A los hombres de acción...

Nicolas - G Lock, se agradece el concepto, insisto como canción es realmente bella, tratemos de conseguirla y la subimos como URL o como se pueda ( hasta aquí llegan mis conocimientos informaticos ).-
Saludos habituales.-
 
Qué hermosos aportes! Yo ahora agrego un artículo extraído de la Revista Cabildo. Marzo 2007 Año VII Nº 63 – páginas 10 y 11.

Aniversarios. Por Antonio Caponnetto.

Mi Homenaje Personal al Subteniente Oscar Silva.
A principios de marzo del corriente, Marcelo Grecco, que dirige esforzadamente la publicación digital “El Caballero de Nuestra Señora”, me pidió con su habitual generosidad que le escribiera una nota a propósito de los 25 años del 2 de abril, próximos a cumplirse. Le remití esta carta, que me parece oportuno dar a conocer.

Querido Marcelo:
Me pides que te escriba algo sobre Malvinas, para “El Caballero de Nuestra Señora”, con motivo de los 25 años del inolvidable 2 de abril.
Si me lo permites, te escribiré algo que nunca he contado en público, por temor a que se confunda con vanagloria.
¿Primicia de “El Caballero…”? Nada de eso. A nosotros, las únicas primicias que nos tienen que importar son las de la salvación que, como ha recordado Benedicto XVI en su Homilía sobre la Natividad de la Virgen del 2005, nos llegan gracias a los méritos de María Santísima.
Ocurrió lo siguiente: Hacia fines del 2004, en una de las visitas habituales a la librería Santiago Apóstol, me llamó la atención un libro entonces reciente: “Malvinas, la última guerra romántica”, su autor, un veterano de la contienda, el Teniente de Infantería Comando Dámaso Guillermo Soraires.
Adquirí la obra, publicada por Ediciones Camino del Bajo, y al llegar a la página 77, lo que empecé a leer me causó sorpresa, emoción, gratitud y un llanto contenido que todavía me asalta en cada releída.
Cuenta Soraires que el Teniente Frencha encontró el cuerpo sin vida del glorioso Subteniente Oscar Silva, caído en combate. En la chaquetilla de su uniforme de batalla había “una poesía que recordaba muy bien”, titulada “Maestro de Combatientes”.
Soraires agrega entonces, antes de proseguir con el relato, una evocación en prosa de unos versos míos que incluí en el prólogo que me pidiera para su libro el entrañable amigo Miguel Angel Ferreyra Liendo. (Romancero de la Guerra del Atlántico Sur. Córdoba. Arpón. 1984)
La parte evocada en prosa es aquella que dice en el original: “Que no me ofrezcan lo que nunca tuve / por compensar lo que nos han quitado, / el honor de decir: donde yo estuve / flamea un estandarte soberano.”
Acota al fin Soraires, que el Teniente Frecha llevaba consigo aquel poema postrero del Subteniente Silva, y al que el caído había titulado “Maestro de Combatientes”. Pero que él juzgó lícito hacerle un cambio, y así se lo comunicó a un “Oficial de Marina”, a quien le narraba la muerte heroica de Silva.
El cambio se debía, según el Teniente Frecha, a que “ya no flamea el estandarte [en Malvinas], sino que hay que arrebatar el estandarte”.
Transcriptos los largos y vibrantes versos del Subteniente Oscar Silva – “composición actualizada” por el cambio de Frecha - el “Oficial de Marina manifestó su intriga por el título original del poema que los había motivado: Maestro de Combatientes. Frecha le responde que el subteniente Silva había abrevado para su formación en el Centro [de Estudios] Nuestra Señora de la Merced, donde había conocido al maestro de combatientes, un profesor de historia e investigador, que le decía que se podía perder una guerra poniendo a resguardo el honor de los protagonistas. Teniendo en cuenta esa premisa, además de renunciamiento y sacrificio, el profesor de historia le pedía a su discípulo que ante la contingencia de una guerra, al combatiente le era debido decir: “no me ofrezcan lo que nunca tuve por compensar lo que nos han quitado”. Para poder decir, donde yo combatí sigue flameando un estandarte soberano”.
He de vencer el natural pudor, y Dios no permita que sea pecando contra la humildad, para decir que ese “profesor de historia e investigador” que daba clases en el Centro de Estudios Nuestra Señora de la Merced, era yo. Quien repase la colección de “Cabildo” correspondiente a los años que giran alrededor de 1980, verá la sucesión de avisos convocando a los Cursos que entonces tenía a mi cargo. Precisamente, fueron los años en que el Subteniente Oscar Silva llegó desde su San Miguel natal a Buenos Aires para incorporarse al Colegio Militar de la Nación.
Desde que leí esas páginas de Soraires no pocos sentimientos me cruzaron al galope. Miento si no digo que el primero fue el legítimo orgullo, el manso y hondo consuelo de la recompensa espiritual, y el sobrecogimiento absoluto –un verdadero temor y temblor- ante la comprobación de que de los frutos de mi tarea docente se estaba dando testimonio. Pero inmediatamente mi memoria buscó entre esos muchos rostros de tantos alumnos antiguos, la cara del Subteniente Silva, su voz, su porte, su sencillez y su talante. La memoria quería volver por sus fueros para rendirle homenaje.
Un año antes de la aparición del libro providencial de Soraires, yo le había prologado a Alberto Mansilla su valioso ensayo “Argentina tiene héroes”, uno de cuyos capítulos traza precisamente la biografía y la muerte en combate del legendario Subteniente Silva.
De modo que no me era ajena su figura, ni su trayectoria, ni su sacrificio paradigmático. Pero me era ajena la incomunicable conmoción de considerar que aquél, a quién conocí como alumno, conocía ahora como biografiado; que aquél, en suma, a quién traté como joven soldado, reconocía tras los años y la guerra justa, como héroe de la nacionalidad.
Y sobre todo, me era ajena la paradójica unión del gozo y del dolor, del honor y de la herida, de la satisfacción y de la pena, de saber que mi alumno –gallardamente muerto – había tenido la magnanimidad de dedicarme su poema. Pedí Misas por su alma, y fue lo mejor que supe pedir para él. Todo reconocimiento hacia su gesto me resulta insuficiente. No supe ni sabré nunc cómo agradecerle su discipulado, ratificado con la sangre; y la verdad es que, no habiendo derramado la mía en el Sur, no me siento merecedor de su gesto. Ni de ser calificado con el título de su poema.
El Subteniente Silva cayó bravamente en Tumbledown, como integrante de la Compañía Nácar, defendiendo palmo a palmo el suelo patrio ante la embestida invasora. Una ráfaga de fuego lo alcanzó en la cintura, la noche del 13 de junio, mientras se multiplicaba en órdenes y en brazos para que todos sus subordinados pelearan sin rendirse. Es probable que su último pensamiento estuviera centrado en “la primera verdad que es el Verbo”, según dejó escrito en su poema. Bienaventurado él, y los que con él, arrebataron el Cielo por asalto.
El Centro de Estudios Nuestra Señora de la Merced era una noble y resuelta iniciativa de Juan Carlos Monedero. Funcionaba en un modesto local rentado en la zona céntrica de Buenos Aires, a costa de austeridades compartidas, y no debo disimular la precariedad y la escasez de medios con la que nos movíamos. Tampoco la sencillez de aquellas clases mías, sin la pericia que suelen traer los años de carrera docente.
Sin embargo, la gracia de Dios, que desde el pesebre sabe hacer brotar lo grande de lo pequeño y la flor del lodazal, hizo el milagro de que en ese ámbito de estrecheces y de fervores nacionalistas católicos, y a pesar de las limitaciones, se contribuyera a la formación de un héroe.
Quienes aún hoy nos dedicamos al magisterio, y estamos tentados a veces de maldecir nuestra suerte, de desesperar de la ausencia de frutos, de protestar por la indiferencia de quienes son nuestros alumnos, debemos pensar seriamente si detrás de esos jóvenes que se nos pone en el camino, no hay un Subteniente Silva aguardando la noche de la próxima Reconquista.
Buenos Aires.
Cuaresma de 2007.-
 
Gracias Darío, se ve que Gimenez Agüero siente la causa, esta muy buena la canción.- La que solo conseguí la letra, cantada te aseguro puso a llorar de emoción a todo el público en aquella luna coscoina.-
Saludos habituales.-

Me imagino, no la pude encontrar a la que pusiste vos. Pero voy a seguir buscando, y no hay nada que agradecer. Un abrazo
 
Tumbas blancas.

Aqui transcribiré unos segmentos de un artículo publicado en una vieja Revista de la década del 6o llamada Planeta. Era una revista francesa, y el autor de este articulo se llama Aimé Michel, se titula: "Cómo y por qué un lugar se hace sagrado", en él, reivindica de algún modo "el misterio", el "asombro", lo "inexpresable"... y evocando una serie de momentos de su vida en dónde experimentó tales cosas, recuerda una visita a la Cripta de Vieil-Armand (Memorial Hartmannswillerkopf. La montaña de Hartmannswillerkopf ("Vieil Armand" para las tropas francesas) fue uno de los puntos más calientes de la Primera Guerra Mundial. Pasó innumerables veces de un bando a otro y aunque el número exacto de muertos no se sabrá nunca, un mínimo de 30000 soldados murieron victimas de los gases tóxicos. Un gran campo de cruces blancas y una cripta con huesos de 12000 soldados desconocidos, conforman un lugar para el mantenimiento de la memoria, un monumento que está construido encima de una cripta que encierra los restos de los 12.000 soldados desconocidos. Es una amplia terraza coronada por el altar de la Patria, de bronce, cuyas caras representan los escudos de armas de las grandes ciudades de Francia. Tres capillas se encuentran alrededor del osario, una judía, una protestante y una católica. El lugar está lleno de antiguas fortificaciones, segmentos de zanjas y refugios principalmente alemanes.)

http://www.geocities.com/moragallego/Necropole.jpg

Y aquí el segmento que inevitablemente me llevó a pensar en el Cementerio Argentino en Malvinas:

...."volvamos a los lugares sagrados, y hasta admitamos la explicación inútil e incomprobable de un temor difuso a la muerte. Cuando visitaba por primera vez los Vosgos en compañía de mi esposa. (...) Era el Hartmannswillerkopf, el demasiado famoso Vieil Armand de la Primera Guerra Mundial. Ese nombre me recordaba por otra parte, algo distinto del pesado recuerdo escolar. ¿Qué? Lo comprendí al visitar el cementerio, cuando vi allí blancas, bien alineadas, limpitas como los expedientes de un empleado modelo, las tumbas que dejó el batallón de cazadores alpinos en el que combatió el sargento Jules Michel, mi padre. Nada más monótono que la horrible absurdidad de los cementerios militares, y yo creo sentirla más que cualquier otro, pues tal vez le deba a la protección paradójica de una enfermedad que me libró de la conscripción, el no descansar en uno de ellos.
Cada vez que veo la tumba de un soldado no puedo menos de pensar - ¿y por qué he de hacerlo yo?- que su pobre cadáver abandonado no descansa allí sino porque fue el cuerpo de un hombre sano, admirable producto de tres mil millones de años de meditación de la naturaleza y prometido de una vida triunfante y fecunda; y que si hubiese sido menos idóneo para sobrevivir, habría sobrevivido, como yo, pues la guerra practica la selección al revés mediante la exterminación de los mejores.
Pero estos pensamientos -y otros muchos- que hacen de la visita de un cementerio militar una prueba angustiosa y saludable, dejaron lugar, cuando descendimos a la cripta excavada allí en recuerdo de los muertos, a un sentimiento muy diferente, mucho más difícil de expresar y del que, lo juro, estaba excluido totalmente el temor a la muerte. Ya no había en mí temor alguno cuando leí en la piedra del monumento de la drecha el admirable versículo de Ezequiel XXXVII,9: "Ven, ¡oh, espíritu!, ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos huesos muertos, y vivirán."
Sentí a mi alrededor la presencia de todos esos muertos inútiles y la formidable masa psíquica de su valor, de su olvido de sí mismos, de su sufrimiento aceptado y superado hasta la prueba suprema. Ningún temor, sino más bien ternura y compasión que las que puede contener el corazón de un hombre y las que puede expresar su lenguaje, al mismo tiempo que no se qué extraño orgullo por ser hijo de un planeta capaz de producir tales virtudes. Olvidé entonces que el crimen que había tendido allí a tantos hombres jóvenes franceses y alemanes era también algo terrestre y que yo participaba tal vez en el crimen de los unos más que en el heroísmo de los otros. Los hombres que estaban allí, esperando bajo tierra la promesa de Ezequiel, habían padecido un suplicio del que mi padre me había hablado cien veces con la voz enronquecida por el gas mostaza. Todos odiaban la guerra. (...)

Lo comparto con ustedes, gracias a que un gran amigo lo compartió conmigo y me regaló ese número de la Revista.
Saludos, desde Corrientes.
 
Hola a todos: Lamento no poder encontrarla musicalzada en la red para subirla como canción, les dejo humildemente " una letrita " del cantor patagónico Hugo Gimenez Aguero que se inspira en el cementerio de Darwin, se la escuche en vivo en el festival de Cosquín allá a principios de los 90, la canción es un lujo.-

MISIÓN BLANCA (malambo)

Mejor que venga la nieve
así no verán que estamos
Aunque sepan que caímos
creerán que nos levantamos.

II
Que suerte mi cruz es blanca
igual la de mis hermanos
Nuestra voz ha de cantar
al viento por los rosarios.

Estribillo
Compatriotas, compatriotas
hacen bien en olvidarnos
La lucha nunca termina
y aquí seguimos peleando
Que no se sepa que hay flores
sobre un cementerio blanco
Flores que nadie regó
pero que están germinando.



III
Un beso me trae el viento
con mariposas de nieve
Que brillo tienen las islas
cuando hace frío y no llueve.

IV
Algún día una paloma
con un laurel en la frente
Soltará sobre estas tierras
la gloria de los valientes.


Saludos habituales.-

Por aquí encontre una versión del malambo pero no por su autor sino por otro interprete llamado Fito Mendez, que la hace mas rapida que en la versión de Gimenez Aguero, les subo el URL de esa versión y otro de Gimenez Aguero de una canción que también es muy emotiva, y se inspira en la carta de un conscripto acantonado en Rio Gallegos en la Navidad de 1978, perdon por la desviación pero me parece que vale, por el sentimiento y para conocer al autor.-

http://www.youtube.com/watch?v=iUM2dnVXtYM

http://www.youtube.com/watch?v=fKUoIa6lvR8

Saludos habituales.-
 

Nicolas Kasanzew

Corresponsal Veterano Guerra de Malvinas
Otro poema de Juan Luis Gallardo, de vibrante actualidad...

CRIATURA QUE NACERÁS


Criatura que nacerás en nuestro suelo argentino,
desde ya le pido a Dios que vele por tu destino.

Que cuentes con un hogar que te reciba al nacer,
formado por el amor de un varón y una mujer.

Por el amor conyugal, por el dulce amor fecundo
que es el ámbito mejor para ingresar a este mundo.

Le pido a Dios por tu suerte, criatura que va a llegar,
le pido por el entorno que tu cuna ha de rodear.

Que encuentres esa ternura que sólo brinda una madre
y la sobria fortaleza que caracteriza a un padre.

Mezcla de índoles diversas, inherentes a los sexos,
con sus rasgos principales y sus detalles conexos.

Tu madre conformará con bondad tu corazón
y tu padre fijará los rumbos de tu razón.

De tu madre aprenderás los secretos del amor
y de tu padre las reglas del respeto y el honor.

Por ella conocerás los horrores de la guerra,
mas por él vas a saber que has de defender tu tierra.

Padre y madre te darán, con su acción complementaria,
para transitar tu vida la formación necesaria.

Tu madre te llevará por primera vez al templo
y en tu padre encontrarás la docencia del ejemplo.

Bendita diversidad, armónica y concordante,
que te han querido quitar, llevándote por delante.

Que te han querido quitar sin siquiera consultarte,
criatura, que en este intento no has tenido arte ni parte.

Te quieren arrebatar el derecho de tener
a un hombre que sea tu padre, como madre a una mujer.

Según está establecido por el orden natural
y conforme a lo admitido desde tiempo inmemorial.

Pidamos al cielo, entonces, que eso no vaya a ocurrir,
pidamos por tu ventura, criatura que va a venir.

Criatura que nacerás en nuestro suelo argentino,
desde ya le pido a Dios que vele por tu destino.





Juan Luis Gallardo
julio 13 del 2010
 

BQ1982

Veterano Guerra de Malvinas
Nicolás y foristas

Excelentes los poemas de Gallardo así como los artículos que los foristas han ido agregando.
Aprovechando el tema abordado voy a ponerles estos modestos versos que escribí para los 10 años, 20 años y 25 años de la gloriosa Gesta. No soy un profesional, es lo que siento y puedo manifestar en versos y espero les sea de vuestro agrado.
Además agrego el hermoso poema que Almafuerte escribiera en 1891 y que hasa podría haber sido dedicado al nuestro querido Crucero Belgrano.

’ RECUERDOS DEL AYER’’
Hace tantos años y parece,
Parece que fue ayer que hubiésemos llegado,
A las benditas tierras irredentas
Que por la fuerza los piratas nos quitaron.

Aún recuerdo el cálido recibimiento
De la fría turba malvinera
Diciéndonos ‘’Al fin me recuperan,
Del colono inglés arríen su bandera’’.

Aún recuerdo el paño celeste y blanco
Ondeando al viento desplegado,
Como protector de nuestros jóvenes soldados
A quienes hoy el pueblo ha olvidado.

Aún recuerdo los días y las noches,
De vigilia de nuestros hombres apostados,
Al pie de un cañon, un avión, una trinchera
Defendiendo con valor el honor recuperado.

Aún recuerdo aquel catorce de junio, tan amargo,
En que el inglés mostró su cara asombrado
Al saber que nuestros jóvenes soldados
No peleaban como ellos por dinero,
Sino por el honor de su patria y su bandera.

Es por eso que, a tantos años de esa gesta tan gloriosa,
Quiero rendir mi tributo más sincero
Para aquellos que lucharon con denuedo,
Para aquellos que volvieron y no olvidaron,
Para aquellos que quedaron para siempre,
Como héroes, silenciosos , custodiando
Una parte separada de la patria
A la que su tesoro mas precioso ofrendaron.

BQ1982 (ABRIL 1992)

“ MUCHACHO DE BARRIO”

Muchacho de barrio que un día te fuiste
a tierras lejanas que no conocias,
muchacho de barrio que no preguntaste
si tu vida corria peligro de muerte.

Tan solo pensaste que ese dia tu patria
requeria de ti para defenderla,
tu vida entregaste sin miedo y con gloria
a un mar infinito que hoy te guarda por siempre.
.........................
Dejaste familia, amigos, tus cosas,
besandolos por ultima vez en tu vida,
querias volver y no regresaste,
te extrañan aquellos que te conocian.

Te llora tu madre, estan orgullosos tus hijos
de saber que fuiste un valiente argentino
que defendio con su vida a la patria atacada
por ese pirata que no entendia
porque te entregabas con tal valentia
por tierras lejanas que no conocias.
.........................
Han pasado los años, el barrio ha cambiado,
pero tu espiritu estara siempre presente
en sus calles que te vieron pasar orgulloso
el dia que te ibas a tu ‘’belgrano’’ querido.

Muchacho de barrio que nunca volviste,
que nunca lloraste por tu destino,
que nunca te olviden valiente argentino!

BQ1982 (ABRIL 2002)

COMBATIENTE POR MALVINAS

2 de abril día de gloria
Que tú nunca olvidarás
Defendiste tu bandera
Con valor y dignidad.

En la turba malvinera
Tu sangre se derramó
Y la vida ofrendaste
Por la Patria con valor.

Combatiente por Malvinas
Siempre al frente marcharás
Y la Patria que no olvida
Siempre te venerará.

Al tronar de los cañones
El cielo se iluminó
Y tu estirpe de guerrero
En Malvinas se mostró.

Con bravura tú luchaste
Por la Causa Nacional
Y en el campo de batalla
Fuiste un héroe sin igual.

Combatiente por Malvinas
Siempre al frente marcharás
¡Tu mirada siempre altiva,
Con honor y dignidad!


BQ1982 (ABRIL 2007)

“EN EL FONDO DEL MAR”

Era tu vida tal, tan sin pecado,
Tan bellamente bondadoso fuiste,
Que en el seno del mar, donde moriste,
Sabe Dios cuántas perlas han brotado.

Y ese mar amarguísimo y malvado
Que te vio perecer… ¡y tú no viste!...
Avergonzado de si mismo y triste
Nunca más será pérfido y salado.

En el crestón de peñas submarinas
En que chocó tu frente soberana,
Un faro se alzara de luz arcana,
Como una encarnación de tus doctrinas.
¡El mostrará las rutas argentinas
A la esperanza humana!

ALMAFUERTE – LA PLATA 1891

Saludos Roberto

"La emoción de su nombre es recuerdo
que se guarda por siempre jamás,
quien luchó por las Islas Malvinas
no las puede ya nunca olvidar".

---------- Post added at 12:21 ---------- Previous post was at 12:19 ----------

Disculpen pero olvide decir que ya casi tengo listo otro para el 2012, ya que así es como me gusta hacerlo. Por supuesto que los tengo registrados.

Roberto
 

thunder

Veterano Guerra de Malvinas
Miembro del Staff
Moderador
Pucará

Encontré esto que tenía guardado, desconozco el autor.
PUCARÁ


<!--[if gte mso 9]><xml> <w:WordDocument> <w:View>Normal</w:View> <w:Zoom>0</w:Zoom> <w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone> <w:DoNotOptimizeForBrowser/> </w:WordDocument> </xml><![endif]--> Te esperaban con radar de mucha tecnología
Te levantabas de trompa y quedaban panza arriba
Como un mosquito zumbón te pegabas a las olas
Y al lanzar tu zapucai se armaba la batahola
Que ya lo tengo en la mira, que ya lo bajo de fija
la pucha como le entrabas al gringo por las verijas.
En muy poquita ración, la justita para llegar y casi sin apuntar
le sacudías el cohetazo y una lluvia de balazos
te despedía al rajar.
No te podían pescar,
igualito a la Luz Mala
y si amaga en la proa por la popa se resbala
el inglés se sonreía con su armamento moderno
pero le hiciste un infierno a fuerza de valentía.
Ya cansados de hocicar en el medio de aquel evento
apenas soplaba el viento se ponían a temblar.
Al no poder escapar llamaron al primo hermano
Y entre los dos de la mano nos mandaron a guardar.
Que vamos a comentar la sarta de felonías
que pagaban intereses al mismo que combatías.
No vayan a equivocarse de creerte derrotado
apenas desensillando acomodando el apero
no ha de faltar ocasión de verte en otro entrevero.
Cuánto valor en combate cuantos dejaron el cuero
para verlos enterrados en las mesas de dinero
Ah. Gauchito Pucará con tus pilotos de acero,
los respeta el mundo entero y los olvidan acá.
 
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