... ojalá que no porque todavía tendríamos un gobierno militar. Pero... tenemos que entrar en política y eso es algo que definitivamente no quiero.

La realidad es que hoy no hay trabajo cuando, supuestamente, los ex combatientes teníamos las puertas abiertas en todos lados. Yo no me quejo ni pataleo por cosas para mí. Soy un afortunado simplemente por estar trabajando y por estar haciendo lo que me gusta. Esto lo disfruto de una manera que por ahí no se me nota porque trato de mantener el equilibrio siempre, lucho por mantener el equilibrio tanto cuando se gana como cuando se pierde... Prácticamente volví del infierno, como muchos, y algunas cosas las disfruto gratis; lo que estoy viviendo es gratis porque no todos tuvieron la suerte de salvarse, de volver, de reinsertarse en la sociedad, de estar trabajando en lo que les gusta y de estar trabajando actualmente.


Sitio del Centro de Ex Combatientes de Malvinas (en Ushuaia)

http://www.imalvinas.com/
 

Iconoclasta

Colaborador
Para mi, hacen falta mas VGM con vocación politica, mientras aca dirigen un equipo de futbol (nada despreciable), en otros paises son candidatos presidenciales
 

auca

Forista Sancionado o Expulsado
Para mi, hacen falta mas VGM con vocación politica, mientras aca dirigen un equipo de futbol (nada despreciable), en otros paises son candidatos presidenciales

Perdon, pero tengo entendido que por lo menos uno fue 4º diputado del ARI, Creo que es Tedesco, del SPAC de Puerto Argentino.

¿No hay mas que estén en la política?


Saludos
 

GABINOSUAREZ

Veterano Guerra de Malvinas
Para mi, hacen falta mas VGM con vocación politica, mientras aca dirigen un equipo de futbol (nada despreciable), en otros paises son candidatos presidenciales

Totalmente, Hernán!!

¡¡¡Carballo Presidente!!!

Habrá algún motivo por el cual, lo que se desea, no sucede.
El Honor, la Lealtad y la sinceridad no parecen ir de la mano de la política en este país y creo que en ningún otro. Es decir habría que interpretar "El Papel" de político a fin de no dejar de lado esas maravillosas virtudes.

Her Prfesor ++1, gracias por traer estos hechos desconocidos.

Un abrazo
Gabino
 

manuel bueno

Veterano Guerra de Malvinas
:cheers2:De este humilde espacio Felicitaciones para EL DT VGM OMAR DE FELIPE (RI3 EN MALVINAS)


<marquee style="color: #FFFFFF;" behavior="alternate" align="midldle" bgcolor="#3366FF" width="100%" height="50">
<FONT size=4> SIN MALVINAS NO HAY SOBERANÍA </FONT>
</marquee>
 

Herr Professor

forista tempera-mental
Colaborador
yo no se si deberian entrar en al politica ... ya sabemos como son los tejes y manejes en esos ambitos

si quisiera que fueran referentes , que se les abriera mas las puertas de colegios para dar charlas , que los invitaran a los medios masivos , ese es su lugar , desde esos puestos pueden hacer mucho por la sociedad
 
Hubo VGM que han hecho y siguen haciendo politica como Aldo Rico (Modin) Seineldin, Breide Obeid (Partido de la Reconstruccion) el "Perro Santillan" (Grupo Quebracho), luego por supuesto hay que analizar con cautela que aceptacion han tenido en la politica nacional.
 

Herr Professor

forista tempera-mental
Colaborador
Hubo VGM que han hecho y siguen haciendo politica como Aldo Rico (Modin) Seineldin, Breide Obeid (Partido de la Reconstruccion) el "Perro Santillan" (Grupo Quebracho), luego por supuesto hay que analizar con cautela que aceptacion han tenido en la politica nacional.

Breide Obeid y el perro Santillan VGM?
 
Breide Obeid y el perro Santillan VGM?

Mmm nose, siempre pense que Santillan habia ido. Es que ha tenido cierta participacion con veteranos, pero la verdad que no encontré nada que indique que haya sido VGM. En cuanto a Breide Obeid, pense que habia ido a Malvinas.

 
Hubo VGM que han hecho y siguen haciendo politica como Aldo Rico (Modin) Seineldin, Breide Obeid (Partido de la Reconstruccion) el "Perro Santillan" (Grupo Quebracho), luego por supuesto hay que analizar con cautela que aceptacion han tenido en la politica nacional.

El perro Santillan era referente de la CCC y PCR de Jujuy, lo que no sabia es que es VGM.
Saludos
 
Gustavo Luis Breide Obeid.

Gustavo Breide Obeid no estuvo destinado en Malvinas. En 1987 y con el grado de capitán estaba destinado en el Cefico del Batallón de Arsenales 601 EdeL, aunque era oficial de infantería.
Participó activamente, era licenciado en Ciencias Políticas y una persona muy conocedora de la política, del alzamiento de abril de 1987, trasladándose a la Escuela de Infantería de Campo de Mayo integrándose a la plana mayor de Aldo Rico. Les dejo una foto de la época en la puerta de la Escuela de Infantería durante una especie de conferencia con los periodistas apostados afuera de los portones de la guarnición. Saludos
Hernán.

 
hace ya bastante tiempo, en el programa mar de fondo, en el que hacian un programa especial sobre el conflicto, estuvo invitado junto con otro veterano, alli conto sus experiencias, fue muy bueno ese programa, hace bastante que lo estoy buscando en youtube pero sin exito...

PD: el de la foto en la moto... no es un comando del ejercito? compañia comandos 601, el capitan frecha, corrijanme si me equivoco.
saludos
 
Si, es el Capitán Ricardo Frecha, de la Compañía de Comandos 601 al mando del Mayor Castagneto.

Las mismas motos las usaron la 602. Hay una foto muy famosa de Aldo Rico en las calles de Puerto Argentino. Saludos
Hernán.

 
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