La guerra de Afganistán se parece cada vez más a un Vietnam para los británicos - EL PAIS de ESPAÑA - Londres 10/11/2009
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La guerra de Afganistán se parece cada vez más a lo que para Estados Unidos fue Vietnam: un conflicto sangriento, impopular y destinado a la derrota. El domingo, miles de personas asistieron en todo el país a los tradicionales homenajes en el aniversario del armisticio de la I Guerra Mundial. La asistencia a la ofrenda floral en el Cenopath, en Whitehall, encabezada por la reina y por los primeros ministros aún vivos, cuadruplicó la de otros años.
Hoy, cientos de personas se han concentrado en Wootton Bassett, junto a la base de la RAF en Lynehan, para recibir los cadáveres de seis soldados británicos tiroteados la semana pasada por un afgano que formaba parte de los cientos de policías entrenados por las fuerzas británicas. Desde que hace un año la Legión Británica empezó a homenajear a los muertos a medida que sus ataúdes van llegando a Reino Unido, los homenajes fúnebres en Wootton Bassett se han convertido en símbolo de las penurias de esa guerra.
Los británicos ven cada vez con más preocupación un conflicto que empezó hace ya ocho años y al que no ven salida. El escepticismo se ha ido acentuando a medida que se incrementaba el número de bajas: la mitad de los 230 soldados británicos fallecidos en Afganistán ha muerto en el último año. Otros cientos son víctimas de amputaciones horrorosas.
Una encuesta difundida este domingo por la BBC revela que el 64% de los británicos cree que la guerra no se puede ganar, el 63% opina que las fuerzas británicas deberían retirarse lo antes posible y el 52% que no vale la pena combatir debido a los enormes niveles de corrupción que se dan en el país. El último ejemplo han sido las fraudulentas elecciones presidenciales.
Disculpas por mala redacción
El primer ministro Gordon Brown se ha visto obligado hoy a disculparse públicamente ante Jacqui Janes, la madre de un soldado muerto en Afganistán, a la que había enviado una carta de condolencia llena de faltas ortográficas. La polémica quizás no hubiera llegado a mayores, entre otras cosas porque los problemas de visión que sufre el primer ministro hacen que tenga una caligrafía particularmente difícil. Pero el diario The Sun publicó el lunes la carta de Brown y hoy ha publicado también la transcripción de la dura conversación telefónica que mantuvieron el domingo la señora Janes y el primer ministro.
La polémica es muy significativa políticamente por dos razones. Primero, porque pone en evidencia la brutal campaña personal contra Brown emprendida por ese tabloide, que semanas atrás anunció que pedirá el voto para el conservador David Cameron en las próximas elecciones. Y, segundo, porque los ataques de Jacqui Janes son un reflejo del enorme malestar que hay en el Ejército británico por lo que consideran falta de medios puestos a su disposición por el Gobierno en Afganistán.
La madre se ha declarado muy ofendida porque Brown llama a Jamie Janes con el apellido James, mucho más corriente en Reino Unido. Además, en un momento parece haber hecho una corrección en el nombre de pila en lugar de empezar la carta de nuevo y parece cometer faltas de ortografía que más parecen debidas a la manera de escribir que a dejadez.
Sin embargo, la publicación de la conversación privada entre los dos, que la señora Janes grabó y luego hizo llegar al diario, ha provocado más reacciones a favor del primer ministro que a favor de la madre. La BBC ha recibido miles de llamadas y correos electrónicos y seis de cada 10 son de apoyo a Brown porque consideran que la publicación de una conversación privada esconde objetivos políticos y entienden que el primer ministro ha demostrado su interés por el caso al escribir de puño y letra a pesar de sus dificultades de visión, cuando podía haberse limitado a firmar una carta escrita en ordenador por sus ayudantes.
Pero Jacqui Janes no es una madre cualquiera: su hijo era la quinta generación de soldados en la familia y ella parece estar muy bien informada sobre lo que piensa el Ejército acerca de la guerra en Afganistán y las penurias de su equipamiento.
Cree que Jamie murió por falta de medios. "Conozco todas y cada una de las heridas que sufrió mi hijo aquel día. Sé que podía haber sobrevivido pero se desangró hasta la muerte. ¿Qué pensaría usted, señor Brown, si un hijo suyo, Dios no lo quiera, hubiera hecho lo que creía que tenía que hacer para defender a la reina y a la patria y hubiera muerto por la falta de helicópteros? Lo entiende, señor Brown, por falta de equipamiento", le dice.
Brown se empeña en negar que en la carta hubiera faltas de ortografía y no se disculpa por ellas, aunque sí pide perdón por las ofensas que la carta parece haberle causado a la madre. "Nunca he dicho que la carta me faltara el respeto. Son las faltas lo que me parece una falta de respeto", le replica ella.
"Alguien dijo hace muchos años que el mayor enemigo nuestro ejército era el Tesoro. Y tenían razón", le espeta en otro momento. "Sé que nuestro Gobierno ha dejado abandonadas a nuestras tropas", añade. Y llega al detalle de echarle en cara al primer ministro que vaya a enviar 500 soldados en lugar de "los 2.000 que necesitan". "Nadie ha pedido 2.000 soldados más", le replica Brown, aunque corta la discusión porque "no quiero entrar en un debate político sobre eso".