Los contras de poner los motores en las raices alares, dentro de ellas, como hicieron los ingleses en el Comet, Vulcan y el Victor son, como comenta Halcón del Dur, el hacer más dificultosas las labores de mantenimiento, pero además; requerir una ala mucho más robustas estructuralmente hablando (lo que implica más peso y menos prestaciones) y complicar las posibilidades de remotorización, como lo demostraron en su momento los Victor remotorizados con los Conway (en reemplazo de los Sapphire), que no pudieron alvergar una toma de aire lo suficientemente grande para sacarle todo el potencial al nuevo motor a pesar de un importante nivel de resideño estructural del ala.
Algunos autores, como John Anderson, consideran la configuración que Boeing estrenó con el B-47 (alas en flecha y motores en góndolas colgando bajo las alas), reafirmó con el exitosísimo 707 y vemos hoy tan vigente como hace 50 años en el 787, como uno de los hitos más importantes en cuanto a diseño aeronáutico, ya que supo combinar de excelente manera desempeño, mantenibilidad y capacidad de crecimiento / adaptabilidad.
Saludos