Introducción a nuestros legados y estigmas
Armamento químico no convencional
Con el inicio del siglo XX se cerraba un círculo casi perfecto de lo se dio en llamar la Era Industrial; donde la fuerza del vapor, necesitado de energía combustible fósil: carbón, producto de las inmensas minerías de carbón que los países desarrollados, precisamente controlaban tanto dentro de sus países como en sus colonias, echando por tierra también inmensos territorios vírgenes de espesos e inapreciables bosques, tanto para durmientes, hogares, locomotoras y los inmensos buques tanto civiles como militares. Porque también era la era del hierro… y también se necesitaba del explosivo de alto poder, como la nitroglicerina de manos del químico italiano Ascanio Sobrero por 1846; siendo altamente inestable resultaba peligroso su transporte y utilización. Fue con la llegada de dos brillantes químicos, como lo fue el alemán Wilbrand que se llegó al trinitrotolueno o TNT en 1863, y luego el archifamoso Alfred Nobel, con las mejoras de la nitro, para llevar a cabo su invención concreta: la dinamita… Estas últimas dos invenciones químico/físicas permitirían el real desarrollo del ciclo completo de la era industrial tan necesitada de minerales y de cambios del medioambiente para realizar grandes infraestructuras; pero ambas tendrían el estigma del poder extremo llevado a las armas de nuevo diseño…
Años antes se había hecho la luz para el mundo con la invención de Edison y tantos otros precursores del futuro de la electricidad, y todo lo que ello conllevaba y determinaría… Con el paso de apenas unos años, ya estaba instalada la idea de la siguiente etapa, el uso de otro combustible fósil, no renovable también, y con inevitables contingencias de poder y control sobre dichos recursos que moverían las nuevas máquinas, industrias, el uso en el hogar, y por sobre todo el uso militar y la invasión o intrusión en territorios lejanos, cuando el esfuerzo local ya estaba en producción, y exigía más y más... La introducción de los motores a explosión, luego derivó en múltiples usos, dando pie a la introducción de nada menos que el automóvil, los buques de acero con los primeros grandes motores de potencia a explosión en base a combustible líquido, y allí sobrevendría la llegada justa de lo que sería el terror anunciado: el submarino…
Los motores diesel ya comenzaban su carrera prometedora, todo resultaba prometedor, tanto que puentes y grandes buques se hicieron posible, tanto que una torre emblemática de París sería casi el signo por antonomasia del ingenio del hombre moderno de la revolución industrial- económica y social… Las revueltas, la anarquía, la caída de monarquías tenían el correlato de todo lo anterior, porque habían nacido las grandes urbes industriales con sus suburbios pobres, y se embellecían las urbes administrativas, culturales, lo cual se dio en llamar, ciudad de las luces, las cuales también tendrían sus suburbios pobres y superpoblados. El poder establecido y la jerarquía nueva de los industriales necesitaban tanto de mano de obra barata como de grandes insumos en sus propios territorios como en los ajenos, y ambos eran de interés total para las nuevas potencias. La ciencia en todos los ámbitos había dado tantos pasos agigantados que dio origen a las grandes empresas industriales, químicas, farmacéuticas y bélicas…
Aquí comienza la historia contemporánea de avances frenéticos. La sociedad humana, sus clases gobernantes, sus financistas e industriales no advirtieron el caos que traería al mundo entero, puesto que los intereses de las potencias en pugna ya estaban en luchas por sus colonias y/o pretensiones sobre otras, dividiendo en planeta cuán juego de mesa, algo que sustentara en inmenso poder acumulado, el control sobre todos los estamentos; la población común, el ciudadano que ya estaba en las calles haciéndo oír, pero sería en vano. La Primera Guerra Mundial, acaso fermentando una década antes, detonó con un hecho no tan fortuito, como el atentado y asesinato del archiduque Francisco Fernando, del imperio austro-húngaro, a manos de un fanático nacionalista serbio, luego que el archiduque le declarara la guerra a Serbia. Muy pronto las alianzas afines a intereses comunes: la Triple Entente (Francia, Inglaterra, Rusia) contra las potencias centroeuropeas (Alemania y el imperio austro-húngaro) determinarían el cauce de la primera confrontación global. Sabemos que Italia, Turquía, Japón y muchos otros países por entonces de mediano orden, querrían parte de la gran torta. Lo que seguiría después sería imborrable para muchas generaciones, y también sería el germen de la Segunda Guerra Mundial.
Vaya comienzo, nosotros los argentinos, los latinos, somos parte de la gran diáspora, producto de ambas guerras globales, las más crueles y terribles jamás conocidas, por magnitud e implicancias, tanto que hasta hoy resuenan…
Con los primeros enfrentamientos salieron a relucir los resultados de todo lo antes expuesto; eran las invenciones constantes en un mundo frenético y en pugna. Muchos quedarán en el olvido, otros serán causa de mi propio olvido u omisión. Pero, en esa cruenta y aún hoy increíble e insensata pugna de poder y codicia, como toda guerra, la Primera Guerra Mundial trajo como corolario de los avances de la civilización, al submarino y el torpedo, los grandes buques acorazados, los grandes cañones, las diversas municiones explosivas, incendiarias, perforantes y de gran alcance. En tierra, los viejos ejércitos de la vieja caballería, con sus hermosos animales, monturas, trajes y sables, se enfrentaron a nuevas doctrinas, donde la ametralladora era la estrella maligna; otro tanto el fusil y bayoneta, granadas y morteros.
Hubo situaciones muchas veces contradictorias, inútiles y ridículas, como los largos años de lucha y tregua en trincheras interminables y pestilentes (en las cuales, paradójicamente, se produjeron las mayores pérdidas humanas, donde heridos eran atendidos como se podía, donde el agua y el lodo, las enfermedades, infecciones y hambre eran parte de sus cuerpos y armas, donde el frío y la nieve los dormía para siempre….). Y, por supuesto, la llegada en escena, irrumpiendo en las líneas de trinchera, ...la de los primeros tanques… La aviación entraba en escena con los primeros ataques aéreos, primero desde dirigibles, luego desde aviones bombarderos, siendo como siempre, los civiles las primeras víctimas… Luego la lucha impactante, electrizante, interminable y acrobática de los primeros ases del aire con los primeros cazas. Hasta que llegó la Era de las Armas Químicas, la cual será “el tema” del nuevo thread.
Los tratados internacionales y las armas químicas
Las denominadas “armas químicas”, que en realidad es un término genérico bajo cuya denominación común se han reagrupado armas letales y no letales, han sido condenadas públicamente por el Protocolo de Ginebra de 1925, pero esto ciertamente no ha impedido el uso repetido de éstas armas, por parte de numerosos países. La terrible y nunca bien analizada Primera Guerra Mundial, por la complejidad de los hechos de una nueva sociedad en crisis global, las aún primitivas comunicaciones, no hicieron otra cosa que dejar el terror de otra guerra, la cual muchos políticos de época anunciaron a viva voz que sería la última…
La primera Gran Guerra dio pie a dicho Protocolo de Ginebra, donde se establecían otras cláusulas, además de la condena a las armas químicas. La imborrable y caótica experiencia de los que han sobrevivido a un ataque químico, contados por miles… fue base de bosquejos, convenios, protocolos y premisas, que de última, sirvieron de muy poco. Primero las armas basadas en cloro. Luego el famoso gas mostaza o iperita, y luego el más letal entonces, el fosgeno; al final, vendrían otros componentes y combinaciones más modernos, avanzados y abominables lanzados desde cañones, morteros o bombas aéreas, pero la guerra, al fin, había concluido. Anteriormente, y, a causa de ello, en la Primera Guerra Mundial todos los países hicieron uso de ello, causando el terror y muerte agónica en las trincheras atestadas; algunos países con mejor ciencia química y fábricas que los proveyesen fueron los que más hicieron usufructo de ello, caso Francia, Alemania, Inglaterra…
Lo cierto es que el terror ya estaba instalado entre los civiles, en las ciudades y campiñas… Y ese temor prosiguió en los largos años de la IIGM. Tal como ocurrió en los aciagos años de la extensa guerra fría ante un posible ataque químico-bactereológico, y ni que decir de un ataque nuclear, donde máscaras y ropa especial servían de nada…
Muchos presidentes, congresistas, intelectuales y artistas se han pronunciado desde entonces. Irónicamente tenemos al presidente de los Estados Unidos (cuando sus fuerzas en Vietnam hicieron uso intensivo del “agente naranja”, defoliantes de ensayo, letales tanto para vegetación, como para animales y humanos, DDT, etc.), George Bush padre, el cual hizo una condena pública de las armas químicas, siendo una de sus pautas políticas principales. Hay un discurso presidencial que, el primero a nivel oficial, dirigido al pueblo estadounidense después de su elección: “…Continuaré nuestra política de paz mediante la fuerza. Procederé a posteriores reducciones de los arsenales estratégicos y convencionales de los EE.UU. si la URSS hace lo mismo. Modernizaré y mantendré nuestro superior potencial tecnológico. Haré que las armas químicas y biológicas desaparezcan de la faz de la Tierra…”
Extraña y terrible ironía, puesto que ellos mantuvieron un arsenal mínimo, desarrollaron otras armas, las llamadas “binarias”. Sin embargo, los estadounidenses no son los únicos, la vieja Unión Soviética hizo uso de armas químicas en la ocupación de Afganistán, desarrollando y perfeccionando, tanto como los estadounidenses el uso de ellas cuando les parecía adecuado.
Un soldado iraní sobreviviente, aquejado por los terribles efectos del armamento con agentes químicos lanzados por los iraquíes.
Una delegación especializada y equipada enviada por la ONU a Irán años después de la guerra, comprueba in situ rastros del uso de armamento químico por parte de las fuerzas Irakíes.
Una muestra de que ambos contendientes hacían uso de armas no convencionales, iraníes preparados para la guerra química...
En la guerra entre Irak e Irán a fines de los ’70 e inicios de los ’80 también recurrieron a ellas. Lo mismo se puede decir de Sudáfrica en la misma época al enfrentar a Angola, luego de invadir por completo y atravesar Namibia (excolonia alemana cedida por La Sociedad de Naciones (hoy la ONU) tras la IGM a Sudáfrica como “administradora temporal, siendo parte del Commonwealth británico, un territorio rico en diamantes, oro, plata, etc…”. Lo cierto es que namibia mantuvo su resistencia, siendo víctimas también del vergonzoso apartheid como en Sudáfrica. El grupo llamado SWAPO fue perseguido cruelmente haciendo uso de armas químicas cuando les pareció conveniente, puesto que deseaban la independencia; como agravante, tras el choque con las fuerzas en pugna en Angola, en guerra civil desde añares, donde había tres fuerzas en pugna: la más antigua, la FNLA apoyada por Zaire y otros países africanos, la MPLA, apoyada por los cubanos en forma directa, más otras fuerzas vecinas, y los del UNITA, apoyados por los sudafricanos. LA FNLA tras la falta de apoyo deja la lucha, y quedan el MPLA y la UNITA en lucha hasta el final, donde angoleños, cubanos, guineanos, etc., lucharon duramente durante más de una década, donde los mercenarios, como antes en el Congo belga, hacían de las suyas...
Sudáfrica había hecho uso de armas químicas porque la UNITA a la que apoyaban abiertamente en propio territorio angoleño estaban perdiendo la lucha, y “ellos no podían permitírselo…”, como Inglaterra en Malvinas, llegado el caso, haciendo uso de armamento no convencional, puesto que era cuestión de prestigio de un imperio que ya no era tanto frente a una Argentina que se alzaba… Lógicas circunstancias y ejemplos que deja la historia, como para que nadie olvide. Hubo imperios y hubo países lacayos.
Al fin y al cabo, la FNLA apoyada por fuerzas cubanas perdían fuerzas, ya no estaba la URSS… Aun así los cubanos y angoleños sufrieron los mismos males y desgaste, llegaron a acuerdo en 1991, con el retiro cubano y el retiro sudafricano de Angola. No obstante, el retiro de dichas fuerzas extranjeras no extinguió la guerra civil. Recién en 1998, la FNLA y la UNITA desisten de la lucha armada, llamando a elecciones libres, logrando este país su independencia tan deseada.
Parte 1