DERECHOS HUMANOS | COMO SE ENTRENAN LOS COMANDOS
El día en que un ministro vio cómo comían sapos
Daniel Santoro
Jorge Domínguez no podía salir de su asombro, pero tampoco podía demostrar asco porque era el ministro de Defensa argentino. Fue durante el gobierno de Menem cuando viajó a Bolivia a presenciar un entrenamiento de la escuela de comandos del ejército boliviano en San Andita. Todo parecía normal: paracaidistas, buzos tácticos, hasta que un grupo se paró frente al palco y empezó a comer sapos y víboras crudos.
La anécdota muestra que los cursos de comandos o fuerzas especiales para misiones estratégicas son igual de duros en todo el mundo e igual de polémicos. Aquí no comen sapos, pero les dan un cuchillo y una bolsa de sal para sobrevivir una semana en un bosque.
El objetivo de esos cursos es entrenar al comando en técnicas de supervivencia extrema en todos los ámbitos geográficos y climas.
"El adiestramiento de comandos es arduo, real y arriesgado, coloca al individuo en un ambiente similar al de combate donde aprenderá a sobrevivir, moverse a lo largo de grandes distancias y combatir detrás de las líneas enemigas, con un apoyo logístico mínimo".
La frase no es de los boinas verdes o la Fuerza Delta de EE.UU., de los Navy Seals de Gran Bretaña, del GIGN de Francia, sino de la Compañía de Comandos del Uruguay.
El entrenamiento de comandos es el más exigente de los militares. Sólo lo hacen oficiales y suboficiales voluntarios, quienes antes de empezar el curso firman un seguro de vida especial por la posibilidad de que mueran o resulten heridos.
Los cursos de comandos incluyen prácticas de pistas de movimiento bajo fuego real, emboscadas, lucha cuerpo a cuerpo, buceo, paracaidismo, marcha rápida y supervivencia en la selva o la montaña. Pero está claro que ninguno debe incluir clases de tortura, ni ninguna forma de violación a los derechos humanos.
Aunque sí una práctica simulada de cómo resistir física y psicológicamente a un interrogatorio para que si se cae prisionero en manos del enemigo no revele su misión estratégica.
En la Argentina el curso de comando, que es una especialidad, se hace una parte en la selva de Misiones, otra en la Patagonia y otra en Córdoba.
Hasta los noventa, la mayoría de los comandos habían sido entrenados por el ex líder de la rebelión carapintada del 3 de diciembre de 1990 Mohamed Alí Seineldín. El ex coronel también entrenó a los comandos de Panamá durante el gobierno del general Manuel Noriega y los hacía nadar hasta una isla para rezarle a la Virgen bajo el lema "en combate un comando saca un pasaje de ida pero no de vuelta". Uno de sus discípulos fue el otro ex líder carapintada y actual intendente de San Miguel, Aldo Rico.
fuente :
http://www.clarin.com/diario/2004/01/16/p-01301.htm