Daishi
Colaborador
Como diría Mirtha, el público se renueva ...............
Acorazados clase Kongo
Nombres: Kongo, Hiei, Haruna, Kirishima
Puesta en quillas: 1911-12.
Reconstruidos: 1927-30, 1933-40.
Desplazamiento: 31.720-32.350 toneladas standard; 36.320 tons.a plena carga.
Dimensiones: Eslora, 222,1 m; manga, 29 m; calado 9,7 m.
Propulsión: Turbinas de engranajes Karpon, 8/11 calderas Karpon136.000 shp;
4 hélices, 30 nudos.
Protección: Cintura, 205-75 mm; cubiertas, 120-50 mm; Barbetas; 255máx; torres 230 mm máx; torre de mando; 255-155 mm.
Armamento: 8 x 356 mm; 8 x 127 mm AA; 10 x 25 mm AA.
Dotación: 1437.
Haruna en Yokosuka, 11 de septiembre de 1916
Las cuatro unidades de la clase Kongo se terminaron en 1913-15 como cruceros de batalla convencionales, con gran velocidad y protección limitada. Tuvieron, no obstante, alto prestigio en la Marina Imperial japonesa y durante el período de entre guerra fueron sometidos a dos importantes reconstrucciones. Durante la primera, realizada en 1927-30, se les dotó de “bulges” antitorpedo, se aumentó la protección horizontal y el peso total de la coraza aumentó de 6.502 toneladas a 10.313, al tiempo que se aumentó la máxima elevación de la artillería principal de 30º a 43º; también se cambiaron sus calderas, pero el aumento de peso debido al incremento en la protección redujo la velocidad su velocidad de 27,5 nudos a 25,9.
La segunda reconstrucción. En 1933-401, se hizo con vistas a recuperar la anterior velocidad máxima: se desmontó por completo la planta motriz original reemplazándola por turbinas y calderas ligeras, con lo que la potencia original se duplicó con exceso prolongándose la popa 8 m para aumentar la relación eslora/manga. Con todo ello alcanzaron velocidades superiores a los 30 nudos y fueron reclasificados como “acorazados rápidos”. Se actualizó el armamento antiaéreo, se instaló un catapulta, con tres aviones, y se aumentó el espesor del blindaje en las barbetas. El Hiei, que había sido desmilitarizado de acuerdo con el Tratado de Washington en 1929, fue el último en reconstruirse: se le instalaron nuevas direcciones de tiro y una nueva estructura del puente que sirvió de modelo para la clase Yamato.
Un cañón de 14 pulgadas instalado a bordo del Haruna , octubre de 1914
Después de su segunda reconstrucción, la clase Kongo no se empleó ya en la línea de batalla japonesa sino en las formaciones de portaaviones y cruceros, para las que su alta velocidad les hacía perfectamente adecuados, de suerte que resultaron más activos en la guerra del Pacífico que cualquier otra clase de acorazados japoneses.
En diciembre de 1941 el Hiei y el Kirishima escoltaron seis portaaviones contra Pearl Harbor, en tanto el Kongo y el Haruna apoyaban la fuerza del Sur, que encargó de las operaciones contra las Filipinas, Malaca, Java y Sumatra. Tras la eliminación casi total de la fuerza de choque de portaaviones en Midway, el Hiei y el Kirishima entraron en fuego en la batalla de Guadalcanal. En noviembre de 1942 el Hiei entabló combate nocturno con cruceros norteamericanos; recibió más de cincuenta impactos de 203 mm y fue rematado por aviones torpederos y bombarderos a la mañana siguiente. Dos noches después, su gemelo el Kirishima se vio envuelto en un encuentro con los modernos acorazados norteamericanos Washington y South Dakota con las alzas casi a cero (7.700m); causó averías muy graves al South Dakota, pero fue seriamente alcanzado por el Washington, desmantelado por nueve impactos de 406 mm y más de cuarenta de 127 mm y tuvo que se hundido por su dotación.
Kongō tras su primera reconstrucción.
El Kongo y el Haruna sobrevivieron hasta la batalla del Golfo de Leyte, en el que estuvieron presentes con la fuerza de combate japonesa durante el fracasado ataque contra la escuadra de transporte norteamericana. Ninguno de los dos buques sufrió graves averías durante la parte principal de la acción, pero el Kongo fue hundido por un solo torpedo lanzado desde un submarino norteamericano Sealion en aguas de Formosa poco después de la retirada japonesa. Por último el Haruna se fue a pique en aguas poco profundas cerca de Kure en julio de 1945, atacado por aviones de portaaviones. Antes de estas batallas se había aumentado el armamento antiaéreo del Kongo y del Haruna a 12 cañones de 127 mm y 100 de 25 mm y a éste último se le añadieron además, 18 de 25 mm.
Fuente: Guía Ilustrada de los Acorazados y Cruceros de Batalla
Hiei en 1933, como buque de entrenamiento.
Kirishima Amoy, China, en 1938
Una acotación sacada del libro “La Flota de Alta Mar Japonesa” de Richard Humble
Ya en 1911, los ingenieros navales japoneses adoptaron la idea de cruceros acorazado – aquel fulgurante ideal de supercrucero, capaz de pegar tan fuerte como un acorazado y en el que, según frase del Almirante Fisher “la velocidad es coraza”.
Se encargó a los astilleros Vickers, en el Tyne, un buque que, en todos sus detalles, era tan revolucionario como lo había sido el Dreadnought cinco años antes. Se trataba del Kongo, el crucero de batalla que hasta la entrada en servicio del Hood inglés fue el buque de guerra más poderoso del mundo. Consiguieron meter en el Kongo ocho cañones de 14 pulgadas (356 mm), calibre que superaba a los usados entonces en cualquier otra marina. Se protegía con una cintura acorazada de 10 pulgadas y podían dar 27 nudos.
Aquellas características ponían en situación embarazosísima al inglés que lo construyó. Ningún crucero británico existente, en construcción o en proyecto, alcanza las características del Kongo y hubo que lanzar a construir los Lion a toda prisa, para cerrar la brecha a toda costa. La verdad es que un buque como el Kongo bebería haber hecho que se abandonara la idea de los cruceros de batalla antes de que llegara a ver la luz los acorazados rápidos de 15 pulgadas (381mm) Queen Elizabeth. Pero, en cuanto estuvieron listo los planos generales del Kongo, los astilleros japoneses se pusieron en actividad y botaron tres barcos gemelos: Hiei, Haruna y Kirishima. Al entrar en servicio en la Armada Imperial Japonesa, los cruceros tipo Kongo constituyeron por sí solos una potente escuadra de combate.
Haruna en 1934, tras su segunda reconstrucción.
Acorazados clase Kongo
Puesta en quillas: 1911-12.
Reconstruidos: 1927-30, 1933-40.
Desplazamiento: 31.720-32.350 toneladas standard; 36.320 tons.a plena carga.
Dimensiones: Eslora, 222,1 m; manga, 29 m; calado 9,7 m.
Propulsión: Turbinas de engranajes Karpon, 8/11 calderas Karpon136.000 shp;
4 hélices, 30 nudos.
Protección: Cintura, 205-75 mm; cubiertas, 120-50 mm; Barbetas; 255máx; torres 230 mm máx; torre de mando; 255-155 mm.
Armamento: 8 x 356 mm; 8 x 127 mm AA; 10 x 25 mm AA.
Dotación: 1437.
Haruna en Yokosuka, 11 de septiembre de 1916
Las cuatro unidades de la clase Kongo se terminaron en 1913-15 como cruceros de batalla convencionales, con gran velocidad y protección limitada. Tuvieron, no obstante, alto prestigio en la Marina Imperial japonesa y durante el período de entre guerra fueron sometidos a dos importantes reconstrucciones. Durante la primera, realizada en 1927-30, se les dotó de “bulges” antitorpedo, se aumentó la protección horizontal y el peso total de la coraza aumentó de 6.502 toneladas a 10.313, al tiempo que se aumentó la máxima elevación de la artillería principal de 30º a 43º; también se cambiaron sus calderas, pero el aumento de peso debido al incremento en la protección redujo la velocidad su velocidad de 27,5 nudos a 25,9.
La segunda reconstrucción. En 1933-401, se hizo con vistas a recuperar la anterior velocidad máxima: se desmontó por completo la planta motriz original reemplazándola por turbinas y calderas ligeras, con lo que la potencia original se duplicó con exceso prolongándose la popa 8 m para aumentar la relación eslora/manga. Con todo ello alcanzaron velocidades superiores a los 30 nudos y fueron reclasificados como “acorazados rápidos”. Se actualizó el armamento antiaéreo, se instaló un catapulta, con tres aviones, y se aumentó el espesor del blindaje en las barbetas. El Hiei, que había sido desmilitarizado de acuerdo con el Tratado de Washington en 1929, fue el último en reconstruirse: se le instalaron nuevas direcciones de tiro y una nueva estructura del puente que sirvió de modelo para la clase Yamato.
Un cañón de 14 pulgadas instalado a bordo del Haruna , octubre de 1914
Después de su segunda reconstrucción, la clase Kongo no se empleó ya en la línea de batalla japonesa sino en las formaciones de portaaviones y cruceros, para las que su alta velocidad les hacía perfectamente adecuados, de suerte que resultaron más activos en la guerra del Pacífico que cualquier otra clase de acorazados japoneses.
En diciembre de 1941 el Hiei y el Kirishima escoltaron seis portaaviones contra Pearl Harbor, en tanto el Kongo y el Haruna apoyaban la fuerza del Sur, que encargó de las operaciones contra las Filipinas, Malaca, Java y Sumatra. Tras la eliminación casi total de la fuerza de choque de portaaviones en Midway, el Hiei y el Kirishima entraron en fuego en la batalla de Guadalcanal. En noviembre de 1942 el Hiei entabló combate nocturno con cruceros norteamericanos; recibió más de cincuenta impactos de 203 mm y fue rematado por aviones torpederos y bombarderos a la mañana siguiente. Dos noches después, su gemelo el Kirishima se vio envuelto en un encuentro con los modernos acorazados norteamericanos Washington y South Dakota con las alzas casi a cero (7.700m); causó averías muy graves al South Dakota, pero fue seriamente alcanzado por el Washington, desmantelado por nueve impactos de 406 mm y más de cuarenta de 127 mm y tuvo que se hundido por su dotación.
Kongō tras su primera reconstrucción.
El Kongo y el Haruna sobrevivieron hasta la batalla del Golfo de Leyte, en el que estuvieron presentes con la fuerza de combate japonesa durante el fracasado ataque contra la escuadra de transporte norteamericana. Ninguno de los dos buques sufrió graves averías durante la parte principal de la acción, pero el Kongo fue hundido por un solo torpedo lanzado desde un submarino norteamericano Sealion en aguas de Formosa poco después de la retirada japonesa. Por último el Haruna se fue a pique en aguas poco profundas cerca de Kure en julio de 1945, atacado por aviones de portaaviones. Antes de estas batallas se había aumentado el armamento antiaéreo del Kongo y del Haruna a 12 cañones de 127 mm y 100 de 25 mm y a éste último se le añadieron además, 18 de 25 mm.
Fuente: Guía Ilustrada de los Acorazados y Cruceros de Batalla
Hiei en 1933, como buque de entrenamiento.
Kirishima Amoy, China, en 1938
Ya en 1911, los ingenieros navales japoneses adoptaron la idea de cruceros acorazado – aquel fulgurante ideal de supercrucero, capaz de pegar tan fuerte como un acorazado y en el que, según frase del Almirante Fisher “la velocidad es coraza”.
Se encargó a los astilleros Vickers, en el Tyne, un buque que, en todos sus detalles, era tan revolucionario como lo había sido el Dreadnought cinco años antes. Se trataba del Kongo, el crucero de batalla que hasta la entrada en servicio del Hood inglés fue el buque de guerra más poderoso del mundo. Consiguieron meter en el Kongo ocho cañones de 14 pulgadas (356 mm), calibre que superaba a los usados entonces en cualquier otra marina. Se protegía con una cintura acorazada de 10 pulgadas y podían dar 27 nudos.
Aquellas características ponían en situación embarazosísima al inglés que lo construyó. Ningún crucero británico existente, en construcción o en proyecto, alcanza las características del Kongo y hubo que lanzar a construir los Lion a toda prisa, para cerrar la brecha a toda costa. La verdad es que un buque como el Kongo bebería haber hecho que se abandonara la idea de los cruceros de batalla antes de que llegara a ver la luz los acorazados rápidos de 15 pulgadas (381mm) Queen Elizabeth. Pero, en cuanto estuvieron listo los planos generales del Kongo, los astilleros japoneses se pusieron en actividad y botaron tres barcos gemelos: Hiei, Haruna y Kirishima. Al entrar en servicio en la Armada Imperial Japonesa, los cruceros tipo Kongo constituyeron por sí solos una potente escuadra de combate.
Haruna en 1934, tras su segunda reconstrucción.