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Hoy se conmemora el aniversario del natalicio del capitán de navío Hipólito Bouchard
Nació el 15 de enero de 1780 en Francia y se constituyó en uno de los máximos héroes navales de nuestro país.
Hoy, 15 de enero, se conmemora el 233º aniversario del natalicio del capitán de navío Hipólito Bouchard, militar francés con nacionalidad argentina que luchó al servicio de las Provincias Unidas del Río de la Plata y del Perú.
Nació en Saint-Tropez, una villa lindante con el puerto sobre las costas del Mediterráneo. Desde joven se inclinó a las actividades marítimas forjándose así su destino como hombre de mar.
Navegó en embarcaciones pesqueras y mercantes y su nombre se asoció a combates en tiempos de Napoleón I. Recién en 1809 arribó al territorio argentino y de inmediato formó parte del poder naval naciente.
Un año después tuvo su primer desafió al desencadenarse la Revolución de Mayo, causa a la que se adhirió.
Su bautismo de fuego sobrevino en 1811, frente a la escuadrilla realista en el Combate de San Nicolás.
Dos años más tarde formo parte de la lucha del general José de San Martín. Se destacó en su desempeño y cuando el libertador creó la escuadra peruana dio a Bouchard el mando de la fragata "Puebla", el buque más importante de la nueva escuadra.
Su etapa más brillante llegó de la mano del combate de Corso que comandaba el flamante almirante Guillermo Brown en las costas del Pacífico.
Posteriormente, al cumplirse el primer aniversario de la declaración de la Independencia (9 de julio de 1817), a bordo de la fragata "La Argentina" zarpó de la ensenada de Barragán y navegó durante dos años.
En viaje por las aguas del Atlántico Sur, llegó al Océano Índico y recaló en la isla de Madagascar. Allí impidió el tráfico de esclavos. La lucha contra la esclavitud estaba prevista en las instrucciones que el gobierno había impartido a Bouchard.
Navegó hacia las islas Filipinas para atacar el comercio que por esos mares efectuaban buques españoles. En esa región rechazaron el ataque de cinco buques piratas malayos.
Al arribar en las islas Hawai, Bouchard halló a la corbeta argentina "Santa Rosa" con su tripulación sublevada. Junto a ella atacaron posteriormente Monterrey, en la costa este de Méjico, y se apoderaron por unos días del fuerte, en el cual flameó el pabellón celeste y blanco.
Una vez que abandonaron ese lugar, se dirigieron a Nicaragua. Allí atacaron El Realejo, se apoderaron de dos naves españolas y destruyeron otras dos.
El 4 de enero de 1837, el capitán de navío Hipólito Bouchard perdió la vida en Perú, a manos de un peón que trabajaba en los ingenios azucareros “La Buena Suerte”, donde Bouchard se estableció una vez alejado de la carrera naval.
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