Para los que sostienen que todo está fenómeno.
Brasil teme una "guerra fría" regional
El asesor de Lula para Asuntos Internacionales expresó el rechazo de su país a la política antinorteamericana de Chávez
"No queremos un clima de «guerra fría» en América latina. La «guerra fría» ya terminó."
Apenas una semana de emociones fuertes como la última explica el peso de dramatismo de la frase de Marco Aurelio Garcia, asesor especial del presidente Luiz Inacio Lula da Silva para Asuntos Internacionales.
En entrevista con el diario Folha de São Paulo, Garcia advirtió que existe una diferencia clara y concreta entre la forma en que Brasil percibe la geopolítica y cómo lo hacen los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales.
"La política exterior de Brasil para América del Sur y para el resto del mundo no está basada en el prefijo «anti». Nosotros no somos «antinadie». Somos «pro»", dijo Garcia, en referencia a la carga de oposición ideológica del discurso chavista a los Estados Unidos.
Cada vez con menos disimulo, Brasil viene diferenciando su estrategia de la de Chávez e incluso planteando críticas directas a su estilo y a sus medidas. En los últimos meses el crecimiento de la influencia del presidente venezolano en América del Sur, área teóricamente destinada a ser el espacio de liderazgo de Brasil, comenzó a irritar a Lula.
"Lula está indignado con Chávez", llegó a decirle a este corresponsal un diplomático argentino después de reunirse con el presidente brasileño. El venezolano acababa de visitar Asunción y, al reunirse con los presidentes de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, y de Uruguay, Tabaré Vázquez, había llegado a proponer: "Si como la CAN [Comunidad Andina de Naciones], el Mercosur tiene que morir para que nazca una nueva integración, pues, como dijo Jesús, dejad que los muertos entierren a sus muertos".
En la entrevista con Folha de São Paulo, Garcia dejó clara, en tono diplomático, la molestia brasileña. "Si me preguntan si estoy de acuerdo con la retórica de Chávez, diré que en muchos aspectos no. Determinadas intervenciones que Chávez hace en determinados momentos no me parecen las más adecuadas", expresó.
En la reunión cuatripartita de Puerto Iguazú del jueves pasado, Lula hizo un planteo serio a Chávez y a Morales. A Chávez le pidió que fuera coherente en su discurso de integración: no puede apoyar reacciones desestabilizadoras de Bolivia, como hizo, y al mismo tiempo apoyar la integración del Cono Sur.
A Morales Lula le hizo una recriminación todavía más directa, según trascendió en los medios brasileños. Le preguntó cómo pudo tomar con el ejército las plantas de Petrobras en Bolivia después de que él declarara su apoyo en las elecciones y le ofreciera ayuda desde un principio.
"Ese comportamiento no se corresponde con el nivel de relación que Brasil mantiene en América latina, en especial con Bolivia. No se justificaba", dijo Garcia, que anteanoche estuvo en la Feria del Libro, en Buenos Aires, para escuchar la exposición de la senadora Cristina Fernández de Kirchner.
Como en el desenlace desenfrenado de una película, al cumplir su último año de mandato, Lula ve sus aspiraciones de liderazgo en América del Sur escurrírsele entre las manos. "Brasil no puede esquivar el papel de liderazgo regional del que siempre rehuyó", había dicho Lula al asumir, el 1° de enero de 2003.
Irónicamente, cuando Lula ya era presidente electo, el entonces presidente en ejercicio, Fernando Henrique Cardoso, le preguntó si debía enviarle un barco de Petrobras con nafta a Chávez, que pasaba por un momento crítico debido a la huelga de los petroleros. Lula dio el visto bueno. La semana pasada Morales anunció LA NACIONalización del gas tomando una planta de Petrobras después de reunirse con Chávez y Fidel Castro.
La situación para Lula en el terreno de la política exterior no puede ser peor: se siente traicionado por Chávez y Morales, a los que apoyó cuando lo necesitaban; Estados Unidos conquista uno por uno a países de América del Sur con sus tratados de libre comercio y promesas de acceso a su mercado, y hasta los socios chicos del Mercosur, Paraguay y Uruguay, acusan a Brasil de omisión en su papel de "hermano mayor". El gigante sudamericano quedó acorralado.
Cuatro años después del episodio, la figura de Chávez se convirtió en un factor de influencia regional, respaldada por las inversiones millonarias, posibles por el precio récord del crudo.
La CAN está en plena implosión debido al abandono de Chávez, que deja el conglomerado por la decisión de Colombia y Perú de firmar acuerdos de libre comercio con Estados Unidos. Convencido por Chávez, Morales ya anunció que será el próximo. En el Mercosur, Uruguay ya dejó claro que no responde más a los socios mayores del bloque.
Por Luis Esnal
Corresponsal en Brasil
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Señores ha llegado el momento en que cada país solo le interesa cuidar SU PROPIA QUINTITA.
Saludos
Derruido