El organismo que controla la aviación quedó en el ojo de la tormenta, por la cancelación de vuelos
Serios problemas en las comunicaciones con las torres de control, obligaron a cancelar todos los vuelos de Aeroparque, Ezeiza y San Fernando. Las riesgosas fallas dejaron en evidencia a la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) que demora inversiones claves para prevenir este tipo de incidentes. La interna de los gremios.
La Politica Online | 21.03.2011 20:12:00
Durante todo el día, las operaciones del Aeroparque metropolitano Jorge Newbery, Ezeiza y San Fernando fueron suspendidas. Pero a diferencia de las últimas interrupciones en los aeropuertos argentinos, esta vez no se debió a un conflicto sindical sino a fallas técnicas en la delicada zona de control aeroportuario.
La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) informó que las suspensiones fueron debido a fallas en el Sistema de Comunicación de ACC (Centro Control Área) y que el desperfecto detectado proviene del Voice Switching, que es el mecanismo que establece la comunicación entre las aeronaves y las torres de control. Así, durante el día de hoy se vieron afectados todos los vuelos comerciales, regulares, no regulares y los privados.
El debate que nace de esta situación es si las complicaciones podrían haber sido previstas o no. Analistas del sector consultados por La Política Online señalaron que las comunicaciones en los aeropuertos argentinos deberían tener un sistema de respaldo en caso que el principal falle para no depender de un único método de notificación e interlocución.
El cineasta y ex piloto Enrique Piñeyro afirmó a LPO: “Como en el país no hay radares, no se ven los aviones, así que se depende exclusivamente del Voice Switching. El problema es que no hay un sistema de back up”, y agregó “estamos igual que en 2007 (cuando un rayo destruyó los radares) y antes que ANAC empezara a controlar la administración de la aviación. Por lo menos, hoy pararon los aviones y evitaron accidentes”.
Un área a la deriva
El de hoy es uno más de los problemas que tiene el control de la aviación en el país. Si se suman los problemas técnicos, de presupuesto y gremiales, las contrariedades no son pocas. Es que tanto desde los distintos gremios que agrupan a los trabajadores del sector, como especialistas, coinciden en que la ANAC que dirige Alejandro Granados -hijo del intendente de Ezeiza- lleva adelante la administración “como puede”, debido a la falta de apoyo del Ministerio de Planificación y a las presiones por parte de la Fuerza Aérea para retomar su injerencia en el tema.
El conflicto con la Fuerza Aérea viend e la época en que Néstor Kirchner decidió quitarle el control de la administración aeronáutica a la fuerza. Pero luego de esta decisión, y de un traumático traspaso a una improvisada nueva administración, las políticas llevadas adelante para mejorar la seguridad aerocomercial no se percibieron. Piñeyro explica: “Hay un problema de desinversión crónica, acá no se puso un peso”.
Y no es el único problema que enfrenta la ANAC. Es que más allá de la falta de reequipamiento, los problemas que envuelven a la gestión aeronáutica se agrava por guerra abierta que enfrenta a los numerosos gremios del sector, interesados en aumentar su poder en Aerolíneas Argentinas, que concentra casi toda la operación aerocomercial del país.
Las trabas de la Fuerza Aérea
En este escenario, la Fuerza Aérea es un actor fundamental. Luego de décadas de pésima administración de los aeropuertos, se le ordenó la transferencia a la ANAC, entrega que se efectuó cuatro años después de lo reglamentado (se anunció en 2006 y se consumó en 2010). Desde ahí, la Fuerza Aérea se dedicó a boicotear el funcionamiento de la nueva administración y no está alejada de las trabas gremiales.
Hace poco se abrió la posibilidad a los operadores que dependían de los militares separarse de sus antiguos jefes para adherirse al ámbito civil, que paga sueldos más altos por el mismo trabajo. El problema, según comentaron a La Política Online representantes de los gremios, se da en el destino de estos trabajadores, ya que pueden elegir a qué gremio pertenecer. En esta puja, florece la disputa entre Ricardo Cirielli, titular de la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (APTA), y los gremios que lo acusan de querer privatizar Aerolíneas. Entre ellos, el de los pilotos de Aerolíneas (APLA), la Asociación del Personal Aeronáutico (APA); la Asociación de Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación, el de Aeronavegantes y la Unión el Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales.
Por un lado, los encolumnados detrás del titular de APTA afirman que el problema que ocasionó las suspensiones de hoy fue anticipado por ellos hace un año y reclaman mayor rapidez para aquellos controladores que quieren dejar de pertenecer a la Fuerza Aérea, ya que los trabajadores que se encuentran en esa condición cobran hasta tres mil pesos menos que sus compañeros afiliados a los gremios, “Queremos igualdad salarial porque esta situación genera un malestar desde el punto de vista económico, y no es bueno que quienes están a cargo de la seguridad aeroportuaria estén disconformes”, avisan.
De la vereda de enfrente, quienes están en contra de Cirielli dicen que el traspaso de esos trabajadores se terminará de efectuar en octubre, que no se puede dar ahora y lo acusan de querer privatizar Aerolíneas Argentinas mediante el discurso de la “re argentinización” y cesión de la empresa a empresarios argentinos. Afirman que por eso provoca los paros y demoras en los aeropuertos “junto a un puñado de diez suboficiales” en una “maniobra clara de ‘enquilombar’ el ambiente, para que se justifique que no sea administrada por el Estado”.
“Los inconvenientes son con algunos controladores q buscaron el amparo de Cirielli, que no los representa”, afirma a La Política Online el titular de una de estas agrupaciones de empleados aeronáuticos. “El traslado es un procedimiento con ciertas restricciones, no es posible hacerlo de forma inmediata”, explica.
Sin embargo, desde ambos sectores coinciden en que hay un problema repetido de falta de inversión, desidia e injerencia de la Fuerza Aérea, que de poco se van retirando del area, pero no sin tirar unos últimos “manotazos de ahogado”.
También concuerdan en que la gestión de ANAC no se puede catalogar como "mala", pero que no se divisa una política aero comercial nacional que comprenda los problemas del sistema y que la administración no ha dado señales claras de avanzar en mejorar los standares de seguridad.
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