No es pena de muerte, todo es saraza.
Como país soberano, el estado tiene la obligación y facultad de defender el espacio aéreo. Hay un protocolo, se cumple y el infractor prosigue, se baja, punto. No hay pena de muerte, hay derribo de una aeronave rebelde que se niega a seguir las órdenes o entablar contacto, automaticamente es una violación de la soberanía, una amenaza y un incumplimiento de las leyes.
La defensa del aeroespacio argentino está en manos de la FAA, un organismo militar. Toda aeronave que falle en obedecer el protocolo se convierte en una aeronave en rebeldía y agresiva (así se toma, todo avión infractor que ignora la intercepción automáticamente es agresor), es un objetivo militar.
Así lo hace casi todo país en el planeta, se hace y punto. Todo lo que se diga en contra es guitarreo y mambo jambo como les gusta a los verborrágicos para desviar la atención y enredar los puntos.
Como país soberano, el estado tiene la obligación y facultad de defender el espacio aéreo. Hay un protocolo, se cumple y el infractor prosigue, se baja, punto. No hay pena de muerte, hay derribo de una aeronave rebelde que se niega a seguir las órdenes o entablar contacto, automaticamente es una violación de la soberanía, una amenaza y un incumplimiento de las leyes.
La defensa del aeroespacio argentino está en manos de la FAA, un organismo militar. Toda aeronave que falle en obedecer el protocolo se convierte en una aeronave en rebeldía y agresiva (así se toma, todo avión infractor que ignora la intercepción automáticamente es agresor), es un objetivo militar.
Así lo hace casi todo país en el planeta, se hace y punto. Todo lo que se diga en contra es guitarreo y mambo jambo como les gusta a los verborrágicos para desviar la atención y enredar los puntos.