32 Aniversario del hundimiento del Crucero General Belgrano

TurcoRufa

Colaborador
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Me viene a la memoria todo lo que leí en los libros tanto de Bonzo como "Hasta la última balsa" y la verdad que no puedo decir otra cosa que:

Viva el Belgrano!!
 
¡Viva el Belgrano! ¡Belgrano presente! Tarde, eso sí. Como de costumbre somos 2 los que nos acordamos. Custodios del patrio mar, simplemente gracias por vuestra abnegación y amor por la Patria. Gloria eterna a los 323 héroes del Crucero A.R.A General Belgrano.
 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador
Jamás se fueron porque viven en el corazón de todos los argentinos bien nacidos...

Y si vamos a la costa y enfocamos nuestra alma al mar profundo, podremos ver el humo de sus dos chimeneas y su gallardete de combate ondeando desafiante....

Y a bordo sus 323 héroes, en patrulla eterna.....

VIVA EL CRUCERO ARA GENERAL BELGRANO !!!!!!!!!!!!
 
32º Aniversario del hundimiento del Crucero General Belgrano.



A 32 años del hundimiento del ARA General Belgrano, mi recuerdo y reconocimiento a los familiares de los 323 caídos defendiendo el territorio usurpado.
Custodios de nuestra plataforma continental desde aquel inicio de las hostilidades, su memoria debe acompañarnos en todas las acciones tendientes a recuperar nuestras islas.
¡Malvinas argentinas!

http://www.malvinasdata.blogspot.com.ar/2014/05/1982-02-de-mayo-2014-32-aniversario-del.html
 

Nicolas Kasanzew

Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
Al Crucero “Belgrano”, por el poeta Jorge Daponte. Carlos Longoni le puso la música y canta esta letra en nuestro disco compacto “Quijotes de Malvinas II”


SINFONIA CORAL DEL BELGRANO 


No se clavan las cruces en el mar,

no se funden epitafios en el agua,

ni nada del amor se va a la nada,

ni se muere quien puedes evocar.


Señor de nuestra patria y del valiente,

escucha el anhelar enardecido,

el Belgrano hundido espera impaciente

el regreso al lugar restituido.


Que vuelva nuestra causa con la aurora

porque hay trescientos hombres que la besan,

que vuelva el viento helado que no cesa

y la patria, robada por ahora.


Señor, justo Señor, que ves la herida,

te pido ver la patria y más te pido,

que tenga en el destino de mi vida

la gloria de un retorno amanecido.


Si te embriagas de blanco y de celeste,

el terrible dolor será más suave,

si te embriagas de cielo, mar y nieve,

el enorme dolor, será más breve....
 
Se fue a pique con la ENORME DIGNIDAD de los GUERREROS DE LEY....

Respetables señores y señoritas:
Agradezco profundamente un obsequio que tanto me lisonjea, y puedo asegurar en mi nombre y en el de mis compañeros de peligro, que esta bandera así consagrada no vendrá abajo, sino cuando caiga el mástil o se sumerja la nave que la tremole!
”.

Agradecimiento del Almirante Brown a las Damas Argentinas que le donaron la Bandera conocida como "de Los Pozos", luego del triunfo en el Combate del 11 de junio de 1826.​
 
 

Nocturno Culto

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A 32 años del hundimiento
Homenaje a los 323 héroes del crucero ARA “General Belgrano”
2-5-2014 | El jefe del Estado Mayor General de la Armada presidió la ceremonia central frente al cenotafio del edificio “Libertad”.


Buenos Aires – Esta mañana en el edificio “Libertad”, sede del Estado Mayor General de la Armada, se realizó la ceremonia en conmemoración del 32º aniversario del hundimiento del crucero ARA “General Belgrano”, durante el conflicto por las Islas Malvinas.

El acto, que se realizó frente al cenotafio que recuerda a los caídos en Malvinas y fue presidido por el jefe de Estado Mayor General de la Armada, vicealmirante Fernando Erice.

La ceremonia contó con la presencia de ex tripulantes, veteranos de guerra, autoridades militares e invitados especiales.

Luego de que la Banda de Música de la Armada ejecutara las estrofas del Himno Nacional Argentino, el capitán de navío Médico VGM José Alberto Montivero realizó una alocución. El capitán Montivero, formó parte de la tripulación del rompehielos ARA “Almirante Irízar” desempeñando su función en ese unidad de la Armada que funcionaba como buque hospital durante el conflicto del Atlántico Sur.

“Nos encontramos aquí reunidos para homenajear, como en un núcleo indisoluble de hombre y embarcación, al crucero ARA ‘General Belgrano´ y a sus navegantes”, señaló el veterano de guerra.

Manifestó que ese buque había dejado un legado de respetuoso recuerdo para las actuales y futuras generaciones de marinos.

El capitán Montivero destacó al Crucero como uno de los destinos “más prestigiosos” de la Armada, lo que es atestiguado por todos sus tripulantes, quienes ostentan como título preciado el haber “gozado del espíritu de esa nave”.

Los testimonios de sus tripulantes, al ser impactado el buque por dos torpedos de un submarino nuclear inglés, son innumerables “pero quizás el más conmovedor –señaló el capitán de navío médico- es el del tripulante que en medio del abandono subió a la segunda cubierta para rescatar el pabellón nacional que se encontraba al lado del busto de bronce del general Manuel Belgrano”.

“Seguramente hubo otras historias que dejó el hundimiento del viejo crucero, pero algunas han quedado en el mar para siempre, custodiadas por los férreos mamparos que, como un hito, señalizan nuestra soberanía en ese espacio de mar”.

El 2 de mayo de 1982, con 1093 tripulantes a bordo, se hundió el crucero, pereciendo 323 marinos. “Fueron personas comunes que, al entregar el cuerpo y el alma en una máxima expresión de ‘espíritu de buque’ pasaron a la historia como héroes”.

Para finalizar, el capitán remarcó: “Hoy, en este 32° aniversario, nos recompensa saber que, al fin de su singladura, el crucero ‘General Belgrano’ y su tripulación aún mantienen y mantendrán la persistente imagen de los jurados con gloria morir… y cumplieron con su deber”.

Rendición de honores


Luego, integrantes de entidades y organismos participantes, como así también de la Armada Argentina, colocaron ofrendas florales frente al cenotafio en honor a los caídos en la gesta de Malvinas.

Entre ellas se encontraron las de la Asociación de Infantes de Marina de la Armada Argentina, la Asociación deVeteranos de Guerra de Malvinas, la Comisión Permanente de Homenaje a la Gesta del Atlántico Sur, la Liga Naval Argentina, la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas, el Centro Naval, la Asociación Amigos del Crucero ARA “General Belgrano”, la última dotación del crucero y la Armada Argentina, entre otras.

Al terminar con la colocación de ofrendas, la Banda de Música ejecutó un “toque de Oración”, como parte del ceremonial militar, en honor a todos los caídos.

Celebración religiosa


Los participantes a la ceremonia posteriormente se trasladaron a la Catedral Castrense Stella Maris ubicada en el predio del Edificio Libertad, donde se realizó una misa por el eterno descanso de los caídos en la guerra de Malvinas, en especial, por los 323 héroes del crucero ARA “General Belgrano”, a 32 años de su hundimiento.

Presidió la ceremonia religiosa el capellán mayor de la Armada, monseñor Germán Carmona, de la que participaron familiares de los marinos fallecidos en el hundimiento, entre ellos Micaela Zárate, hija del Cabo Primero Sergio Rubén Zárate, miembro de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas. Estuvieron presentes, además, el segundo comandante del Crucero ARA “General Belgrano”, capitán de navío VGM (RE) Pedro Luis Galazi y el ex tripulante capitán de navío (RE) VGM Humberto Luis Ochoa.

Monseñor Carmona destacó que la misa se celebraba en honor a los “hermanos del crucero y todos los que fallecieron en Malvinas”. Pidió por el alma de quienes “entregaron su vida por la patria” destacando ese acto de arrojo y su paso “a una vida eterna”.

Otros homenajes

El Poder Ejecutivo Nacional por Decreto 745/98 del 23 de junio de 1998, declaró el día 2 de mayo de cada año, en recordación a todos los tripulantes del crucero que ofrendaron sus vidas en defensa de la soberanía nacional.El mismo decreto rezaba que “para la Nación Argentina reviste especial interés mantener vivo el recuerdo de todos aquellos que ofrendaron sus vidas en defensa de la soberanía nacional”.

Asimismo, en 2001, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, sancionó la Ley 568 que establece los días 2 de mayo de cada año en el ámbito de dicha ciudad como "Día de los Tripulantes del Crucero ARA "General Belgrano"; debiéndose además colocar la Bandera Nacional a media asta y dictarse clases alusivas en todos los establecimientos educativos.

Es por ello que a lo largo del país se realizarán actos recordatorios, entre ellos el que se realiza anualmente ante el cenotafio ubicado frente al Hospital Naval Buenos Aires a las 16 –hora del hundimiento del Crucero-.
 

Nocturno Culto

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Suboficial segundo IM José Humberto Rodríguez
Su padre, héroe de Malvinas, le dejó como legado el orgullo de servir a la Patria
2-5-2014 | Su papá fue uno de 323 héroes del crucero ARA “General Belgrano”. Él está actualmente destinado en el BIM5.

Primero a la derecha, el suboficial segundo Rodríguez en el acto realizado hoy en Río Grande.

Río Grande - El suboficial segundo de Infantería de Marina José Humberto Rodríguez tenía 11 años cuando su padre falleció en el crucero ARA “General Belgrano”. Lleva el mismo nombre que él y lo porta con gran orgullo.

Nació en Capital Federal a los 7 meses de embarazo de su madre. De chiquito partió hacia Güemes, Salta, con su mamá y dos hermanas, donde vivió toda su infancia. Fue allí donde eligió seguir los pasos de su padre, ingresando a la Armada muy joven como infante de Marina.

Desde el 2010 se desempeña en el Batallón de Infantería de Marina N°5. Llegó a Río Grande junto a su esposa y tres hijas y luego de 32 años, relata los recuerdos de una historia que llevaba muy adentro.

Aquel 2 de mayo de 1982 encontraba al suboficial Rodríguez en el barrio Villa Maio de Punta Alta junto a su madre y sus dos hermanas. Ese día como cualquier otro regresaba a su casa después del colegio, cuando le avisaron a su mamá que habían hundido al “Belgrano” y que no encontraban el cuerpo de su padre.

“Todos salimos corriendo hacia el hospital de Puerto Belgrano. Los familiares adultos quedaban afuera y yo como era chico y los policías no me paraban salí corriendo hacia el sector de la cantina donde estaban los colectivos que traían a los náufragos. Cuando veía a algunos camadas de mi papá les preguntaba por él y ellos me respondían que mi padre venía en el otro avión. Así estuvimos dos días completos esperando alguna noticia. Él nunca regreso”.

Tras el rescate por unidades de la Armada Argentina, los náufragos fueron llevados al puerto de Ushuaia. Luego abordaron un avión hasta Bahía Blanca y de ahí, llegaron en colectivo hasta Puerto Belgrano.

Ese 2 de mayo…

A las 4 de la tarde del 2 de mayo de 1982 su padre, el suboficial segundo maquinista José Humberto Rodríguez, tomaba la guardia en máquinas y fue en ese momento cuando el torpedo del submarino HMS “Conqueror” impactó en el buque. Tenía 38 años y lo habían destinado al crucero en el año 1981.

Entre los pocos recuerdos que tiene de su padre, José recuerda los almuerzos con sus hermanas a bordo del crucero. “No veía mucho a mi padre porque las navegaciones eran por 60 días y sólo 15 estaba en el hogar, pero sí me acuerdo la sensación al ingresar al crucero. Íbamos cuando estaba de guardia. Era como estar en una gran casa. Conocimos todo el buque salvo la sala de máquinas porque papá nos decía que nos íbamos a ensuciar si bajábamos”.

“Es un orgullo ser hijo de un tripulante del crucero ‘General Belgrano’”, remarcó el suboficial, quien comenta que cada 2 de mayo en distintos lugares de Salta rinden honores a su padre. Hoy en Río Grande también. De los 1093 tripulantes 323 no regresaron a sus hogares y el Estado Nacional los ha declaro héroes nacionales.
 

Nocturno Culto

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Sobreviviente del crucero ARA “General Belgrano” brinda conferencias en establecimientos educativos
2-5-2014 | A 32 años del conflicto de Malvinas, Juan Carlos Heinze continúa trasmitiendo su relato personal ante niños y adultos.


Buenos Aires – Al finalizar el conflicto de Malvinas, Juan Carlos Heinze (51), se convirtió en ex tripulante del crucero ARA “General Belgrano”. Sus días en la Armada Argentina y a bordo del buque emblemático, le dejaron un sinfín de experiencias personales que transmite en diversas charlas educativas.

“Recuerdo una vez haber ido a buscar a mi hermano menor al colegio y mi presencia sumado a lo que comentaba fue una revolución para los docentes y alumnos y desde entonces mi objetivo ha sido difundir desde lo personal lo que me tocó vivir”, contó.

Juan Carlos, trabaja desde 2011 en la División Relaciones con la Comunidad del Departamento Relaciones Institucionales de la Secretaría General Naval, y su tarea específica está relacionada con brindar conferencias que son organizadas por los directivos de los establecimientos educativos donde el punto de reflexión es Malvinas y las experiencias de los veteranos de guerra.

El trabajo que lleva adelante como veterano de guerra resulta de un alto valor para la Armada Argentina. “Como personal civil de la Armada y veterano de la guerra de Malvinas visito colegios y familiares de caídos como una necesidad personal porque así lo siento y la Armada me apoya en que lo realice desde la División Relaciones con la Comunidad”, comentó Juan Carlos Heinze.

Cada charla que realiza es una ceremonia. Prepara su uniforme y las condecoraciones que lo distinguen como veterano lo que resulta llamativo en especial para los niños. “En una oportunidad fui de traje a un Bachiller y la directora me dijo que los alumnos esperaban a un soldado. Desde entonces visto el uniforme, lo cual me enorgullece y representa a todos los que de una u otra manera han participado en la gesta”.

En representación de la Armada ha recorrido escuelas primarias, secundarias y de adultos de las provincias de Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Salta, Misiones, Entre Ríos, Buenos Aires, entre otras. En las conferencias relata cómo era su vida antes de ingresar a la Institución, su educación, su familia, como así también su experiencia a bordo del crucero ARA “General Belgrano”. “En mis charlas intento transmitirle a los niños, jóvenes y adultos que la persona que les habla es igual a ellos, para que puedan identificarse”, comentó Juan Carlos.

Y agregó: “Los chicos quieren saber de la guerra. Cuando me ven preguntan por las medallas y el uniforme y les digo que también era chico como ellos y que quería ser militar. Les cuento que mi papá fue el primer soldado que conocí porque era él quien se levantaba temprano para hacer muchas cosas por nosotros. Los chicos me escuchan atentos, se compenetran y se suman a la historia”.

Por las conferencias brindadas ha recibido por parte de los directivos y alumnos notas de agradecimientos como así también requerimientos para futuras exposiciones.

Siempre con el objetivo de difundir desde lo personal sus vivencias y de transmitir los valores y el respeto por la historia.
 

BIGUA82

VETERANO DE GUERRA DE MALVINAS
Colaborador
MEMORIAS DE UN VETERANO DE GUERRA
Por el Contraalmirante (R) Veterano de Guerra de Malvinas
Enrique Germán MARTÍNEZ (Nro. Vet. 8521622)

HOMENAJE DE LA “ASOCIACIÓN AMIGOS DE LA FRAGATA ARA LIBERTAD” AL CRUCERO GENERAL BELGRANO, A SUS TRIPULANTES Y A SUS CAÍDOS EN COMBATE

LOS HECHOS
2 de mayo de 1982, la hora 1601. El crucero liviano ARA”GENERAL BELGRANO”, ex USS “PHOENIX” botado en 1937 y que había sobrevivido al ataque japonés en Pearl Harbour el 7 de diciembre de 1941, sucumbió durante la Guerra de Malvinas ya que su antigua estructura no resistió el ataque proveniente del submarino nuclear HMS “CONQUEROR”, que disparó una salva de al menos tres torpedos de los cuales dos hicieron impacto en el casco de la nave.

Su lema grabado en letras de bronce en el escudo heráldico fue honrado en todo su significado “Irse a pique antes que rendir el pabellón”.

Pese a los denodados esfuerzos de los grupos de Control de Averías, las inundaciones se tornaron incontrolables y aproximadamente a las 1612, con la escora del buque en 15 grados y en aumento, la tripulación recibió la orden de cubrir sus puestos de abandono. Las condiciones de viento eran entre 30 y 40 nudos, el estado del mar 4/5 y la temperatura del agua de mar de 1 grado centígrado.

El comandante CN Héctor E. BONZO, demoró cuanto pudo el abandono para lograr que los heridos fueran atendidos y preparados lo mejor posible antes de embarcar en las balsas salvavidas. También para distribuir los tripulantes por balsa dado que se habían producido muchas bajas y en la soledad de las balsas el apoyo muto es fundamental para la supervivencia. Los grupos de rescate trabajaron denodadamente extrayendo heridos desde las cubiertas bajas y los oficiales de la Plana Mayor garantizaron el control y el orden antes y durante el abandono del buque.

A las 1623, ya con 20 grados de escora a babor, el Comandante ordena abandonar el crucero siguiendo el procedimiento establecido de saltar sobre el techo de las balsas o utilizando redes de abandono según fuera la banda de abandono. A las 1630 la escora ya era de 30 grados.

A las 1645, todo el personal que había sobrevivido había abandonado el buque. En esas circunstancias y como último hombre, abandona el Comandante, arrojándose al mar y nadando hasta la balsa más próxima.

A las 1701, el crucero ARA “GENERAL BELGRANO” desaparece de la superficie.

-Tripulantes: 1083
-Bajas 323
-Sobrevivientes 770

Luego del hundimiento, las balsas comenzaron a atarse entre si, por si mismas, o con la ayuda de los botes neumáticos, con el concepto de formar un campo de balsas para facilitar la localización posterior. No obstante, al poco tiempo y dadas las condiciones de la marejada existente comenzaron a sufrir golpes tan violentos que amenazaban con dañar los flotadores por lo que se decidió cortar dichos cabos y dejar que se dispersaran.
Durante la noche el temporal continuó en aumento, alcanzado vientos de 60 nudos y olas de casi nueve metros.
El movimiento de las balsas produjo un gran cansancio muscular que determinó que los mayores sufrimientos de los sobrevivientes fueron el frio, los mareos y el agotamiento físico.
No se observó ningún caso de indisciplina ni agresividad. El liderazgo a bordo de las balsas fue ejercido por los líderes formales. Los sobrevivientes coincidieron que canciones y rezos en conjunto contribuyeron en gran medida, a mantener la moral alta.

El mismo 2 de mayo, y ante la certeza del hundimiento, la Armada Argentina, inició las operaciones de búsqueda y rescate. A tal fin, destacó cuatro aeronaves de exploración y cuatro unidades de superficie, que incluían un buque hospital.

A las 0910 hs del 3 de mayo, una de las aeronaves observó una gran mancha de petróleo y posteriormente objetos flotantes. De acuerdo a los cálculos que consideraban el efecto viento/ corriente, la posición era coherente con una deriva al rumbo 160 velocidad 1.5 Ns, desde el punto de hundimiento.

A las 1000 hs los buques de rescate adoptan una formación de línea de frente con una separación de cinco millas entre unidades, sobre un rumbo coincidente con el vector viento/corriente (SSE) y con origen en la posición de los objetos avistados por el avión explorador.

A las 1315 se avistan las primeras balsas y se inicia el rescate de los sobrevivientes. Al día siguiente, a las 1250 hs se localiza la última balsa pero sus ocupantes no habían resistido la prolongada espera. La operación de búsqueda y rescate se dio por finalizada el dia 7 de mayo a 2235 hs

MI RELATO

Esta es la crónica fría como el mar en la zona del naufragio y desapasionada, si no hubiera sido testigo presencial de aquella jornada.

Era teniente de navío, 31 años de edad, casado y con dos hijos de 7 y 6 años de edad, me desempeñaba como Jefe de Operaciones del Destructor ARA PIEDRABUENA, que desde el instante en que el Crucero queda fuera de combate asume el rol de Comandante en la escena de la acción.

Es imposible describir la responsabilidad que me oprimía el alma al sentirme uno de los responsables directos de la localización de las balsas con las cuales, en las maniobras de evasión y contramedidas antitorpedos posteriores al ataque, así como por la caída de la noche y el mal tiempo reinante, habíamos perdido todo contacto.

Desde la desaparición del eco radar del Crucero en las pantallas de nuestro radar de superficie, hasta la localización del primer rastro de un naufragio al día siguiente al mediodía, puedo contar cada segundo, como los que en toda mi vida he dedicado con mayor intensidad a ayudar a otras personas, que las imaginaba sufriendo indescriptibles circunstancias físicas y espirituales. Y estaba en lo cierto.
Durante toda la noche repetimos los cálculos de deriva de las balsas, con todas las variables posibles, suponiéndolas con diferentes cantidades de tripulantes y por ende con diferentes calados y superficies expuestas al viento, así éstas comenzaron a mostrarnos un área cada vez más grande donde las balsas estarían muy dispersas, lo cual por un lado facilitaría su localización pero por otro harían mucho más lento y costoso en vidas el rescate.

Nada jugaba a favor, el viento no había sido constante en dirección e intensidad los días previos, por lo cual las corrientes en la superficie eran difíciles de calcular. Durante la noche había soplado con intensidad de temporal fuerte y había generado un estado de mar tan violento que en una de las inmersiones de la proa, bajo la ola gigante que nos embistió, sumergió nuestro buque hasta el mamparo del puente de mando y el choque con el mar fue tan violento que se produjeron flexiones permanentes en la estructura más fuerte del buque, es decir en su armazón.
Flexionó puntales, baos y cuadernas, es decir el esqueleto del buque. No sólo eso, el impacto furioso del mar desencajó una torre de la artillería 5 pulgadas de la batería proel es decir una masa de acero de varias toneladas, sacándola de su base de giro y dejándola condenada e inservible por el resto de la corta vida que tuvo el Destructor PIEDRABUENA.

Aún así a la medianoche, con todas nuestras luces y reflectores encendidos, a la mínima velocidad de gobierno, haciendo sonar nuestra sirena y emitiendo con el sonar en modo de búsqueda para disuadir la aproximación de un hipotético submarino, navegamos peligrosamente durante un tiempo considerable en el área del “punto dato”, es decir donde según el cálculo de ese momento nos indicaba que podían haber derivado las balsas salvavidas. Tal era el viento y las corrientes supuestas que ya estábamos a 30 millas del lugar del naufragio. Pero no vimos ni el más mínimo rastro de un naufragio en la impenetrable oscuridad del Atlántico Sur.

A partir de ese momento la incertidumbre sobre las reales posibilidades de un abandono razonablemente exitoso en orden comenzó a minar de dudas nuestras esperanzas, las cuales estaban puestas fundamentalmente en el adiestramiento de los marinos del Crucero y en el mantenimiento del orden y la disciplina en el momento más crítico del abandono, siempre que la velocidad del hundimiento se los hubiera permitido.

Es imposible relatar cada segundo de una noche de angustia y trabajo recalculando todas y cada una de las variables que podían aumentar o disminuir la velocidad de deriva de las balsas y su dirección en función de la meteorología pasada y presente. Fue una noche eterna de vigilia, en la cual nadie pensó en uno mismo. Hasta que llegó la madrugada aún con olas de más de 5 metros de altura y viento de temporal, que daba lugar a una temperatura insoportablemente gélida en el exterior del buque, circunstancias en que supuestamente luchaban por su vidas nuestros camaradas.

Un obstáculo más nos llenó de congoja cuando al amanecer, una densa niebla impedía a las aeronaves de búsqueda ver la superficie del mar, en la cual aunque furiosamente encrespada, se tenían que ver los techos color naranja de las balsas salvavidas, en caso que la distancia de avistaje fuera adecuada.

A las 0910 entre los jirones de niebla una aeronave alcanza a divisar una gran mancha de combustible en la superficie y algunos despojos, tendidos en la dirección del viento. Nuevamente frenéticos recálculos nos dieron una posición no muy diferente a la que ya suponíamos, e inmediatamente ambos buques se lanzaron, adoptando un esquema de búsqueda en dirección al punto donde interceptaríamos a las balsas que hubieran sobrevivido al naufragio, a la máxima velocidad compatible con la preservación de la integridad y seguridad de los navíos.

A las 1315 ya en la zona de mayor probabilidad de avistaje, las aeronaves se encontraban efectuando una búsqueda expandida en espiral, cuando en el circuito de control y coordinación entre las aeronaves y los destructores ARA BOUCHARD Y ARA PIEDRABUENA, se escuchó una frase proveniente del piloto de la aeronave que cada uno recordará de por vida y quedará impresa en su alma según fueran sus sentimientos y emociones: “Veo una balsa,…. No, varias balsas!.... Rectifico, se avistan muchas balsas! Gritó eufórico el piloto...

Ambos destructores, a los que se sumaron luego el Aviso ARA GURRUCHAGA y más tarde el Buque Polar ARA BAHÍA PARAISO y el Buque de la Armada de Chile PILOTO PARDO, rescataron 770 sobrevivientes, en un hecho sin precedentes en cuanto a la pérdida de vidas en un acto de guerra de semejantes características, cuya dimensión es abrumadora, pero pudo haber sido mucho peor de no haber sido por la calidad profesional y humana y el adiestramiento y arrojo del personal de la Armada Argentina.
A esos camaradas que permanecen en su último puesto de guardia, custodiando el pabellón nacional de su navío allá en las profundidades del mar, Dios y la Patria les concedan el honor y la gloria eterna. Para ellos mi emocionado recuerdo, agradecimiento por su valor en todas las circunstancias que les tocó vivir y por su entrega incondicional al servicio.
A los que sobrevivieron, pese al duro castigo recibido durante sus interminables horas en las balsas, con la incertidumbre más absoluta de lo que estaba ocurriendo, mi admiración y satisfacción por haber contribuido a rescatarlos del mar enfurecido y que hayan regresado íntegros y seguros a sus hogares y sus afectos.
A todos los veteranos que regresamos a casa, cualquiera haya sido nuestro grado de participación, nos cabe el deber de resaltar los actos de heroísmo de quienes cayeron en la batalla y dar nuestro testimonio de que se combatió con valor, profesionalismo y orgullo patriótico.
El hundimiento del Crucero Belgrano "no fue un crimen", sino un acto de guerra, No éramos víctimas, sino combatientes y no fuimos "los chicos de la guerra", esa patética imagen llorosa, adolescente y sufriente con la que muchos nos quisieron caracterizar.
Éramos verdaderos combatientes, sujetos a las leyes de la guerra, orgullosos de nuestro uniforme, de nuestra bandera y de nuestro destino. Si pasamos privaciones o padecimientos sabíamos que las guerras se caracterizan por esas alternativas y éramos suficientemente fuertes y adiestrados para sobrellevarlos.
Pero también sabíamos que esos padecimientos no eran nada comparados con la certeza de que el oponente tenía, al igual que nosotros, la firme determinación de quebrar la voluntad de lucha de nuestras fuerzas armadas por medio del daño.
Que la Patria no olvide a sus militares, profesionales o reclutados, que fueron a defenderla en combaten. Sería de indigna bajeza atribuirles la menor relación con la situación política del país en aquellos tiempos. Sería también una ofensa a los jóvenes que se entregaron a la batalla desigual con valor y patriotismo y una afrenta a la dignidad de sus Instituciones fundacionales, en las cuales se forjaron y prepararon para ir a la guerra: las Fuerzas Armadas de la Nación.

Clte.(R) Enrique Germán Martínez
 
Golpe por golpe, la respuesta argentina no se hizo esperar y el destructor tipo 42 Sheffield es herido de muerte.

La retaliación llegó rápido para vengar al glorioso ARA General Belgrano, de la mano de la dupla Super Etendard y Exocet, y de los pilotos Bedacarratz y Mayora.
Se empezó a gestar un arrecife coralino en el Atlántico a partir del 04 de mayo de 1982 made in D-42 Sheffield y para el 10 de mayo la fauna ictícola de nuestro mar argentino agradecida.



http://www.malvinasdata.blogspot.com.ar/2014/05/04-de-mayo-de-1982-golpe-por-golpe-la.html
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Última edición:
La palabras del Segundo Comandante en el cenotafio del HN Pedro Mayo fueron demoledoras centrándose en el proceso de desmalvinización, la utilización de los héroes, la indiferencia de la clase política y largo etc. Pena no haberlo grabado por estar monomano. Un verdadero honor entonar 2 veces en el día el himno nacional con lagrimones, después de tanto tiempo junto a VGM. Y cantar la Marcha de la Armada y Malvinas con mi hijo y viejo. La misa en Stella Maris curiosamente fue cambiada de horario por primera vez en 32 años, porque a alguno no le quedaría cómodo, haciendo que mucha gente que asiste a piñón fijo año tras año no fuese. En Parque Centenario navegó la maqueta del Crucero, luego hubo otra misa en la capilla del Hospital Naval. sldos
 
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